(JTA) — AIPAC casi nunca se pronuncia sobre un tema que no se relacione con Israel. También es reacio a criticar a un presidente en funciones.
Pero el preeminente lobby pro-israelí hizo ambas cosas el miércoles después de que alborotadores que simpatizan con el presidente Donald Trump irrumpieron en el Capitolio de EE. UU. para detener el recuento de votos electorales que formalizará la victoria de Joe Biden.
“Compartimos la ira de nuestros compatriotas estadounidenses por el ataque en el Capitolio y condenamos el ataque a nuestros valores y procesos democráticos”, dijo AIPAC, el Comité de Asuntos Públicos EE. UU.-Israel, en un comunicado publicado en Twitter el miércoles por la noche. “Esta violencia, y la incitación del presidente Trump, es indignante y debe terminar”.
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La declaración, elaborada durante una reunión de emergencia del comité ejecutivo del lobby, estuvo entre una serie de comentarios extraordinarios sobre la democracia estadounidense por parte de grupos judíos, muchos de los cuales generalmente se mantienen alejados de la política partidista.
AIPAC no fue la única organización judía dominante que se pronunció en un día extraordinario que resultó en lo que alguna vez fue impensable: la policía dando refugio a cientos de legisladores mientras la turba merodeaba y saqueaba el Capitolio. Su declaración, elaborada durante una reunión de emergencia del comité ejecutivo del lobby, tampoco fue la única que criticó explícitamente a Trump.
Trump invitó a los manifestantes a Washington, D.C. y el miércoles temprano los instó a marchar hacia el Capitolio. A medida que la situación se puso tensa, instó simultáneamente a sus seguidores a disolverse y les dijo que los “amaba”.
La Liga Antidifamación (ADL) también se refirió a Trump. “La violencia en el Capitolio de EE. UU. es el resultado de la desinformación de nuestra oficina más alta”, dijo en un tuit. “Los extremistas se encuentran entre los alborotadores en D.C. que apoyan la retórica imprudente del presidente Trump sobre las instituciones democráticas de EE. UU.” El director ejecutivo de ADL, Jonathan Greenblatt, pidió en las redes sociales que suspendieran las cuentas de Trump; varias plataformas finalmente respondieron a esos llamados.
El Consejo Judío de Asuntos Públicos, el organismo que agrupa a los organismos judíos de políticas públicas, también nombró a Trump. “Este fue un asalto directo a nuestro proceso democrático y nada menos que un intento de interrumpir la transición pacífica del poder en una elección presidencial y un acto de sedición”, dijo en un comunicado. “Instamos en los términos más enérgicos a que el presidente Trump y otros cesen de inmediato la retórica incendiaria y restablezcan el orden”.
Dos grupos fueron cautelosos y condenaron la violencia sin culpar directamente a Trump. El Comité Judío Americano (AJC) pidió a Trump “pedir el fin inmediato de los disturbios y respetar el proceso de certificación actualmente en curso”, sin señalar que Trump alentó los disturbios, como sí lo hicieron muchos otros, incluidos algunos republicanos destacados.
La Conferencia de Presidentes de las principales organizaciones judías estadounidenses, el grupo de política exterior que agrupa a la comunidad judía, no nombró a Trump en absoluto, aunque su declaración fue contundente. “Estamos indignados por la violencia en el Capitolio de EE. UU. e instamos a los alborotadores a que se dispersen de inmediato”, dijo en un comunicado. “Se debe restaurar la ley y el orden, y debe continuar la transición pacífica de las administraciones”.
B’nai B’rith Internacional “instó enérgicamente” a Trump a “condenar públicamente a los alborotadores”. “Aunque es horrible ver el Capitolio de EE. UU. bajo asedio, las semillas de esto se han plantado y nutrido durante muchos años”, dice el comunicado.
La Unión Ortodoxa intervino al principio al respaldar la declaración de la Conferencia de Presidentes, pero el jueves por la mañana emitió una declaración dirigida intencionalmente a Trump y con un tono de alivio ante la perspectiva del fin del mandato de Trump y la llegada de una nueva administración.
“Estamos profundamente entristecidos y conmovidos por los violentos eventos de ayer en el Capitolio de EE. UU. que han alterado gravemente nuestro sentido de paz y seguridad”, dijo el comunicado. “No hay lugar para el tipo de incitación atroz que alimentó ese asalto a los pilares de nuestra democracia. Debe detenerse. Hacemos un llamado al presidente Trump para que haga todo lo que esté en su poder, y de hecho está en su poder, para restaurar esa paz”.
Concluyó: “Oramos al Todopoderoso para que otorgue fuerza y sabiduría al presidente electo Biden y a la vicepresidente electa [Kamala] Harris mientras llevan a este gran país hacia adelante en la unidad, la paz y la seguridad”.
Agudath Israel de EE. UU. publicó en Twitter una declaración de su antiguo director en Washington, el rabino Abba Cohen.
“El Capitolio de EE. UU. es más que un edificio majestuoso”, dijo Cohen. “Es la verdadera casa del pueblo y la casa de la democracia. Es la esperanza de la nación. Lo sientes al entrar por sus puertas y caminar por sus pasillos. Hoy era un lugar de vergonzosa violencia y tiranía. Detente o estamos perdidos”.
La Asamblea Rabínica del movimiento conservador pidió a Trump “defender la constitución de EE. UU.”, pero no lo culpó por lo que llamó un “ataque a la democracia y sus instituciones”.
El Centro de Acción Religiosa del movimiento reformista fue menos tímido y dijo: “El hecho de que los eventos de hoy fueran alentados por el presidente de los EE. UU. que se ha negado a aceptar su derrota electoral es igualmente aterrador y desgarrador”.
Los grupos liberales como el Centro de Acción Religioso del movimiento reformista (RAC) han tenido a lo largo de la presidencia de Trump una relación de confrontación con él, criticando tanto sus políticas, incluidas sus políticas anti-inmigrantes, como sus expresiones de intolerancia.
No fue diferente el miércoles. “Hoy temprano, una turba armada sediciosa irrumpió en el Capitolio a instancias del presidente Trump, con el objetivo de evitar que los miembros electos del Congreso certifiquen el voto presidencial en el Colegio Electoral”, dijo el Foro de Política de Israel, un grupo a favor de la solución de dos Estados para el conflicto palestino-israelí. “Condenamos esto sin reservas y por completo”.
J Street, un grupo político liberal judío, dijo: “El presidente incitó repetidamente a los matones de la extrema derecha a subvertir nuestra democracia, y ahora están tratando de hacer precisamente eso”.
“Estoy desconsolada por nuestro país”, dijo en Twitter la directora ejecutiva del Consejo Nacional de Mujeres Judías, Sheila Katz. Hadassah, la organización sionista de mujeres, aludió a Trump y dijo que “el comportamiento criminal y los eventos de esta tarde son abominables, al igual que los intentos de perturbar la democracia con incitación a la violencia. Como judíos, conocemos el poder de las palabras y exigimos que nuestros líderes electos eleven el nivel del discurso y lideren con civismo”.
Morton Klein, presidente de la Organización Sionista de América, un grupo conocido por su apoyo a las políticas a favor de Israel de Trump, dijo en Twitter que el asalto en el Capitolio fue “completamente inaceptable e intolerable”, pero alegó, sin fundamento, que el FBI estaba investigando una afirmación de que entra la turba hubo miembros de Antifa, un término general para los manifestantes radicales de izquierda.
Esa acusación circuló ampliamente entre los partidarios judíos ortodoxos del presidente el miércoles por la noche, muchos de los cuales condenaron la violencia en D.C. pero no el movimiento pro-Trump que llevó a la turba a reunirse.
La Coalición Judía Republicana (RJC) “felicitó el jueves por la mañana a Biden por ganar las elecciones, y en su declaración incluyó un pedido de una transición pacífica al poder.
“Después del aborrecible ataque de la turba ayer en nuestro Capitolio, nuestros funcionarios electos volvieron a trabajar, cumplieron con su deber bajo nuestra Constitución y certificaron los resultados de las elecciones de 2020”, dijo el RJC. “Ahora es el momento de la misma transición pacífica de poder que EE. UU. ha llevado a cabo durante más de 220 años”, dijo el RJC. “También es hora de sanar y unidad en nuestro país, porque enfrentamos muchos desafíos serios y significativos”.
La declaración no mencionó a Trump. Las felicitaciones a Biden llegaron tarde: fue proyectado como presidente electo el 7 de noviembre, pero varios grupos aliados con su perspectiva, entre ellos grupos judíos, dudaron en felicitar a Biden en ese momento, aparentemente conscientes de la negativa de Trump a aceptar el resultado de las elecciones.
El Consejo Democrático Judío de América (JDCA) fue mordaz y pidió la destitución de Trump del poder. “El presidente Trump ha abusado de su poder, ha puesto en peligro la vida de los estadounidenses y ha socavado nuestras instituciones democráticas”, dijo.
“Hoy, puso en peligro intencionalmente la seguridad en el Capitolio para promover su depravada agenda autocrática, arriesgando las vidas del vicepresidente y legisladores republicanos y demócratas”, dijo la JDCA. “Donald Trump fue acusado por el Congreso por abuso de poder hace un año, y hoy debería ser destituido inmediatamente de su cargo por sedición, insurrección y abuso de poder”.
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