Enlace Judío México e Israel- Betty Joan Perske, más conocida como Lauren Bacall -“y La Mirada”- está considerada como una de las 20 actrices imprescindibles de la Edad de Oro del cine. Sin embargo ella siempre se consideró una actriz de teatro y todo el mundo la recuerda, entre muchas otras cosas, por su voz. (Pero “La Voz” ya era el apelativo de uno de sus amantes y casi marido, Frank Sinatra).
PEDRO HUERGO PARA ENLACE JUDÍO
“El espejo tiene dos caras”, de 1966 -y de Barbra Streisand- le valió un Globo de Oro y una nominación a un Oscar honorífico, pero es el título que mejor la define: la actriz vamp de los ´50, fue una esposa y madre amantísima, además de una mujer valiente y comprometida políticamente. Pero como ella mismo dijo en una entrevista en 1989 en España, “mi vida es lo que otros decidían por mí”.
“Creo que me he ganado el derecho a ser juzgada por mi cuenta. Es hora de que se me permita tener una vida propia, para ser juzgada y considerada como una persona, como yo”.New York Time, 1970.
Slim Keith, lo más del estilo de aquellos tiempos en blanco y negro – además de esposa del cineasta Howard Hawks- le dijo a su marido que había visto una chica a la que tenía que hacer una audición, porque sería ideal para la nueva película que iba a rodar con Humphrey Bogart: “Tener o no tener”. Betty Bacall salió del despacho de Howard Hawks con un contrato por siete años a cien dólares la semana. Y con algo mucho más importante: su vida daría un giro por completo, pues entraba por la puerta grande de Hollywood y conocería al hombre más importante de su vida, su marido y el padre de sus hijos. Lo único que tuvo que hacer fue, por un lado, cambiarse el nombre (eligió, en honor de su madre, Lauren Bacall) y por otro, ponerse en manos de Slim Keith para adquirir elegancia , maneras y gusto. Por ejemplo, hablar en un tono más bajo, cosa que hizo con un logopeda, recitando versos durante horas, hasta conseguir esa voz ahumada, de ronroneo, gutural, digno de las Hawksian woman: una mujer que sabe lo que quiere pero que nadie sabe -ni quiere saber- lo que puede hacer para conseguirlo.
A continuación una famosa escena de su primera película juntos, “Tener o no tener”, donde podríamos decir que casi no hay ficción, y en la que nace el asunto del silbido: el día de la boda con Bacall, Bogart regaló a su esposa un colgante con la forma de un silbato de oro.
Según la propia Betty fueron inmensamente felices durante doce años y dos niños, pero el 14 de diciembre de 1957 Bogart sucumbía a un cáncer de esófago. Betty lo enterró con el silbato de oro que los unía.
Otra hermosa creación de la Naturaleza de Hollywood, Elizabeth Taylor, enterró a su primer esposo judío, Mike Todd, un año después que la Bacall, con un anillo de diamantes; luego se convirtió al judaísmo y se casó con el mejor amigo del difunto, la estrella de la canción, Eddie Fisher (La tumba de Todd, en 1977, como las de los faraones egipcios, fue profanada para expoliar esa joya de la actriz que interpretó a Cleopatra) Miss Taylor y Miss Bacall fueron siempre amigas; de hecho estas dos estrellas descomunales tenían muchas amistades comunes, pero pocas cosas en común con la forma de amar a un hombre. Una amaba como una bestia; otra amaba como una bella.
Warner Bros. quiso hacer de ella una estrella con una campaña de publicidad en la cual llegaron a tumbarla sobre el piano mientras lo tocaba el presidente de EE.UU. Truman. Haría más películas con Bogart: The Big Sleep, Pasaje Oscuro, Cayo Largo -joyas del cine negro- pero Bogart quería una esposa tradicional, como no tuvo en sus tres anteriores matrimonios. Lauren Bacall rechazó muchos guiones en esa docena de años, y se ganó fama de complicada, pero realmente era , como ella dijo al respecto porque podía ” haber tenido una mejor carrera artística, pero no una vida mejor”. No obstante, en esta época digámosle Bogey hizo “Cómo casarse con un millonario”, junto a Marilyn Monroe y Betty Grable. O con Rock Hudson y Paul Newman.
Una vez viuda, se instaló en un apartamento del Edificio Dakota, en Manhattan, donde vivirá los siguientes 53 años de su vida, casada con el actor Jason Robards, con quien tuvo otro hijo, y del cual se divorció en 1969 por el alcoholismo del padre. En N.Y. desarrolló su carrera en el escenario, con algunas obras memorables. Aplause, remake de Eva al Desnudo, (All about Eve) de Bette Davis, tuvo mucho éxito. B Davis la vio de forma anónima y al final le dijo, sólo tú podrías haberlo hecho tan bien . Lo cual viniendo de La Loba era mucho halago. También hizo en Londres “Dulce pájaro de juventud”, de T Williams.
Betty falleció en el verano de 2014, a causa de un derrame cerebral, dejando 26 millones de dólares de herencia.
En 2009 obtuvo Óscar honorífico y desde el escenario dijo «Algunos estáis sorprendidos, ¿eh? En cualquier caso, estoy aquí y es mejor que os hagáis a la idea».
Y es que ella siempre tuvo un gran sentido del humor. Un día quiso entrar en una tienda de Londres y el dependiente le dijo, “lo siento, señora, está cerrado al público”. Ella le respondió: “Oh, pero es que yo no soy el público, querido. ”
© enlace judío
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