Los judíos progresistas de EE.UU. buscan mayor influencia en el Congreso Sionista Mundial

(JTA) Compitiendo por escaños en el Congreso Sionista Mundial, liberales recién llegados como Peter Beinart esperan bloquear la financiación de los asentamientos israelíes

RON KAMPEAS

La lista incluye nombres como Peter Beinart, el escritor liberal; Jeremy Ben-Ami, presidente del grupo liberal de políticas de Oriente Medio J Street; y Sheila Katz, directora ejecutiva del Consejo Nacional de Mujeres Judías.

No, no es un anuncio de un simposio en el Upper East Side, sino una lista de candidatos que por primera vez buscan escaños en el 38º Congreso Sionista Mundial, la autoridad legislativa de la Organización Sionista Mundial de 120 años de antigüedad que ayuda a determinar el destino de $ 1 mil millones en gastos en causas judías.

Las elecciones, que están abiertas a los judíos mayores de 18 años en cualquier parte del mundo, se llevan a cabo cada cinco años. Las próximas se realizarán entre el 21 de enero y el 11 de marzo.

Los candidatos esperan desviar los fondos de la expansión de los asentamientos judíos en Judea y Samaria hacia causas como la expansión de los derechos de las mujeres y las minorías. El segundo párrafo de la plataforma del grupo señala su oposición a “la política actual de ocupación y anexión permanentes“, que llama “injusta” y una amenaza para la democracia israelí.

Los grupos judíos liberales ya tienen una mayoría de los 145 escaños de la comunidad judía estadounidense en el congreso, pero los han utilizado principalmente para abogar por un mayor pluralismo religioso en Israel. Los nuevos candidatos esperan empujar a esos grupos a abordar la ocupación israelí de Judea y Samaria más directamente y a registrar la infelicidad de la comunidad judía estadounidense con el statu quo allí.

“Mi opinión sobre el establecimiento judío estadounidense y el establecimiento sionista es que es moralmente corrupto al defender lo indefendible, por defender una ocupación que mantiene a millones de personas ocupadas“, dijo Beinart en una entrevista.

Los candidatos por primera vez se postulan en la lista de Hatikvah, que durante años representó una pequeña camarilla de grupos sionistas liberales. Este año, Hatikvah expandió agresivamente su alcance a grupos liberales con un mayor reconocimiento de su nombre.

“Queremos atraer a nuevas personas“, dijo Hadar Susskind, un activista judío de toda la vida que dirige la campaña de Hatikvah.

Entre los novatos que compiten por las manchas en el cuerpo fundado por Theodor Herzl en 1897 se encuentran una serie de prominentes liberales judíos no conocidos en primer lugar por su activismo en Israel, entre ellos la ex presidente del condado de Manhattan, Ruth Messinger, el presidente de la Federación Estadounidense de Maestros, Randi Weingarten, y el rabino Sharon Brous, fundador y rabino principal de la congregación progresiva de Los Ángeles IKAR.

Los organizadores esperan que el alcance a sus seguidores, junto con la desafección liberal con el gobierno de derecha de Israel y un proceso electoral más fácil que nunca, sea más del doble de la representación de la lista.

Hatikvah actualmente tiene ocho de los 145 escaños en el contingente estadounidense en el congreso. Hay 152 espacios asignados para estadounidenses en el congreso entrante. La representación está dividida en partes iguales entre Israel, Estados Unidos y el resto de la diáspora.

Herbert Block, el director entrante del Movimiento Sionista estadounidense, que dirige las elecciones, dijo que el entusiasmo parecía ser alto en todo el espectro político.

“Ahora hay una participación más temprana en el proceso“, dijo Block a la Agencia Telegráfica Judía en una entrevista. “Hay más pizarras corriendo en todos los ámbitos, hay más candidatos. En general, hay más interés, con suerte eso conducirá a una mayor participación“.

Ganar escaños en el congreso es el mecanismo principal para que los judíos estadounidenses influyan en el liderazgo de la Agencia Judía y el Fondo Nacional Judío y los $ 1 mil millones al año que esos grupos gastan en educación judía en la Diáspora y proyectos de desarrollo en Israel, incluidos los asentamientos.

La votación se realiza en línea y cuesta $ 7.50; $ 5 para los menores de 25 años. Los votantes deben tener 18 años o más, residir en Estados Unidos y ser judíos.

Más de 56,000 votantes estadounidenses participaron en las elecciones de 2015, y Susskind dijo que las apelaciones de los nuevos candidatos que se unen a la lista de Hatikvah podrían expandir fácilmente ese número y resultar en una porción más grande de la lista.

“El impacto de esta elección es de $ 5 mil millones en Israel y en todo el mundo” en los próximos cinco años, dijo. “Y esos $ 1 mil millones al año se reducen al hecho de que las elecciones deciden sobre el liderazgo, pero también sobre quién forma parte de las juntas directivas de la Agencia Judía, Keren Hayesod (United Israel Appeal) y el Fondo Nacional Judío“.

La mayoría de los 145 escaños en el congreso saliente están en manos de los brazos sionistas de los movimientos no ortodoxos: el ARZA de la reforma tiene 56 escaños y el Mercaz del movimiento conservador tiene 25.

En una explosión por correo electrónico a sus miembros, J Street dijo que los $ 1 mil millones en fondos anuales “tienen un gran impacto en la vida de los israelíes de todas las religiones y antecedentes, así como de los palestinos en los territorios ocupados“.

Katz, de NCJW, dijo que el esfuerzo es un medio para que el venerable grupo de mujeres judías promueva los derechos de las mujeres israelíes, las minorías, los refugiados y la comunidad LGBTQ, todas las clases que NCJW busca proteger en los Estados Unidos.

“Estamos orgullosos de tomar asiento en la mesa para abogar en nombre de las mujeres y las feministas en nuestro movimiento“, dijo.

Morton Klein, presidente de la conservadora Organización Sionista de América, es muy consciente de los cambios que podría traer una lista ampliada de Hatikvah. Señaló que al menos un grupo en la lista ampliada de Hatikvah, Americans for Peace Now, apoya boicotear los bienes de los asentamientos.

“Se oponen a cualquier financiación más allá de las líneas de 1967, por la que luchamos, para los jardines de infancia“, dijo Klein. “Estos son judíos que necesitan ayuda. Algunos de estos grupos critican duramente a Israel, pero estarán involucrados en cómo se ve la educación en Israel“.

El rabino Jill Jacobs, director ejecutivo de T’ruah: The Rabbinic Call for Human Rights (El llamado rabínico a los Derechos Humanos), otra nueva incorporación a la lista de Hatikvah que ha hecho campaña durante mucho tiempo en contra de la financiación de los asentamientos, dijo que la política de larga data de proporcionar dos tercios de los asientos del Congreso Mundial Sionista a la diáspora desmiente el cliché de que los judíos no israelíes deben mantenerse al margen de la política israelí.

“Esta es una forma para que los judíos estadounidenses progresistas ayuden a dar forma al Israel que queremos y tenemos todo el derecho de trabajar e invertir y crear ese tipo de Israel“, dijo.

Ken Bob, director del grupo liberal sionista Ameinu, que ha sido durante mucho tiempo parte de la lista de Hatikvah, dijo que el esfuerzo de reclutamiento también es un medio de acercamiento a los jóvenes judíos liberales, una circunscripción que muchos consideran cada vez más alejada de Israel.

“Hay una doble victoria“, dijo Bob. “Podemos promover nuestra agenda progresista en Israel, pero también es una forma de atraer a judíos más jóvenes que no han encontrado formas de conectarse con ninguna actividad organizada“.

De la traducción (c)Enlace Judío México
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