Enlace Judío México e Israel – El grupo terrorista Hezbolá rechazó el lunes las críticas del presidente francés Emmanuel Macron en su contra y prometió seguir comprometido con la lucha contra Israel.
Macron acusó el domingo a los líderes políticos libaneses de “traición colectiva” y de elegir “favorecer sus intereses partidistas e individuales en detrimento general del país”, tras la dimisión del primer ministro designado del Líbano, Mustafa Adib, durante el fin de semana.
Macron atacó al grupo Hezbolá y a toda la clase política libanesa el domingo y advirtió sobre una nueva guerra civil si no pueden dejar de lado los intereses personales y religiosos para desbloquear la ayuda internacional y salvar al Líbano del colapso económico.
Los dos principales partidos chiítas del Líbano, Hezbolá y su aliado Amal, encabezados por el presidente del parlamento Nabih Berri, habían insistido en retener el Ministerio de Finanzas en el nuevo gobierno y en nombrar a todos los ministros del gabinete chiíta. Adib rechazó esas condiciones y renunció.
Macron reservó sus palabras más duras para Hezbolá, exigiendo que aclare si se trata de una fuerza política democrática, una milicia anti-israelí o una herramienta de Irán, pero también criticó a los líderes políticos libaneses de todos los campos.
“El fracaso es de ellos. No lo tomaré yo mismo. Hice lo más que pude”, dijo.
La cadena Al-Manar TV de Hezbolá criticó a Macron en su principal editorial de noticias el lunes por la noche diciéndole al presidente francés que el grupo terrorista “es y seguirá siendo un ejército que se enfrenta a Israel y seguirá apoyando a Siria y su pueblo contra los extremistas”.
Agregó que Hezbolá y sus aliados no tienen la culpa del fracaso de Adib en la formación de un gabinete, y dijo que las amenazas de Macron de posibles sanciones en el futuro contra los políticos son “injustificadas e inaceptables”. Preguntó si Macron quiere que Hezbolá y sus aliados, que tienen escaños mayoritarios en el Parlamento, otorguen poder a los grupos aliados de Estados Unidos.
Macron ha estado presionando a los políticos libaneses para que formen un gabinete que pueda trabajar en la promulgación de reformas urgentes para sacar al Líbano de su crisis económica y financiera.
La comunidad internacional ha dicho repetidamente que Líbano no recibirá ayuda financiera antes de llevar a cabo reformas para poner fin a décadas de corrupción y mala gestión por parte de la clase dominante que llevó al pequeño país al borde de la bancarrota.
Se espera que la crisis empeore a medida que las reservas del banco central se agoten, lo que podría obligar al gobierno en los próximos meses a poner fin a los subsidios para medicamentos y combustible, aumentando drásticamente sus precios.
Líbano incumplió con el pago de su deuda por primera vez en marzo. Las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional sobre un paquete de rescate se han estancado.
La crisis se ha visto agravada por la pandemia de coronavirus y, más recientemente, por la explosión del 4 de agosto en el puerto de Beirut provocada por la detonación de miles de toneladas de nitrato de amonio. Mató a casi 200 personas, hirió a miles y provocó pérdidas por valor de miles de millones de dólares.
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