Enlace Judío México – Ayer se acabó Purim y en un mes exactamente se celebra el primer día de Pésaj. Es una de las festividades más importantes para el judaísmo porque representa la transición de la esclavitud a la libertad y el conocimiento de D-os como nación. Uno de los temas que es recurrente cuando se habla de festividades es el tiempo, ya que el judaísmo es una de las religiones que más enfoque pone en éste. El tiempo, a través de la historia, es la forma en que D-os le enseña al hombre; le muestra los valores que son eternos y los que perecen al pasar de los años, le enseña cómo construir sociedades y le muestra la manera en que uno puede relacionarse con la realidad que lo rodea. La forma en que uno se relacione con el tiempo determinará la manera en que vea a D-os y al mundo del que es rodeado. La primera mitzvá que le ordena D-os al pueblo judío es la de santificar el inicio del mes; lo primero que le pide D-os al pueblo judío como pueblo es que santifique el tiempo ¿Por qué? Rab Jonathan Sacks nos da su perspectiva en el siguiente ensayo.
Dominar el tiempo es ser realmente libre. Rab Johnathan Sacks
Los judíos leen los libros de Moisés no sólo como una historia, sino como un mandato divino. La pregunta que buscan responder no es “¿Qué sucedió?” sino “entonces ¿cómo debo vivir ahora?” y es sólo a raíz del Éxodo que la vida con los mandatos realmente empieza.
De acuerdo con la tradición judía, el primer mandato que los judíos recibieron fue “Este mes debe ser para ti el primer mes” (Éxodo 12). Interpretamos esta línea como la obligación de establecer un calendario, el cual incluye los Shabatot, los días sagrados y las ocasiones importantes en sus fechas correspondientes.
Tratemos de estudiar este tema en la forma que los judíos suelen hacerlo, es decir, haciendo preguntas poco convencionales. Aquí está la pregunta obvia “¿Por qué fue éste el primer mandato?” los israelitas todavía eran esclavos en Egipto. Deseaban con ansías la libertad, estaban por comenzar su largo viaje a través del desierto. ¿De qué les servía en ese momento hacer un calendario con días santos? ¿Qué tiene que ver un diario con la libertad?
A esta pregunta, un erudito judío ofreció una respuesta maravillosa. ¿Cuál es la diferencia entre un ser humano libre y un esclavo? – preguntó. Tendemos a pensar que la respuesta está relacionada con el trabajo y el esfuerzo. Un esclavo trabaja duro, un hombre libre no. Sin embargo, en la practica vemos que mucha gente libre trabaja muy duro, incluso aquellos que disfrutan su trabajo más.
La verdadera diferencia – nos dice – más bien radica en quién tiene el control del tiempo. Una persona libre trabaja horas largas, porque él o ella lo ha decidido. El esclavo no tiene opción, no tiene control del tiempo. Por eso, crear un calendario fue el primer mandato dado a los hebreos. Era como si D-os les estuviera diciendo: si quieres ser libre, la primer cosa que debes aprender a dominar es el tiempo.
Es una reflexión fascinante, y una que parece cierta todavía hoy. Hace algunos años hubo un estudio que buscaba descubrir el trabajo más estresante de todos. Resultó que no era ser el jefe de un gran corporativo, el director de un equipo de fútbol o primer ministro, sino: el conductor de un autobús. En el 2011 a la cabeza de la lista se encontraban los pilotos aviadores, bomberos y conductores de taxis. Son gente que siempre está luchando contra el tiempo y en situaciones que están fuera de su control. ¿Cuál fue la menos estresante? Bibliotecario. Ordenar libros cura el alma.
Sin analizar el tema con detalle, solemos pensar que nuestro trabajo es el más estresante de todos. Cuando estudié economía en la década de 1960, la idea general que se aceptaba como cierta era que con la automatización todos estaríamos trabajando sólo veinte horas por semana y que nuestro problema más grande sería que hacer con todo nuestro tiempo libre. En realidad, el tiempo de trabajo se ha extendido, en vez de acortado. Con emails, mensajes de texto, teléfonos inteligentes, y demás podemos estar atendiendo llamadas 24 / 7. En cuanto al estrés y el control de nuestro tiempo ¿realmente somos más libres que antes o menos? Yo creo que menos.
Parte de la belleza del judaísmo, y seguro ésto también es cierto para otras religiones, es que nos devuelve el control de nuestro tiempo. Tres veces al día detenemos lo que estemos haciendo y nos dirigimos a D-os en nuestras plegarias. Recuperamos la perspectiva y damos un respiro profundo de eternidad. Tampoco apuramos nuestras comidas; antes y después de comer decimos una bendición. Eso también nos permite enfocarnos en placeres simples, llenando nuestra rutina de momentos de epifanía.
Pregúntale a cualquier experto en administración del tiempo cuál es la primera distinción básica que se debe hacer, muy probablemente responda: la diferencia entre lo que es urgente y lo que es importante. Con la precisión del tiempo tendemos a ignorar las cosas que son importantes pero no urgentes. Por eso el Shabat es un salvavidas, es tiempo que dedicamos a las cosas que son importantes pero no urgentes, como comer con la familia, celebrar con nuestra comunidad o simplemente agradecer. Éstas son las cosas que llenan de felicidad inesperada nuestra vida. En el Shabat – al menos que seas rabino – no hay lugar para el estrés.
El ritual religioso es una forma de estructurar el tiempo para que podamos estar en control de él. La vida necesita sus pausas, el capítulo se detiene para que el alma tenga espacio para respirar. De otra forma, podemos no estar en Egipto, pero seguimos siendo esclavos.
Fuente: Rab Sacks Online
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