Enlace Judío México e Israel – Todos conocemos el estereotipo estadounidense de la madre judía. Aquel ser narcisista nervioso y obsesivo que tortura a sus hijos con exceso de atención y deseos de control insuperables.
Sin embargo, aunque el estereotipo se basa en una realidad oscura que vivieron algunas mujeres del siglo pasado al migrar a un nuevo país, sobra decir que es falso. Hay muchas formas de relacionarse con la maternidad en el mundo judío que sobrepasan por completo el retrato caricaturesco.
Existen películas, obras de teatro, escritos, series de televisión y personajes que nos muestran otra realidad de la madre judía: la importancia que le da a su familia, los lazos tan estrechos que genera con sus hijos y la sensibilidad con la que se acercan a ellos. La maternidad es algo inmenso en el judaísmo y el papel de la madre siempre ha sido respetado. Las siguientes películas y series televisivas nos muestran una visión distinta de la madre judía. Esperamos puedan verlas y gustarles.
1) Fania Klausner. Una Historia de Amor y oscuridad
Si buscas una mujer ruidosa, extravagante y quejumbrosa como retratan a la madre judía en todas partes, Fania no podría estar más lejos de lo que te imaginas. Es la madre de Amos Oz en su autobiografía titulada Una Historia de amor y oscuridad. Adaptada al cine, dirigida y actuada por Natalie Portman retrata la realidad de una familia que vive en Jerusalén antes y después de la Guerra de Independencia. La película más que un recuento sobre la maternidad vista desde los ojos de una madre, son los recuerdos del hijo sobre aquellos momentos que marcaron su relación con ella. A través de los ojos del niño de diez años que era, el narrador nos muestra la realidad trágica que cientos de israelíes vivieron en medio de la persecución y la guerra. Sin embargo,toda la película es sobre su madre, una especie de intento de entender el mundo como ella lo veía y de curar el dolor de una tragedia.
En la película hay muchas historias que el niño escucha sobre la maternidad sumamente oscuras. Por ejemplo, el caso de una mujer que pierde a su hija una vez que decide separase de su esposo. Era golpeada por el marido todas las noches, y obligada a prostituirse cada vez que éste la apostaba en el juego de cartas. Su misma hija la rechaza porque en el pueblo todos la acusan de “inmoral.” Son historias de abandono y dolor que ocurrieron en Polonia, la tierra natal de Fania.
El niño escucha las historias y siente miedo aunque sabe que la relación con su madre no es tan oscura, hay algo de ellas que se refleja en lo más profundo de su persona. Es una mujer sencilla, jovial y dedicada a su hijo, pasan momentos hermosos juntos. Sin embargo, hay algo dentro de ella que el niño no logra entender. Una especie de tristeza profunda de la cual quiere rescatarla y no lo logra, una herida que no cura con nada. Mientras el hijo busca la luz para ella, Fania lentamente decide hundirse en los terrenos más oscuros del alma.
La película entera es un intento de regresar a ella, de interpretarla nuevamente y darle un lugar en ese nuevo mundo sin guerras en el cual ahora Amos vive. Nos muestra la profundidad de los matices que una relación entre hijo y madre pueden tener y lo profundamente atados que estamos a relaciones como éstas.
2) Cuatro ejemplos de maternidad. The Marvelous Mrs Maisel
The Marvelous Mrs Maisel ha de ser una de las mejores series televisivas que se han hecho sobre el mundo judío. Nos muestra la realidad de una familia acomodada que vive en el Queens judío de 1956. La protagonista Midge Maisel es la ama de casa perfecta, tiene todo en orden, preparado y medido antes de que sea necesario; es atractiva, joven, arreglada, divertida y un carácter que la hace especial. El mundo rosa en el que vive se rompe cuando su marido toma una decisión que destruye por completo la imagen que tenía de sí misma y la obliga a enfrentarse a una realidad menos cómoda, a la que no está acostumbrada. La serie retrata su crecimiento como comediante en un mundo dominado por los hombres.
A través de las experiencias que los personajes tienen se nos muestra el Nueva York de esa época y vemos de cerca a una comunidad que lucha por mantener las formas judías que heredaron en Europa y seguir siendo parte de la cultura americana que los rodea. Presenciamos el surgimiento de la comedia gringa como un mundo dominado por los outsiders, el crecimiento del jazz, la vida en las universidades de los matemáticos judíos y el desarrollo de la industria textil que se dio en ese tiempo. Todo a través de detalles, música y situaciones que enriquecen la serie de una manera impresionante.
Entre muchos de los temas que pueden ser analizados, uno de los que más sobresale es el tema de la maternidad. ¿Qué implica ser una madre en la década de los 50’s? y ¿cómo balancear una carrera artística, demandante con ese rol? The Marvelous Mrs Maisel nos presenta cuatro formas distintas de ser madre en las que la ascendencia judía tiene un peso impresionante. Y si bien alguno de los rasgos etereotípicos de la época las definen, la forma en la que se relacionan con su rol de madres es mucho más profunda que lo que los chistes señalan.
En primer lugar tenemos al personaje de Rose, la madre de Midge. Es la mujer conservadora, acomodada de mediados de los 50 perfectamente bien retratada. Su familia es el centro de su vida, su máximo sueño es ver a sus hijos casados, con buena familia y dejo su vida de artista para ser madre. Sin embargo, mantiene los altos estándares de elegancia y cultura de la época. Adora a Midge y es muy unida a ella. No concuerda con el nuevo camino que su hija ha decidido tomar y lo manifiesta expresando un rechazo abierto. Le duele la separación reciente que madre e hija están teniendo y el sentimiento de que la vida que entre su esposo y ella le dieron no fue suficiente. El choque entre la nueva realidad y sus deseos es muy fuerte.
Como contrapeso a esta mujer se encuentra Shirley, la madre de Joel, suegra de Midge. Si Rose retrata la mujer judía que se incluyó en la alta cultura estadounidense y europea, su consuegra es la mujer judía que pese al dinero jamás dejo las formas estrafalarias de Europa del Este. Es gritona, extrovertida y un poco vulgar. Sin embargo, es muy cariñosa y amorosa con su hijo y nietos. Ayuda al padre con la fábrica de ropa y trasmite su amor a través de la comida. Al ser un personaje secundario de la serie no la vemos crecer tanto dentro de la misma; aún así su presencia nos abre una venta al mundo de las familias judías que se instalaron en los suburbios tras superar la pobreza de la inmigración. El choque entre ambas familias retrata el choque que hay hasta la fecha en Estados Unidos entre las familias de origen alemán judías y las familias provenientes de Europa del Este, como Rusia o Polonia.
Así como la pareja de Rose y Shirley crean un contraste entre dos tipos distintos de mujeres y madres judías a mediana edad. El personaje de Midge es contrastado por su mejor amiga Imogene, que es también el estereotipo de perfección: es pretenciosa y demandante; “un girasol gritón” como la llama Susie (la manager de Midge). Es la mama perfecta de la época; lee a Dr. Spock sabe todo lo que una mujer puede saber de bebés, vive plenamente para su familia. Al igual que Rose no entiende el camino de vida que Midge ha escogido su rol de ama de casa forma casi la totalidad de su identidad. Aunque no es judía muestra la forma de perfección en la maternidad a las que las mujeres de la época aspiraban. Midge en cuanto a su rol como madre es contrastada con este ideal continuamente. Nuestra protagonista cuando se trata de maternidad representa el conflicto encarnado.
A diferencia de Imogene no tiene ni idea de quién es Dr. Spock, ni qué se hace con un niño, aunque tenga dos. A veces pierde a sus hijos en el parque, se olvida de ellos y definitivamente no sabe como tratarlos. Esto es así porque la vida moderna como mujer trabajadora que ha decidido llevar entra conflicto directo con la persona que era antes y los valores de su época. Lo cual hace el contraste de la maternidad entre las cuatro mujeres más interesante.
3) Dvora Shtisel y Giti Weiss
Shtisel es una de las series judías que más difusión ha tenido en los últimos años. Retrata la vida de una familia judía ortodoxa viviendo en el centro de Gueulá, uno de los barrios más religiosos de Jerusalén. La historia es narrada a través del personaje de Akiva, el protagonista; quien se encuentra en un constante conflicto entre la vida religiosa, encontrar una pareja adecuada y su arte – la pintura. En los sucesos de esa travesía aparecen dos figuras maternales muy profundas que la serie retrata.
La primera es Dvora Shtisel, la madre muerta de Akiva. Es una mujer amorosa, dedicada que adora a su hijo. El sueña con ella constantemente y tiene recuerdos profundos de su infancia. Frente a la dureza del mundo en el vive y su propio padre, la madre se vuelve una figura de compasión y bondad que lo acompaña. A él le gustaría hacer cosas que la hubieran hecho sentirse orgullosa aunque ya esté muerta; en cierta forma la sigue buscando tanto en sus recuerdos como en las mujeres que conoce y se enamora. El deseo incumplido de formar familia carga el espectro de la madre y se vuelve un símbolo del futuro tan anhelado que busca con una mujer a la que ame.
La segunda figura es Giti, la hermana, sería difícil encontrar un ejemplo de maternidad más alejado al estereotipo gringo que en este personaje. Si la caricatura de la madre judía es un ejemplo de mujer quejumbrosa, débil y entrometida Giti es el ejemplo de la discreción y la fortaleza. En un mundo hostil a las madres solteras logra sacar adelante a su familia guardando en secreto el dolor de un suceso que no puede revelar por el bienestar de sus hijos. Es fuerte, decidida y enfrenta todos los problemas sin quejarse, al igual que Midge, el mundo en el que vive se derrumba pero decide salir adelante.
La relación con su hija es sumamente problemática, puesto que la dureza la ha vuelto hostil a las necesidades sentimentales que una adolescente requiere. Se proyecta en ella y quiere alejarla del camino y los errores que cometió de joven. Es sin duda uno de los personajes más interesantes de la serie.
4) Mama drama
Finalmente, aunque no es un personaje me gustaría mencionar el documental producido por la directora Monique Schwarz y la historiadora Patricia Erens Mama Drama. En donde se trata de analizar el retrato de la madre judía en el cine y la televisión desde su primera aparición en 1925. El documental cuestiona el estereotipo que fue creado en Hollywood y busca encontrar las raíces del mismo y su desarrollo en el cine. Muestra una gran variedad de películas que fueron creadas a lo largo de todo el siglo XX; y toca temas como la inmigración y la adaptación a una nueva cultura.
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