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viernes 22 de noviembre de 2024

4 grandes filántropos que ayudaron a la formación de Israel

Enlace Judío México e Israel – Cada país es distinto, algunos se transformaron de monarquías a estados cuando decidieron darle paso a la modernidad no sólo en su industria sino también en sus gobiernos. Otros empezaron a existir después de una guerra larga, la mezcla de varias culturas o una gran conquista. Todos son distintos y cada uno cuenta su propia historia. En el caso de Israel éste siempre fue un sueño, el regreso a la tierra prometida o un lugar donde los judíos pudieran vivir libremente expresando su cultura, regidos por su propia ley, lejos de la discriminación y el asedio que muchos años marcó su historia.

Ése país tan misterioso y deseado en efecto empezó a existir a mediados del siglo XX. Sin embargo, fue gracias al trabajo conjunto de muchas personas y la apertura hacia las grandes migraciones que el proyecto dio fruto. Una parte importante fue la contribución de filántropos que ayudaron a mejorar las condiciones para las comunidades judías que vivían en la región. Sin ellos Israel no hubiera sido posible. A continuación, queremos hablar de la historia de 4 grandes filántropos que ayudaron a construir Israel cuando todavía no existía. Su historia además la podemos ver en trazo de sus calles y ciudades.

Moses Montefiore (1784 – 1885)

Uno de los atractivos más bellos de Jerusalén es el molino de viento que se ve desde la Ciudad Vieja cruzando el Valle de Hinom. El molino, junto con sus casas de pueblo mágico, fueron el primer asentamiento que Jerusalén tuvo fuera de sus murallas en siglos. Le llaman el Molino de Montefiore, el filántropo que quiso crear una Jerusalén renovada.

Moses Montefiore nació en 1784 en Leorna, Toscana. La familia había migrado a Gran Bretaña, y él nació en Leorna en un viaje de negocios por el país natal. Ya de regreso en Londrés, Moses tuvo que abandonar sus estudios por la precaria situación de la familia, teniendo que aprender desde pequeño a atender los negocios. Cuando creció comenzó a trabajar para un comerciante de té. Más tarde exploraría su suerte como especulador en el mercado financiero de la ciudad, entrando en 1803 a la Bolsa. Sin embargo perdió los fondos de sus clientes por culpa del fraude de Elkin Daniels, en su momento muy sonado. Vendió su licencia y con ayuda de su hermano, emprendió varios negocios que lo ayudaron a pagar sus deudas y recomprar su licencia. En 1812 se casó con Judith Cohen, quien a la vez era hermana de la esposa de Nathan Mayer Rotschild, con quien se asoció.

La mente innovadora de Montefiore atrajó a Nathan, con quien estableció una compañía para surtir de gas el alumbrado público de Europa. Después comenzó una compañía aseguradora, hoy Sun Alliance.
En1827 hizo un viaje a Tierra Santa, donde comenzó a ser religioso, respetando Shabat y las fiestas y viajando con su shojet (matarife) personal. Desde entonces comenzó a participar de la vida comunitaria de la comunidad judía.

Embriagado por el sentimiento religioso, comenzó una ardua campaña en pro de la prohibición de la esclavitud, ofreciendo él mismo pagar la compensación a los propietarios de esclavos. La campaña fue exitosa y en 1833 se logró el prohibición general en el Imperio. El partido abolicionista le exigió que extendiera el préstamos sin interés para compensar a los propietarios, cosa que hizo “con gusto”.

En 1854, después de dedicar varios años a asentar su fortuna e ir de aquí para allá en proyectos filantrópicos hospitalarios, su amigo Judah Touro, un judío estadounidense lo nombró testaferro, con el objetivo de usar la fortuna dejada en proyectos de colonización judía en Israel. El año siguiente Montefiore estableció varios vergeles a las afueras de Jafa que ofrecían entrenamiento agrícola a los judíos interesados en dedicarse a la tierra. En 1860 financió el proyecto residencial de Mishkenot Sha’ananim, el cual estaba rodeado por una muralla.

Para entonces, los alrededores de Jerusalén se encontraban merodeados por bandidos y la población judía de la ciudad que todos los días crecía con la llegada de nuevos habitantes provenientes de Europa y el Medio Oriente, tenía miedo a establecerse fuera de las murallas. Montefiore decidió ofrecer incentivos financieros a familias pobres para asentarse en esta nueva población hecha con el propósito de ser altamente higiénica y autosuficiente, a diferencia del hacinamiento de la ciudad vieja. El molino que después daría paso al barrio de Yemín Moshé, fue creado con la intención de proveer a los más necesitados de harina barata.

Montefiore comenzó a ser llamado “hasar”, el príncipe por la población judía de Jerusalén, les había enseñado el camino para crear una nueva ciudad fuera de la ciudad.

Más tarde Montefiore financió la construcción de industrias fabriles, una imprenta para textos en hebreo y varias colonias agrícolas del movimiento sionista Bilu, que entonces tenía muchos adeptos en Europa. Incontables fueron sus pequeños financiamientos y su ojo clínico para industrias perdurables, cosa que no pasó con todos los financiamientos filantrópicos.

Finalmente, Moses Montefiore, el príncipe, acabó su vida a los cien años en 1885. Sin saber que había desatado la gran migración a Israel y puesto las primeras piedras de la nueva y vieja patria judía.

Moritz von Hirsch (1831 – 1896)

Nacido en 1831, en Múnich, Baviera, el barón Moritz von Hirsch auf Gerueth era el nieto de Joseph von Hirsch, un acaudalado comerciante al que se le otorgó el grado de barón por ayudar a crear un regimiento militar para luchar contra Napoleón Bonaparte. El padre de Moritz se convirtió en el banquero personal del rey bávaro. Durante generaciones la familia Von Hirsch había ocupado un asiento principal entre la judería alemana. Gracias a haber sido enviado de niño a Bruselas, Von Hirsch estableció lazos con los Bischoffsheim, una familia de banqueros belgas. Moritz se casó con Clara Bischoffsheim, uniendo ambas familas y asociando su apellido a la banca Bischoffsheim & Goldschmidt.

A los 22 años Moritz ya destacaba en sus emprendimientos logrando hacerse de varias concesiones ferrocarrileras en el Oriente, particularmente en Austria, Turquía y los Balcanes, en una época en la que todavía mucha gente se oponía al ferrocarril por considerarlo fuente de descarrilamientos y mala inversión, logrando establecer el Orient Express, de Viena a Constantinopla. Así mismo, logró ver brechas en el mercado del azúcar y del cobre. Su fortuna rápidamente ascendió hasta colocarlo en posición de ser uno de los hombres más ricos de Europa.

Se estableció finalmente en París y tomó fuerte preocupación en la situación judía. Primero decidió convertirse en el protector de la Alliance Israelite Universelle, una oorganización que se dedicaba a proveer educación y salud a judíos en comunidades desamparadas. En dos ocasiones presentó regalos a la organización de un millón de francos, y a menudo él era quien pagaba el déficit de ésta.
En ocasión del cuarenta aniversario de la coronación del Emperador de Austria Francisco José, donó 500,000 libras para la construcción de escuelas en las zonas judías de Bucovina, Galicia y Lodomeria.

Posteriormente decidió involucrarse con el asunto primordial, los judíos bajo el régimen imperial ruso. Primeramente ofreció al gobierno una suma estratosférica para que le permitieran crear un sistema educativo en la zona restrictiva, pero el gobierno a pesar de desearlo y encontrarse en apuros financieros, recibió presiones de parte de los nacionalistas que se rehusaban a permitir que se estableciera un sistema extranjero en el país.

Von Hirsch intentó incidir la repatriación refugiados para la colonización de las estepas, pero viendo que al final los repatriados terminarían enfrentándose a pogromos venidos del interior ruso, decidió volver el pensamiento hacia otras posibilidades de colonización.

Así creo la Jewish Colonisation Society, establecida en Londres, que comenzó a comprar latifundios en Estados Unidos, Canadá, Argentina e Israel, con el propósito de crear colonias agrícolas judías, aliviando la pobreza en la que se encontraban los judíos de Rusia, que entonces se poseía además Polonia y Lituania, los otros dos países con mayor cantidad de judíos en el mundo.

En Argentina, las dos principales colonias lograron su prometido, llevando a éstas en la Provinica de Entrerríos, donde habitaron los “gauchos judíos”, a un éxito agrícola similar a la de los otros migrantes a Argentina, conformando la llamada “Pampa gringa”, con grandes nombres de la agroindustria, como los Grobocopatel triunfando en su labor. Mientras que las colonias en Israel llevaron bastante más trabajo.

El valle de Esdraelón fue elegido por Hirsch para comenzar la colonización, sin embargo, este valle se encontraba casi desierto, con temperaturas sofocantes y en muchos lugares se encontraban riachuelos encharcados conteniendo malaria.

El trabajo de la Sociedad de Colonización fue el de limpiar de encharcamientos el valle, nivelarlo y canalizar los riachuelos hasta tener tierras irrigadas que fueran capaces de recibir gran cantidad de gente.

El capital invertido en este proyecto a lo largo del final del siglo XIX fue tremendo, la tierra parecía insaciable y muchos predijeron que la fortuna Von Hirsch se acabaría antes de que pudiera ver frutos. Sin embargo otras sociedades de colonización más pequeña, como la de los templarios alemanes, ya había demostrado, tanto en Haifa como en Sarona que era posible lograr limpiar la tierra y convertirla en un vergel.

Así pues, el actual Valle de Esdraelón contiene las tierras más productivas de Israel y quizá del Medio Oriente, logrando que Haifa se convierta en el principal puerto de granos del Levante. Es muy probable que sin Moritz von Hirsch y su estupenda necedad, la Baja Galilea no sólo no sería uno de los motores de la economía de Israel, sino que el proyecto de la patria judía hubiera tenido que esperar décadas antes de que toda la gente que migró gracias al renacimiento de esa región, hubiese llegado.

Kalman Wissotsky (1824 – 1904)

El principal té de Israel lleva por marca Wissotzky y hasta la revolución, fue el más grande productor de té del Imperio Ruso, país que por bebida tenía el té caliente.

Su fundador, Kalman Zeev Wissotzky, es considerado uno de los más grandes benefactores de Israel.
Kalman nació en 1824 al norte de Lituania, en el seno de una familia ortodoxa, dentro de una pequeña aldea cuando entonces el país estaba bajo dominio ruso. Ayudado por su familia, Kalman entró en la yeshivá (seminario) más exigente de toda Lituania y quizá en ese entonces del mundo, la Yeshivá de Volozhin bajo tutela del padre del musar (movimiento de ética religiosa judía) Rab Israel Salanter.
Su paso por la yeshivá lo convirtió en un hombre piadosísimo, parte de la élite talmúdica de Europa Oriental. Y combinando esta perspectiva con su gran interés por la vida comunitaria, decidió instalarse junto con 18 familias en una cooperativa agrícola en lo que hoy es Letonia. Durante esta época, se encontró con los fuertes influjos del sionismo y su intento por revivir el hebreo, el cual aprendió con cierta facilidad. Se unió al movimiento sionista Jovevey Sión.

Después el gobierno ruso le permitió mudarse a Moscú, donde fue contratado como vendedor de puerta en puerta por Piotr Botkin, un muy innovador importador de te. Con el tiempo y admirando su disciplina, Botkin le fue mostrando el negocio. Cuando éste último murió en 1858, Wissotzky decidió continuar en el negocio de te, desarrollando su propia marca.

Rápidamente y usando las redes que ya había establecido como vendedor, hizo de su apellido sinónimo de buen té.

En 1885 ya era considerado el rey del té ruso y logró zafarse de su muy apretada agenda para hacer un recorrido por la Tierra de Israel donde vio las incipientes colonias judías formándose entre las dunas de la costa. Si bien tenía ya una opinión formada sobre la colonización judía, con este viaje encontró solución a muchos de los problemas que ésta enfrentaba. Escribió un libro que cautivó amuchos judíos rusos indecisos de dejar la tierra de la opresión por la tierra baldía y árida de Israel.

Su tarea comenzó fundando escuelas agrícolas en las colonias, así como manteniendo el primer periódico en hebreo Hashiloá, dirigido por el padre de las letras hebreas Ajad Haam, el cual también sería un socio suyo en el establecimiento de una compañía comercial de té.

En 1908 la compañía compró un predio en Haifa para la construcción del Tejnión, el primer politécnico del país, esto gracias al testamento de Kalman, que había muerto en 1904.

Para 1900, Wissotzky se había convertido en la compañía de té más grande del mundo, con operaciones en todos los países desarrollados. Con la revolución bolchevique, todos los negocios privados fueron nacionalizados y Kalman tuvo que mover sus operaciones a Londres y Nueva York, abriendo sucursales en Milán en Italia y Gedán en Polonia.

El grueso de la fortuna de Wissotzky se había perdido, pero los mercados inglés y polaco siguieron dando frutos gracias a la gran cantidad de rusos que huían de la revolución. El grueso de las aportaciones caritativas de la empresa fue a dar al Fondo Nacional Judío para la colonización en Israel.

Hasta que finalmente, Simon Seidler, uno de los vástagos de la familia Wissotzky que estaba encargado de la sucursal de Gedán, inspirado por su ancestro y prediciendo el peligro, se mudó a Tel Aviv en 1936. Gracias a la exigencia de los soldados británicos estacionados en el mandato, la compañía comenzó a hacerse de renombre, logrando posicionarse como la más importante de Israel y símbolo de la cultura israelí. La compañía ahora en manos del apellido Seidler, comenzó a desarrollar el aceite de oliva, industria en la que Israel es hoy líder.

Edmond Safra (1932 – 1999)

Si uno recorre las zonas ortodoxas de Jerusalén, sea el barrio judío de la Ciudad vieja, Har Nof, Gueulá o Quiriat Mosché, parecerá que todas las grandes sinagogas fueron donadas por la familia Safra. Incluso, la plaza de la presidencia municipal de Jerusalén lleva por nombre Plaza Safra.

¿Quienes son los Safra, y a quién se le debe esa gran obra filantrópica?

La familia Safra tiene sus orígenes en el norte de Líbano.

El patriarca de la familia Jacob Safra, nació en 1891, y desde muy chico comenzó a comprar y vender productos a las caravanas que iban de Siria y Anatolia a Egipto.

Con el tiempo empezó a financiar él mismo los viajes de las caravanas, haciendo un capital sólido que lo llevó a establecer un pequeño banco en Beirut con la caída del Imperio Otomano.

Su sabiduría en el manejo de capitales convirtió al Jacob E. Safra Bank en la principal casa de cambio del Medio Oriente, ayudando al nuevo régimen francés en Líbano a convertir Beirut en el centro financiero de la región.

Por sus manos pasaban las liras turcas, los francos, las libras egipcias, los dinares árabes y la mayor parte del oro que se usaba en las grandes transacciones del Medio Oriente.

También, las familias sefardíes de Egipto, el protectorado Inglés de Palestina, Estambul, Bagdad, Mosul y Alepo y Damasco le comenzaron a confiar a discreción al señor Safra las cuentas de sus negocios.

Sus cuatro hijos, Elie, Edmond, Joseph y Moïse, aprendieron el oficio al paso en que su padre se convertía de comerciante y cambista de caravanas a banquero excepcional.

El señor Safra renombró el banco a Banque de crédit national y empezó a mudar sus actividades primero a Italia en 1949 y luego a Brasil en 1952

En esos años, los hijos ya estaban en sus veinte. Edmond a sus 23 años y los otros hermanos en edades similares fundaron el Banco Safra de Brasil. Más tarde Edmond se marchó a Ginebra donde fundó su primer Banco, el Trade Development Bank en 1956 con 24 años de edad. Edmond recibió el toque del rey Midas de su padre ysu banco creció exponencialmente hasta tener que formar otro en Nueva York diez años después con el nombre de Republic National Bank of New York, convirtiéndolo en el tercero más importante después del Chase Manhattan y el Citigroup.

Mientras tanto los demás hermanos comenzaron a hacer un pequeño imperio industrial y bancario en Brasil con ayuda directa del padre. En 1963 don Jacob Safra muere en San Pablo.

Para el momento de su muerte, la actividad filantrópica de don Jacob se extendía a lo largo y ancho de Brasil, Líbano e Israel. Y esto también lo aprenden sus hijos. Edmond, el más acaudalado, llegó a dona miles de millones para hacer infraestructura a lo largo del mundo, pero especialemente en Brasil como el Hospital Albert Einstein de San Pablo y en Israel como el gran complejo hospitalario del Monte del centinela (Tel hashomer). También ha sido el principal donante al Instituto Weizmann. Su atención al judaísmo ha sido enorme, siendo el principal restaurador de sinagogas antiguas en el mundo, desde Ámsterdam a Nápoles y Rodas a Viena, incluyendo la de Clermont-Ferrand que es la más antigua de Francia comprando el edificio derruido y regalándoselo a la comunidad. En Israel, reconstruyó las tumbas de Rab Meir Baal Hanés y de Schimón bar Yojay que son algunos de los más importantes sitios de peregrinación de Israel. Otorga miles de becas a través de la International Sephardic Education Foundation, la mayor parte de los que las reciben son jóvenes de escasos recursos en Israel. También otorga becas a estudiantes religiosos en seminarios a lo largo del mundo.

En particular, la comunidad sefardí ortodoxa se precia de tenerlo como uno de los más importantes donantes. En el barrio de Har Nof en Jerusalén, la gran sinagoga del finado Rab Ovadiá Yosef, líder indiscutible de la judería sefardí de Israel lleva su nombre.

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