Enlace Judío – Levantaste la voz para defender la causa de la justicia racial ante los lamentables hechos que injustamente cobraron la vida de George Floyd el año pasado. En tus redes sociales escribiste el hashtag #BlackLivesMatter.
Sentiste empatía por las mujeres que sufren los atropellos de una sociedad machista y patriarcal. Dijiste algo, saliste a la calle, te solidarizaste con la causa del movimiento feminista el pasado 8 de marzo.
Comentaste que los derechos humanos de todas las personas deben protegerse por el Estado y celebraste enérgicamente cuando legislaron para permitir el matrimonio igualitario.
Te invadió la rabia cuando te enteraste de un acto de corrupción impune y condenaste al gobierno enérgicamente, porque la corrupción no está bien.
Estuviste ahí cuando el terrorismo radical islámico cobró la vida de inocentes en diferentes rincones del mundo y compartiste imágenes con el famoso “pray for…”, y te entristece, te duele en lo más profundo del alma, que el nombre de tantas ciudades pueda reemplazar los puntos suspensivos. ¿Dónde estás? ¿Qué te pasó? Te necesito y no te encuentro, me abandonaste. ¿A dónde te has ido?
¿A caso eres capaz de IGNORAR que durante los últimos dieciséis años medio millón de personas ha vivido bajo la opresión de un régimen radical islámico y terrorista? ¿Te parece coherente voltear la cara? Estamos hablando de Gaza, un lugar donde gobierna Hamás. Entérate de quienes son, lee su carta fundacional. ¡DATE CUENTA! Estamos hablando de una organización terrorista, que existe, literalmente con el propósito de aniquilar, matar, destruir a otros. Se alimentan del odio, de la destrucción.
Dentro la Franja de Gaza no existe justicia para las minorías raciales. Están prohibidos los matrimonios entre gente que tiene distintos colores de piel. En especial, las personas con un origen africano sufren discriminación de toda clase.
Bajo el régimen del terrorismo islámico impuesto por Hamás, las mujeres no tienen derechos. Simplemente no es un tema. Olvidemos cuestiones como la equidad laboral, el aborto seguro o la protección a las víctimas de delitos sexuales. En Gaza las mujeres básicamente no pueden hacer absolutamente nada sin consentimiento de su esposo, y eso, si tienen la valentía de pedírselo. Se trata de un ambiente absolutamente hostil para la mujer, donde no tienen posibilidad de tomar decisiones tan básicas como la forma de vestirse y se ven forzadas a vivir con el terror de que ante la SOSPECHA de su esposo de una infidelidad serán quemadas en la cara con ácido y marcadas de por vida.
En lo que respecta a la libertad sexual, al Hamás le enorgullece de sobremanera su política de imponer la pena de muerte a las personas que sostienen relaciones íntimas con otras de su mismo género. Así es, la homosexualidad en cualquiera de sus expresiones se castiga con la pena capital, con una ejecución pública y antecedida por un procedimiento (ni siquiera me atrevo a utilizar la palabra “judicial”) absolutamente arbitrario y sin derecho a una defensa.
Por si todo lo previo no es suficientemente indignante, debe añadirse el elemento de la corrupción tan repugnante en la que se ve inmerso el brazo político del Hamás. Como latinoamericanos no debería resultarnos un problema distante, ni extraño. Ya conocemos la historia: un gobierno de unos pocos, desinteresado de la población de la que es responsable y que responde exclusivamente al interés de su propio bolsillo.
Desde esta perspectiva, adquiere mucho sentido que los líderes palestinos, no sólo los dirigentes del Hamás, tengan poco o ningún interés en terminar con el conflicto. Señálese que de acuerdo con cifras del Banco Mundial los palestinos han recibido, por supuesto, a través de sus líderes, más de 40 MIL MILLONES DE DÓLARES, en los últimos 25 años. Recursos que cuesta mucho trabajo creer se dirigieron a beneficiar a la población palestina. ¿Dónde están las mezquitas, las escuelas, los hospitales? Sobra comentar que esta situación ha sido señalada incluso por periodistas gazatíes, palestinos, que han sido encarcelados por hacer uso de su libertad de expresión, por hacer su trabajo.
No se trata de comparar. Respeto y admiro la lucha de cada una de las personas relacionadas con causas honorables y justas, y a en especial a ti, que eres parte de ello, pero te pido de la manera más atenta que hagas lo mismo: respétame a mi y a la legitimidad de mi causa. El Estado de Israel no necesita de tu apoyo para salir adelante. Durante los últimos 5 mil quinientos años el pueblo judío ha enfrentado infinidad de adversidades, y continuaremos haciéndolo hasta el final de los días. Existimos antes que muchas de las civilizaciones de la actualidad y seguiremos haciéndolo durante varios siglos, con la simpatía del mundo o siendo víctimas de su odio. Sin perjuicio de ello, te pido, como favor, que no hagas daño.
Genera mucho daño convertirse en detractor de la ÚNICA DEMOCRACIA EN EL MEDIO ORIENTE. Genera mucho daño negar el derecho que tiene un país soberano, como lo es Israel, para poder defender a su población y a sus fronteras, como lo haría cualquier otro. Ante todo, genera demasiado daño cuestionar el derecho a la autodeterminación del pueblo judío, lo cual es gravísimo. Por demás preocupante.
Los judíos tenemos derecho a un Estado propio, tal como es el derecho de todos los pueblos. PUNTO. Ese derecho también asiste a los palestinos, que a pesar de haber tenido la oportunidad de consolidarlo en varias ocasiones históricas han RECHAZADO categóricamente cada una de ellas. (Comisión Peel en 1936, Plan de Partición de la ONU en 1947, el ofrecimiento de 1967 que se respondió con los famosos “tres NO de Jartum”, el plan de Ehud Barak del año 2000, el plan de Ehud Olmert del año 2008).
La tierra no es el problema. Recuerda que en el año 2005 el gobierno israelí unilateralmente decidió abandonar la franja de Gaza. Las Fuerzas de Defensa de Israel forzaron la evacuación de cientos de familias israelíes, de sus propios hermanos, algunos de ellos en la actualidad aun sin un hogar, con la esperanza de lograr la paz, al costo que fuera. Se exhumaron cadáveres, se vaciaron sinagogas, se derribaron hogares. Gaza quedó absolutamente libre de cualquier presencia judía. Aquí estamos, 16 años después. Israel es vecino de una fortaleza terrorista.
Israel se encuentra lejos de ser un país perfecto. Su gobierno ha fracasado en muchos aspectos y ha sido exitoso en muchos otros, sin embargo, eso no legitima a cualquiera para negar su derecho a existir, a defenderse cuando está bajo ataque. ¿Lo hace bien? De maravilla. Israel destinará siempre absolutamente todos sus recursos para defender a cada uno de sus ciudadanos, incluidos, por supuesto, un millón 800 mil personas árabes musulmanes, que son tan israelíes como un judío.
Sin embargo, exiges una respuesta “proporcional”. ¿Qué es lo proporcional? ¿A caso Israel tiene que lanzar más de 2 mil 300 misiles a la población civil palestina indefensa? ¿Deberían las Fuerzas de Defensa de Israel dejar de avisar los lugares en los que llevará a cabo acciones militares para que los civiles abandonen la zona? ¿Deberá Israel dejar de emplear el método del “golpe en el techo”? Bajo ningún concepto, Israel quebranta las Leyes de la Guerra.
NO ENTIENDO TU DOBLE ESTÁNDAR MORAL. ¿Por qué elijes sólo ciertas batallas? Quisiera creer que todo esto es una gran confusión, que se trata de un involuntario accidente. Me queda claro que entiendes que los derechos humanos son para todos, en cualquier circunstancia y sin distinción. Sin embargo, no termino de entender por qué motivo defendiste las atroces acciones del grupo terrorista radical islámico Hamás, que a parte de ser el principal opresor del pueblo palestino, en este momento ESTÁ HACIENDO TODO LO POSIBLE POR MATAR A MI FAMILIA Y AMIGOS EN ISRAEL. Estas solapando a alguien que si tuviera la oportunidad de tomar mi vida, lo haría. ¡BASTA! ¡BASTA YA!
El Estado de Israel es un país democrático, de primer mundo. En su territorio conviven pacíficamente musulmanes, cristianos, árabes, drusos, coptos, samaritanos, armenios, rusos, estadounidenses, bahaí, etíopes, migrantes de origen sudaní, migrantes de origen tailandés, judíos y muchos otros.
Israel es un país que en 1969, mucho antes que eso fuera posible en otros lugares del mundo, tuvo una jefa de gobierno mujer, quien ocupó el cargo de primer ministro. Israel es un país en el que los hombres y las mujeres tienen las mismas oportunidades, en el que sirven lado a lado en las Fuerzas de Defensa y en el gobierno. Israel es el país que ocupa el puesto número 25 en igualdad de género.
El único país judío del mundo también se caracteriza por su alto grado de inclusión y tolerancia. A diferencia de la carta fundacional del Hamás, la declaración de independencia del país asegura los mismos derechos para todos, sin importar su raza, género o religión. Se trata de un país en el que las personas pertenecientes a la comunidad LGBTTIQ+ gozan de una amplia aceptación y protección. Un país libre, de derechos humanos, de libertades.
Además de todo lo anterior, Israel es un país orgulloso de su democracia, de su sistema judicial, en el que participan jueces y funcionarios judíos y árabes, unos junto a los otros, trabajando por el respeto a las leyes, y en el que un primer ministro fue sentenciado a prisión por un juez árabe, dado que incurrió en actos de corrupción. Absolutamente nadie escapa del imperio del Derecho, los crímenes no quedan impunes.
Existen muchas posturas respecto de cuál es la solución a este conflicto histórico. Sin embargo, no pierdas de vista la esperanza de que LA PAZ ES POSIBLLE. LA COEXISTENCIA ES POSIBLE. Ya la conocemos y seguiremos luchando, hasta el último aliento, por recuperarla y preservarla. Tan solo en los últimos meses el Estado de Israel celebró tratados para normalizar sus relaciones y abrir la vía diplomática con los Emiratos Árabes Unidos, con Marruecos y con Baréin.
Nosotros no celebramos la guerra, no enaltecemos a quienes lastiman a otros, no educamos a nuestros niños a odiar. Israel quiere la paz, pero antes que eso, debe proteger su continuidad, su supervivencia.
No te pido que estés de acuerdo, pero te invito a escuchar. A intentar entender, a dejar de descalificar y a evitar destruir. Te invito a rezar por el cese de la violencia, a trabajar por ese mundo que queremos ver.
Llegará la paz, seamos pacientes. Israel está aquí para quedarse y eso no cambiará.
Israel tiene derecho a defenderse.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.
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