Enlace Judío México e Israel – Argumentando razones de seguridad, la administración de Trump “ha sugerido” explícitamente a Israel que elimine sus contratos de infraestructura tecnológica y civil con China. EE. UU. ve con gran preocupación la influencia china debido al fuerte conflicto comercial, político y diplomático existente entre ambas naciones.
Trump piensa que China deliberadamente facilita los acuerdos con Israel para debilitar la amistad que EE. UU. tiene con este último país. Es de destacar que la petición de la administración de Trump sobre China no es exclusiva para Israel, existen conversaciones similares con todos los aliados y socios de EE. UU.
Expertos en geopolítica consideran que detrás del tema de seguridad, se esconde también un interés de EE. UU. de facilitar proyectos de sus empresas y limitar la reciente cuota de mercado global que están ganando las empresas chinas con respecto a las estadounidenses.
En este ámbito, consciente de la significación que para Israel tiene la relación con EE. UU., el embajador de EE. UU. en Israel, David Friedman, ante la petición de Israel a EE. UU. de obtener una indemnización para reducir su comercio con China, expresó una velada amenaza a Israel en una entrevista con The Jerusalén Post: “que la última cosa que queremos es una limitación en la manera en que EE. UU. puede hacer negocios o cooperar con Israel”. En última instancia el que impone las reglas en la relación bilateral es EE. UU.
Friedman advirtió que, para dos países tan próximos como Israel y EE. UU., que cooperan e intercambian inteligencia y otros secretos para su protección mutua y a un nivel tan robusto, los dos países deben comportarse con mucho cuidado a la hora de exponer ese nivel de cooperación a una potencia extranjera que puede tener una agenda diferente. Al final de cuentas Israel tiene un mayor compromiso político, militar y económico con EE. UU. En este sentido, cabe mencionar que EE. UU. trasladó en mayo del 2018 su embajada de Tel Aviv a Jerusalén, igualmente ha reconocido la soberanía de Israel en los Altos del Golán, una región geoestratégica vital para su seguridad, y ha apoyado el establecimiento de los asentamientos en Cisjordania que suman alrededor de 500 mil colonos.
Por lo demás, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, considera que la decisión del presidente Trump de abandonar el acuerdo nuclear de Irán en el 2018, y endurecer su política contra este último, constituye una reivindicación crucial de su propia estrategia para proteger a Israel del alcance creciente de Teherán en la región. No es una decisión fácil para Israel reducir su relación comercial y de inversión con China dado el volumen bilateral que han alcanzado. Las relaciones comerciales entre Israel y China se establecieron en 1992 con un intercambio comercial bilateral de 50 millones de dólares, monto que alcanzó 14,000 millones de dólares en el 2018, cuando China se convirtió en el tercer socio comercial de Israel.
Israel se ha visto obligado a cancelar diferentes proyectos con China, por ejemplo, recientemente optó por una empresa de EE. UU. para la construcción de sus plantas salinizadoras y no por empresas chinas como se había señalado anteriormente.
Una de las áreas que más preocupan a Washington es la tecnología sensible. China e Israel participan en programas de investigación académica en este campo. Igualmente le preocupa los miles de millones de dólares que China ha invertido en tecnologías israelíes que los servicios de inteligencia chinos podrían utilizar como inteligencia artificial, las comunicaciones por satélite y la ciberseguridad.
Asimismo, los estadounidenses miran con recelo los proyectos de grandes infraestructuras en los que China ha participado desde hace años; se piensa que los chinos están recabando información sensible en Israel. El ejemplo más visible tiene que ver con el gran puerto en la ciudad de Haifa, construido y operado por China. La concesión del puerto, el mayor de Israel al grupo Shanghai International Port Group que a partir del 2021 administrará por 25 años, es el puerto donde frecuentemente buques militares de EE. UU. anclan y que también realizan ejercicios militares, pone en riesgo la seguridad de las embarcaciones navales de EE. UU.
Por otra parte, está vigente el interés de China de involucrar a Israel en el megaproyecto Belt and Road, planteado en el 2013, el Nuevo Camino de la Ruta de la Seda, “el proyecto geopolítico y geoeconómico más importante del siglo”. Su objetivo es fortalecer vínculos económicos entre China, el resto de Asia, Medio Oriente, África y Europa principalmente, mediante el desarrollo de varios corredores económicos. El proyecto está respaldado por 100 países y organizaciones internacionales, con 40 de los cuales China ya ha firmado convenios de cooperación y ha invertido 50,000 millones de dólares. Se han creado 180,000 nuevos puestos de trabajo en los países donde opera. El proyecto de manera particular reta la presencia de EE. UU. en la región asiática. Se estima que la conclusión del proyecto se dará en las próximas tres o cuatro décadas.
La relación China–Israel trasciende el campo económico, las actividades educativas y culturales son elementos que aumentan la efectividad de Israel en China. Los desarrollos en áreas como programas de intercambio estudiantil de educación académica y actividades turísticas se han incluido positivamente en la cooperación entre los dos países. Se han abierto departamentos y centros de estudios israelíes, judaicos y hebreos en prestigiosas instituciones académicas en China.
En adición a las 100 becas posdoctorales por año en instituciones educativas israelíes, se asignan 350 becas de prepago exclusivamente a estudiantes chinos e indios.
Por otro lado, las instituciones educativas israelíes expanden sus campos en China y el creciente volumen de turismo de chinos a Israel mejora las relaciones de este con la comunidad china más allá de sus fronteras. Existen vuelos directos de Tel Aviv a Pekín, Shanghái, Cantón, Shenzhen y Chengdu, por medio de diferentes aerolíneas.
Israel tiene que manejar hábilmente sus relaciones comerciales y de inversión con China para no afectar su relación integral con EE. UU. China necesita a Israel porque tiene una urgente necesidad de modernización industrial, la industria de alta tecnología y el mercado chino son altamente complementarias.
Las autoridades y organizaciones económicas de Israel y China parecen decididas a que sus relaciones pasen rápidamente a un nivel superior. Israel no puede negarse a este propósito con quien se está convirtiendo en la primera potencia mundial.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.
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