Silvia Cherem/ Descansa en paz querido amigo

Descansa en paz querido amigo. Abrazo con tristeza a Barbarita, Vicente, los nietos porque este quebranto es una pérdida enorme para México

Vicente Rojo, el artista de granulosas y espesas texturas, el de las Señales y las Negaciones, el refugiado que encontró en México su tierra, su ancla, su lluvia, sus volcanes y su futuro, el de los Escenarios y las Escrituras, el Rojo amigo, noble y generoso de inagotable capacidad expresiva, el Rojo de la geometría obsesiva, el Rojo que fue compañero de Alba y quien en época tardía coloreó su vida y su obra con la esperanza de futuro al lado de Barbarita Jacobs, nuestro Vicente tan amado, el “trabajador de la cultura”, como él se autonombraba, el de los códices enterrados, el hombre disciplinado, el diseñador por excelencia, el creador de las mejores portadas de literatura latinoamericana, incluyendo la de Cien años de Soledad, el imán y amigo de una cofradía de creadores: escritores, periodistas y artistas de La Ruptura, es, a partir de hoy y a decir de Vicente Rojo Cama, su querido hijo, luz y polvo de estrellas…

Descansa en paz querido amigo, lo siento en el alma. Abrazo con tristeza a Barbarita, Vicente, los nietos y el mundo cultural de nuestro país porque este quebranto es una pérdida enorme para México.

Comunidad Enlace Judío

¿Nuestro periodismo es importante para ti?
¿Confías en Enlace Judío para una cobertura precisa y oportuna en este momento?
En ese caso, únete a la comunidad Enlace.
A partir de $100.00 MXN al mes, podrás:

  • Apoyar a nuestros periodistas independientes que trabajan las veinticuatro horas del día
  • Ser reconocido como parte de nuestra comunidad una bendición semanal
  • Acceso a contenido exclusivo
  • Acceso a eventos exclusivos, en caso de haberlos
  • Servicio de noticias instantáneas sobre Israel y el mundo judío a tu celular, así como a nuestras transmisiones en vivo.

ÚNETE A NUESTRA COMUNIDAD 👈

Silvia Cherem: Mi alumbramiento en la carrera del periodismo fue repentino y con dolor como, en cierta forma, lo fue en aquellos días para México el despertar zapatista. Los indígenas encapuchados en Chiapas dejaron escuchar su grito desamparado que arrojaba por la borda la creencia de que México ingresaba al primer mundo y, en ese contexto, después de haber trabajado largamente para ello, decidí que mi momento de "ser periodista" había llegado. No conocía a nadie en los medios de comunicación y hubo quien me dijo que "sin padrino" nunca publicaría una sola línea en los periódicos mexicanos. Como colaboradora, los proyectos se han sucedido encadenándose unos a otros, tanto en el entorno cultural, como en el político y el internacional e inclusive investigando temas de interés científico y médico. Confieso que aún hoy, cuando debería "tener más callo", paso noches sin dormir y esta vibrante carrera de emociones fuertes me mantiene viva y creciendo en una vertiginosa montaña rusa, colmada de raudas y emocionantes subidas y bajadas. Quizá esa pasión arropada de arrojo, miedo y gozo sea la esencia de "ser periodista".