Las raíces judías de Superman, “el defensor de la verdad y la justicia”

Enlace Judío México e Israel – Para niños que crecieron con miedo, viendo como sus hermanos morían en la guerra; temiendo un bombardeo a manos alemanas o la conquista terrible de los nazis. Niños que habían sido maltratados en escuelas, golpeados y asaltados en las calles, y no encontraban trabajo como adolescentes sólo Superman “el defensor de la verdad, la justicia y la vida americana” podía ofrecerles un refugio.

Ese semidios extraterrestre que había llegado de las tierras de Kripton era el más conocido y querido de todos los superhéroes. Fue el primer comic de Action Nation Comic (que después tomaría el nombre DC) en rebasar las expectativas de ventas y en tener su propio número. Cuando lo imprimieron los editores pusieron la fecha de impresión dos meses después de la fecha real (junio en vez de abril) creyendo que Superman no iba a vender siquiera un número y esperando que el tiempo prolongado disimulara la derrota. Sin embargo, para su sorpresa Superman no sólo rebasó sus expectativas, sino que fue el número más vendido de toda la historia de Action Comics. A los pocos meses, nuestro kriptoniano ya tenía su propio tiraje y ya agotaba las ventas. No había un solo niño en todo Estados Unidos que no escondiera su historieta de 10 centavos bajo la almohada o entre los libros de la escuela.

¿Por qué ningún otro superhéroe había alcanzado el mismo éxito ni euforia con tal magnitud? ¿Qué tenía de especial Superman que lo separaba de los demás héroes? ¿Por qué se convirtió en la voz y el símbolo de la justicia y la fuerza en las historietas de acción? La respuesta no es obvia pero sencilla: su solidez moral.

De todos los héroes de acción Superman era el único que tenía una moral clara e implacable, dando así nacimiento a las características que definirían los personajes de Marvel. A diferencia del Zorro, el Llanero Solitario y Tarzán (los héroes del momento) Superman nunca flaquea en sus decisiones. No necesita de un disfraz para actuar, se muestra tal cual es, con la cara descubierta, listo para enfrentar el crimen y defender a los indefensos de cualquier maldad que se les presente.

Es el único que ningún momento de su historia lo vemos dudar, nunca es indeciso, nunca comete un error y seguido enuncia abiertamente sus valores al perseguir a los villanos; es un personaje que educa a quien lo lee. Podría convertirse en el rey del mundo, ya que no es humano y su fuerza es infinitamente mayor a cualquier artefacto u hombre de este planeta, podría regresar a Kripton, o dedicar su tiempo a enriquecerse, sin embargo, decide quedarse en la Tierra; porque prefiere defender los valores en los que cree y sabe que si él se va nadie más lo haría.

A diferencia del superhéroe, la identidad con la que Superman se esconde, Clark Kent, refleja más de cerca la vida del lector. Un joven débil, tímido, ninguneado, al que la misma Louise Lane llama cobarde, es más parecido al niño que se esconde de la madre y de los maestros para leer sus libros y perdió al padre o el hermano en la guerra sin poder hacer nada, que al superhéroe que pudo haberlos defendido. Más parecido a aquel que décadas antes vio a sus mayores humillarse en instituciones de beneficencia para suplir con comida la escasez del trabajo. Superman le regresa la esperanza de un mundo más justo.

Nos enseña que la debilidad interna, la cual todos tenemos, puede convertirse en un disfraz; algo externo a nosotros que no nos define. Nos da la esperanza de convertirnos en seres más fuertes a través de la rectitud y la bondad. Nos muestra que nuestros problemas no se van a solucionar en otro planeta, ni mágicamente, sin embargo, la fortaleza más grande y el recurso que siempre tenemos como individuos es la construcción interna; lo que hacemos por los demás, la solidez de nuestros principios y la determinación de actuar conforme a ellos. También nos recuerda la importancia de defender lo que amamos y luchar por nuestros seres queridos. En el Universo de Superman un sólo hombre justo, que ama la tierra puede detener a una mafia entera. Un personaje así sólo puede surgir de la imaginación de dos hombres que sufrieron en carne propia el dolor de la inseguridad y la injusticia.

Joe Shuster y Jerry Siegel. Los creadores de Superman y la comunidad judía estadounidense de los años 30 y 40

Jerry (Jerome) Siegel perdió a su padre a los 17 años de edad a manos de unos asaltantes de tiendas en 1932. A la familia le fue informada que el hombre había recibido un balazo en el pecho, sin embargo, más adelante se descubriría que su muerte había sido causada más por un infarto que por una bala. De una forma o la otra la trágica muerte del hombre impulsaría al adolescente la creación de un superhéroe que defendía a los indefensos en la peligrosa ciudad de Metropolis (Cleveland para Jerry). Era el menor de seis hermanos y hasta el momento había llevado la vida normal de cualquier judío nacido de inmigrantes rusos en Estados Unidos. Sus padres provenían de una región que ahora es Lituania, antes Rusia, y habían buscado mejor vida en el continente americano.

Al inicio Michel Seigel (antes Yankel Segalovitch, su padre) empezó con trabajos pequeños como pintor de anuncios. Sin embargo, con el tiempo fue ahorrando hasta ser capaz de vender ropa usada en su propia tienda, donde moriría. De esa forma la familia Siegel nunca gozo de riqueza abundante, pero tampoco paso hambre por largas temporadas. La familia se adaptó lentamente al nuevo continente y Jerry creció Cleveland leyendo historietas de ciencia ficción y detectives.

Desde chico le gustaba escribir y en varias ocasiones escribió historias para espacios destinados a lectores y vendía sus cuentos en folletos que el mismo producía y promocionaba en los anuncios del periódico local. En 1929 mientras dirigía “The Torch” (La Antorcha) el periódico de su preparatoria, conoció a Joe Shuster; a quién le gustaba dibujar historietas.

A diferencia de Siegel, Shuster había pasado una infancia mucho más dura. Sus padres eran inmigrantes judíos provenientes de Rumania que nunca lograron tener una situación económica estable. Desde niño, el joven Shuster se acostumbró a trabajar como ayudante en tiendas o repartidor de periódicos para poder pagar las necesidades de la casa. Aún recuerda esos trabajos con alegría, según sus palabras, repartir periódicos le ayudaría a conocer a fondo su ciudad Toronto la cual dibujaría más adelante en sus historietas. Además conseguía maneras hacerse dueño del papel sobrante, tanto en las tiendas como en la imprenta, de tal manera que durante su infancia y adolescencia nunca compró una sola hoja de papel.

Cuando los dos tenían 16 años se conocieron formaron una buena relación rápidamente; tenían mucho en común. Los dos eran judíos, provenían de familias extranjeras y habían crecido admirando los mismos personajes, recolectando las mismas historietas. Pronto empezaron a trabajar juntos publicando historietas de su creación en el periódico escolar.

El nacimiento de Superman

Como en su tercer número se les ocurrió la idea de un supervillano, hecho de acero, venido de otro mundo que nadie podía derrotar. Sin embargo, en su muerte, el villano se da cuenta que hubiera preferido ser recordado por su bondad que por su maldad; así fue como surgió Superman. Decidieron que su personaje funcionaba mejor como superhéroe que como villano. Así mismo retrataron su personalidad en la vida de Clark Kent. Los dos eran tímidos, se sentían extraños frente a sus otros compañeros y tenían muchos problemas para acercarse a las compañeras que les gustaban. Ambos querían más adelante trabajar en los periódicos y retrataron el mundo con el que soñaban durante su adolescencia.

Los primeros números los dibujaron en el papel tapiz de unas paredes que Shuster había encontrado desechados y sin usar. El papel en ese entonces era muy caro y ninguno de los dos tenía recursos suficientes para comprar algo decente. Con esos bosquejos, antes incluso de dejar la escuela, mandaron sus tiras a todas las empresas de comics y periódicos que conocían y les podían publicar. Durante cinco años ninguna aceptó la idea, ni los dibujos de los jóvenes artistas.

No fue sino hasta que Harry Donenfeld decidió comprar Detective Comics que Superman pudo ver la luz en papel impreso. Maxwell Gaines había recibido la tira algunos años antes y se hubiera deshecho de ella si ayudante Sheldon Mayer no lo hubiera convencido de guardarla. Para 1937 el empresario había comprado dos imprentas a color y le faltaba material que imprimir. Le ofreció a Donenfeld prestarle las máquinas si se ofrecía a compartir los gastos; éste acepto el trato bajo la condición de que Gaines le diera material disponible para publicar. La primera persona en la que Gaines pensó fue Siegel y le escribió al joven que por favor mandara más números de sus tiras y pasará las creaciones anteriores a un papel decente.

Los jóvenes que ya tenían 19 años pidieron prestado dinero a sus padres para comprar tinta y papel y mandaron el comic; el cual fue aceptado y publicado en abril de 1938. Durante más de diez años trabajaron para Action Comics (en la editorial DC), produciendo los números más vendidos de su época. Incluso durante la época en que Siegel hizo su servicio militar en 1943. Sin embargo, en los próximos años conflictos con la editorial llevaría a los artistas a demandar a DC y reclamar los derechos sobre sus creaciones. Aunque ganaron el juicio, fue muy difícil para ambos seguir trabajando en la industria y sufrieron por razones económicas durante mucho tiempo. Aunque los artistas hayan desaparecido de la escena, sus creaciones siguen siendo leídas y producidas hoy en día. Hasta la fecha se reconoce a Superman como el comic que dio esperanza tanto a niños como soldados al enfrentarse a los nazis en la Segunda Guerra Mundial.

Muchos críticos han destacado la influencia judía de los creadores sobre el mismo comic. Superman viene de un mundo extraño, de un planeta que ha sido destruido, así como los países de donde vinieron los padres de Shulster y Siegel. Aprende a vivir en un mundo de inseguridad y pobreza el de los judíos en los años 30 e irónicamente combate a los nazis en la guerra. Al igual que los inmigrantes se cambia su nombre y constantemente se siente como un extranjero en la tierra que habita. El amor al individuo, la búsqueda de un mundo justo y la lealtad a los principios son ideales que ambos artistas tomaron de su contexto judío. Y aunque estas características no sean exclusivas de la comunidad y el pasado judío la influencia de ese origen sobre sus creadores fue claramente significativo y refleja la realidad que muchos grupos minoritarios de Estados Unidos también vivieron. Por eso mismo fue tan popular, porque al ser una mezcla de culturas e historias Superman imitaba gran parte de “la vida americana” a la cual decía defender; un lugar para defender la libertad, al cual poder llegar cuando todo lo demás había sido destruido.

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Aranza Gleason: Aranza Gleason se define a sí misma como una judía en el exilio. Nació con una raíz dividida como sus poetas favoritos; busca y ama al judaísmo, pero como a los personajes que lee, éste, también se le escapa de las manos. Estudió Lengua y Literatura Inglesa en la UNAM y ha trabajado en Enlace Judío desde el 2017. Le gusta leer, viajar y experimentar el mundo de forma libre.