Los olvidados judíos de Arabia

En la antigüedad, concretamente entre la destrucción de Jerusalén por Nabucondonosor (siglo V AEC) y la creación del Islam por Mahoma (siglo VII EC), en la península arábiga vivieron muchísimos judíos.

¿Pero cómo llegaron a constituirse comunidades judías en lo que hoy es Arabia Saudita? Algunos de ellos fueron judíos emigrados desde la Tierra de Israel o de Babilonia;  y otros,  clanes convertidos en masa a la fe de Moisés. Según al Bustani, historiador libanés del siglo XIX, los judíos del Hiyaz formaron un reino soberano. El historiador bagdadí al Masudi -mucho antes, en el siglo X-,  dice que el reino de Judea tenía como vasallo el norte del Hiyaz. Otros orientalistas occidentales de la Edad Contemporánea -F Wüstenfeld, por ejemplo- también afirman que hubo un estado soberano cuyos habitantes eran judíos. En el norte de la península arábiga, hacia el siglo XIII AEC vivían los madianitas, de los cuales Ytró (Jetró, el suegro de Moisés) era su sacerdote.

En la región llamada Hiyaz, junto a la costa del mar Rojo -la zona más habitable del inhóspito desierto de Arabia, al sur de la tierra de los madianitas- la población estaba organizada en los primeros siglos de la era común en una gran cantidad de amplios clanes familiares de caracter semi-nómada que formaban tribus. Entre los que habitaban la zona del oasis de Yatrib -¿Yitró? – (hoy, la ciudad de Medina), en el Hiyaz, había tres tribus judías preponderantes: los Banu Kurayza, los Banu Nadir y los Banu Kainuka.

Los Banu Kurayza llevaron a la zona la agricultura -el dátil- y con ello, desarrollaron el comercio, con lo que llegaron a ostentar una posición privilegiada dentro de la cultura, economía y política del entorno. Parece ser que eran de la tribu de Leví: Ibn Ishak, historiador de Medina en el siglo VIII y biógrafo de Mahoma, les considera descendientes de Aarón, el hermano de Moisés.

Junto a los Banu Kurayza, y sin que sepamos desde cuando, vivían al sur de Yatrib (Medina) los Banu Kainakua. No poseían tierras y vivían en el zoco a base de mercadear y de realizar oficios artesanos como la orfebrería.

La tercer tribu judía de Yatrib eran los Banu Nadir. Su nombre, que en hebreo significa extraño, raro, se debe a que se asentaron en una montaña que se llamaba Har Nadir. Habitaron a las afueras de Yatrib, en localidades a medio día de camino, trabajando en el cultivo del dátil, aunque también hubo prestamistas y hasta vendedores de joyería.

Además había otras tribus más pequeñas: los Banu Alfayir, los Banu Shutayba, los Banu Kuda, o las Banu Jorat. Estos últimos provenían del sur de la península arábiga, del Yemen actual, y se tenían por descendientes de Yoktám, el hijo de Eber, bisnieto de Sem, y por tanto tataranieto de Noé. Formó el pueblo de los Katanitas en el Yemen, dividos en dos facciones: por un lado, los Kahlani, que se desgajaron en sub-clanes; uno de ellos, los Banu Jorat, que se convirtieron al judaísmo. La segunda facción de los katanitas era la formada por  los Omeritas. Hacia el siglo I EC, los omeritas fundaron el reino de Hymiar. Procopio escribe que en 525, los ejércitos del reino cristiano de Axum en Etiopía invadieron Yemen a pedido del emperador bizantino, Justiniano I, para tomar el control del reino judío en Himyar, pero el rey Yusuf Dhu Nuwas, cuya madre era judía, no solo repelió su invasión sino que los aniquiló.

Del sur de la península arábiga, en el siglo IV, emigraron a Yatrib dos tribus: los Banu Awos y los Banu Jazraj. Pasado un siglo ya se habían hecho con gran parte del poder económico antes detentado por las tribus judías. Y los Banu Awos y los Banu Jazaraj empezaron a competir por la supremacía total. Los Banu Korayza y los Banu Nadir, las tribus judías, firmaron pactos con los Banu Awos.

Mientras tanto, en La Meca, controlaba el territorio la tribu de los Kurays, que cuidaban de la adoración de una piedra negra, La Kaaba. A diferencia de los katanitas, en el sur, en el norte y el centro las tribus descendían de Adnán, padre de un grupo de ismaelitas tras la expulsión de Ismael y su madre Agar de la tienda de Abraham. De la tribu de los Kurays surge el clan de los Hashim -los hachemitas- al que perteneció Mahoma. Tras su revelación profética, en el año 622 EC (año 1 de la Hégira) Mahoma emigra a Yatrib/Medina.

En aquella época los judíos estaban muy bien considerados; la antigüedad de su sabiduría proverbial y las manifestaciones de su inteligencia natural eran muy tenidas en cuenta por el resto de pueblos. Mahoma se sintió muy decepcionado cuando comprobó que las tribus judías de Yatrib no le reconocían como profeta: significaba un gran descrédito ante el desafío de ganar adeptos para la umma, a la nueva fe monoteista.

Pero el canon tanájico hacía tiempo que había sido cerrado y en Babilonia ya habían finalizado el Talmud. Algunos judíos, además, reconocieron en la revelación de Mahoma muchos vínculos con la tradición judía pero tergiversada; algunos lo ridiculizaron por haberse atrevido a hacer semejante cosa. Y Mahoma no había contado con esa oposición tan obstaculizadora para sus propósitos. En 627 Mahoma conquista Yatrib para someterla -Batalla de las Trincheras- Los musulmanes, bajo el mando de Mahoma, decapitaron a casi todos los varones judíos. Los que admitieron la conversión salvaron la vida. Las mujeres y los niños fueron tomados como rehenes y vendidos como esclavos. Mahoma recibió la quinta parte del botín, que luego repartió entre los más necesitados, y tomo para sí a una mujer llamada Rayhana, que luego adoptó la fe islámica. Muchos esclavos fueron comprados por los Banu Nadir para poderlos liberar.

Ruinas de Jhaybar

Casi cien kilómetros al norte de Medina está la ciudad de Jaybar, también muy habitada por judíos, la mayoría de ellos Banu Nadir, que aquí tenían sus fortalezas y se enfrentaron al acoso de Mahoma, que sin embargo los aniquiló con facilidad en gran número. Los que no mató tuvieron que firmar un pacto por el cual le darían la mitad de la cosecha. Según fuentes musulmanas, también devolvió a los judíos los libros de la Torá incautados. Pero en el año 642, el califa Omar los expulsó de la ciudad porque según él Mahoma había dejado esa orden en su testamento. Fueron deportados a Najrán, en lo que hoy es Siria e Irak. No obstante, Benjamín de Tudela, gran viajero del siglo XII, dejó escrito en su libro de viajes que en Jaybar se encontró una comunidad judía de unos 170 hombres.

En el siglo XV de Jaybar salió un judío llamado David Reubeni, considerado como el  proto-sionista que en 1526 buscó una alianza judeo-cristiana con el papa para contener la expansión del Imperio otomano a cambio de un Estado judío: murió quemado vivo en Lerena, Badajoz, apresado por orden de Carlos I de España y V de Alemania.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

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Pedro Huergo Caso: