Pocas cosas en la vida son una apuesta segura. Si lo fueran, los jugadores serían millonarios y los casinos estarían en la quiebra.
No obstante, ocasionalmente hay eventos que son tan previsibles que cumplen con los criterios. Y uno de ellos, está programado para este jueves en Ginebra.
Ese día, 27 de mayo, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (CDH) llevará a cabo una “Sesión Especial” para tratar “la grave situación de los derechos humanos en el territorio palestino ocupado”.
Entonces ¿qué es lo que puede prever hoy cualquiera que esté mínimamente familiarizado con el funcionamiento del CDH, y sin mencionar su arraigado sesgo antiisraelí?
En primer lugar, sin ninguna duda, será aprobada otra decisión antiisraelí. Y cualquiera sea la decisión que se tome o la resolución que se apruebe en el transcurso de esta sesión especial, la misma constituirá una parodia de justicia. Teniendo en cuenta la historia del Consejo de Derechos Humanos, Israel puede tener pocas o ninguna esperanza de una decisión justa.
Desde su establecimiento en 2006, el CDH de la ONU ha demostrado una obsesión por criticar a Israel tan extrema que resulta llamativa incluso en el ámbito de la ONU.
Para empezar, el Consejo de Derechos Humanos tiene dos puntos en su agenda permanente que hacen referencia a cuestiones de derechos humanos en países específicos. El primero, el artículo 7, está reservado únicamente para debatir supuestas violaciones por parte de Israel. El segundo, el punto 4, se refiere al resto del mundo.
¿Acaso alguna persona razonable puede creer que el Israel democrático, más allá de sus faltas, merece el mismo control que todos los regímenes autoritarios del mundo juntos?
La próxima sesión especial continúa este modelo de discriminación al seleccionar a Israel para un control especial. Será la novena dedicada a Israel sobre un total de 30 sesiones especiales del CDH.
Nuevamente, visto y considerando las situaciones horrendas y los desafíos insuperables a los que se enfrentan tantas personas en el mundo, ¿es acaso remotamente racional dedicar el 30% de las sesiones especiales a Israel?
Además, todos los indicios indican que el Consejo de Derechos Humanos ignorará u ocultará las más de 4 mil violaciones del derecho internacional humanitario cometidas por Hamás desde el 10 de mayo.
Ese es el número de misiles indiscriminados que las organizaciones terroristas de Gaza lanzaron contra civiles que viven en localidades y ciudades israelíes. (De hecho, al disparar Hamás desde su propia población civil, estos ataques pueden ser considerados dobles crímenes de guerra).
Aparentemente, los derechos humanos de los civiles israelíes están fuera del alcance del Consejo de Derechos Humanos.
En segunda instancia, la sesión especial no hará nada para ayudar realmente a los palestinos. Por el contrario, será perjudicial tanto para su situación actual, así como para sus perspectivas futuras, ambas comprometidas por el gobierno de Hamás en la Franja de Gaza y sus aspiraciones en la Margen Occidental, frente a la Autoridad Palestina.
Hamás es, en su esencia, una organización terrorista genocida, dedicada a la destrucción de Israel, que no ha traído más que tristeza y sufrimiento a los palestinos que viven bajo su gobierno.
En el conflicto más reciente, Hamás reeditó su modus operandi de atacar a civiles israelíes, para luego explotar a los civiles de Gaza como escudos humanos cuando Israel se ve obligado a reaccionar en legítima defensa, y seguido de cerca por culpar a Israel de las víctimas civiles deliberadamente creadas por Hamás.
El trato depravado de Hamás hacia su propia población quedó demostrado durante el reciente conflicto a una escala menor (pero igualmente reveladora) cuando en dos ocasiones Israel facilitó el paso a Gaza de convoyes de camiones cargados de combustible y ayuda humanitaria.
En ambas ocasiones, las toneladas de combustible y la ayuda destinada a los palestinos fueron el blanco de morteros disparados desde la Franja de Gaza.
Al ignorar el patrón de conducta de Hamás, el CDH de la ONU y otros que deliberadamente hacen la vista gorda, prácticamente garantizan que Hamás repetirá sus acciones en el futuro en detrimento de las poblaciones civiles de Israel y Gaza.
En tercer lugar, mientras gran parte de la comunidad internacional se esfuerza por mantener la calma en una región tan recientemente sacudida por un ataque no provocado de Hamás y la respuesta defensiva israelí, el CDH de la ONU muestra poca preocupación por la estabilidad regional.
No solo está desperdiciando un tiempo valioso, dinero y recursos para alimentar el insaciable afán de censura internacional a fin de deslegitimar la propia existencia de Israel, sino que los resultados de esta sesión especial serán probablemente interpretados por Hamás como un apoyo a sus acciones.
El fortalecimiento de una peligrosa organización terrorista y de sus seguidores extremistas en todo el Oriente Medio supondrá un nuevo golpe para aquellos que buscan la paz y la estabilidad.
Las únicas partes que saldrán ganando con la sesión especial del Consejo de Derechos Humanos son los que odian a Israel y apoyan el terrorismo, así como los regímenes totalitarios.
En síntesis, las probabilidades de que cualquier decisión que se tome durante la sesión especial del CDH de la ONU sea mala para Israel, mala para los palestinos, mala para la región y mala para los derechos humanos en todo el mundo, son abrumadoras.
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