La centro-izquierda israelí está dispuesta a sacrificar valores para reemplazar a Netanyahu: líder de Avodá

Enlace Judío – El partido Avodá “no será un obstáculo para una coalición que reemplace a Netanyahu”, incluso si ese gobierno está formado por líderes de derecha como Gideon Sa’ar o Naftali Bennett, manifestó la nueva presidenta del partido Merav Mijaeli en la Conferencia sobre la Democracia, patrocinada por el diario Haaretz en línea.

“No es la coalición de mis sueños, ni mucho menos. Quiero una coalición de centro-izquierda fuerte y robusta que realmente cambie la política de forma profunda”, enfatizó.

Mijaeli sostuvo que el campo de centro-izquierda se ha vuelto adicto a “mesías y salvadores”, y algunos están “dispuestos a sacrificar todos sus valores por la oportunidad, aunque sea escasa, de reemplazar a Netanyahu”.

“La gente que piensa que Sa’ar representa cosas realmente peligrosas, todavía está dispuesta a considerar votar por él”. A pregunta expresa si desde que fue elegida líder del partido se le ha tratado como un mesías respondió: “No lo suficiente. Soy la mesías-salvadora de Avodá, pero aún no se me considera como tal en Israel”.

Mijaeli insistió en su compromiso de encontrar una solución al conflicto israelí-palestino, y agregó que es necesario “definir las fronteras del Estado de Israel”.

Señaló que uno de los peligros que enfrenta el país en la actualidad es la creación de entidades semiautónomas en las comunidades ultraortodoxas y árabes. “Hay una sensación de que las partes se están alejando unas de otras, en lugar de conectarse”, concluyó la líder de Avodá.

Mientras tanto, el líder de Meretz, Nitzan Horowitz, atacó a Avodá y sostuvo que el partido se avergüenza de su candidata árabe Ibtisam Mara’ana y la esconden. El Comité Central Electoral “prohibió su candidatura y ella llegó a defenderse. Se sentó allí sola, con su abogado. Nadie de su partido la acompañó, nadie la apoyó”, señaló.

En una entrevista al rotativo, Horowitz aseguró que entre los cinco primeros candidatos de la lista de Meretz para la Knéset hay dos árabes. “El partido aboga por la cooperación entre judíos y árabes, y no es que nos avergüence, es que estamos orgullosos de ello, lo destacamos. En Meretz, nadie ha enviado cartas y pedido que los candidatos árabes se retiren porque perjudican al partido”.

Horowitz agregó que, a diferencia de Avodá, se puede confiar en que Meretz “no venderá su ideología”. Mencionó la promesa del exlíder laborista Amir Peretz de no unirse a un gobierno con el primer ministro Benjamín Netanyahu. Peretz “se afeitó el bigote para decir que no se sentaría con Netanyahu. ¿Y…? Para cualquier izquierdista que quiera que sus puntos de vista sean escuchados en la Knéset: justicia social, la lucha contra la coerción religiosa y la ocupación, Meretz es su voz”, subrayó.

Amos Schocken, editor de Haaretz, sostuvo que el campo político comprometido con los derechos humanos, la igualdad y el Estado de Derecho no tiene ninguna posibilidad de crear una mayoría y formar un gobierno. “La pandemia de coronavirus no llevó a grandes cambios políticos, y tampoco a la caída completa de Donald Trump y el Partido Republicano en las elecciones de Estados Unidos”.

Afirmó que “la Ley del Estado-Nación ha alejado a Israel de su definición como país judío y democrático, y lo ha acercado a la descripción de excluir a sus ciudadanos no judíos y marcarlos como enemigos desde dentro”.

“Los frutos de este árbol envenenado de la Ley del Estado-Nación han sido cosechados por la derecha, mientras la deslegitimación de la minoría palestina impidió el cambio de gobierno con el apoyo de la Lista Conjunta”, añadió.

Destacó dos respuestas de diferentes grupos de la comunidad árabe, que sirven a la derecha antidemocrática: “Por un lado existe apatía y alejamiento de la política, y por otro hay una disposición de negociar con el primer ministro Netanyahu”.

Según Schocken, cada vez hay más indicios de la influencia de la afinidad política y de intereses ajenos en las acciones de las instituciones gubernamentales de Israel. Esta realidad, junto con la continuación de la ocupación “requiere formular una visión democrática convincente que sea adoptada por la mayoría del público israelí”, acotó.

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