Enlace Judío México e Israel – “Trato igual a todos los que vienen al hospital. Nunca me importará si son judíos o árabes; cada persona, sin importar su raza o género, recibirá la mejor atención de mi parte.” dice Suad Haj Yihye Yassin, una de las doctoras en las líneas de frente en la batalla contra el COVID-19 en Israel. Durante la epidemia de coronavirus en Israel, los árabes han sido una pieza clave para controlarla: representan a la mitad de los farmacéuticos, un cuarto de los enfermeros y el 17% de los doctores.
Sin embargo, algunos de ellos se preguntan si la relación con su país es recíproca. Yihye Yassin, por ejemplo, comparte su experiencia: “Cuando llego a casa, después de haberlo dado todo para tratar a los pacientes y escucho al primer ministro decir que se tiene que formar un gobierno de unidad nacional para lidiar con la crisis, pero sin los árabes, como si fuéramos ciudadanos de segunda, duele. ¿Por qué está bien que nosotros estemos en primera línea en los hospitales COVID, pero no es legítimo que estemos en el gobierno?”.
Ante la crisis del coronavirus, los árabes han sido publicamente reconocidos en los medios de comunicación y por la sociedad: en marzo se viralizó una foto de un doctor judío y uno musulmán rezando afuera de una ambulancia y en abril salió un anuncio en la televisión israelí agradeciendo al sector médico árabe por su trabajo contra la enfermedad. No obstante, Mogher Jamaisi, el director de medicina interna del Hospital Rambam no es tan optimista con respecto a la respuesta positiva de la sociedad. “Tengo miedo de que, en medio año, todos se van a olvidar (de nuestras contribuciones) y regresaremos a ser ciudadanos de segunda y tercera clase.”
A lo que Jamasi se refiere es que a pesar de tener practicamente los mismos derechos ante la ley, en la práctica la disparidad entre un musulmán y un judío en Israel es notable: más de la mitad de las familias árabes viven en la pobreza, a diferencia de las familias judías, en las que la cifra es de una en cada cinco; el 53% de los pobres en Israel son árabes y el nivel educativo en las escuelas árabes es significativamente más bajo que en las judías. A pesar de constituir el 20% de la población, los árabes solo reciben el 7% del presupuesto.
En cuanto a la percepción ciudadana sobre el trato a los árabes que son ciudadanos israelíes, el Instituto Israelí para la Democracia hizo una encuesta que arrojó los siguientes resultados:
- El 44% de los judíos israelíes creen que el gobierno de su país no ha tratado a los ciudadanos árabes justamente a través de su historia. A su vez, el 78% de los árabes israelíes consideran que no se les ha dado un trato justo.
- El 57% de la población judía y el 63% de la población árabe de Israel coinciden con la noción de que no hay igualdad de oportunidades entre ambos grupos.
- El 56% de los ciudadanos judíos apoyan que el presupuesto gubernamental sea equitativo tanto para árabes como para judíos israelíes.
- El 47% de los judíos israelíes prefieren que los judíos y árabes vivan separados. Solo el 17% de los ciudadanos árabes piensa lo mismo.
- El 22% de la ciudadanía judía cree que los árabes israelíes no deberían de tener derecho a comprar tierras en Israel. Sin embargo, este número disminuyó desde la encuesta anterior hecha en 2017.
- El 92.5% de los judíos israelíes considera que sus relaciones con los árabes que conoce son buenas. Asimismo, el 98% de los árabes israelíes considera positivas sus relaciones con los judíos que conoce.
- El 65% de los árabes están orgullosos de ser israelíes, el nivel más alto desde que se ha hecho la encuesta.
En 2018, la Knéset aprobó la controversial Ley del Estado-nación que prioriza el carácter judío de Israel sobre el democrático y dicta que únicamente sus ciudadanos judíos pueden dictar el rumbo del país. Jeremy Ben-Ami, presidente de J-Street, una organización judeoamericana con propósito de poner fin al conflicto árabe israelí, declaró que “el propósito de la ley es mandar un mensaje a la minoría árabe de que nunca van a ser ciudadanos iguales”.
Ante esa situación, varios activistas israelíes, tanto árabes como judíos, se han propuesto combatir la discriminación de una manera simple y efectiva, mediante la empatía. Gershon Baskin, quien negoció el trato de liberación del soldado Guilad Shalit, menciona en su libro In pursuit of peace in Israel and Palestine, la importancia que tuvo el oír las historias del otro en su camino por el activismo de la paz. También habla de la necesidad de una educación inclusiva que cuente las narrativas árabes y judías. Asimismo, el célebre autor David Grossman, dice que el escuchar y empatizar con los sufrimientos ajenos es una manera efectiva de combatir el odio, el miedo y la discriminación. En 1992, escribió el libro Presencias ausentes, en el que mediante entrevistas compila testimonios de la experiencia de los árabes israelíes.
Una minoría en cualquier Estado merece ser oída y tomada en consideración tanto legal como socialmente. Por ello, me parece que es de suma importancia oír y empatizar con la experiencia de los árabes israelíes, sin importar la postura que tengamos frente al conflicto. Solamente escuchando al otro podremos llegar a lograr una mejor vida para todos. Como judíos, debe de ser natural empatizar con la situación de los árabes israelíes: en nuestra historia, a pesar de que tengamos prácticamente los mismos derechos que las mayorías en casi cualquier país, nos hemos visto afectados por el antisemitismo y hemos sido juzgados por ser judíos. Es nuestro trabajo hacer que las minorías en Israel se sientan iguales que el resto de los ciudadanos.
En una ciudad en la que viven judíos y gentiles, el recaudador de fondos recoge de los judíos y de los gentiles en aras de la paz. Proporcionan apoyo a los pobres de los gentiles por el bien de paz. Se lamentan por la muerte de los gentiles y consuelan a los gentiles en duelo y por el bien de la paz.
תני עיר שיש בה גוים וישראל הגביים גובין משל ישראל ומשל גוים ומפרנסין עניי ישראל ועניי גוים ומבקרין חולי ישראל וחולי גוים וקוברין מתי ישראל ומתי גוים ומנחמין אבילי ישראל ואבילי גוים ומכניסין כלי גוים וכלי ישראל מפני דרכי שלום
Talmud Yerushalmi, Demai, 4:1, תלמוד ירושלמי , דמאי ד:א
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.
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