Enlace Judío México e Israel- El Rab Jaim de Volozhin invertía grandes esfuerzos para devolver la paz entre compañeros y cónyuges.
SALOMÓN MICHAN*
Más de una vez sus allegados le recordaron que no era acorde a su honor, un tan importante rabino y Rosh Yeshibá, rebajarse de tal modo y dedicar de su preciado tiempo a personas simples y sencillas por cuestiones banales.
Él les respondía:
—Está escrito: Al rezar se debe retroceder tres pasos y luego decir “Sim shalom”. Aprendemos de ello que para obtener la paz a veces es necesario ceder posiciones.
APRENDER A DEJAR PASAR LAS COSAS
El Rab Menajem Man Shaj dijo a uno de sus discípulos: ¡Qué lástima, las personas no conocen la dulzura del perdón! ¡Toda mi vida he perdonado y te aseguro que nunca salí perdiendo!
Para explicarle cómo fue que aprendió aquella tan simple pero efectiva regla, le relató un hecho de su juventud previo a su casamiento. Resulta que él estaba invitado a comer en Shabat en la casa del famoso rabino conocido como el Saba de Slabodka. Luego de la cena, la esposa del Rab sirvió de postre mermelada. El joven la probó y se abstuvo de comerla; estaba tan amarga, que era casi imposible comerla. El Saba de Slabodka le preguntó:
—¿Por qué no comes el postre?
Pero el joven, por vergüenza, no respondió. Entonces el Rab, comprendiendo qué pasaba, le dijo:
—¡Déjalo, primero comeré mi postre y luego el tuyo! Quiero que sepas que llevo comiendo esta comida que tú crees amarga más de 40 años y nunca me quejé. Ahora que estás por casarte, debes aprender que la base de la armonía en el matrimonio es saber ceder y perdonar al cónyuge.
EL TRATO DE RAB SHAJ CON SU ESPOSA: CEDER
Esa conducta fue la que adoptó Rab Menajem Shaj para toda la vida. Una vez, su esposa, ya siendo mayor, estuvo internada y alguien cercano fue a visitarla.
Ella contó que cuando eran novios, ella y el Rab Shaj habían acordado que, ante alguna diferencia de idea u opinión, alguno de los dos cedería para así cuidar la unión y armonía de la familia. El trato era que se turnarían una vez cada uno.
Ella, con emoción, dijo:
—Te digo la verdad: ¡Nunca llegó mi turno, siempre fue él quien cedió!
EL REGALO DE RAB ARIE LEVÍN A SU ESPOSA
Algo similar se cuenta sobre Rab Arie Levín, quien era conocido entre otras cosas por su extrema misericordia y su capacidad única de ceder ante la gente; realmente su comprensión hacia los demás era muy notoria. Él mismo bromeaba que como era muy bajito de estatura, sus ojos sólo llegaban al pecho de los demás, por lo que siempre tenía frente a sí el corazón del otro, para sentir su dolor y comprenderlo y ayudarlo.
Cuentan que el día de su boda quiso dar un regalo especial a su flamante esposa, a quien dijo:
—¡Quisiera hacerte un gran regalo, pero no tengo los medios; por eso, mi regalo de bodas es todo mi corazón, comprensión y paciencia; me comprometo a ser siempre yo quien ceda si hay alguna diferencia!
La novia, emocionada, respondió:
—¡Yo también cederé siempre!
Y así fue como formaron un matrimonio, un hogar y una familia de armonía y tolerancia ejemplar.
CEDER, CEDER, CEDER
Cuando Rab Aharón Leib Shteinman daba consejos a parejas que se iban a casar, les decía que la mejor manera para vivir en paz y con armonía familiar era aprender a ceder, ceder y ceder…
En una ocasión llegó un hombre con Rab Shteinman, quien se quejaba mucho de su mujer y de que no tenía paz conyugal.
Le contestó el Rab:
—Es necesario ceder.
Y el hombre le contestó:
—Han pasado muchos años donde le digo a mi esposa que debe ceder, pero no acepta. Ése es el problema que tenemos.
El Rab le repitió:
—Es necesario ceder.
Pero el hombre volvió a contestar:
—Ella no quiere ceder. Mejor le digo a mi esposa que venga a hablar con usted para que la convenza que debe ceder…
Entendemos perfectamente cuál era el problema en esta pareja… Uno no debe esperar a que su pareja ceda…
Rab Shteinman solía decir: “Cuando se trata de cosas sencillas y triviales dentro de la casa, por supuesto que el hombre debe ceder, ya que por medio de acceder en esos temas podrá vivir en paz con su mujer y tener más tranquilidad”.
¿QUIÉN DEBE CEDER?
Después de ver el gran valor y la importancia de ceder, lo cual lleva a la paz y la armonía familiar, la pregunta que seguramente muchos nos hacemos, es: ¿quién debe ceder en el matrimonio? ¿Quién debe ser el primero que ceda a la opinión de su pareja?
Contestaron Rab Shteinman y Rab Jaim Kanievsky: “Cuando se trata de cosas de la casa, temas triviales y materiales (siempre y cuando no sea algún tema de gastos innecesarios), el hombre deberá ceder. Pero cuando se trata de algún tema de Torá, donde la mujer esté limitando el crecimiento espiritual de la familia o pueda llegar a cometer algún pecado, el hombre deberá ser quien dirija la situación y la mujer deberá ceder”.
“Lo que cuenta a veces no es lo que se da, sino lo que se cede”.
[1] Maséjet Yomá 53a.
[1] Rab David Pinto, “Pájad David”, 305, Terumá.
[1] Rab David Pinto, “Pájad David”, 305, Terumá.
[1] “Meajoré Hapargod”, página 354.
[1] “Meajoré Hapargod”, página 351.
[1] “Meajoré Hapargod”, página 351.
[1] “Meajoré Hapargod”, página 352.
[1] De acuerdo a como está escrito en Maséjet Babá Metziá 59.
*Este ensayo es parte del libro de Salomón Michan, llamado “Construyendo un matrimonio eterno”, editorial Jerusalem de México, de venta el mes próximo.
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