Aranza Gleason – Una de las tradiciones más difíciles de entender para quienes recién se familiarizan con el judaísmo, incluso para quien lleva varios años estudiándolo es Purim, pues un festejo de dicha naturaleza rompe todos los estereotipos que tenemos sobre una fiesta sacra, a simple vista pareciera un simple carnaval donde los judíos se reúnen a beber, celebrar y disfrazarse.
Sin embargo, adentrándose a la festividad se encuentran los elementos que la distinguen de una borrachera cualquiera, el ayuno previo a la fiesta y los rezos que lo acompañan, la lectura tan formal del texto sagrado (la Meguilá), los regalos que se ofrecen con particularidades halájicas y énfasis que se pone en dar a los más necesitados son detalles que vuelven ritual a la fiesta y la separan de un día cotidiano.
Pues Purim tiene objetivos muy claros para las personas que lo celebran y tanto la historia como los ritos nos llevan a profundizar en nuestra relación con D-os desde distintos ángulos tanto personales como sociales y comunitarios. Especialmente me gustaría ahondar en cómo la historia de Purim y los rituales nos llevan a distintas etapas del encuentro con D-os a través del conocimiento propio. Finalmente Esther pudo cumplir su cometido únicamente cuando conoció la posición que cumplía en el mundo que la rodeaba y supo incluir a su comunidad en la lucha espiritual que libró contra Hamán. Hay tres enseñanzas de la festividad que los rabinos discuten que son particularmente relevantes
D-os como Rey
Uno de los momentos más importantes de la lectura es cuando Mordejai avisa a Esther sobre el edicto de aniquilamiento que el rey está por dar a los judíos. Esther primero se muestra reticente ante las palabras de su tío sin embargo, termina por aceptar su destino, le pide a Mordejai que haga a los judíos ayunar y decide enfrentar al rey. De muchas formas el pasaje implica no sólo a Asuero sino también a D-os y el ayuno implica asumir que la razón del decreto no es político sino divino; que D-os maneja el mundo en su totalidad. Romper las leyes del palacio, exponer su propia vida para hacerlo y mantener su tradición en un ambiente hostil muestra la determinación con la que Esther buscó a D-os.
En el texto mismo el nombre de D-os no aparece, porque no podía ser escrito durante el Exilio, pero todo el texto implica su dominio sobre el mundo. El objetivo de la Meguilá es llevar al que la lee a reconocer que D-os es el que maneja el mundo, el que controla la suerte y que la única búsqueda es a través de lo espiritual. Por eso la historia de Purim se acepta como un milagro, como una manifestación divina y la festividad busca que la veamos de esa forma. Y por lo mismo, parte de la historia también incluye una discusión sobre idolatría.
La bebida y el disfraz son formas que nos llevan a aceptar los reveses de fortuna bajo los cuales D-os maneja el mundo. Bebemos hasta no distinguir entre “maldito sea Hamán y bendito sea Mordejai” ese estado de ebriedad nos ayuda a reconocer la forma en que D-os se oculta en el mundo. Como la maldad a veces parece dominar el ámbito que nos rodea, igualmente nos disfrazamos ocultando quienes somos. Purim precisamente implica aceptar el ocultamiento de D-os y el misterio que rodea el curso natural de las cosas, es aceptar que tras esa máscara de irracionalidad y azar se encuentra D-os a la cabeza del mundo y debemos aprender a verlo, reconocerlo y actuar en consecuencia.
La importancia de individualidad
El segundo camino al que Purim nos lleva es a la aceptación de D-os a través de la aceptación de uno mismo. “Esther” quiere decir oculta, se refiere primordialmente al ocultamiento de D-os, sin embargo, también al ocultamiento de la reina que se muestra en el libro. Ella escondió su nombre, su origen y su persona para servir a D-os desde el palacio del rey y la salvación que dio al pueblo también permaneció oculta. Esther no sabe por qué los reveses de fortuna que ocurren alrededor de ella suceden. No sabe por qué fue escogida y amada por un rey al que no quería. Sin embargo, cuando finalmente entiende la posición que jugaba en la historia y asume su lugar en el mundo es que puede actuar realmente. Mordejai en el diálogo le recuerda la casa de su padre y su linaje como judía, porque es a través de éste que debe actuar y ser salvada.
Purim nos lleva al reconocimiento de nosotros dentro de lo íntimo y lo social. Se nos pide beber no sólo porque el vino trae alegría especial a quien lo consume, sino también porque revela ciertos aspectos de la realidad y la identidad que se vuelven perceptibles a través de un estado de ebriedad. La persona conoce ciertos defectos, ciertos deseos que necesitan y ciertas formas de pensar que con la máscara social no son evidentes y necesitan ser refinados en el interior.
Aprende a aceptarlos a vivir con ellos y conocer a D-os a través de esa aceptación. En cuanto a los disfraces hay varias formas de verlos, nos disfrazamos para a través de ocultar nuestro rostro encontrarnos, para saber que nuestros defectos nos son externos, un disfraz por así decirlo, o para encontrarnos en otras formas. En cualquier caso las dos tradiciones nos llevan al conocimiento y la aceptación de nuestra persona. Cabe destacar que también el cuerpo y la celebración con el cuerpo son dos componentes importantes de la festividad.
La esperanza a través de la unidad
Finalmente un elemento importante de la historia de Purim es que los judíos de Persia terminan siendo salvados como comunidad y Esther fue la que abrió la posibilidad a que ello sucediera. La esperanza casi siempre es comunitaria porque habla de los deseos que tenemos al mundo y la forma en que nos relacionamos con los que nos rodean. Cuando pensamos en un futuro más bello nunca imaginamos un futuro solos, lo imaginamos con gente que mantiene vivos los ideales y las formas con las que vivimos y en las que creemos.
Por eso el elemento comunitario en Purim es sumamente importante, bebemos, cantamos y celebramos en conjunto porque es un encuentro una aceptación social más allá de lo individual. El banquete representa esa unidad y es un espejo convexo de los banquetes de Asuero y Hamán, donde la gente se reunía a hacer idolatría y someter a otros pueblos. Pues el banquete de Purim nos recuerda los ideales que se tienen como judío, la raíz histórica de lo mismo y nos invita a celebrar la continuación de nuestra existencia.
Existen además otras dos tradiciones que también son obligatorias en esta fiesta: las Mishloaj Manot, en la cual uno distribuye regalos de frutas y alimentos ricos y la obligación de dar dinero a los más necesitados. En ambos casos lo que se busca es fomentar los lazos comunitarios y acrecentar la alegría y el festejo entre la gente. Pues finalmente cualquier credo exige que se de el paso de la espiritualidad íntima a la inclusión de ésta en una comunidad, porque sólo la comunidad le puede dar existencia en el futuro.
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