León Opalín/ La comunidad judía de Filipinas

Enlace Judío – El próximo 20 de junio un equipo de expertos del Ministerio de Salud de Israel viajará a Filipinas para ayudar en los esfuerzos de vacunación de ese país, que tiene una población de alrededor de 109 millones de habitantes en una superficie estrecha 258,170 kilómetros cuadrados y con un PIB per cápita muy bajo de 3,500 dólares.

La presente curva de contagios es alta a pesar de que Manila, la capital, es la ciudad con la cuarentena más larga del mundo. Esto ha convertido a Filipinas junto con Indonesia en uno de los países más afectados del sudeste asiático. El gobierno filipino está buscando adoptar la experiencia de Israel para aumentar la aceptación pública a través de incentivos para los receptores de vacunas y las restricciones para aquellos que aún no han recibido inyecciones contra el coronavirus.

Asimismo, el Departamento de Turismo de Filipinas, al igual que lo hizo Israel, ha propuesto establecer un “green lane” para facilitar la entrada de viajeros extranjeros que están vacunados contra el coronavirus. En este ámbito las autoridades de Israel lo implementaron para facilitar la movilidad de sus ciudadanos. 

Es de destacar que en noviembre del 2020 Israel donó al Departamento de Defensa Nacional de Filipinas 10,000 kits de prueba de coronavirus para ayudar con la respuesta al COVID-19. También donó equipo de protección personal a los socorristas del Departamento de Defensa Nacional y a la Policía Nacional de Filipinas.

Todo ello a pesar de que el presidente filipino, Rodríguez Duterte realizó en octubre de 2016 un comentario en el que se comparó con Hitler y puso al Holocausto como modelo para su violenta campaña contra el narcotráfico, diciendo “que le gustaría masacrar” a los 3 millones de drogadictos que hay en Filipinas, tal como lo hizo el líder nazi con millones de judíos para salvar a la próxima generación de la perdición.

El presidente pidió perdón a la comunidad judía. Duterte expresó “que jamás hubo la intención por mi parte de denigrar la memoria de 6 millones de judíos asesinados por los alemanes. Pido disculpas y de forma honda y profunda a la comunidad judía”.

La declaración de Duterte se consideró como un acto de torpeza y provocó la presentación de una protesta formal de Alemania ante la embajada de Filipinas en Berlín, el rechazo de la ONU y críticas de EE. UU., que calificó sus palabras de “profundamente perturbadoras”. Frente a este complejo hecho, cabe mencionar que Filipinas fue el único país asiático que votó por el establecimiento del Estado de Israel en la ONU en 1947.

Históricamente la presencia de los judíos en Filipinas se ubica en el siglo XVI cuando la Inquisición Española obligó a muchos judíos de España a convertirse al cristianismo o huir. Muchos de ellos se instalaron en Filipinas, particularmente en Samar del Norte. Allí los judíos denominados nuevos cristianos conocidos como “marranos o conversos” observaban sus ritos judíos en secreto.

La Inquisición investigó y persiguió a muchos conversos, acusándolos de practicar en secreto, algunos sin fundamento. Dos hermanos, Jorge y Domingo Rodríguez llegaron a las Filipinas españolas en 1590. En 1593 ambos fueron juzgados y condenados en un acto de fe en la Ciudad de México, porque la Inquisición no tenía un tribunal independiente en Filipinas. La Inquisición encarceló a los hermanos Rodríguez y posteriormente juzgó y condenó al menos a 8 “cristianos nuevos” en Filipinas.

La presencia judía durante los siglos posteriores a la colonización española siguió siendo pequeña y desorganizada. Las leyes cristianizadas españolas no habrían permitido la presencia de una comunidad judía organizada.

El primer asentamiento permanente de judíos en Filipinas durante los años de la colonia española comenzó con la llegada de 3 hermanos Levy de Alsacia Lorena que estaban escapando de las secuelas de la guerra franco-prusiana en 1870. Se expandieron como empresarios y a lo largo de los años incluyeron la venta minorista de joyas, un negocio de comercialización general y el de importación de gemas, productos farmacéuticos y finalmente automóviles. Junto con ellos estaba otro judío notable de la región de Alsacia, Leopoldo Kahn, quien se convirtió en presidente de la Cámara de Comercio Francesa.

La apertura del Canal de Suez en marzo de 1869 proporcionó una ruta comercial más directa entre Europa y Filipinas que permitió que crecieran las empresas y aumentara el número de judíos en Filipinas. Posteriormente se unieron los hermanos Levy, turcos, sirios y judíos egipcios, creando una población judía multiétnica de alrededor de 50 individuos al final del periodo español.

No fue hasta la guerra hispanoamericana a finales del siglo XIX cuando EE. UU. tomó el control de las islas de España en 1898. Se permitió entonces a la comunidad judía organizarse oficialmente y practicar abiertamente su judaísmo. Filipinas se convirtió en una colonia estadounidense. La llegada de las fuerzas militares de EE. UU. a Filipinas trajo consigo militares judíos que decidieron permanecer en las islas después de su baja militar y convertirse en residentes permanentes. Paralelamente llegaron maestros judíos que impartían instrucción pública a los niños filipinos. Además de la educación, los nuevos mercados para las empresas de importación y exportación trajeron jóvenes empresarios judíos que abrieron nuevas tiendas en Filipinas o ampliaron sus negocios desde el continente estadounidense.

Nombres importantes aparecen en la comunidad judía a principios del siglo XX: Emil Bacarach y Morton I. Netzorg. Emil Bacarach llegó a Manila en 1901 y pronto construyó un imperio comercial considerable. Debido a que se le considera el primer judío estadounidense que se estableció permanentemente en Filipinas, la sinagoga y el salón cultural que la familia Bacarach financió en las décadas posteriores, lleva su nombre, Temple Emil y Bacarach Hall.

Joseph Cysner se convirtió en el cuidador del templo. El éxito económico de Bacarach le permitió ser un filántropo generoso, que apoyó tanto a causas judías como cristianas. La prosperidad económica, junto con un alto nivel de interacción social, aparentemente excluyó la necesidad de instituciones judías fuertes. El suyo era un estilo de vida de los muy ricos del siglo XIX, aunque las familias judías iban al templo para ocasiones especiales y la existencia de un salón social adyacente sirvió para centralizar y enfocar la vida cultural judía. Aunque el Templo Emil se construyó en la década de 1920 principalmente gracias a las generosas contribuciones de los Bacarach, Netzorg y Frieders, los únicos servicios que se llevaban a cabo anualmente eran las Altas Fiestas, cuando un rabino visitante o cantor llevaba el oficio de los servicios.

En 1936 la comunidad judía de Filipinas tenía una composición claramente cosmopolita con una población total de 500 personas. La amenaza a los judíos europeos por parte del gobierno nazi en la década de los 1930 provocó una renovada conciencia judía. La pequeña y descentralizada comunidad de Manila tomó pasos heroicos para salvar a sus compañeros judíos de la destrucción segura y solo se volvió consciente de los judíos de una manera profunda cuando la amenaza nazi salió de Europa y había miles de judíos en desesperada necesidad.

Fue durante la era del commonwealth de Filipinas 1935-1946, que los refugiados judíos de Europa buscaron un refugio seguro en Manila. La migración de judíos que escaparon de Europa entre 1935 y 1941 fue la última gran inmigración de judíos a Filipinas.

Los primeros judíos alemanes que llegaron a Manila procedían de la comunidad judía de Shanghái. Con la ocupación de Pekín por los japoneses en 1937, los 4 millones de habitantes de Shanghái estaban en peligro. El cambio de alianza de Alemania de China a Japón en ese momento alarmó a los judíos alemanes en Shanghái, por temor a la presión alemana sobre Japón para que adoptaran políticas nazis antijudías.

Temiendo por ellos también, la comunidad judía de Manila, dirigida por los hermanos Frieder de Cincinnati, organizó el Comité Judío de Refugiados de Manila con la intención de rescatar a miembros alemanes de la comunidad judía de Shanghái. Estos judíos habían sido privados de su ciudadanía alemana y la presencia de la Gestapo que se estaba arraigando en áreas japonesas amenazaba la existencia judía en Shanghái.

También cuando estalló la guerra chino japonesa en 1937, el Comité recibió un telegrama de Shanghái pidiendo ayuda para los judíos refugiados. Con la ayuda de Feng-Shan Hu, el chino Cónsul General de Austria, los judíos austriacos pudieron huir a otro país incluido Filipinas. Hitler anexo Austria a Alemania en 1938. Manila recibió a 30 familias de refugiados judíos alemanes en Shanghái, que luego comenzaron un programa más amplio que eventualmente rescataría a 1,300 judíos refugiados en Europa entre 1937 y 1941, la mayor afluencia de judíos en la historia de Filipinas.

Antes del ataque a Pearl Harbor, más de 1,300 judíos de Europa habían inmigrado a Filipinas. La comunidad judía de Manila alcanzó una población de 2,500 judíos cuando los japoneses en Manila, en diciembre de 1941, internaron sumariamente a todos los civiles “enemigos extranjeros en la Universidad Tomas Campos y posteriormente en los Baños Campo de internamiento y la antigua prisión de Bilibid de Manila.

Los japoneses no percibieron una diferencia entre los ciudadanos alemanes, por lo que la comunidad judía de Manila, cientos de judíos alemanes austriacos no se enfrentaron al internamiento en Universidad de Santo Tomás. Sin embargo, otros 250 miembros de la comunidad judía, incluidos los miembros estadounidenses más influyentes, fueron encarcelados de inmediato, como estadounidenses de otras religiones y civiles y “enemigos extranjeros”.  Los japoneses utilizaron la sinagoga y la sala adyacente para almacenar municiones y fueron totalmente destruidos en la guerra. 

Por la destrucción de la guerra, la membresía de Filipinas había disminuido en un 30% a fines de 1946. Entre los 600 judíos estimados, se podían contar menos de 250 refugiados judíos europeos que permanecieron en Filipinas a fines de 1948. En 1954 la comunidad judía de Manila contaba con un total de 302 miembros.

En el 2005 se estimó un máximo de 500. A partir del 2011 Manila tiene la comunidad judía más grande de Filipinas que consta aproximadamente de 70 familias. La única sinagoga del país Beth Yaacob, se ubica en la Ciudad de Makati, manejada por el movimiento Jabad, que es una organización judía jasidica cuya sede se encuentra en Nueva York y su finalidad primordial es la de llevar a los judíos a una práctica y estudio activo de su propia fe. También existen algunos israelíes trabajando en Manila. 

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

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León Opalin Chmielniska: De nacionalidad mexicana, estudió Economía en el ITAM, logrando además una maestría en la Universidad Hebrea de Jerusalem y diplomados en el Instituto Español de Turismo así como en el Británico. También ha realizado estudios sobre comercio internacional en Holanda. Pertenece y es reconocido por varios institutos y universidades importantes de México y el extranjero y su incursión en las letras inició en temas económicos y finanzas en el periódico Financiero y la revista ANIERM. Por muchos años ha sido colaborador de "Foro" y asesor de varias compañías. Sobre las materias que domina, sigue dando conferencias en planteles y universidades.