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domingo 17 de noviembre de 2024

El fin de la reclusión ¿Cómo las comunidades judías del mundo afrontaron el coronavirus?

Enlace Judío México e Israel – Después de más de tres meses de encierro la comunidad internacional a empezado a salir nuevamente a la calle, a ver a su familia y amigos, recuperar los negocios y levantar lentamente la economía que lleva a la baja mucho tiempo. No ha sido fácil, la vida ha cambiado para todos. En el ámbito comunitario se cancelaron todas las actividades presenciales eso incluye rezos, clases, festivales y celebraciones; funerales y bodas se realizaron únicamente entre la intimidad de la familia y con medidas especiales; Shabat se recluyó aún más a las casas y más que ser un día comunitario se volvió un día de descanso personal.

Sin embargo, pronto la vida volverá a cambiar. Los rezos volverán a realzarse en sinagogas, los niños regresarán a la escuela, los adultos al templo y poco a poco nos volveremos a congregar.

En México aún no sabemos cuando las comunidades regresarán a sus actividades normales. Se calcula que será en unas semanas, sin embargo, las medidas de aislamiento se mantienen estrictamente.

El resto del país también ha mantenido las normas de sanidad hasta este punto. El gobierno de la ciudad de México calcula que ha partir del 15 de junio espacios comunitarios y religiosos podrán funcionar a un 30% de su capacidad, pero hasta entonce permanecen cerrados.

En cuanto al resto del mundo gran parte de Europa ya ha salido de su cuarentena, los servicios religiosos, reuniones comunitarias y restaurantes han renovado sus actividades laborales, incluso los países se abrirán al turismo interno durante los meses de julio y agosto.

Por su lado América del Sur tuvo una respuesta muy distinta, muchos de los países donde hay una comunidad judía fuerte no entraron en cuarentena nacional obligatoria, como fue el caso de Brasil y Chile y aquellas áreas específicas que sí lo hicieron entraron en cuarentena mucho tiempo después que los países europeos por lo cual hasta la primera o segunda semana de junio no levantarán la cuarentena. En cuanto al caso de África se vive una situación similar a la de América.

A continuación hacemos un recuento de cómo las comunidades judías vivieron la cuarentena en el mundo y cuáles son las medidas que han tomado para el reinicio de actividades y reapertura.

Francia, Italia y España

La situación individual de cada comunidad no puede ser separada de lo que ocurrió a nivel nacional; puesto que cada grupo respondió a las medidas que el gobierno impuso sobre ellas. En el caso de España, Francia e Italia fueron algunos de los países que tomaron medidas más estrictas de todo el mundo. En los tres países a partir del inicio de la cuarentena se prohibió a las personas salir de su casa a no ser que tuvieran una necesidad básica, como cumplir una emergencia médica o suplirse de alimentos. Las sanciones para quienes rompían las medidas preventivas ascendían desde una multa de 128 euros hasta restricción de la libertad en cárcel. La gente no podía salir a los parques, juntarse en un café, restaurante, las escuelas fueron canceladas y los negocios cerrados. Nadie podía salir de su casa bajo ningún motivo esencial.

Esto afectó el funcionamiento comunitario. Los rezos en las sinagogas se cancelaron, al igual que bodas; los funerales en Italia fueron prohibidos y en España y Francia se restringieron a cuatro personas. Hubo rabinos y líderes comunitarios que murieron en las comunidades de los tres países. Sin embargo, las respuestas de la comunidades fueron de unión y apoyo.

En Italia se crearon sitios web especializados para dar apoyo comunitario a las personas, donde se hacían conferencias, se daban clases y se proporcionaban recursos para preparar las festividades. Entre las comunidades conservadores se organizó un seder de Pésaj virtual al cual los miembros de la comunidad podían asistir. Dado que los muertos no podían ser velados físicamente se organizó una pagina web donde se les daba honor a los mismos y se honraba su memoria. Además en Milán la comunidad se organizó para entregar comida y medicina a quienes así lo requerían.

En cuanto a Francia se creó una “célula de crisis” especial para hacer frente a la pandemia. Lo que la célula hace es reunir a profesionales y voluntarios que puedan dar acompañamiento médico, psicológico, religioso y ayuda en materia de seguridad a los miembros de las distintas comunidades. En este caso la célula se encargó principalmente que todos los integrantes de las comunidades tuvieran los recursos necesarios para cumplir con las restricciones exigidas por la cuarentena, abrió líneas especiales de ayuda y dio asesoría psicológica. Además se organizaron páginas web especiales para que la gente tuviera contacto con temas de discusión judía y hubiera participación comunitaria durante el tiempo de la cuarentena.

Por su parte España respondió de una manera similar, quién se encargó de mantener el contacto y distribuir la ayuda comunitaria fue la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE); quienes se encargaron de crear un canal de comunicación entre las comunidades y dar seguimiento médico y apoyo psicológico a sus integrantes; también se dio apoyo económico a quien lo requería en un momento tan difícil. Se organizaron clases y actividades en línea para que las personas pudieran tener contacto con sus centros comunitarios a través del Internet. Donde mayor conflicto tuvieron fue en proveer de comida kosher a la comunidad, ya que la mayor parte de ésta proviene de Israel y durante la pandemia fue difícil tener acceso a ella. En cuanto a los entierros, la organización Jebrá Kadisha negoció con el gobierno que se pudiera enterrar a los muertos en vez de incinerarlos como se estaba haciendo a nivel nacional, ya que en el judaísmo está prohibido quemar el cuerpo incluso después de muerto; el gobierno aceptó los términos de la organización, sin embargo, sólo permitió a expertos enterrar y velar los cuerpos no así a los familiares del fallecido, lo cual fue muy doloroso para los integrantes de la comunidad judía española.

Esta situación duró en los tres países a lo largo de dos meses y medio ya que la cuarentena inició a mediados o finales de marzo y las empresas y centros comunitarios empezaron a abrirse hasta mayo. La reapertura ha sido lenta y con cada día que pasa la comunidad se ha ido acostumbrando a ella. En el caso de Italia las sinagogas pudieron abrir hasta el 18 de mayo con medidas restrictivas. Por ejemplo el uso de cubrebocas, la distancia mínima de un metro, el flujo constante de aire en el recinto y la toma de temperatura de los asistentes antes de entrar al recinto. Las mismas medidas se aplican a España que reabrió sus sinagogas a un 30% desde el 11 de mayo y regresará a la vida comunitaria totalmente desde el 10 de junio. En la preparación de reapertura se desinfectaron libros de rezos, taliot, kipot y otros artículos religiosos; y en algunas sinagogas se hicieron muestras grandes de alegría como en la Gran Sinagoga de Florencia en la que decoraron de rosas el lugar para celebrar su reapertura.

En cuanto a Francia aunque el regresó a clases y la apertura de espacios religiosos ya ha sido aceptada por el gobierno desde hace un par de semanas la comunidad judía prefirió esperar más tiempo a que la pandemia termine de ser confrontada antes de abrir sus escuelas y centros religiosos. El rabino principal de Francia rab. Haïm Korsia ha hecho declaraciones de lo importante que es la seguridad en estos momentos y opina que la comunidad francesa no debe apresurarse a renudar actividades. Sin embargo, la reapertura de comercios y actividades en el país representa un alivio para muchos judíos franceses que se encuentran en aprietos económicos por la pandemia.

Holanda y el Reino Unido

Si bien la pandemia fue un evento que afecto mundialmente a todos los países, hubo algunos gobiernos que decidieron optar medidas preventivas menos agresivas que las de Italia o España; eso también afectó en cómo se organizaron las comunidades de dichos países para hacer frente a la crisis. En el caso de Holanda e Inglaterra no se confinó de forma estricta a sus ciudadanos; no todos los negocios cerraron y a lo largo de la cuarentena se les permitió transportarse al trabajo, hacer ejercicio y salir a hacer las compras. Sin embargo, sí se impusieron multas tanto para los comercios que rompieron las reglas de sanidad como para las personas que se rehusaron a cumplir con las medidas de la “sana distancia” u organizaron fiestas clandestinas.

En cuanto al apoyo comunitario en Holanda se tomaron medidas similares a las de España. El Consejo Central de los judíos se encargó de mantener el contacto con las comunidades y ayudar en la prevensión de la propagación del virus. Se cancelaron eventos y reuniones en sinagogas, se hicieron páginas web especiales para organizar reuniones en Zoom y otros medios audiovisuales y se dio apoyo económico a las familias que enfrentaron dificultades por el cierre de negocios durante la pandemia.

Uno de los principales retos que enfrentó esta comunidad fue cuidar las casas de ancianos que comunitarias, ya que una de ellas sufrió un brote de la epidemia al interior, aunque dificil fue una situación que la comunidad pudo manejar correctamente. La reanudación de actividades en la comunidad fue simultanea a la impuesta por el gobierno; para el 11 de mayo las escuelas primarias judías empezaron a tomar clases presenciales nuevamente y el centro cultural se empezó a preparar para abrir el primero de junio.

En cuanto al Reino Unido la organización de las comunidades dependió fuertemente de dos instituciones: “The Board of Deputies of British Jews” y “Jewish Leadership Council” que son las dos organizaciones más importantes de Inglaterra en relación a la comunidad judía. Ambos hicieron numerosas innovaciones para enfrentar la pandemia: Produjeron un portal nuevo a través del cual uno puede recibir información relacionada al progreso de la pandemia, contactarse con las comunidades y centros de ayuda, buscar asesoría médica y psicológica y entrar a eventos comunitarios, artísticos y culturales.

Además se generó un espacio virtual que registra todas las noticias y avances de la epidemia para generar un archivo que servirá tanto de documento histórico en un futuro, como un documento de análisis y prevención. También se organizaron grupos de voluntarios que realizaban todo tipo de tareas desde ayudar con las compras a adultos mayores y otros miembros en riesgo hasta hablar por teléfono y dar apoyo emocional a quien resentía el aislamiento. Se entregaron ayudas económicas a las personas que se vieron en dificultades por el cierre de actividades y se negoció con el gobierno de Inglaterra para que los ritos funerarios judíos fueran respetados y ningún judío fuera cremado.

En Inglaterra la fecha para reinicio de actividades fue discutida ampliamente por distintos grupos políticos. De tal forma, que en algunas áreas se inicio desde el 13 de mayo y en otras desde el 29. En cualquier forma el regreso a clase de escuelas primarias y secundarias ocurrió el primero de junio y en ese mismo día muchas escuelas judías reanudaron clases nuevamente. Se creo redes de apoyo a padres e hijos en este paso y guías para evitar contagios dirigidas a maestros y directores. En cuanto a las sinagogas y recintos comunitarios permanece cerrados hasta julio puesto que la comunidad judía ha decidido tomar medidas más estrictas que las del gobierno para evitar cualquier tipo de contagio. Se habla incluso que durante este año habrán medidas más estrictas para evitar grandes conglomeraciones de gente en los recintos religiosos, como ocurre en Yom Kipur y las Fiestas Mayores.

 

Sudáfrica

Sudáfrica tiene una comunidad parecida a México en número y estructura. A diferencia de los países europeos donde las medidas preventivas fueron aplicadas nacional y gubernativamente, en Sudáfrica fue la comunidad misma quien decidió establecer medidas preventivas antes que hubiera comunicados por parte de las autoridades.

La primer medida fue proteger las casas de ancianos incrementando las medidas de higiene al interior y limitando las visitas de familiares o dirigiéndolas a través de ventanas especiales separadas del contacto del residente; se detuvieron clases en las escuelas judías, se cancelaron eventos comunitarios y se cerraron sinagogas.

Además durante la cuarentena se crearon redes de apoyo y ayuda comunitaria para atender a las comunidades más débiles. Uno de sus mayores logros fue la recaudación de 9 millones de rands sudafricanos (11 millones de pesos mexicanos) con los que se alimentó a una parte importante de la población necesitada. En cuanto a la reapertura de actividades la comunidad así como empezó la cuarentena antes de que ésta fuera impuesta por el gobierno, también prolongará el momento de reapertura. Aún no se sabe en que momento las sinagogas y recintos comunitarios reanudarán actividades, puesto que el comunicado expedido por el Comité Central de Sudáfrica (SAJBD) únicamente aclara que las actividades no serán reanudadas el primero de junio (como el gobierno lo permite y ha anunciado) sino que en transcurso de la semana el Comité hablará con los líderes comunitarios para decidir la fecha de reapertura.

Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico

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