José I. Rodríguez/ El largo camino en el tiempo desde Israel a Sefarad

Enlace Judío – Los historiadores no se ponen de acuerdo sobre cuándo llegaron los judíos a Sefarad (España) desde Israel, aunque la mejor fuente de información está en el propio Tanaj.

JOSÉ I. RODRÍGUEZ

El presente artículo no pretende ser un estudio académico, sino una exposición razonada sobre la presencia judía en Sefarad desde sus inicios y sin tener la menor intención de entrar en debate alguno.

Cada día nos damos más cuenta de la vital importancia que tiene el estudio del conocido como Libro de los Libros para descubrir la historia de nuestros antepasados, así como la de otros pueblos con los que interactuábamos de una forma o de otra. Sin querer entrar en cuestiones éticas, morales o espirituales vamos a tratar de asentar una especie de “tesis” sobre cómo el pueblo judío llegó desde Israel hasta Sefarad, conocida actualmente como España.

El mismo nombre de Sefarad genera controversia ya que las posiciones van desde que Sefarad no era el nombre como designaban los judíos a España hasta la de aquellos que directamente dicen que Sefarad hace referencia a otra parte del mundo conocido de entonces.

Otros de los mencionados estudiosos afirman que “a pesar de lo que muchos creen, mientras vivían en España hasta su expulsión, los judíos no solían llamar al país Sefarad”. La pregunta evidente es: ¿Entonces cómo la llamaban los judíos que vivían en Sefarad antes de su expulsión? El hecho de decir que “no solían llamar al país Sefarad” es en sí mismo una forma de decir que también la podrían haber llamado Sefarad.

En realidad, podemos decir que tal vez no solían llamarla Sefarad, como también podemos decir que, si era una forma de llamar a Hispania o España, Sefarad ¿Qué importancia tiene esta afirmación? Mucha si tenemos en cuenta el valor que le damos a los relatos históricos de la Escritura.

Las referencias a Sefarad las encontramos en diferentes partes del Tanaj. Por citar solo algunos ejemplos encontramos en el Libro de Obadia, 20, más conocido como Abdías, el siguiente texto: “Y los exiliados de esta hueste – los hijos de Israel – En la tierra de los Quenahanim hasta Tsarefat, y los exiliados de Ierushalaim, que están en Sefarad, poseerán las ciudades del Neguev”, en la traducción al español del Tanaj.

El profeta para ese entonces ya hablaba de los deportados de Jerusalén que estaban en Sefarad siendo Obadia considerado en el Talmud como un profeta que ejerció su labor antes del exilio babilónico ¿Cómo es qué se hace referencia a judíos de Jerusalén que están por ese entonces en Sefarad? Un aporte histórico más referenciado en el Tanaj que merece una cierta reflexión.

En una nota sobre este párrafo de la misma traducción del Tanaj se nos dice: “El Targum de Ionatán traduce a Sefarad como Ispamia, quiere decir España, y de allí deriva el nombre Sefaradim que en un principio quería significar: judíos oriundos de la península ibérica, más tarde serán conocidos con el nombre de Sefaradim todos aquellos judíos que han sido influenciados por los Minhaguim halájicos —normas de ley religiosa— y por la liturgia de los judíos Sefaradim”. Una traducción al español, en este caso, que probablemente nadie pondrá en duda. De nuevo todo parece indicar que los judíos oriundos de Sefarad deberían ser judíos nacidos ya en esas tierras desde hacía varias generaciones.

Los exiliados que habían escapado de Nevujadnesar o Nabucodonosor cuando conquistó Jerusalén se dirigieron entre otros lugares a Sefarad ¿Por qué los judíos que pudieron escapar de ser exiliados a Babilonia se fueron a Sefarad? La suposición más lógica es que ya por ese entonces había una colonia judía de carácter comercial preminentemente asentada en Sefarad que se dedicaban al comercio por todo el Mediterráneo

¿Cómo es que había judíos en Sefarad por ese entonces? Lo que sabemos es que ya en los tiempos de Salomón se comerciaba con Tarsis una ciudad ubicada según algunos autores en la península ibérica. “Porque tenía el rey una flota de Tarshish, la cual salía a la mar con la flota de Jiram; una vez en cada tres años la flota de Tarshish venía, trayendo oro, y plata, y marfil, y monos, y pavos reales”, I Reyes 10:22.

En una nota de la versión al español de la Sociedad Bíblica Unida nos dice: “Algunos autores identifican a Tarsis con Tarteso, en la Península Ibérica, que en la antigüedad era considerada como uno de los extremos de la tierra”. No en vano en la actual España existe una ciudad en el norte del país que se llama Finisterre que traducido significa el final de la tierra.

Por todos es conocido que en su huida Ioná, Jonás, se dirigía a Tarshísh ¿Por qué quería ir a Tarshísh? De nuevo podríamos decir que sabía que allí había población judía que por un lado no le conocía y que por otro el profeta sabía que se sentiría más cómodo entre gentes de su mismo pueblo, a pesar de la lejanía.

El propio Tanaj en Ioná 1:3 así lo describe: “Empero se levantó Ioná para huir a Tarshísh, de ante Adonai. Descendió a Yafó, halló una nave que se allegaría a Tarshísh, y abonó su tarifa y descendió en ella para allegarse con ellos a Tarshísh, de ante la presencia de Adonai”.

 Hay que tener en cuenta que la historia del profeta Jonás se desarrolla previa a la división norte y sur del reino además de ser anterior también al exilio babilónico ¿Habría alguna colonia de judíos por ese entonces en Sefarad? Todo parece indicar que sí ¿Qué razones tendría el profeta para ir a un lugar en dónde no hubiera población judía? La colonia en Sefarad debería ser lo suficientemente numerosa como para ser tenida en cuenta por el profeta como un lugar seguro y lo suficientemente lejano para escapar de la responsabilidad que el mismo Cielo le encargó.

A modo de conclusión hemos de decir que algunos autores relacionan el vocablo Sefarad como proveniente del latín separare ¿Acaso los sefarditas no son los separados de su pueblo Israel y allegados a lejanas tierras? Lo dejo aquí para una más profunda reflexión y estudio.

Todo parece indicar de nuevo que los judíos desde antes de las deportaciones de los babilónicos o de los romanos, por citar algunos ejemplos, ya habitaban Sefarad como mínimo desde los tiempos del rey Salomón ¿Cómo no íbamos a añorar Sefarad después de la expulsión de los reyes católicos habiendo convivido tantos siglos atrás en España? La historia de los judíos como algunos lo entienden no comienza en la Hispania romana bajo ningún punto de vista.

El largo camino desde Israel a Sefarad comenzó muchos siglos antes en el tiempo del incomparable rey Salomón que ya comerciaba en su reinado con Sefarad. Así lo creemos y así se lo hemos contado a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos. Hazlo saber.

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

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