Enlace Judío – Pablo Iglesias, vicepresidente del actual gobierno español y líder del partido populista de extrema izquierda, Unidas Podemos, de larga trayectoria antisemita, ha banalizado el Holocausto afirmando que éste “era fundamentalmente una decisión administrativa, un mero problema burocrático” y ha recibido financiación de los ayatolás de la República Islámica de Irán, fondos dados, como él mismo Iglesias reconoce, para desestabilizar España, pretendiendo emular a Lenin que recibió dinero para desestabilizar Rusia.
Iglesias, judeófobo de largo historial, y como buen heredero de Stalin y nostálgico del gulag continúa obsesionado en atacar a Israel con libelos medievales reciclados en versión moderna.
Ante la excelente organización sanitaria y logística de Israel manifiesta en la actual vacunación contra el coronavirus, Iglesias se saca de su chistera de embaucador que el Estado judío tiene la obligación de vacunar a los palestinos y ha pedido formalmente a su Ministerio de Exteriores que dirige Arancha González Laya, que vele por que Israel, con la tasa de vacunación contra COVID-19 más elevada en el mundo, vacune a la población palestina.
Entre los adláteres de Pablo Iglesias, el portavoz de Exteriores de Unidas Podemos, Antón Gómez Reino, ha preguntado a González Laya qué acciones va a emprender para que “Israel cumpla sus obligaciones como potencia ocupante según el derecho internacional”.
Pablo Iglesias, como vicepresidente del gobierno, tiene la obligación moral y política de informarse antes de pontificar, pero continúa en su tradición de hablar por hablar de manera inane. Iglesias, antes de criticar a un país extranjero, y más desde su cargo político como corresponsable del gobierno de una nación, España, debería saber que Israel no es una “potencia ocupante” de Judea y Samaria (Cisjordania), que estos territorios son territorios en disputa, y tiene la obligación política de documentarse antes de hablar y saber que según los Acuerdos de Oslo de 1993 sostienen:
“Artículo VI. Traspaso preparatorio de atribuciones y responsabilidades
“1. Al entrar en vigor la presente Declaración de Principios y al llevarse a cabo el retiro de la Faja de Gaza y de la zona de Jericó, comenzará el traspaso de la autoridad del gobierno militar israelí y de su administración civil a los palestinos autorizados para cumplir esa labor, conforme a lo que se detalla en el presente documento. Ese traspaso de autoridad será de índole preparatoria, hasta que asuma el poder el Consejo.
“2. Inmediatamente después de la entrada en vigor de la presente Declaración de Principios y del retiro de la Faja de Gaza y de la zona de Jericó, y con miras a fomentar el desarrollo económico de la Ribera Occidental y de la Faja de Gaza, habrá un traspaso de autoridad a los palestinos en las esferas siguientes: educación y cultura, salud, bienestar social, tributación directa y turismo. La parte palestina comenzará a organizar la fuerza de policía palestina, conforme a lo convenido. Hasta que el Consejo asuma sus funciones las dos partes podrán negociar el traspaso de otras atribuciones y responsabilidades, según se convenga”.
Y que la Organización Mundial de la Salud, OMS, el 5 de noviembre de 2020 informaba que: “Con respecto a la cobertura de salud, los palestinos con estatus de residencia en Jerusalén Este tienen acceso al seguro médico israelí […] En el resto del territorio palestino ocupado, la Autoridad Palestina y la autoridad de facto en la Franja de Gaza asumen las responsabilidades de la administración de la atención de salud pública para la población palestina […] La Autoridad Palestina tiene la responsabilidad de brindar atención médica a la población palestina en Cisjordania y Franja de Gaza tras su establecimiento en virtud de los Acuerdos de Oslo”.
Por tanto, la Autoridad Palestina y Hamás son totalmente responsables de la gestión sanitaria de sus conciudadanos. El hecho que no tengan vacunas y que no las hayan pedido ni comprado solo es imputable a la voluntad de sus gobernantes.
Es bien cierto que el gobierno israelí tiene la obligación, y lo hace, de proteger a su población, no solo de los atentados que fomentan, patrocinan y alientan la Autoridad Palestina y Hamás, así como tiene la obligación de vacunar a su población frente al coronavirus, y que Jerusalén lo hace de manera excelente; y no es menos cierto que la Autoridad Palestina y Hamás tienen la obligación de no perpetrar atentados contra Israel, ni lanzar misiles, ni globos incendiarios ni enviar terroristas.
No solo esto, que no lo cumplen, sino también tienen la obligación de proteger a sus ciudadanos en el tema de la salud, que tampoco lo hacen. Y también es bien cierto que los dirigentes palestinos de Fatah, la terrorista organización central de la Autoridad Palestina, y de Hamás, cuando están enfermos y requieren atención médica especializada piden ayuda y acuden a Israel.
Iglesias podría alegar ignorancia sobre los Acuerdos de Oslo de 1993 y el informe de la Organización Mundial de la Salud del 5 de noviembre de 2020, lo que no es de extrañar dada su ineptitud y oscurantismo intelectual, enmascarado por una capa superficial demagógica de “progresismo”, lo que es grave para un vicepresidente de un gobierno que se inmiscuye siempre contra Israel y le amenaza veladamente, siguiendo su trayectoria política de enfermizo odio ancestral de substrato medieval contra el judío, ahora reciclado en versión política por Iglesias en su aborrecimiento y rencor por la existencia de Israel.
Pablo Iglesias es incapaz de aprender de los mejores, el necio es incapaz de aprender de los sabios, su judeofobia e ineptitud se lo impiden; la judeofobia que impregna su mente le impide pedir consejo a Israel en tantos temas y en concreto en lo referente a la vacunación de la población, a diferencia de otras naciones europeas como Dinamarca, Chipre y Austria, cuyos líderes han mostrado gran interés por la muy elogiada campaña de vacunación de Israel, diciendo que buscaban “sacar lecciones” de ella.
Pablo Iglesias no quiere aprender nada de Israel, cree que su gestión y la de su gobierno referente al coronavirus es inmejorable, y como decía Napoleón: “Los sabios son los que buscan la sabiduría; los necios piensan ya haberla encontrado” y entre estos últimos destaca Pablo Iglesias.
A Iglesias le es completamente indiferente el bienestar de los palestinos
¿Cómo podrá Pablo Iglesias ayudar a los palestinos, de los que dice estar preocupado, si lo que hace es responsabilizar al Estado judío que no tiene ni competencias ni la obligación de vacunar a los palestinos, en lugar de responsabilizar a la Autoridad Palestina por su negligencia e indolencia?
¿Ayuda culpar a un tercero en lugar de criticar al responsable? No, claro que no, sólo sirve para distraer a sus adláteres, lo que evita cualquier solución e impide mejorar la situación de los palestinos.
¿Ha criticado Iglesias al Estado Islámico y otros grupos islamistas de haber asesinado últimamente a cuatro mil palestinos en Siria? Lo más probable es que lo ignore, porque le es completamente indiferente la vida de los palestinos.
¿Se ha quejado Iglesias de la Autoridad Palestina o de Hamás porque utiliza mujeres y niños palestinos como escudos humanos? ¿O del trato hacia la mujer, que dice tanto defender? Bueno dice, pero es “parole, parole, parole” -como la canción-, y nada más, discurso para sus fans.
¿Se ha molestado Iglesias en repudiar los atentados terroristas perpetrados por palestinos auspiciados por la Autoridad Palestina o Hamás o por cómo educan en el odio hacia el judío, e Israel, el judío entre las naciones?
¿Se ha inmiscuido Iglesias con los ayatolás de Irán, que le han regado con abundante dinero, por cómo tratan a las mujeres, a los homosexuales, a los que apostatan del islam? No, nunca, ¡cómo Iglesias va a morder la mano del perverso que le regala tanto dinero! ¿Pero no dice ser tan defensor de las mujeres, que hasta el plural de unidos lo ha feminizado y se ha inventado una orwelliana neolengua.
¿Iglesias ha criticado a Turquía por apoyar al Estado Islámico, por el chantaje a Europa, o por la ocupación del norte de Chipre, o la represión contra los disidentes, o lo ha hecho contra el gobierno de Nigeria por utilizar a Boko Haram, franquicia de Estado Islámico, como instrumento de persecución contra los cristianos?
¿Don Pablo ha emitido el más mínimo quejido contra la ocupación turca de la provincia siria de Hatay, o del territorio kurdo por Turquía? ¿O contra la República Islámica de Irán por ocupar Azerbayián y Arabistán?
¿Iglesias ha pedido a su ministra de Exteriores que vele por las mujeres y gays en Arabia Saudita o en Pakistán o cualquier otro país musulmán gobernado por la sharia?
¿Qué credibilidad como gobernante o gestor puede tener un líder político cuya trayectoria vital es de puro antisemitismo y sus intervenciones son de odio hacia Israel?
Pablo Iglesias, en calidad de vicepresidente de gobierno de España y preocupado por la vacunación de los palestinos, tiene la obligación de saber (y si no lo sabe es grave, pues demuestra ignorancia, y una grave irresponsabilidad como gobernante, pues es de necios hablar y pontificar sobre lo que no se sabe y más cuando se tiene responsabilidades), y si lo sabe es perversión, pues culpa a un inocente [Israel] para defender a un culpable [la Autoridad Palestina y Hamás], que tienen la responsabilidad y el dinero necesario para haber comprado vacunas más que suficientes a Pfizer y Moderna. Iglesias no tendrá la osadía de criticar ni a la Autoridad Palestina ni a Hamás en la desviación de fondos para financiar a los terroristas palestinos, ni tampoco a la República Islámica de Irán ¿Cómo morderá la mano que le ha dado tanto apoyo y dinero?
Conscientes del colaboracionismo político de los Pablo Iglesias de turno y de líderes de opinión europeos fascinados por el terrorismo palestino, la dirigencia palestina ha decidido no comprar las vacunas más eficaces en la actualidad (Pfizer y Moderna) y responsabilizar de todo ello a Israel. La actitud de la Autoridad Palestina es como la “del perro del hortelano, que ni come, ni deja comer”.
A Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina desde hace 15 años, le interesa que Israel tenga que cerrar sus fronteras para que no puedan acceder los trabajadores palestinos no vacunados a las empresas israelíes debido a que la población palestina representará un riesgo sanitario para Israel. Y siguiendo el principio marxista-leninista, “cuanto peor, mejor”, Abbas conseguiría el enfado de los palestinos, sin trabajo y sin vacunas y con la gente muriendo en los hospitales, y este malestar se canalizaría en más odio contra Israel.
Ante la opinión pública occidental en general, y la europea en particular, Abbas ha culpabilizado a Israel de la falta de vacunas.
Los hechos han acontecido así, como los relatan Itamar Marcus y Maurice Hirsch.
- 21 de noviembre de 2020: La Autoridad Palestina se reúne con la OMS, UNICEF, UNRWA “para garantizar que Palestina reciba las vacunas adecuadas contra el coronavirus” (Israel no está invitado).
- 12 de diciembre de 2020: La Autoridad Palestina ordena “cuatro millones de dosis de la vacuna rusa … se esperan en Palestina para fines de este año” (no se solicita la ayuda de Israel).
- 9 de enero de 2021: La Autoridad Palestina anuncia: “Cuatro empresas productoras de vacunas entregarán el 70 por ciento del pueblo palestino… la OMS proporcionará el 20 por ciento” (no se necesita la ayuda de Israel).
- 9 de enero de 2021: La Autoridad Palestina anuncia: “Se ordenaron dos millones de dosis [de la vacuna de AstraZeneca]… recibimos una respuesta oficial de la empresa… [También] la vacuna rusa Sputnik V, y se ordenó una vacuna… No solo estamos esperando… estamos trabajando… ” (No se necesita la ayuda de Israel).
De repente, después de todo lo que la Autoridad Palestina estaba haciendo de forma independiente, era hora de culpar a Israel:
- 10 de enero de 2021: El Ministerio de Relaciones Exteriores de la Autoridad Palestina exige que Israel “suministre al pueblo palestino vacunas contra el coronavirus… [Israel] discrimina racialmente al pueblo palestino y niega su derecho a servicios de salud… un apartheid contra el pueblo palestino en el campo de la salud”.
Palestinian Media Watch ha expuesto repetidamente que la Autoridad Palestina a menudo culpa a Israel de sus propios fracasos, y el comportamiento de la Autoridad Palestina después de su incapacidad para adquirir la vacuna contra COVID-19 lo suficientemente rápido no es diferente.
La Autoridad Palestina ha estado asegurando a su población durante dos meses que su Ministerio de Salud tiene el control, ha ordenado vacunas y que su llegada es inminente, sin la ayuda de Israel. Sin embargo, no está progresando a su satisfacción, por lo que la Autoridad Palestina ha elegido su excusa predeterminada para todos los fallos de la Autoridad Palestina: ¡culpar a Israel!
Ya el 21 de noviembre de 2020, la ministra de Salud de la Autoridad Palestina, Mai al Kaila, se reunió con la OMS, UNICEF, UNRWA, el Ministerio de Finanzas de la Autoridad Palestina, el Ministerio de Información de la Autoridad Palestina y el Comité Epidemiológico. Al Kaila anunció que la Autoridad Palestina “enviará los documentos necesarios a la OMS y la Alianza Global para Vacunas e Inmunización (GAVI) para garantizar que Palestina reciba las vacunas adecuadas contra el coronavirus”. (Israel ni siquiera formó parte de la reunión). [Agencia Wafa, 21 de noviembre de 2020]
Ahora, después de dos meses, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Autoridad Palestina cambió de tono y lanzó una campaña de demonización contra Israel acusando a Israel de racismo y lo que llamaron «apartheid de salud», porque los palestinos no están siendo vacunados por Israel: “El Ministerio de Relaciones Exteriores y Expatriados [de la Autoridad Palestina] enfatizó en una declaración ayer por la noche que la obligación de Israel como potencia ocupante es suministrar al pueblo palestino vacunas contra el coronavirus. Esto es en un momento en el que está suministrando estas vacunas a sus ciudadanos, ignorando sus obligaciones como potencia ocupante, discriminando racialmente al pueblo palestino y negando su derecho a los servicios de salud… El Ministerio de Relaciones Exteriores elogió la Posiciones de los estados, instituciones, parlamentarios, juristas y figuras internacionales que han visto las violaciones de Israel como un apartheid contra el pueblo palestino en el campo de la salud”. [Al Hayat Al Jadida, diario oficial de la Autoridad Palestina, 10 de enero de 2021]
Este ataque repentino ignora el hecho de que la Autoridad Palestina no quería la ayuda de Israel y no pidió la ayuda de Israel, y contradice sus reiteradas garantías de que logró obtener las vacunas. Las siguientes son algunas de las declaraciones realizadas por funcionarios del Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina con respecto a la compra de las vacunas contra COVID-19: La ministra de Salud de la Autoridad Palestina, al Kaila, informó: “La reunión discutió las medidas logísticas y financieras requeridas para comprar la vacuna contra el coronavirus aprobada por la OMS, y la Autoridad Palestina presentará los documentos necesarios a la OMS y la Alianza Global para Vacunas e Inmunización (GAVI) para asegurar que Palestina cuenta con las vacunas adecuadas contra el coronavirus”. [Agencia Wafa, 21 de noviembre de 2020]
Osama Najjar, funcionario del Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina, informó: “Se esperan alrededor de cuatro millones de dosis de la vacuna rusa, Sputnik V, en Palestina a finales de este año y principios del próximo y que una vez que lleguen, se les dará al pueblo palestino”. [Agencia Wafa, 12 de diciembre de 2020]
Ministra de Salud Al Kaila: “La vacuna debería llegar a Palestina a principios del próximo año. Palestina está en contacto con las empresas de Rusia, Moderna y AstraZeneca con respecto a la compra de la vacuna, pero no con Pfizer, ya que la vacuna de esta empresa requiere la presencia de refrigeradores que almacenen la vacuna a menos de 80 grados Celsius. Pero como Palestina solo tiene uno de esos refrigeradores, pero no los medios para transportar la vacuna a las distintas partes del país, ha decidido no contactar a Pfizer con respecto a la compra de su vacuna”. [Agencia Wafa, 12 de diciembre de 2020]
Ministra Al Kaila con respecto al financiamiento: “El fondo COVAX, que ayuda a los países más pobres con vacunas, cubrirá los costos de la vacuna para solo el 20 por ciento de la población palestina, mientras que el gobierno financiará lo suficiente para el 50 por ciento de la población de Cisjordania y la Franja de Gaza”. [Agencia Wafa, 12 de diciembre de 2020]
Para el 9 de enero de 2021, las autoridades de salud de la Autoridad Palestina aseguraron dos veces a su población que las vacunas estaban en camino:
Ministra de Salud Al Kaila: “El ministerio de Salud de la Autoridad Palestina se ha puesto en contacto con cuatro empresas productoras de vacunas y que la cantidad que se entregará cubrirá el 70 por ciento de la población palestina en Cisjordania y la Franja de Gaza, mientras que la Organización Mundial de la Salud proporcionará vacunas para el 20 por ciento de la población”. [Agencia Wafa, 9 de enero de 2021]
Dr. Yasser Bouziya, director general de Salud Pública del Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina: “Se ordenaron dos millones de dosis a esta empresa [AstraZeneca] para vacunar a casi 1 millón de residentes de Palestina. Recibimos una respuesta oficial de la empresa… Además, Su Señoría la ministra de salud se puso en contacto con la empresa rusa Sputnik, y se ordenó una vacuna y estamos esperando una respuesta oficial de la empresa… No solo estamos esperando… estamos trabajando en lo que se llama la etapa preliminar de la llegada de la vacuna a Palestina”. [TV de la Autoridad Palestina, 9 de enero de 2021].
Si bien no está claro por qué la planificación de la Autoridad Palestina no es satisfactoria, aparentemente viendo el éxito de Israel en la obtención de vacunas, la Autoridad Palestina volvió a su posición predeterminada: culpar y demonizar a Israel.
Por último, cabe señalar que los Acuerdos de Oslo transfirieron toda la responsabilidad de la salud de los palestinos a la Autoridad Palestina, que ahora cuenta con servicios de salud completamente autónomos, para lo cual recibe una importante ayuda financiera internacional. Mientras que Israel proporciona regularmente ayuda sanitaria a la Autoridad Palestina, como lo hizo en los primeros meses de la crisis de COVID-19, Israel lo hace no por obligación sino por preocupación por la salud de sus vecinos.
Palestinian Media Watch ha demostrado que la Autoridad Palestina como política culpa a Israel por sus fracasos:
- Cuando la Autoridad Palestina no tomó medidas enérgicas contra el fenómeno cultural palestino de disparar armas en las ceremonias de boda, culpó a Israel.
- Cuando la Autoridad Palestina experimentó la segunda ola de infecciones por COVID-19, culpó a Israel.
- Cuando la Autoridad Palestina fracasa en sus esfuerzos por frenar el tráfico de drogas palestino, culpa a Israel.
De hecho, la política de la Autoridad Palestina de culpar a Israel por todos sus fracasos es tan recurrente que incluso los palestinos se burlan de ella. Hace años, un programa satírico de televisión de la Autoridad Palestina se burló de la Autoridad Palestina por culpar a Israel de todos sus fracasos, incluso a los maridos que “culpaban a la ocupación” cuando eran infieles a sus esposas
Nicolas Chamfort (1741-1794) fue secretario del club de los Jacobinos en Paris de 1790 a 1791, y en 1792 fue nombrado director de la Biblioteca Nacional de Francia, pero por haber criticado los fallos y las violencias del partido revolucionario, el Comité de Seguridad General le denunció por su oposición al “Terror” y fue encarcelado.
Chamfort escribió: “Lo que mejor explica por qué los hombres poco honrados, e incluso los necios, a veces logran casi siempre abrirse su camino en este mundo, mucho más airosamente que las personas honestas y de talento, es el hecho de que los hombres sin escrúpulos y los necios se encuentran más desembarazados para ponerse a tono y al unísono del mundo, que, en general, es de la misma condición que ellos”.
Cualquier parecido de lo que explica Chamfort sobre los hombres poco honrados y necios con Pablo Iglesias es “pura coincidencia”.
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