La nueva versión del Nuevo Testamento luterano no son “buenas noticias” y todos los cristianos deberían llamarla “fake news”

Enlace Judío México e Israel – A principios del siglo XVI, Martín Lutero, un sacerdote alemán y líder de la Reforma Protestante, convocó a pogromos contra los judíos y a la profanación de la sinagoga.

SHIMON SAMUELS

En la década de 1990, la Iglesia Luterana condenó tardíamente el antisemitismo de su fundador. Una pálida interpretación de la católica “Nostra Aetate”.

La rama estadounidense de la Iglesia revirtió esa posición y, en 2016, se adhirió al movimiento antisemita BDS (boicot, desinversión, sanciones), y pidió a los EE.UU que pusieran fin a la ayuda financiera al Estado de Israel.

Hace unas semanas, la Sociedad Bíblica de la Iglesia Evangélica Luterana Danesa editó una nueva versión del Nuevo Testamento para sus iglesias ubicadas en más de 90 países. Esta nueva edición eliminó más de 70 referencias a “Israel”.

La Tierra de Israel ahora se ha convertido en “Tierra de los Judíos”; los Hijos de Israel se han convertido en “los Hijos de los Judíos”. No hace falta decir que, aplicando esta política al Antiguo Testamento, cualquier mención al Patriarca Jacob debería negar que su victoria en la lucha nocturna fuera recompensada con el nombre de “Israel (el Campeón de Di-s)”.

La Iglesia Evangélica Luterana es miembro activa del Consejo Mundial de Iglesias en Ginebra, abiertamente anti-Israelí.

El pastor Robert Smith de la Federación Luterana Mundial es, según se informa, un defensor del movimiento BDS y como tal ha declarado: “Los antiguos israelitas no están vinculados de ninguna manera sustantiva o material al moderno y contemporáneo Estado de Israel. La narrativa bíblica de Israel no tiene prácticamente nada que ver con la contemporánea, salvo la manipulación de textos sagrados para justificar un proyecto político”.

El pastor luterano palestino, Mitri Raheb, señaló sarcásticamente: “No fue el Señor Di-s quien prometió a Israel la Tierra. Fue Lord Balfour”.

Eliminar a Israel del mapa es la forma más perniciosa de robar la identidad de un pueblo. Así como la denegación única y exclusivamente al pueblo judío del Derecho a la Autodeterminación es de un evidente antisemitismo, según la definición práctica de la IHRA (International Holocaust Remembrance Alliance), definición que está siendo progresivamente adoptada en todo el mundo.

El Centro Wiesenthal produjo, irónicamente junto con UNESCO en 2014, una exposición denominada “Pueblo, Libro, Tierra”, trinidad básica que define al judaísmo. La Iglesia Luterana ha tomado el camino de la Teología del Reemplazo, también denominada Teología de la Suplantación o del Supersesionismo, arrogándose a sí misma el estatus de “el Nuevo Israel”, en un controversial ejercicio de neocolonialismo.

En 2009, mi colega Sergio Widder y yo asistimos en Porto Alegre, Brasil, al Foro Social Mundial, punto de encuentro entre la extrema izquierda y el yihadismo, masiva fiesta de odio contra Israel y sus amigos no judíos. Ese año se celebró un debate sobre el documento llamado Kairós Palestina, preparado por el Consejo Mundial de Iglesias.

Un pastor presentó su tesis acerca de que las expresiones bíblicas “Pueblo Elegido” y “Tierra Prometida” eran racistas, colonialistas y discriminatorias. El debate se resolvió argumentando que “todos somos pueblos elegidos” y “la tierra se promete a todos”. Borrando así a los judíos y a su Tierra tanto de la Historia como de la Geografía.

Para mostrar coherencia, la Iglesia Luterana debería expulsar a otro Pastor Luterano, quien por enfrentar a Hitler debió pasar siete años en campos de concentración nazis, el Pastor Martin Niemöller, celebrado por su poema en el que convoca a no callarse:

Primero vinieron por los socialistas, y yo no dije nada…

Porque yo no era socialista. Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no dije nada…

Porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos, y yo no dije nada…

Porque yo no era judío. Luego vinieron por mí, y no quedó nadie para hablar por mí.

Todo cristiano verdadero debería ahora denunciar la Nueva Versión Luterana del Nuevo Testamento como “Falsa Nueva” (fake news)

 

*El autor es director de Relaciones Internacionales del Centro Simon Wiesenthal

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

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