Juntos venceremos
domingo 22 de diciembre de 2024
Luis Maizel

Luis Maizel: El mundo está de cabeza pero saldremos bien de ello

Estimados Amigos:

Les escribo esta carta desde mi casa donde llevo 2 semanas encerrado, aburrido y preocupado.

Aunque el tono de la carta está bastante serio y triste, quiero enfatizar que vamos a salir bien de esto y que el futuro se ve halagador, pues el mundo se repone de la adversidad. No quiero sonar melodramático, soy realista y a muy corto plazo estoy preocupado, pero al final del túnel veo una luz intensa y un mundo mejor que el actual.

En muy poco tiempo todo nuestro mundo ha cambiado. Hace apenas un mes nos preocupábamos por las elecciones de noviembre en EUA, de que si la tasa negativa de los bonos europeos era sostenible, del tren Maya y la posible reelección de AMLO en 2025 y de repente nos enfrentamos a una pandemia que afecta simultáneamente a todo el orbe y que ha trastornado la manera cómo nos comunicamos, cómo trabajamos, dónde comemos y para muchos si es que la van a sobrevivir.

El mundo no estaba preparado en cuanto a medicamentos y otros recursos médicos para combatir a un enemigo silencioso que brinca de una persona a otra y que se oculta muchas veces antes de causar estragos.

Los países más avanzados en alta tecnología estaban preocupados en lograr avances en comunicaciones de 5G, en computación en la nube, en nanotecnología ó en inteligencia artificial, pero poco cuidaron de tener suficientes mascarillas, guantes o respiradores en el remoto caso de una pandemia como fue el SARS en 2002 o Ébola en 2009.

La rapidez con que se propagó el COVID19 tomó a todo mundo por sorpresa y la distancia social solo desacelera su dispersión, pero no cura la enfermedad. Estoy seguro que pronto tendremos soluciones médicas empezando por medios rápidos de detección y eventualmente medicina para curar la epidemia y tal vez en un año una vacuna para prevenir el contagio, pero mientras tanto nuestras vidas se han alterado de una manera que yo creo será permanente.

¿Cuánta gente no recuperará su empleo cuando todo vuelva a la seudo normalidad? ¿Cuántas pequeñas empresas no reabrirán sus puertas, pues los dueños no aguantaron sostenerlas sin ingresos? ¿Cuántas personas aprendieron a hacer las cosas en forma diferente, ya sea remotamente o con menos personal? Cuánta gente descubrió el comercio electrónico que sabía existía, pero no lo usaba?

La respuesta a todas estas preguntas dependerá mucho de el tiempo en que se resuelva la crisis y en parte de la ayuda económica que puedan proveer los gobiernos.

Dado que nuestro enfoque siempre ha sido económico, ahora cambiaré a analizar lo que se ha hecho, el impacto que tiene y la situación de los mercados.

ESTADOS UNIDOS

Ante la caída estrepitosa de los mercados tanto accionarios como de renta fija, los primeros por el paro casi total en el consumo y la convicción que esto llevará a una recesión global y los segundos por la falta de liquidez y el desconocimiento de cuánto durará la crisis y si las empresas emisoras de los bonos sobrevivirán hasta la fecha de vencimiento de los mismos, los gobiernos de todo el primer mundo optaron por reabrir sus programas de QE (quantitative easing) ó sea inyectar liquidez a los mercados adquiriendo bonos existentes, sustituyendo billetes por papeles emitidos con anterioridad.

Esto fue lo que se hizo con buenos resultados en la crisis de 2008-2009, pero hay una gran diferencia entre aquella y la actual. En la previa el problema era de descapitalización del sistema bancario por los créditos hipotecarios otorgados en forma irresponsable y en la actual el problema es de salud con gravísimo impacto tanto en la demanda como en la oferta. Resolver la crisis solo a base de billetazos no funcionará en la situación actual.

La siguiente medida en Estados Unidos fue crear un programa de emergencia de 2 trillones de dólares (10% del PIB) apoyando a las pequeñas empresas para no desaparecer y para no despedir a los empleados, envío directo de cheques a aquellos que ganen $99,000 US y menos, apoyo crediticio a las grandes empresas con intereses muy bajos y subsidio directo a las industrias más impactadas como por ejemplo aerolíneas y hoteles.

Estas medidas funcionarán si la pandemia es controlada en los próximos 2 meses, pero tendrá que haber un nuevo programa similar si el cierre de la economía se prolonga por un tiempo mayor.

Muy poca gente ha hablado de cómo va a quedar la economía una vez que ésta pesadilla termine. La enorme liquidez creada con los subsidios y el QE puede llegar a 10 trillones de dólares inflando enormemente el déficit del gobierno y su endeudamiento de largo plazo.

La captación de impuestos se vendrá abajo en forma dramática al desaparecer por un tiempo las utilidades de las empresas y al no estar trabajando las personas.

Los estados tendrán que recurrir a la federación para ellos también recibir subsidios, ya que sin ellos no tendrán cómo pagar los servicios esenciales como educación, seguridad, salud pública y mantenimiento de la infraestructura.

Si la recuperación de la actividad industrial no es muy rápida, podría haber una contracción en el suministro de productos que sería inflacionario por el exceso de liquidez y esto encarecería el costo del servicio de la deuda que habría crecido para cubrir el déficit.

Al final del día todo dependerá de cuánto dure la pandemia y que tantos subsidios tengan que dar el gobierno para evitar que su economía se venga abajo.

En el aspecto político creo que el Presidente Trump saldrá beneficiado de la crisis, pues aparece a diario en los medios para reportar el avance de la lucha contra el coronavirus, se ha rodeado de gente de mucha capacidad y se ha visto presidencial, aunque tardó un poco en iniciar el ataque masivo contra la enfermedad.

Los demócratas no han podido hacer campaña por estar recluidos al igual que todo el mundo y su candidato, ya casi seguro Joe Biden, se ha visto indeciso y ya con muestras de incapacidad por su edad, ya que el ser una buena persona no es condición suficiente para manejar una crisis de la magnitud que estamos viviendo.

ISRAEL

Israel parece haber resuelto su crisis política, ya que Gantz aceptó el gobierno de coalición con Netanyahu, manejando cada uno de ellos el país por 18 meses, pero lamentablemente esa decisión deshizo su propio partido por el retiro de sus asociados que se oponían terminantemente a juntarse con Likud y dejar que Bibi fuera el Primer Ministro en los primeros 1 ½ años.

Todavía tenemos que ver qué pasará con el juicio por corrupción que se llevará contra Netanyahu tan pronto la crisis médica permita operar a las cortes criminales.

Los portafolios tuvieron un mes horroroso con las bolsas de valores desplomándose 30%+ antes de recuperar un poquito en un rebote que siento un poco artificial.

Los bonos que deben ser refugio en caso de crisis también sufrieron bajas serias, aunque mucho menores y en su mayoría porque no hay precios confiables en los mercados, y aquellos que tuvieron que vender por necesidad aceptaron valores bajísimos e irreales que son los que tomaron las empresas que valúan los portafolios.

Mi impresión es que los mercados de acciones no se recuperarán hasta meses después de que se termine la pandemia y que los de bonos se estabilizarán más rápido sabiendo que el gobierno quiere evitar que las empresas quiebren, ya que la mayoría de los emisores tienen finanzas sanas.

El oro llegó a su máximo histórico de 10 años, pero no tan alto como se suponía en una búsqueda de seguridad y el dólar alcanzó niveles muy altos antes de empezar a bajar al anunciarse el plan de rescate.

MÉXICO

Dejé el análisis de México para el final, ya que estoy muy preocupado por varias causas, unas autógenas y otras exógenas.

El desplome del precio del petróleo provocado por la guerra entre Rusia y Arabia Saudí afecta muchísimo al país (a pesar de la protección a base de futuros que acertadamente adquirió la Secretaría de Hacienda sobre parte de lo que exporta), la próxima recesión del vecino del Norte que afectará mucho las exportaciones, la suspensión del trabajo de muchos migrantes que afectara las remesas y la casi total desaparición del turismo extranjero se suman a una actitud muy poco decisiva por parte de AMLO ante la crisis médica que podría tener graves consecuencias en el contagio de la pandemia.

La caída del peso de más de 30% antes de regresar a “solo” 25% pone en jaque a muchas empresas nacionales que financiaron su expansión a base de créditos en dólares y pone también en peligro a los importadores que tienen que pagar en moneda extranjera los componentes ó materias primas que utilizan en su proceso productivo ó comercial.

Creo que veremos muy rápido acciones del Banco de México en baja de tasas de intereses y ojalá del gobierno federal en un programa de subsidios para tratar de salvar el empleo y dar apoyo a los estados.

SALDREMOS BIEN DE LA CRISIS

Quiero acabar la carta en un tono positivo, ya que esta crisis va a terminar y volveremos a la normalidad con un periodo de recuperación que espero no sea largo.

Hemos aprendido a convivir con nuestros seres queridos, tuvimos tiempo de pensar qué queremos de nuestras vidas, aprendimos a valorar lo bueno con que contamos y le dimos la oportunidad al planeta de contaminarlo menos por unos días.

Saldremos bien y esto solo será una pesadilla que se irá desvaneciendo con el tiempo.

Les envío como siempre un muy afectuoso saludo y me disculpo por lo extenso de esta comunicación.

 

 

 

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