Enlace Judío México e Israel – Los precios al consumidor en México rebasaron las expectativas el mes pasado al crecer 0.55% en junio frente a mayo, conforme el país regresa gradualmente a la normalidad tras semanas de confinamiento por la pandemia de COVID-19.
El avance observado el mes pasado fue el mayor para un periodo similar desde el año 2000, cuando los precios subieron 0.59%, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Así, la inflación aceleró hasta alcanzar una tasa anual de 3.33%, el mayor nivel en cuatro meses, de acuerdo con datos de Inegi, como también se conoce al organismo responsable de recabar la información económica y social en el país.
El desempeño de los precios al consumidor en el mes pasado quedó por arriba de las estimaciones que hicieron los economistas encuestados por Infosel, quienes anticipaban un incremento mensual de 0.42% y un crecimiento anual de 3.25%.
La inflación general en el país comenzó a repuntar desde mayo, impulsada, principalmente, por el alza en los precios de las gasolinas, que habían pasado por uno de sus puntos más bajos en abril por la suspensión de actividades a nivel global por la pandemia. Sin embargo, este mes los precios aceleraron y parece que seguirán esta tendencia conforme sigue el proceso de normalización de las actividades económicas.
“Pensamos que la inflación general continuará subiendo”, escribieron los analistas de la consultora británica Capital Economics, en un reporte. “Si estamos en lo correcto en que los precios del petróleo permanecerán cerca de sus niveles en lo que resta del año, la inflación en las gasolinas continuará aumentando fuertemente”.
Los precios de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno subieron 3.85% al cierre del primer semestre del año frente al mes previo. Este incremento es mayor si se toma en cuenta sólo el alza de los precios de los energéticos, que se ubicó en 5.98%. Tan sólo la gasolina de bajo octanaje, que fue uno de los componentes que mayor impacto tuvo en la inflación, registró una variación mensual de 8.92% en dicho periodo.
Estas variaciones en los combustibles repercutieron en la inflación no subyacente, que incluye los productos agropecuarios, pecuarios, frutas y verduras y que mes con mes había desacelerado hasta tocar su punto más bajo en la historia en abril, con una contracción mensual de 5.17%.
Finalmente, en junio, la inflación no subyacente registró un aumento mensual de 1.12% y un incremento a tasa anual de 2.16%.
Por su parte, el componente subyacente de los precios, o aquella medida que excluye los cambios en productos altamente volátiles, como energéticos y agropecuarios, avanzó 0.37% mes a mes y subió a una tasa anual de 3.71%.
Aunque este avance en la subyacente no presionó tanto a la inflación general como el alza en los precios de los energéticos, mostró un comportamiento mixto para los analistas, pues las mercancías han ido al alza, mientras los precios de los servicios desaceleran, de acuerdo con un reporte del banco Banco Ve por Más.
El avance de los precios subyacentes también quedó por arriba de las expectativas de los analistas encuestados, quienes anticipaban un crecimiento de 0.30% mes a mes y un aumento anual de 3.62%.
Esta volatilidad que se observa en componentes de la inflación por los precios del combustible y las distorsiones en las cadenas de suministro en medio de la pandemia de covid-19 es a lo que se refiere Banco de México cuando habla de una “perspectiva incierta para la inflación”, dijeron los analistas del grupo financiero BBVA México en un reporte.
Para los analistas, el resultado sugiere mayores presiones al alza para los precios en lo que resta del año, aunque la inflación muy probablemente seguirácerca de la meta que tiene Banco de México de 3%.
“Creemos que el panorama de inflación permite mantener la ventana abierta para que el banco central continúe el relajamiento”, escribió el equipo de análisis económico del banco mexicano Banorte Ixe, en un reporte.
Por su parte, los analistas de Capital Economics consideraron que es poco probable que la inflación de junio disuada al Instituto Central de continuar con su ciclo de baja de tasas el próximo mes, cuando anunciará la decisión de política monetaria.
Incluso, la institución financiera Citibanamex consideró que el Banco de México tiene espacio para recortar otros 100 puntos base en los próximos meses, hasta alcanzar una tasa de 4% en noviembre y tocar un nivel “más neutral” de 5.50% en 2022.
Esta previsión está 50 puntos base por debajo de lo que la mayoría de los analistas privados, encuestados por esta última institución financiera, anticipó. 23 de los 28 participantes pronosticó que la tasa de interés del banco central se ubicará en 4.50% para finales de año y el siguiente.
Fuente: Sentido Común.
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