Enlace Judío México e Israel / Aranza Gleason / Shavuot – Una de las experiencias que cambió para siempre mi vida fue tener la oportunidad de estudiar Torá en un templo ortodoxo, entre mis dieciocho y veintitrés años. Siempre había sentido una fascinación por los ritos religiosos, la teología y la ética; sin embargo, nunca había tenido la oportunidad de vivir en carne propia el acercamiento a D-os a través de la Torá. Había estado en ritos religiosos antes pero la distancia de los asistentes a la creencia judía era tan grande que realmente no me trasmitían ningún aprendizaje más allá de lo superficial. Había leído el Tanaj como una materia de la escuela, lo mismo que algunos pensadores religiosos, sin embargo, nunca antes había tenido la oportunidad de discutir con seriedad las preguntas que me acercaban a la creencia en D-os. En ese templo aprendí a rezar, viví el primer Shabat donde realmente sentí que celebraba la creación y supe por primera vez en mi vida lo que era tener una creencia sólida; lo que implica amar tanto algo que uno está dispuesto a hacer su vida alrededor de ello, aunque implique cambiar todo lo que uno tiene y es. En pocas palabras entendí lo significaba una vida con creencias y una vida con D-os.
La Torá para muchos significa una transformación, aquello que les ayuda a superarse diariamente, que da orden y sentido a la vida que llevan. Es la razón por la que el mundo fue creado, la forma de acercarse a D-os y el esquema moral bajo el cual el hombre actúa. En Shavuot celebramos el recibimiento de la Torá y la Revelación de D-os en el monte Sinaí, hay muchas tradiciones y costumbres que rodean a esta festividad, sin embargo, a diferencia de otras festividades como Pésaj, Rosh Hashaná o Sucot en las que el séder, el shofar o la Sucá son ordenadas por D-os y nos enseñan lo que la festividad representa, con Shavuot la situación es muy distinta. Fuera de celebrar el Yom Tov ninguna de las tradiciones y costumbres que prevalecen hoy son ordenadas por el Talmud o la Torá, son costumbres que se fueron adquiriendo con el tiempo. Por lo cual la enseñanza de Shavuot y su esencia no es totalmente evidente, se descubre a través del estudio de los textos, las reflexiones de los rabinos, los nombres que le da la Torá al día, los relatos orales y las distintas fuentes que hablan de cómo era celebrada la festividad en el tiempos del Templo. En casi todos los casos la pregunta es por qué festejamos en este día la entrega de la Torá y que nos dice la festividad sobre nuestra relación con D-os a través de ella. Los siguientes aprendizajes en muchos sentidos son los conceptos más básicos que se delinean en este día.
Shavuot. El sentido de la Torá y la transformación moral y espiritual del hombre
Si alguien me preguntará cuál es el tema central de Shavuot diría que es el poder transformador de la Torá. Los nombres que la Torá y el Talmud le dan a la festividad, las tradiciones que se realizaban durante las épocas del Gran Templo y los relatos orales más famosos de la festividad se refieren sin excepción al poder transformador de la Torá y la necesidad en el hombre de cambiar internamente para ser digno de ella. A continuación trataremos de hablar individualmente de cada uno de ellos
Los nombres de Shavuot y las tradiciones que se realizaban durante las épocas del Templo
El nombre más conocido de la festividad es “Jag HaShavuot” que en hebreo quiere decir “la Festividad (Jag) de las (Ha) Semanas (Shavuot)” la Torá le llama así en el Deuteronomio cuando nos pide contar siete semanas tras celebrar la festividad de Pésaj. La cuenta se refiere a la cuenta del omer, la cual empieza con Pésaj y termina con Shavuot, a la festividad se le llama “semanas” en honor a dicha cuenta. Es más, se ha recalcado el hecho de que es la única festividad judía mencionada por la Torá que no tiene fecha, sabemos que ocurre el seis de siván porque al contar los días esa es la fecha del calendario judío en que la festividad cae, pero en realidad la festividad no tiene un punto fijo en el tiempo, está atada a nuestra cuenta y ocurre sólo si hacemos correctamente ésta.
Los otros dos nombres que recibe la festividad en la Torá son: Jag HaKatzir (La Festividad de las Cosechas) y Yom HaBikkurim (El Día de las Primicias); “las Primicias” se refiere a un sacrificio que el pueblo judío estaba obligado a hacer. Todo judío tenía la obligación de llevar parte de sus primeras cosechas al Templo como forma de agradecimiento a D-os por la tierra de Israel y la fortuna de las cosechas; el tiempo designado para hacerlo comenzaba en Shavuot. En cuanto a la “Festividad de las Cosechas” se llama así porque Shavuot coincide con la cosecha del trigo. Al iniciar la cuenta del omer los judíos tenían que llevar parte de su primera cosecha de cebada para realizar el sacrificio del omer, mientras que para Shavuot debían llevar parte de su primera cosecha de trigo para realizar el sacrificio de los dos panes. Antes de estos dos ofrecimientos no se podía comer los cereales de la nueva cosecha o hacer los sacrificios de harinas en el Templo.
En cuanto los otros nombres que la festividad toma son: “Yom Atzeret” y “Zman Matan Ve Torateinu” (El Tiempo de Entrega de la Torá). El primero es dado por los rabinos del Talmud y tiene varios significados, puede referirse a la conclusión o final de algo, o a una congregación. Por su variedad de significados, los rabinos le han dado varios sentidos a la palabra “Atzeret” en relación con Shavuot: como “congregación” se nos habla de la congregación que se reunió a recibir los Diez Mandamientos, como final o conclusión, se nos dice que Shavuot es la razón por la que fuimos redimidos de Egipto y por ende el recibimiento de la Torá dio conclusión y sentido al Éxodo de Egipto.
En cuanto a “El Tiempo de Entrega de la Torá” es usado primordialmente por la liturgia y los rabinos posteriores a épocas talmudicas, pues el Talmud mismo no llama a Shavuot de esta manera. Sin embargo sí se nos dice que la Torá fue entregada el seis de siván, día en que concluye la cuenta del omer y en que celebramos Shavuot. La fecha también puede ser deducida por la narración de la Torá, aunque existe la posibilidad de que haya un error por un día y esa discusión se presenta en el Talmud, uno de los sabios defiende que la Torá en realidad fue recibida el siete y no el seis de siván. Ahora cuando se habla de la entrega de la Torá sólo se habla de la Revelación en el Sinaí y éste es el evento que celebramos en Shavuot, pues fue la revelación que todo el pueblo judío presenció (la única vez que D-os le habla directamente a cada individuo de la nación judía), el evento para el cual se prepararon semanas y el inicio de la entrega de la Torá, pues tras este evento es que Moisés sube al monte a recibir la Tablas de la Ley y la enseñanza de D-os.
La transformación de un mundo material al mundo espiritual
Todos los elementos que se han señalado hablan de una transformación espiritual que hubo en el pueblo judío tanto a nivel individual como comunitario; un cambio que ocurrió al cumplir con los mandatos divinos y se exige aún hoy en día. La tradición nos dice que debieron pasar cincuenta días entre la salida de Egipto y la Revelación en el Sinaí porque los judíos debían prepararse para el recibimiento, tenían que dejar atrás Egipto y eso implicaba cambiar. Se habla de la transformación que vivieron a lo largo de esos cincuenta días, de los niveles de impureza que superaron, es una transformación que se nos pide hoy en día también y que se representa a través de la cuenta del omer. La cuenta es progresiva en vez de regresiva porque cada día que contamos si realmente lo ocupamos correctamente es un día en el que estamos más cerca de D-os, construimos nuestra relación con la Divinidad y alcanzamos la cúspide en Shavuot. Este mismo aprendizaje se refuerza con la idea de que la Torá no mencione la fecha de Shavuot y que la festividad sea dependiente de la cuenta, nos dice que el recibimiento de la Torá depende de uno, de la transformación y trabajo personal que uno decida hacer.
El segundo cambió del que se habla entre Pesaj y Shavuot es que al recibir la Torá los judíos dejaron de estar volcados hacia lo material para adquirir un carácter espiritual, pues la Torá te da la posibilidad de limitar los instintos materiales. Egipto en la Torá representa la cúspide de la materialidad, una sociedad que se caracteriza por la fuerza física y la abundancia de sus granos; una sociedad que se muestra como desmedida y un tanto hedonista, donde el poder físico es más importante que el moral. Aceptar la Torá invertir esa jerarquía de valores, aceptar que lo moral es más importante que el beneficio material y que es D-os quien dirige la materia y no uno. La ofrenda de la Primicias que iniciaba en Shavuot representa este cambio pues pues al ofrecer a D-os nuestro primer producto del año reconocemos nuestra dependencia en Él y le damos un sentido a la materia. Además ésta era una mitzvá (un mandato) que sólo debía ser cumplida con las cosechas que provenían de la tierra de Israel, pues la Tierra de Israel a lo largo de toda la Torá es el elemento bajo el cual este principio se expresa. Al igual que la lluvia la tierra sólo daba fruto si Israel respetaba la Torá y mantenía una buena relación con D-os, el producto de la tierra era señal de la comunicación entre D-os y el pueblo judío; representa el perfeccionamiento de la materia a través de la espiritualidad.
En cuanto al caso de las dos ofrendas también se habla de un cambio interno de lo material a lo espiritual: se nos dice que la ofrenda del omer era de cebada, es el grano menos refinado, usualmente se usa para alimentar a los animales; representa la parte más bestial y material del hombre. El trigo por su lado es el cereal usado para cocinar los panes que se ofrecen en el Templo, representa la parte más refinada del ser humano. Dar una ofrenda de cebada al inicio de la cuenta y otra de trigo al final también es una muestra del cambio que la persona debe vivir en Shavuot, debe pasar de su parte más material a su parte más refinada.
Seres con cuerpo
Finalmente un midrash (relato oral) que se cuenta constantemente en esta festividad es que en la noche que el pueblo judío iba recibir la Torá Moisés sube al Cielo y los ángeles le piden a D-os que no le de algo tan preciado a los hombres, le piden que la Torá quede entre ellos. D-os le dice a Moisés que argumente con los ángeles y éste cita pasajes de la Torá haciendoles preguntas a los ángeles. Dice:
“Rey del Universo, la Torá que me entregas, ¿qué está escrito en ella? ‘Yo soy Hashem tu Dios que te ha sacado de la Tierra de Egipto'”. – “¿Acaso ustedes descendieron a Egipto? ¿Estuvieron esclavizados al faraón? ¿Por qué la Torá debería ser vuestra?”
“¿Qué más está escrito? ‘No habrá para vosotros dioses ajenos’.” – “¿Viven entre naciones que adoran ídolos?… “‘Recuerda el Shabat para santificarlo’. – ¿Realizan trabajos de los deban descansar? ‘Honra a tu padre y a tu madre’ – ¿Tienen padre o madre? ‘No matarás; no cometerás adulterio; no robarás’. ¿Hay envidia entre ustedes? ¿Existe el instinto hacia el mal entre vosotros?”
De esa forma quedó claro que la Torá sólo podía ser dada a seres con cuerpo.
El midrash enseña varias cosas: por un lado nos ayuda a celebrar y aceptar nuestra naturaleza carnal, sin embargo, primordialmente presenta a la Torá como un reto. Sólo el ser humano puede recibirla, porque es el único que tiene la posibilidad de dominar sus instintos y transformarse a través de ella. La Torá fue dada para que limitemos nuestra parte carnal, cambiemos y crezcamos con ella. Ése es el mensaje central de Shavuot.
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