7 Niveles de Teshuvá. Nivel 3: Arrepentirme porque me están mirando

El tercer nivel de arrepentimiento, que veremos hoy, es cuando uno se arrepiente una vez que ya no puede repetir su mal proceder.

Enlace Judío México e Israel – En su libro Menorat haMaor el Rab Isaac Abohab enumera 7 niveles de Teshuvá. Es decir, las diferentes circunstancias en las cuales, o por las cuales, una persona se arrepiente de las malas acciones que hizo. Estos niveles se clasifican según ciertas categorías.

Por ejemplo:
1. ¿En qué momento se da uno cuenta que hizo algo mal y deja de hacerlo? 2. El estado de alerta o adormecimiento de la conciencia. 3. Si el arrepentimiento tuvo lugar antes o después de sufrir las consecuencias de lo que hizo mal, etc.

El nivel más elevado de la Teshuvá es cuando uno se arrepiente por sí mismo, inmediatamente, y sin que haya habido consecuencias negativas de sus malas acciones.

Un segundo nivel es cuando uno NO se da cuenta inmediatamente de lo que hizo mal, y repite su mal proceder hasta que éste se convierte en un hábito. Luego, el arrepentimiento llega a causa un estímulo externo positivo, por ejemplo, las Selijot, el Viduy, el Shofar, o luego de estudiar o escuchar palabras de Torá.

El tercer nivel, que veremos hoy, es cuando uno se arrepiente una vez que ya no puede repetir su mal proceder.

Ejemplos:

1. Un empleado de un supermercado roba mercadería y se la lleva a su casa sin que nadie lo vea. Como no se arrepiente de inmediato, este accionar persiste por un tiempo y se convierte en un hábito que el empleado perfecciona para no ser atrapado. Su conciencia no solo que ya no le dice nada sino que ahora le ayuda a inventar excusas imaginarias : “Los dueños son muy ricos”. “No les afecta en nada lo que yo me llevo”. ”No me pagan lo suficiente”. “Yo trabajo más que los otros empleados”. “Merezco cobrar más y hace mucho que no aumentan mi sueldo“, etc, etc. El robo sigue y el arrepentimiento no aparece. Pero un día, el empleado llega a su trabajo y ¡oh sorpresa! Los dueños han instalado cámaras de seguridad en el supermercado. Las circunstancias ahora son diferentes. Ya no puede robar sin que lo vean. Su cerebro deja de inventar justificaciones. Irónicamente, eso le permite darse cuenta de que hizo algo mal durante un largo tiempo y finalmente se arrepiente. El rab Abohab indica que aunque la conducta de este individuo cambió debido a que las circunstancias cambiaron y ya no tiene las mismas oportunidades para robar que antes, este “arrepentimiento”, aunque imperfecto, es considerado por la Torá como válido.

2. Un hombre viaja al exterior por negocios. Y allí, donde nadie lo conoce, se deja llevar por la tentación y procede de una manera errada en el área sexual. Luego, de regreso en su hogar, se arrepiente de lo que hizo. Claro que donde todos lo conocen ya no puede repetir su mal proceder. Y de alguna manera, como dice Maimónides, el arrepentimiento es más creíble cuando alguien se arrepiente mientras está en condiciones de repetir el mismo error pero ahora elige no hacerlo gracias a un mejor entendimiento de lo que significa la infidelidad, etc. De cualquier manera, dice el rab Abohab, aunque este acto de arrepentimiento ocurre cuando uno ya no tiene la posibilidad de repetir el error, esta contrición es válida y su Teshuvá, aunque no sea perfecta, es aceptada por Dios.

3. Durante muchos años un individuo pasa por un estado económico muy bueno. Algunas personas necesitadas se acercan él para pedirle ayuda, pero dice “NO” y se niega a ayudar al prójimo. Con el correr del tiempo, este individuo persiste en su conducta egoísta y no se da cuenta (o no se quiere dar cuenta) que está actuando mal. Cada año, durante el mes de Elul, Rosh haShaná y Yom Kippur dice las Selijot, escucha el Shofar, y aprende acerca de la importancia de dar Tsedaqá, pero ¡no se arrepiente! y sigue negándose a asistir a los pobres. Luego de algunos años, sus negocios le salen mal y pierde gran parte de su fortuna. El dinero no le sobra e irónicamente, ahora, que ya no puede ayudar, se arrepiente de no haber ayudado a los demás cuando podía. Este arrepentimiento, dice el rab Abohab, si bien no es el ideal, es válido y aceptado por el Creador.

Los Sabios explican que si nos arrepentimos mientras la oportunidad de seguir actuando mal todavía existe, se alcanza el máximo nivel de Teshuvá.

Pero también dijeron que las puertas de la Teshuvá no se cierran. Y que HaShem siempre está dispuesto a aceptar nuestro arrepentimiento, aunque no sea perfecto.


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

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