Enlace Judío México e Israel – Con una técnica de datación por radiocarbono, investigadores israelíes zanjaron un debate alrededor del llamado Arco de Wilson, ubicado al lado del Muro de los Lamentos en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Los resultados de la investigación, realizada entre la Autoridad de Antigüedades de Israel, el Instituto Weizmann de Ciencias y la Universidad de Tel Aviv, fueron publicados este miércoles en el la revista científica PLOS ONE.
El Arco de Wilson, visible hoy justo en el extremo izquierdo del Muro de los Lamentos, sirvió en la antigüedad como el soporte para un puente que daba de manera directa hacia el Monte del Templo.
El sitio debe su nombre a un arqueólogo británico del siglo XIX, cuyo nombre fue Charles William Wilson, y que realizó trabajos de documentación sobre la estructura.
Por décadas, el Arco de Wilson ha intrigado a los arqueólogos sobre la fecha exacta de su edificación. Algunas hipótesis sugieren que su construcción fue en la época del Segundo Templo, pero otras apuntan a al menos el siglo VII, durante la temprana época islámica en la tierra de Israel.
Para poder indagar la datación del Arco de Wilson, los investigadores utilizaron innovadoras tecnologías que implicaron la identificación de material orgánico en el mortero entre las rocas de la estructura y el uso de la datación por radiocarbono.
Según los resultados concretos del estudio sobre 33 muestras tomadas de la estructura, la construcción del Arco de Wilson inició en la época del rey Herodes el Grande, entre los años 37 y 4 AEC, y fue ampliado de sus 7.5 metros originales a 15 en las décadas posteriores.
Los trabajos de ampliación, de acuerdo con los investigadores, fueron llevados a cabo por los procuradores impuestos por Roma, entre los que se contaría Poncio Pilato, mencionado por los evangelios cristianos.
“El enigma del Arco de Wilson no podría haberse resuelto sin el uso de la microarqueología”, dijo al respecto Elisabetta Boaretto, del Instituto Weizmann de Ciencias de Israel.
Uno de los retos, según Boaretto, fue que la estructura se encuentra en un centro urbano. Esto implica que este mismo centro urbano aún esté ocupado por habitantes, las estructuras podrían haberse usado durante siglos, los componentes pudieron haber sido reutilizados, y partes de la estructura pudieron haber sido derribadas y reconstruidas.
Por ello, el análisis de las muestras tomadas del Arco de Wilson tuvo que ser de manera meticulosa.
Boaretto indicó que esta nueva técnica de datación podría ser implementada en otras estructuras de la antigüedad. “Mostramos que la precisión extrema de los resultados de nuestro laboratorio, incluso para las muestras más pequeñas, puede resolver estos problemas con un alto grado de certeza, y creemos que podrían ayudar a resolver otros acertijos arqueológicos para los que la datación por radiocarbono no había sido previamente considerada como suficientemente precisa”.
La investigación también reveló una estructura por debajo del Arco de Wilson, aparentemente en forma de teatro, localizada en el área cercana.
De acuerdo a los análisis hechos sobre esta segunda estructura, su construcción tuvo que haberse llevado a cabo poco antes de la Segunda Revuelta Judía del año 132 EC, y no mucho después de la muerte del emperador romano Adriano.
Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío
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