Nissim Guini Z’’L, de 10 años, el soldado caído más joven del Ejército de Israel

RABINO YOSEF BITTÓN

La guerra de 1948

Yom Haatzmaut celebra la declaración de Independencia de Israel el 14 de Mayo de 1948. Pero esa declaración de independencia no fue el final de la dolorosa guerra que costó la vida al 1% de la población judía de Israel… al día siguiente todos los ejércitos de los países árabes comenzaron a atacar a la población judía de Israel, que en ese entonces era más o menos de 650,000 almas.

La historia de Nissim tiene que ver con el ataque de la poderosa Legión Jordana al barrio judío de la ciudad vieja de Jerusalén, el Rova Yehudi.

Nissim Guini nació en Yerushalayim en 1937 o 1938. Se estima que su nacimiento fue en Janucá, porque entre los Sefaradim se acostumbra a llamar Nissim a quien nace en esa festividad. Su padre fue Yitzjak Guini, un Yehudi observante de Esmirna, Turquía. Su madre era Miryam Waqnin, de Marruecos. Nissim tenía 2 hermanos, Natán y Meir, y una hermana, Jaya. Nissim estudiaba en el Talmud Torá de la Ciudad Vieja. Allí vivían 1,600 Yehudim, en permanente estado de tensión con sus vecinos árabes.  Los niños judíos sufrían la constante agresión de los niños árabes, pero se las arreglaban muy bien para defenderse.

El asedio a Jerusalén

El mismo 14 de mayo de 1948, cuando Nissim cursaba el 4 grado, con 9 años, comenzaron las hostilidades. La ciudad vieja quedó bloqueada y los 1600 habitantes judíos que vivían allí quedaron totalmente aislados, con sólo 200 jóvenes soldados, con muy pocas municiones, defendiendo a la población. Los soldados resistieron todo lo que pudieron, pero muchos morían o eran capturados. El asedio recrudecía y cada vez quedaban menos combatientes judíos. Los civiles se sumaron a los esfuerzos de defender la ciudad. La situación de la familia Guini no era fácil. El padre, que tenía una panadería en Majané Yehuda, había quedado “atrapado” fuera de la ciudad vieja y no podía ingresar. La madre de Nissim, completamente ciega por una enfermedad que no pudo tratar, estaba sola a cargo de sus 4 hijos. Jaya, la hermana mayor, que tenía sólo 14 años, comenzó a servir como voluntaria en Baté Majasé, una enfermería improvisada donde atendían a los heridos. Muchos niños, como Natán, el hermano mayor de Nissim que tenía 12 años, también se ofrecían como voluntarios. Los niños llevaban café o comida a los soldados y ayudaban en todo lo que podían.

El niño más valiente

Nissim, de 9 años, también se ofreció como voluntario. Seguramente por su destreza en el juego de las escondidas, Nissim conocía a la perfección todos los rincones, los atajos y los pasadizos secretos de la ciudad vieja. Nissim, aparte era muy hábil, despierto y especialmente valiente. Nissim comenzó a ayudar a los soldados llevando armas y municiones de uno a otro. Pero lo más importante que hacia Nissim era escabullirse por la noche, sin que lo viera el enemigo, para informar a los solados judíos de los movimientos de las tropas jordanas. Cuentan los testigos que Nissim muchas veces corría bajo una lluvia de balas jordanas para cumplir con su misión. Nissim arriesgaba su vida acercándose a las posibles posiciones de los francotiradores jordanos para identificar e informar su presencia. Las tareas de inteligencia del pequeño Nissim resultaron absolutamente críticas para los valientes soldados judíos, y las acciones de este valiente niño, salvaron vidas.

¿Quedarme en casa mientras mueren mis hermanos?

El 27 de mayo de 1948, Nissim había ido a comer algo a su casa, pero antes que pudiera probar bocado, lo vinieron a buscar: “Tu reemplazo no llegó” le dijeron de parte de los soldados. “Te necesitamos en el puesto de observación”. Cuando Nissim se aprestaba a salir, su mamá, asustada por los disparos que cada vez se escuchaban más cerca, se opuso y dijo: “Déjenlo aquí, que afuera está muy peligroso”. Varios testigos recuerdan lo que Nissim le dijo a su mama en ese momento: ?מה את רוצה אמא, שאני אשב בבית ואחרים ימותו“  “¿Qué quieres mamá, que yo me quede en casa mientras los demás se mueren?”. Y Nissim se fue. Nissim llegó al puesto de observación, cerca de donde está hoy la Yeshibá Porat Yosef, al lado del Kotel. En un momento fatídico, Nissim levantó su cabeza y un francotirador jordano le disparó y lo hirió mortalmente. Nissim fue llevado a la enfermería de Baté Majasé. Allí lo atendió su propia hermana, Jaya, quien trató desesperadamente de parar la sangre. Pero no tenían lo necesario para atender a Nissim, o hacerle una transfusión, y al otro día Nissim Guini murió.

La caída de Jerusalén

Ese mismo día, después de haber resistido heroicamente por 14 días, el Rab de la Ciudad Vieja de Yerushalayim, Ribbí Benzion Jazán, levantó la bandera blanca y la ciudad se rindió. Los jordanos tomaron 500 Yehudim como prisioneros, y los demás fueron trasladados fuera de la ciudad. El cuerpo de Nissim, junto a los cuerpos de otros 7 soldados fallecidos, quedó en la enfermería de Baté Majasé.

El entierro de Nissim

En junio de 1967, con la ayuda de Hashem y Sus múltiples e increíbles milagros, el Ejército de Israel conquistó Yerushalayim. Un ciudadano árabe de edad avanzada pidió hablar con el oficial de mayor rango. El anciano árabe llevó al oficial a un rincón de la ciudad y le dije: “Aquí están enterrados los cuerpos de algunos judíos. Yo mismo los enterré en 1948. Los jordanos querían quemar los cuerpos, pero yo no los dejé”. El ejercito desenterró los cuerpos, pero no se pudo identificar a los combatientes. Con excepción de uno: Nissim Guini, porque todavía tenía sus dientes de leche…

Los restos de Nissim fueron llevados por orden del Rab Shelomó Goren al cementerio del Monte de los Olivos, Har Hazeitim, Después de unos años, el Ejército de Israel reconoció a Nissim Guini como “el soldado caído mas joven que ha servido en el Ejercito de Defensa de Israel”, y en el cementerio militar Har Herzl, se erigió una placa en su memoria.

La corta vida del pequeño Nissim, su increíble sacrifico y valentía para ayudar a sus hermanos y defender, nada menos que JERUSALÉN, es un motivo de gran orgullo e inspiración.

יהי זכרו ברוך

 


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