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viernes 22 de noviembre de 2024
Un libro del Corán abierto

Eduard Yitzhak/ Faltan las fatuas que absolutamente prohíban perpetrar crímenes

Enlace Judío – Tras la oleada de ataques en Europa, el escritor y académico egipcio Nasser Muhammad Aref publicó un artículo en el diario Al-Ru’ya, de los Emiratos Árabes Unidos, el 5 de noviembre de 2020 condenando rotundamente la ideología religiosa yihadista que sustenta estos actos de violencia. En el mismo artículo Aref hizo un llamado a todos los seminarios y clérigos musulmanes, de todos los países y de todas las escuelas religiosas del islam, a que aclaren que la santidad de la vida está consagrada en el Corán y redacten un documento vinculante que prohíba absolutamente los crímenes de este tipo.

Aref escribió: “Cualquiera que siga tras los apuñalamientos y asesinatos cometidos por jóvenes musulmanes en sus países de acogida en Europa descubre que estos actúan por motivos religiosos [del islam] y por un deseo de apoyar la fe [musulmana] y complacer a Alá. Pero esto plantea una pregunta: ¿Cómo llegaron estos jóvenes a la creencia religiosa de que asesinar a un hombre inocente que ni siquiera conocen es una acción bondadosa que nos acerca a Alá y un acto de apoyo a la fe? ¿Quién los persuadió para que violen la santidad de la vida humana sin tener en cuenta la prohibición contra el asesinato, violen las directrices del Corán y conviertan la prohibición absoluta de eliminar vidas humanas en una de asesinar sólo a determinadas personas, a quienes los asesinos eligen e identifican y que suelen ser personas pertenecientes a su propia organización, grupo o escuela religiosa?

Aref argumenta que “Estos [los yihadistas] lo hacen [los apuñalamientos y asesinatos] a pesar del hecho de que el Corán tiene versículos explícitos que prohíben el asesinato, tales como el siguiente: ‘Cualquiera que elimine una vida, a menos que sea como castigo por asesinato o perjuicio en el territorio – será como si asesinara a toda la humanidad’ [Corán 5:32. El Corán colocó la vida humana por encima de cualquier otro tipo de consideración.

Aref reconoce implícitamente en su llamamiento que por ahora no ha existido ninguna aclaración sobre la santidad de la vida ni tampoco ni ha existido, ni existe, un documento vinculante que prohíba los crímenes perpetrados por los creyentes más fervientes del islam, los yihadistas.

En su apología, Aref hace “trampas al solitario” al citar de manera reducida y modificada la aleya (versículo 5:32) descontextuándola y afirmando que “el Corán colocó la vida humana por encima de cualquier otra consideración” citando deformada y parcialmente el texto del Corán 5:32 diciendo: ‘Cualquiera que elimine una vida, a menos que sea como castigo por asesinato o perjuicio en el territorio – será como si asesinara a toda la humanidad’.

Aref no es el único que invoca, deformada y parcialmente, este versículo del Corán, también el portavoz de la Comunidad Ahmadía del Islam en España, Qamar Fazal, tildó de “antimusulmanes” y “antirreligiosos” a los islamistas yihadistas que perpetraron el atentado del 17-A de 2017 a las 17:00 horas en las ciudades españolas de Barcelona y posteriormente en Cambrils, asesinando a 15 personas e hiriendo a otras 131.

Fazal aseguró que “Una religión que no tiene bondad no es religión. El santo Corán dice que quien mata a un inocente es como si hubiera matado a toda la humanidad. El crimen de Barcelona es como si hubieran asesinado a todo el mundo”.

Pero esta aleya (versículo) tal como la citan Aref y los apologistas como Fazal, no se puede encontrar en ninguna copia impresa del Corán, ni por Internet: ‘Cualquiera que elimine una vida, a menos que sea como castigo por asesinato o perjuicio en el territorio – será como si asesinara a toda la humanidad’, independientemente si esté o no en el original árabe o en una de sus muchas traducciones al español, inglés, francés, alemán.

Y la razón de esto es porque este texto, tal como Araf y Fazel lo citan, no existe. Citarlo deformada y parcialmente hace que pierda el verdadero significado tal como está escrito en el Corán. Lo que en realidad presentan falazmente estos apologistas es un parafraseo distorsionado, fuera de contexto y engañoso de la siguiente aleya (versículo): Corán 5:32: “Por esta razón decretamos (hubimos decretado) para los Hijos de Israel que quien mata a una persona sin que ésta haya cometido un crimen o sembrado la corrupción en la Tierra es como si matase a toda la humanidad. Y quien salva una vida es como si salvase a toda la humanidad. Por cierto que Nuestros Mensajeros se presentaron ante ellos con las evidencias. Pero muchos, a pesar de esto, se excedieron en la Tierra”.

En esta aleya la orden está escrita en pasado, (كتبنا y no نكتب) en español no se refleja por la conjugación, pero en inglés sería “ordained” y no “ordain”.

Clara y explícitamente esta orden no está aplicada para los musulmanes sino para los “Hijos de Israel” es decir, los judíos quienes, según el mismo Corán, recibieron un conjunto anterior de escrituras, el Tanaj [Antiguo Testamento]. En realidad este texto no está en el Tanaj (Antiguo Testamento) sino que es un comentario rabínico, -realizado por rabinos-, del Talmud; y los que escribieron el Corán lo atribuyen erróneamente como si fueran palabras de la divinidad dirigidas al P¿pueblo de Israel cuando no es más que una interpretación hermenéutica rabínica en el Talmud, de la cual tuvieron conocimiento a oídas Mahoma y los que escribieron el Corán.

Pero el texto coránico continúa en Corán 5:33-34: “Retribución de quienes hacen la guerra a Alá y a Su Enviado y se dan a corromper en la tierra: serán muertos sin piedad, o crucificados, o amputados de manos y pies opuestos, o desterrados del país. Sufrirán ignominia en la vida de acá y terrible castigo en la otra. Quedan exceptuados quienes se arrepientan antes de caer en vuestras manos. Sabed, en efecto, que Alá es indulgente, misericordioso”.

Ahora, la cláusula que permite la matanza sin piedad, crucifixión, amputación de manos y pies opuestos de infieles está en tiempo presente y estas aleyas (versículos) son dirigidos a los musulmanes (nótese la referencia al Enviado y Mensajero de Alá y el cambio a tiempo presente), lo que parecía ser a la primera lectura un mensaje de paz, es pura y llanamente una advertencia a los no creyentes, a los no-musulmanes. Los más importantes exegetas del islam y contemporáneos de Muhammad lo aplican como “sólo el que mata a un musulmán auténtico, no a un no-musulmán-, es el que derrama la sangre de todas las personas, sólo si derrama la sangre de un auténtico musulmán como Alá manda”. [1]

¿Pero que pasa si un musulmán asesina a un no-musulmán? La vida de cualquier no-musulmán no es sagrada. La vida de un judío, cristiano, ateo, agnóstico, budista, musulmán “light” que no se comporta como Alá manda, no es sagrada, según el hadiz Sahih, en el cual Mahoma dice que la vida de un no musulmán no es sagrada.

Aún más: Mahoma también dio el veredicto (fatua) que un musulmán no puede ser condenado a muerte por asesinar a un no-musulmán. La amplia mayoría de los eruditos musulmanes apoyan esta visión, mientras que una escasa minoría cree que un musulmán puede ser ejecutado si él mata a un inocente no-musulmán dhimmi cuando está bajo la “protección” de la comunidad musulmana [2].

Por lo que si un musulmán asesina a un no-musulmán no puede ser condenado a muerte y no se le considera en absoluto que asesina a la humanidad. Los apologistas del Islam conocen muy bien la gran ignorancia de los líderes de opinión y políticos occidentales sobre su religión y sus leyes y se permiten hacer taqiyya (mentira) de la manera más infantil. No en vano mentir para el avance y defensa del islam es correcto desde el punto de vista coránico. Además, el libro sagrado del islam afirma que Alá es el mayor de los intrigantes/mentirosos, Corán 3:54: “E intrigaron y Alá intrigó también. Pero Alá es el Mejor de los intrigantes“. [3]

Nasser Muhammad Aref confirma implícitamente que todavía no hay, ni ha habido, condenas rotundas contra el terrorismo yihadista en ningún ámbito académico y religioso del islam, por mucho que los colaboracionistas occidentales, tanto líderes políticos y de opinión, y académicos pseudo intelectuales  presenten el islamismo y el yihadismo como interpretación errónea y desviada del “verdadero y puro”, concepto neoplatónico, que sólo existe en las mentes (de estos líderes occidentales) y sin llegar a explicar que es lo que entienden por el puro islam, diferente de lo que los eruditos musulmanes sobre su propia religión, el islam, conciben en sus escritos sagrados, dichos y hechos de Mahoma y su biografía.

Aref, haciéndose trampa al solitario, se aprovecha de la ignorancia sobre la hermenéutica musulmana de los pretendidos “expertos” y pseudo intelectuales occidentales colaboracionistas del islam para presentar un islam de “línea blanca” tan de agrado a aquellos oídos que no quieren oír lo que declaran los creyentes más fervientes del islam dispuestos a morir, matando, como shahids, islamikazes.

La prueba del algodón para estos líderes de opinión y pseudointelectuales que se presentan como expertos, sería que estos y estas occidentales colaboracionistas del islam, que sin infancia, ni juventud, ni adultez musulmana, sin saber leer el Corán en su propia lengua, el árabe, y sin haber estudiado en madrasa religiosa islámica, intenten argumentar y convencer sobre lo que es el “verdadero” islam y que intenten convencer a todos los líderes de Estado Islámico y sus filiales, a los de Hamás, Yihad Islámica, al Qaeda, y a los ayatolás y mulás de la República Islámica de Irán que Hamás y Hezbolá que están equivocados y les expliquen que hacer la Yihad es una desviación y mala interpretación del verdadero Islam.

Estos pseudointelectuales apelan al argumento ad hominen, en realidad falacia: “la gran mayoría de los musulmanes son gente pacífica, por tanto el Islam no es violento ni pregona la Yihad. El auténtico islam está en las antípodas de los islamistas y yihadistas”. Estos confunden la practica la mayoría con la ideología de sus creyentes.

No todos los cristianos tienen la misma adherencia a los mandamientos del cristianismo, ni todos los judíos a los del judaísmo, ni todos los musulmanes a los del islam: hay diversos grados de seguimiento. La Yihad es un mandamiento, es una ley del islam de obligado cumplimiento tanto colectivo como individual, pero sólo lo llevan a cabo una minoría, ¡Si la mayoría hiciese la Yihad, no habría seres humanos en la tierra! Como también es una minoría el cumplimiento del mandato de Jesús en el cristianismo de darlo todo a los pobres y seguirle, en Mateo 19:21: “Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que posees y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme.

Es bien cierto que no todos los cristianos lo hacen, muy pocos, pero no es menos cierto que Jesús lo dice.

En el judaísmo una Mitzvá (mandamiento, ordenanza, precepto) ordenada por Dios es Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Levítico 19:18, el tercer libro de Moisés).

Lo mismo sobre el judaísmo, no todos los hacemos, pero no es menos cierto que Dios lo ordena, como lo indica el texto de la Torah (Antiguo Testamento). Los judíos también tenemos el Tikun Olam, concepto del judaísmo que significa “reparar el mundo”. Lo que sugiere la responsabilidad compartida de la humanidad para curar, reparar y transformar el mundo. La expresión Tikun Olam ya se utiliza en la Mishná en el siglo III de la EC en la frase Mipnei Tikun Haolam (Por el bien de Tikun del mundo) para indicar que una práctica debería ser seguida no porque es exigida por la ley bíblica, sino porque ayuda a evitar la falta de armonía social.

Análogamente no todos los musulmanes hacen la Yihad, sólo un pequeño porcentaje, pero no es menos cierto que el Islam exige la Yihad.

El nivel de adherencia y seguimiento de cada religión depende de cada individuo.

Es bien cierto que el comportamiento de la mayoría de los musulmanes es en general pacífico, por falta de adherencia plena, por miedo, por preferir que “otros” actúen, por esperar “mejor oportunidad”, o el motivo que sea, pero no es menos cierto que la Yihad, la guerra por Alá, es el sexto pilar de la fe del islam, y a ello se han aferrado todos los grupos islamistas y yihadistas a lo largo de 14 siglos y en la actualidad, de la misma manera que misioneros católicos y evangélicos se han aferrado al texto de Mateo 19:21 y han vendido lo que tenían y lo han entregado su vida y trabajo a los pobres.

Y muchos judíos han colaborado enormemente en el campo de las ciencias, de la medicina, de la tecnología, del pensamiento y saber, de la literatura, del arte, de la economía, en todos los campos del pensamiento siendo su aportación, la mayor de todos los colectivos humanos en proporción a su población, con el fin de reparar el mundo.

La fuerte adhesión de cristianos, judíos y musulmanes a sus respectivas religiones y ordenamientos genera diferentes resultados. Sólo basta mirar estos resultados.

[1]  De acuerdo con la muy respetada tafsir -exégesis coránica- de Ibn Kathir, antiguo comentador coránico y Tabi’un, Sayid ibn Jubayr (quien vivió en los tiempos de Muhammad, y fue compañero de Aisha), declaró que Sa’id bin Jubayr dijo, “El que deja derramar la sangre de un musulmán, es como aquel que permite derramar la sangre de todas las personas. El que prohíbe el derramamiento de la sangre de un musulmán, es como el que prohíbe el derramamiento de sangre de todas las personas”. En adición, Ibn Jurayj dijo que Al-A’raj dijo que Mujahid comentó en el Ayah.

También informado por otro tabi’un (son la generación de los musulmanes que nacieron después de la muerte del profeta islámico Mahoma, pero que fueron contemporáneos de los “Compañeros” Sahaba) y mufassir -comentador del Corán- y que hace tafsir (exégesis coránica), Mujahid ibn Jabr (un alumno de Ibn Abbas; un primo paterno de Mahoma) comentando la aleya 5:32: “El que mata a un alma creyente -musulmana- intencionalmente, Alá hará del Fuego del Infierno su morada, Él se enojará con él, y le maldecirá, y le ha preparado un tremendo castigo para él, igual que si él hubiera matado a toda la gente, su castigo será el mismo“.

Ibn Abbas, el primo de Mahoma, estaba presente en los tiempos en que estos versos eran revelados. Junto con Mujahid ibn Jabr, él pasó el Corán sobre treinta veces y memorizó sus significados. Los eruditos islámicos consideran Mujahid ibn Jabr como de la más alta confiabilidad.

[2] Narró Anas bin Malik: El apóstol de Alá dijo, “Se me ha ordenado compartir a la gente hasta que ellos digan: ‘Nadie tiene el derecho de ser adorado sino Alá.’ Y si ellos lo dicen, oran como nuestras oraciones, se dirigen a la Qibla y masacran como masacramos, entonces su sangre y propiedad serán sagradas para nosotros y no interferiremos con ellos excepto legalmente y su ajuste de cuentas será con Alá.” Narró Maimun Ibn Siyah que le pidió a Anas bin Malik.

“¡Oh Abu Hamza! ¿Qué hace de la vida y propiedad de una persona sagradas?” Él respondió, “Quien diga, ‘Nadie tiene el derecho de ser adorado sino Alá’, se dirige a la Qibla durante las oraciones, ora como nosotros y come de nuestros animales sacrificados; él entonces es un musulmán, y tiene los mismos derechos y obligaciones que los otros musulmanes tienen”.

Sahih Bukhari 1:8:387, ver también: Sahih Bukhari 1:2:24

Narró Abu Juhaifa: Le pregunté a Ali “¿Tienes alguna literatura Divina además de lo que está en el Corán?” O, como Uyaina una vez dijo, “¿Aparte de lo que la gente tiene?” Ali dijo, “Por Aquel que hizo germinar la semilla y creó el alma, no tenemos nada excepto lo que está en el Corán y la capacidad (don) de entender el Libro de Alá que Él puede dotar a un hombre, y con lo que está escrito en esta hoja de papel.” Pregunté, “¿Qué es lo que hay en aquel papel?” Él contestó, “Las regulaciones legales de la Diya (dinero de sangre) y el (rescate por) liberar a los cautivos, y el juicio de que ningún musulmán debería ser asesinado en Qisas (igualdad en castigo) por matar a un Kafir (no creyente)”.

Sahih Bukhari 9:83:50, ver también: Sahih Bukhari 1:3:111, y Sahih Bukhari 4:52:283

La vasta mayoría de los eruditos musulmanes apoyan esta visión, mientras que una minoría cree que un musulmán puede ser ejecutado si él mata a un no-musulmán dhimmi quien está bajo la “protección” de la comunidad musulmana.

[3] La palabra árabe usada aquí es makara, que literalmente significa “engaño”. Si Alá es el Supremo Engañoso hacia los incrédulos, entonces hay poca base teológica para negar a los musulmanes que les está permitido mentir.

Corán 8:30: Y cuando los infieles intrigaban contra ti para capturarte, matarte o expulsarte. Intrigaban ellos e intrigaba Alá, pero Alá es el Mejor de los que intrigan/engañan.

Corán 10:21: Apenas hacemos gustar a los hombres una misericordia, después de haber sufrido una desgracia, al punto intrigan contra Nuestros signos. Di: “¡Alá es más rápido en intrigar/mentir!” Nuestros enviados toman nota de vuestra intriga/mentira.

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

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