León Opalín/ Definición de antisemitismo de la IHRA

Enlace Judío – La evolución milenaria del pueblo judío ha estado vinculada a una aversión, desprecio u odio al mismo. Basta recordar su esclavitud en Egipto y el Éxodo, segundo libro de la Biblia, que narra la esclavitud de los hebreos en el antiguo Egipto y su liberación a través de Moisés, quien los condujo hacia la Tierra Prometida. El Éxodo se atribuyó tradicionalmente al propio Moisés, empero, los eruditos modernos ven su composición inicial como un producto del exilio babilónico (siglo VI AEC), basado en tradiciones escritas y orales anteriores.

Históricamente la definición del antisemitismo no había sido uniforme. En este ámbito el 26 de mayo de 2016, los 31 miembros de la IHRA (Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto, por sus siglas en inglés) adoptaron una definición práctica de antisemitismo, jurídicamente no vinculante. La IHRA reúne a gobiernos y expertos a fin de reforzar, impulsar y promover la educación, la memoria y la investigación en todo el mundo sobre el Holocausto, así como de mantener los compromisos de la Declaración de Estocolmo del año 2000 cuyo contenido se describe más adelante.

De acuerdo a IHRA, el antisemitismo es una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio a los judíos. Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y sus lugares de culto.

Para orientar a la IHRA en su trabajo, se presentan los siguientes ejemplos que pueden ser ilustrativos. Las manifestaciones pueden incluir ataques contra el Estado de Israel, concebido como una colectividad judía. Sin embargo, las críticas contra Israel, similares a las dirigidas contra cualquier otro país no pueden considerarse como antisemitismo. A menudo el antisemitismo acusa a los judíos de conspirar contra la humanidad y, a veces, se utiliza para culparles de que las cosas vayan mal. Se expresa a través del lenguaje de publicaciones, de forma visual y de las acciones, y utiliza estereotipos siniestros y rasgos negativos del carácter.

Ejemplos contemporáneos de antisemitismo se observan en la vida pública, en los medios de comunicación, en las escuelas, en el lugar de trabajo y en la esfera religiosa y, teniendo en cuenta el contexto general, podrían también manifestarse en:

  • Pedir, apoyar o justificar muertes o daños contra los judíos en nombre de una ideología radical o de una visión extremista de la religión.
  • Formular acusaciones falsas, deshumanizadas, perversas o estereotipadas sobre los judíos, como tales, o sobre el poder de los judíos como colectivo, por ejemplo, aunque no de forma exclusiva, el mito sobre la conspiración judía mundial o el control judío de los medios de comunicación, la economía, el gobierno u otras instituciones de la sociedad. 
  • Acusar a los judíos como el pueblo responsable de un perjuicio, real o imaginario, cometido por una persona o grupo judío, o incluso de los actos cometidos por personas que no sean judías.
  • Negar el hecho, el ámbito, los mecanismos (por ejemplo las cámaras de gas) o la intencionalidad del genocidio del pueblo judío en la Alemania nacionalsocialista y sus partidarios y cómplices durante la Segunda Guerra Mundial (el Holocausto).
  • Culpar a los judíos como pueblo o a Israel, como Estado, de inventar o exagerar el Holocausto o acusar a los ciudadanos judíos de ser más leales a Israel, o a las supuestas prioridades de los judíos en todo el mundo, que a los intereses de sus propios países.
  • Denegar a los judíos su derecho de autodeterminación, por ejemplo, alegando que la existencia de un Estado de Israel es un empeño racista.
  • Aplicar un doble rasero al pedir a Israel un comportamiento no esperado ni exigido a ningún otro país democrático.
  • Usar los símbolos y las imágenes asociados con el antisemitismo clásico (por ejemplo, las calumnias como el asesinato de Jesús por los judíos o los rituales sangrientos) para caracterizar a Israel o los israelíes.
  • Establecer comparaciones entre la política actual de Israel y la de los nazis.
  • Considerar a los judíos responsables de las actuaciones del Estado de Israel.

Los actos antisemitas son considerados delitos en el momento de su tipificación. Por ejemplo, la negación del Holocausto o la distribución de material antisemita en algunos países.

Los actos delictivos son considerados antisemitas cuando los objetivos de los ataques, ya sean personas o propiedades –como edificios, escuelas, lugares de culto y cementerios– son seleccionados porque son o se perciben como judíos o relacionados con judíos.

La discriminación antisemita es la denegación a los judíos de oportunidades disponibles para otros y es ilegal en muchos países. ¡Más claro que el agua!

Declaración del Foro Internacional de Estocolmo sobre el Holocausto    

Estocolmo, Suecia, 30 de enero de 2000. Altos representantes de los gobiernos presentes declaran lo siguiente:

  1. El Holocausto (Shoá) sacudió los cimientos mismos en que se basa la civilización. El carácter sin precedentes del Holocausto tendrá siempre un significado universal. Medio siglo después, sigue siendo un hecho lo suficientemente próximo en el tiempo para que sobrevivientes puedan seguir brindando testimonio de los horrores que el pueblo judío debió padecer. El terrible sufrimiento de muchos millones de otras víctimas de los nazis ha dejado igualmente una cicatriz indeleble a través de Europa.
  2. La magnitud del Holocausto, planificado y ejecutado por los nazis, debe quedar por siempre grabada en nuestra memoria colectiva. Los abnegados sacrificios de aquellos que desafiaron a los nazis y, en ocasiones, ofrendaron sus vidas en aras de proteger o rescatar a las víctimas del Holocausto, también deben quedar inscritos en nuestros corazones. Las profundidades de ese horror, las cimas del heroísmo por ellos alcanzados, pueden ser tomados como piedra de toque en nuestra comprensión de la capacidad humana para el mal y para el bien.
  3. Con la humanidad aún marcada por el genocidio, la limpieza étnica, el racismo, el antisemitismo y la xenofobia, la comunidad internacional comparte la solemne responsabilidad de combatir esos males. Juntos debemos sostener la terrible verdad del Holocausto contra aquellos que la niegan. Debemos fortalecer el compromiso moral de nuestros pueblos, así como el compromiso político de nuestros gobiernos, a fin de asegurar que las generaciones futuras puedan comprender las causas del Holocausto y reflexionar acerca de sus consecuencias.
  4. Prometemos redoblar nuestros esfuerzos a fin de promover la educación, la conmemoración y la investigación del Holocausto, tanto en aquello de nuestros países que ya han hecho mucho al respecto como en las que eligen sumarse a este esfuerzo.
  5. Compartimos el compromiso de fomentar el estudio del Holocausto en todas sus dimensiones, promoveremos la educación relativa al Holocausto en nuestras escuelas y universidades, en nuestras comunidades, y lo alentaremos en otras comunidades.
  6. Compartimos el compromiso de recordar a las víctimas del Holocausto y de honrar a aquellos que se opusieron a él. Atenderemos formas apropiadas de conmemorar el Holocausto, incluyendo un Día Anual de Memoria del Holocausto en nuestros países.
  7. Compartimos el compromiso de arrojar luz sobre las zonas más los espacios oscuros que aún quedan del Holocausto. Tomaremos todas las medidas necesarias a fin de facilitar la apertura de archivos y así garantizar que todos los documentos relativos al Holocausto estén disponibles para los investigadores.
  8. Resulta apropiado que esta, la primera gran conferencia internacional del nuevo milenio, declare su compromiso de plantar las semillas de un futuro mejor sobre la base de un pasado amargo. Nos solidarizamos con el sufrimiento de las víctimas y nos inspiramos en su lucha. Nuestro compromiso debe ser recordar a las víctimas que perecieron, respetar a los sobrevivientes que aún nos acompañan y reafirmar la aspiración, compartida por la humanidad, a la comprensión y justicia mutuas. 

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

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León Opalin Chmielniska: De nacionalidad mexicana, estudió Economía en el ITAM, logrando además una maestría en la Universidad Hebrea de Jerusalem y diplomados en el Instituto Español de Turismo así como en el Británico. También ha realizado estudios sobre comercio internacional en Holanda. Pertenece y es reconocido por varios institutos y universidades importantes de México y el extranjero y su incursión en las letras inició en temas económicos y finanzas en el periódico Financiero y la revista ANIERM. Por muchos años ha sido colaborador de "Foro" y asesor de varias compañías. Sobre las materias que domina, sigue dando conferencias en planteles y universidades.