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jueves 21 de noviembre de 2024

“The Stranger” de Orson Welles, el primer filme comercial en usar imágenes reales del Holocausto

Enlace Judío México e Israel – Esta película es una verdad fiel de una época que creía en denunciar al antisemitismo, al nazismo y a las atrocidades contra la humanidad y el pueblo judío, una película que no descansa en el concepto de la justicia, interpretada y dirigida por una de las personalidades norteamericanas más influyentes del siglo XX. Actor, periodista, escritor, productor, director de cine y teatro, Orson Welles se lanza a la travesía de lograr ese objetivo, siendo de lo más sutil, y nos plantea la lucha de la luz contra la obscuridad en este film noir que se atrevió a denunciar el  Holocausto.

ROGER MARTIN

Navegando las listas interminables de basura de Netflix en donde como oasis en el desierto aparece una que otra buena película, o en algunos casos resultan ser espejismos para seguir incrementando dichas listas de basura, a la distancia, cansado, incómodo y sediento como si estuviera en el desierto siguiendo a Moisés, sin tablas de la ley, pero sí con la segunda mejor cosa después de eso, un control remoto, acalorado por las luces de alógeno incandescentes, que algún recién graduado de arquitectura tuvo la brillante idea de colocar una cada 40 cm. de la otra, hambriento y sediento esperando el “maná”, es decir al repartidor de pizzas mientras cansado de estar sentado horas o días desdé que inició la cuarentena, vi la imagen de The Stranger del gran Orson Welles: revolucionario perfecto, intelectual americano del pensamiento moderno, aquel responsable de esa infame radiodifusión de La guerra de los mundos, que hizo creer a muchos americanos que una invasión extraterrestre ocurría. Todo esto a sus 23 años, valiéndole este episodio un contrato para tres películas con la extinta RKO Pictures. Hace unos días el Pentágono desclasificó y confirmó tres videos del fenómeno OVNI ¿Qué pensaría el mismo Welles sobre eso?

Orson Welles fue famoso también por dirigir su obra más conocida y emblemática Citizen Kane, un éxito, una película “moderna” filmada en 1941 con saltos importantes en la narrativa visual y aportando una autoridad a la figura del director de cine que nadie había logrado antes con esa contundencia. Detrás de cámaras, antes de Citizen Kane, lo usual era que el director fuera un mero maquilador de imágenes al servicio dictatorial y tiránico de los ejecutivos del studio, esos demonios en trajes de primera calidad con el poder de cumplir sueños o destruirlos en segundos, tenían a los directores de cine como asistentes fílmicos. Estos pobres primates solo recibían órdenes: filma, corta, ¡cállate! Y así era el cine, pero el gran sentido de seguridad y de progreso que irradiaba Welles pidió al estudio darle “autoría creativa” como director, sin ejecutivos dándole órdenes. Él y sólo él en el rol de director sería el responsable del proceso creativo y diseño visual de la obra como si su autoridad sea decreto divino y sus órdenes, eco de los dioses a los que ningún mortal podría contradecir jamás. Con tan sólo veintiséis años el icónico y multifacético Orson Welles logró dominar a la fiera del estudio, como si el león de MGM fuera un lindo gatito.

The Stranger sin spoilers

The Stranger, brillante y primer film noir de Welles fue filmada en 1946 justo después de la violenta Segunda Guerra Mundial, dirigida y actuada por el mismo Welles en sus bajos treintas en el papel del profesor Charles Rankin, en compañía de la diva Loretta Young y el famoso Edward G. Robinson, actor judío rumano de apellido real Goldenberg, apodado “cara de sapo” entre sus amigos, conocido por interpretar papeles de gánster en la época de oro de Hollywood en el papel principal como Mr. Wilson, un investigador de la Comisión de Crímenes de Guerra de Naciones Unidas. La historia había sido interpretada poco antes en radio con el mismo Robinson en el mismo papel.

Welles, famoso entre otras cosas por ser de espíritu libre y dejarse llevar creativamente, obtuvo la oportunidad de dirigir cuando uno de los considerados maestros del Western. El cowboy John Huston tuvo que anular su contrato por unirse al ejército. Welles aceptó bajo circunstancias no habituales en él: trabajar con una fecha de entrega, bajo un presupuesto sellado y cediendo parte del control creativo al productor y al editor, quienes tendrían autoridad para decidir que dejar y que cortar. Welles tomó la oferta como un reto que le emocionaba. Tendría que simplificar su talento creativo para lograr el objetivo. Sobra decir que los conflictos creativos sobraron. Welles reconoció que muchas escenas que escribió y filmó jamás llegaron al corte final, incluyendo las primeras dieciséis hojas del guion tratado por Welles, situación que en honor a la justicia vio con buenos ojos, porque agilizaba a la historia y aportaba avances, eso no significa que no debatió su punto de vista a cada rato. 

La producción trabajó con la misma gente que usó Welles en Citizen Kane, logrando una profundidad de campo en el set que el espectador realmente creería que la película fue filmada en un pueblo promedio americano y no en un set, algo muy común hoy en día, pero no en la época de Welles. La historia ocurre en Harper, Connecticut, pero fue filmada en Los Angeles y Rapid City.

Nazis en América

The Stranger trata de la cacería de un nazi en América, y no de cualquier nazi, sino del infame Franz Kindler: el responsable de haber dado la idea de la exterminación masiva de judíos al mismo Führer (en la ficción de la película). En 1946 las heridas de la guerra estaban frescas y la idea de nazis escapando al continente americano eran de miedo colectivo. Los países se llenaron de migrantes europeos y, entre ellos, mucha escoria nazi escondida. Para ese año la gente realmente no sabía aún qué había ocurrido en Europa. Si hoy en día con toda la documentación que se ha recopilado de tan atroz evento existen personas que se atreven a negar y cuestionar la veracidad de esa tragedia, en 1946, un año después del fin de la guerra, la evidencia de lo ocurrido aún no se sabía, no se dimensionaba realmente el nivel de las cosas.

Fue la primera película comercial en utilizar imágenes reales de los horrores de los campos de concentración nazis y mostrar esas imágenes por primera vez a una audiencia, al público promedio, porque antes de esta película, dichas filmaciones y documentos de los campos de concentración nazis, eran de uso de personal militar del más alto nivel. En la película, se muestra una proyección de los campos de concentración siendo esas imágenes verídicas y mostrando a la audiencia el primer enfrentamiento de esa desgracia humana, con pocos segundos en pantalla y en sintonía con la trama. The Stranger dejó un profundo impacto en su momento al enfrentar a al público en general con la cruda y enferma realidad que creo el nazismo. 

Para ese año la prensa había cubierto información sobre los campos de concentración, pero por motivos de censura o de evitar imágenes explicitas, no todos los periódicos se aventuraban a publicar imagines crudas que muestren el verdadero infierno ocurrido. Mucha gente realmente no creía o no lograba entender como algo así pudo ocurrir, por lo tanto el tema de los campos de concentración era en muchos casos una especie de rumor, la guerra tenía máximo un año de haber terminado, por lo tanto no había evidencia sobre la realidad de las cosas para el público en general. Muchos creían que se trataban de “cárceles” sin lograr comprender que eran campos de exterminio masivo.

Welles el humanista

Welles vio las inhumanas imágenes en mayo de 1945 en San Francisco ya que fue corresponsal y comentarista político en la conferencia de las Naciones Unidas sobre la organización internacional para después de la guerra. Quedó horrorizado e impactado con lo visto y consideró que el mundo tenía que enfrentar esa realidad, no censuras no interpretaciones, no “suavizar” las cosas, sino enfrentar realmente lo ocurrido para que quedara un testimonio de los crímenes alemanes contra la humanidad y el pueblo judío. En estado de shock. como él mismo alguna vez comentó en entrevistas, escribió para su columna semanal en el New York Post en ese año:

“No, no debe evitar ver las cintas sobre los campos de concentración. Dejan claro un punto que ningún hombre debe evitar: La guerra ha distribuido cuerpos por el todo mundo, nada de esto es algo agradable a la vista. La idea de la muerte nunca es bonita, pero las cintas mencionadas son testimonio de otro tipo de muerte, de otro nivel de decadencia. Esto es la putrefacción del alma, es el espíritu hecho basura. Desde hace algunos años llamamos a esto fascismo, su peste permanecerá por siempre”

De este trauma y comprensión de lo realmente ocurrido en Europa, de las denigrantes acciones cometidas por el nazismo contra civiles, Welles tenía la firme intención de hacer algo al respecto y al tratarse de imágenes, el cine era la respuesta. Buscó como dirigir la cinta y con un golpe de suerte tomó el papel de director. Welles había hecho del guion algo más crudo pero el productor y editor no le dejaron hacer la película como él quería. Al final del día el productor, Spiegel acreditado, como S.P. Eagle, entendía la intención de Welles pero también sabía que se trataba de una película comercial y no de una denuncia contra los horrores nazis, así que equilibró esos temas y accedió a utilizar las crudas imágenes de los campos de concentración a manera de denuncia ante la humanidad, ante la gente común, ante los votantes, sin dejar de hacer una película de entretenimiento.

Esta película tanto por el interesante tema de nazis en América como por ser la primera en utilizar imágenes reales del Holocausto merece ser vista y admirada como una obra humanista que busca la justicia y la redención de los agredidos para que nunca sean olvidados. Sin ser una película sobre el Holocausto, The Stranger brinda entretenimiento de calidad, de clase y cultura fílmica. Este magnífico film noir nos deja con el testimonio de la lucha por la corrección, por no dejar que los demonios se queden estancados en nuestro presente, porque la misma justicia moverá los engranes de corrección de los ángeles cargando en su espada, dispuestos a derrotar al mal para toda la eternidad, como en un simbolismo claro y evidente esta película deja ver a los largo de su interesante trama. También es un fiel testimonio de uno de los grandes pensadores del siglo XX, perseguido y refugiado en España durante la persecución “macartista” en los Estado Unidos. Welles se juega el nombre y la reputación para hacer una vez más notar la voz de la decencia y de la gente de espíritu libre que lejos de seguir las reglas o las represiones combatió con un impecable talento artístico a la obscuridad. El gran Orson Welles expone las atrocidades nazis sin censura con la única intención de denunciar al mal enraizado en la humanidad. Algo que lamentablemente nunca pasa de moda.

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

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