(JTA) — Una rabina recitó salmos y pronunció el rezo tradicional judío por los difuntos al inicio del homenaje de cuerpo presente que la Corte Suprema de EE. UU. rinde a la fallecida jueza judía Ruth Bader Ginsburg.
La rabina Lauren Holtzblatt de Adas Israel, una congregación conservadora en Washington D. C., inauguró el homenaje en la Corte Suprema con un servicio judío.
“Este fue el trabajo de toda la vida de la jueza Ginsburg, insistir en que la Constitución cumpliera su promesa de que nosotros, el pueblo, incluyera a todo el pueblo”, dijo Holtzblatt sobre Ginsburg, quien murió el viernes a los 87 años. “Ella llevó a cabo ese trabajo en cada capítulo de su vida como abogada que argumentó seis veces ante este tribunal por la igualdad de trato para mujeres y hombres, como juez en el tribunal de circuito de D. C. y como jueza en este tribunal.
“Y como modelo a seguir para las mujeres y niñas, de todas las edades, que ahora saben que ninguna oficina está fuera del alcance de sus sueños. Ya sea para servir en el tribunal más alto de nuestro país, o, en algo más cercano para mí, como rabinas para su comunidad. Nada podría detener la incansable devoción de la jueza Ginsburg por este proyecto. Ni siquiera el cáncer”.
En una fresca mañana de cielo azul, Holtzblatt comenzó el servicio con salmos y terminó con El Malei Rajamim, la oración sobre un Dios misericordioso que tradicionalmente se dice por los difuntos.
Un grupo de secretarios actuales y antiguos de Ginsburg acompañó el ataúd de la jueza por las escaleras de la Corte Suprema, donde permanecerá durante dos días antes de permanecer por un día en el Capitolio al otro lado de la calle. Ginsburg será la primera mujer y la primera judía a quien se le realizará homenaje de cuerpo presente en la Corte Suprema y en el Capitolio.
El presidente de la Corte Suprema, John Roberts, cerró la breve ceremonia con un elogio.
“La vida de Ginsburg fue una de las muchas versiones del sueño americano”, dijo. “Su padre era un inmigrante de Odessa. Su madre nació cuatro meses después de que su familia llegara de Polonia. Su madre más tarde trabajó como contadora en Brooklyn”. Ruth solía preguntar: ‘¿Cuál es la diferencia entre un contador en Brooklyn y un juez de la Corte Suprema?’ Su respuesta: una generación”.