Enlace Judío – Las comunidades judías ultraortodoxas o jaredíes son una población diversa, con diferentes prácticas espirituales y culturales. Todas siguen la Halajá, la ley judía. De acuerdo a las reglas de sus rabinos, el acceso a internet, las transmisiones de televisión y ciertas funciones de los teléfonos celulares generalmente están limitadas, y por tanto sus miembros se apegan a lo que sus rabinos les indican. Estos son una especie de personajes venerados y “su palabra es la ley”. En este contexto, su cercanía a Dios al distanciarse del mundo secular ha impedido que muchos jaredíes vean las noticias de la propagación del COVID-19 en el mundo.
Por lo demás, diferentes líderes jaredíes han señalado que reunirse para rezar y estudiar sigue siendo primordial. Estudiar la Torá “es un mandamiento y un deber en el judaísmo”. Los hombres jaredíes generalmente se reúnen para rezar tres veces al día. Los estudiantes en la Yeshivá, o seminarios judíos, pueden pasar 18 horas al día estudiando juntos.
Más que una forma de vida, la oración y el estudio son los medios para proteger la vida misma. De acuerdo a sabios judíos “quien se dedica al estudio de la Torá también protege al mundo entero; sin la Torá el mundo cae”.
Un rabino jaredí de Israel señaló que “cancelar el estudio de la Torá es más peligroso que el coronavirus”. En este sentido, la respuesta de los jaredíes parece ser extrema, empero, de alguna forma es comprensible al considerar la historia judía y los recuerdos de intervenciones policiales contra los judíos. Por ejemplo: la de los nazis o de las tropas soviéticas. Cabe destacar que las persecuciones históricas de los judíos en todo el mundo ocurrió tanto contra los judíos seculares como los ortodoxos.
A diferencia de la mayoría de los israelíes, que ven la historia judía como una justificación para el Estado de Israel y entienden que el ejército y la policía israelíes existen para protegerlos, algunos jaredíes israelíes desconfían del gobierno y de sus funcionarios. De hecho, los judíos jaredíes que representan el 10 por ciento de la población de Israel, se oponen fundamentalmente al sionismo, la ideología política del nacionalismo judío que condujo a la creación de Israel en 1948.
Si bien los ultraortodoxos creen que Dios prometió la tierra de Israel al pueblo judío, también están seguros de que la promesa no puede cumplirse mediante la intervención humana en la obra de Dios, como lo es el establecimiento de un Estado nación. Entonces, cuando hombres armados uniformados ingresaron a sus vecindarios para cerrar sinagogas y Yeshivás, los judíos de la comunidad jaredí recurrieron a sus recuerdos colectivos de soldados y policías causando daño y destrucción en las comunidades judías de la Rusia zarista y más tarde en Europa occidental.
Cuando se enfrentan a una crisis como el coronavirus, muchas personas dependen principalmente de la protección de la ciencia, la tecnología y los gobiernos. En este sentido, los ultraortodoxos no rechazan la ciencia o la medicina, empero, para ellos, vivir según la Torá, a través del estudio diario y la oración, es el medio principal por el cual se preserva toda la vida humana. Así cuando el orden político infiere en su trabajo, las consecuencias pueden ser más desastrosas que la pandemia. Podría significar no el fin de la vida judía, sino de la humanidad misma.
La mayoría de los rabinos prominentes en todo el mundo apoyan las regulaciones gubernamentales destinadas a frenar la propagación del coronavirus, incluso si esto significa cerrar lugares de estudio o culto. Empero, como se ha señalado, algunas comunidades jaredíes en Israel se han resistido a adoptar las medidas de distanciamiento social, inclusive enfrentando violentamente a las autoridades a las que les vociferan “nazis”.
Un ejemplo de los últimos enfrentamientos fue el que se registró el pasado 7 de febrero en la ciudad israelí de Bnei Brak en el funeral del rabino ultraortodoxo Jaim Meir Wosner, quien falleció en el hospital de la ciudad a los 83 años por COVID-19. Miles de sus seguidores acudieron al funeral. Se estima que tres cuartas partes de los israelíes contagiados por el coronavirus pertenecen a la comunidad jaredí.
A pesar de las diferentes medidas de confinamiento que ha implementado el gobierno de Israel, algunos sectores ultraortodoxos desoyen las reglas de prevención del COVID-19. En el presente mientras el sistema educativo nacional permanece cerrado, rabinos ultraortodoxos han ordenado a sus seguidores la continuidad de las clases. En EE. UU. se registra un fenómeno similar. Es importante destacar que la negligencia de los jaredíes a cumplir con las restricciones que se imponen para combatir el COVID-19 están reviviendo en el mundo tropos antisemitas. Se acusa a los judíos de propagar la pandemia.
En Israel y otros países, las medidas para combatir la pandemia por medios represivos y el uso de la fuerza se están calificando de atentado a los derechos humanos. En este sentido, se considera indispensable contar con un sistema mundial de derechos humanos vigoroso que garantice la transparencia del cumplimiento de los mismos e instaurar mecanismos ágiles para “fincar responsabilidades y medidas de reparación”.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.
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