En los EE.UU, los judíos no quieren usar Kipot o símbolos de su fe porque tienen miedo. Con Susan Michael, ICEJ

Enlace Judío México e Israel – La Embajada Internacional Cristiana en Jerusalén (ICEJ) es una organización que lucha por hermanar a cristianos y judíos. Conversamos con Susan Michael, una de sus cabezas en Estados Unidos, para entender cómo esta organización combate al antisemitismo y pugna por políticas en pro de Israel. 

En el contexto de una sociedad dividida, con el antisemitismo en auge y la llegada de un gobierno más crítico hacia Israel, la labor de la ICEJ (Embajada Cristiana Internacional en Jerusalén) parece titánica. Más, si se considera que las nuevas generaciones son cada vez más seculares, y que la influencia de las redes sociales se deja sentir en cada ámbito de la vida.

Al respecto, conversamos en exclusiva con la Dra. Susan Michael, directora de ICEJ EE.UU. y miembro de la Junta Directiva de la ICEJ mundial, quien nos ayudó a entender cuáles son las líneas de acción de esta organización, que reúne a medio millón de miembros, tan solo en Estados Unidos.

Nuestra principal tarea es crear consciencia sobre el trabajo en Israel (…). Tenemos muchos proyectos en Israel, desde ayuda humanitaria hasta asistir en (el tema de) aliyá, pasando por nuestros socios estratégicos, como Yad Vashem. Tenemos un evento anual en Jerusalén… Pero nuestra segunda prioridad es la educación. Educar a las iglesias en nuestro país acerca de Israel, de su significado, acerca del significado bíblico de la relación entre judíos y cristianos, etc.”

Pero aunque la ICEJ asume que la educación es su principal línea de acción, no niega sus funciones políticas: “nuestra tercera prioridad sería asumir un apoyo público cuando Israel nos necesite. No es nuestro foco principal, el político, pero a veces necesitaremos apoyar y así lo haremos.”

No se trata de un trabajo reciente. “Por muchos años fuimos considerados la única embajada en Jerusalén. Por su puesto, no éramos una embajada completamente diplomática que representara al gobierno de una nación; representábamos a decenas de millones de cristianos alrededor del mundo que están con Israel y entienden la importancia de Jerusalén.”

Ese trabajo de concientización vivió un momento cumbre cuando, durante la administración Trump, Estados Unidos dio un salto que la ICEJ impulsó desde los años 90.

“Siempre abogamos porque Estados Unidos moviera su embajada (la embajada norteamericana a Jerusalén) y uno de los miembros de nuestro equipo estuvo muy involucrado en la redacción de la Ley de la Embajada en Jerusalén, en 1995. Y fue ahí cuando el Congreso de Estados Unidos decidió trasladar la embajada, aunque cada gobierno después de eso estuvo reacio ha implementar la decisión. Entonces, una vez que vimos que teníamos un presidente que se tomaba muy en serio lo de mover la embajada, activamos a los líderes cristianos en el país para hacerle saber que esperábamos que cumpliera sus promesas (…). Cuando finalmente hizo el anuncio fue un motivo de gran celebración y victoria para nosotros.”

El trabajo en la era Biden

Para las operaciones cotidianas de la ICEJ, más centradas en educación y en las relaciones entre judíos y cristianos, el cambio de gobierno no significó grandes cambios. Sin embargo, Michael advierte que “hoy tenemos una preocupación generalizada acerca de las leyes sobre libertad religiosa y libertad de expresión en Estados Unidos. Las vemos evolucionar muy rápidamente y ese es un motivo de preocupación para toda organización como la nuestra, que enseña sobre temas que pueden ser muy divisivos, asuntos que pueden volverse controvertidos, y no queremos que nos cierren, todos buscamos conservar nuestra liberta de expresión en Estados Unidos.”

Dice que hay un movimiento de cancelación que crece en todo el mundo, no solo en Estados Unidos, y que se observa en plataformas como Twitter, Facebook y YouTube, “que están acallando las voces conservadoras. Ahora mismo, Israel no está en la cumbre de sus preocupaciones pero eventualmente lo va a estar. Y nos preocupa que estar en contra de las políticas del gobierno sobre Israel pueda causar que nos callen. Y no es tanto el gobierno de Estados Unidos como las compañías de alta tecnología y el movimiento liberal progresista que usa plataformas como Facebook y YouTube para acallar la voz conservadora.”

La respuesta de los conservadores, dice, será intensa. Los comunicadores cristianos celebraron un encuentro recientemente y están listos para luchar por su derecho a la libertad de expresión sobre temas sociales y políticos que los enfrentan con los progresistas, temas como la teoría de género y la libertad sexual.

Pero también los judíos podrían padecer, según Michael, los estragos de este enfrentamiento, “debido al aumento del antisemitismo. Ya tenemos un número creciente de personas en Estados Unidos que no quieren usar kipot o símbolos de su fe porque tienen miedo. Eso significa que las sinagogas y los líderes religiosos están operando en una atmósfera de miedo.”

La creciente división social y política en Estados Unidos puede ser “peligrosa para todos nosotros y particularmente para la comunidad judía”, dado el aumento del antisemitismo en ese país, por lo que la Embajada Cristiana y otras organizaciones han alzado la voz contra este fenómeno. Sin embargo, Michael admite que los esfuerzos han resultado poco productivos.

“Hay algunas cosas que pensamos que se tienen que hacer, y estamos hablando ahora mismo con líderes judíos y otras organizaciones para ver cómo podemos fondear esto y cómo podemos hacerlo. Lo primero es conseguir que el gobierno de Estados Unidos nombre a un funcionario de alto nivel para combatir el antisemitismo, no solo como política exterior sino dentro de Estados Unidos.”

Si bien la administración Trump dio un paso al nombrar a Elan Carr como funcionario encargado de monitorear y combatir el antisemitismo fuera de las fronteras de Estados Unidos, “ese puesto es del Departamento de Estado, así que es en realidad un puesto de política exterior. Nosotros queremos (que haya) un puesto dentro de la Casa Blanca, quizá al nivel del gabinete, que se enfoque en el antisemitismo dentro de Estados Unidos.”

Pero hay otro campo de batalla y no es menos relevante: las redes sociales. “Hay algunas organizaciones que lo están haciendo ahora pero necesitan ayuda, necesitan unir esfuerzos, necesitan más recursos. Necesitamos miles de voluntarios en línea que usen nuestra información para combatir esto, porque las redes sociales están infiltradas en todas partes: hay redes sociales en las universidades, hay redes sociales en la izquierda, en la derecha… Entonces, si podemos llevar esto al nivel de las redes sociales, entonces podremos” hacer una diferencia.

Para Michael, las sociedades en general se están volviendo mucho más seculares. Especialmente la gente joven. “El enfoque de nuestra organización no está en los seculares sino en quienes están en las iglesias y en el movimiento cristiano, (pero) incluso estos provienen de un ambiente y una configuración mental más seculares. Uno de los problemas que tenemos que enfrentar inmediatamente es que se les ha dicho (a los jóvenes) que la Biblia no tiene razón, que no es precisa o que no se puede confiar en ella. En las universidades se habla mucho contra la Biblia. Y lo que nosotros hacemos es hablar sobre lo cierta que es la Biblia, lo precisa que es, lo emocionante que es.”

La construcción de líderes de la generación joven, caracterizada por su inteligencia y sus sólidos valores, dice Michael, es una tarea importante.

En cuanto a la colaboración entre la Embajada Cristiana y la comunidad judía, Michael nos cuenta que, en los años noventa, su institución buscó acercarse al liderazgo judío pero este fue reacio, pues no entendía cuáles eran las motivaciones de la Embajada. Pero tras la Segunda Intifada, cuando miles de cristianos fueron a Jerusalén a mostrar su apoyo, la actitud de las organizaciones judías en Estados Unidos cambió. “Quizá sí sean nuestros amigos; quizá deberíamos de hablar con ellos; quizá deberíamos de trabajar con ellos.”

La relación, dice, se ha desenvuelto rápidamente. “Es un gran gusto verlo.”

En cuanto a las motivaciones religiosas de los cristianos para apoyar a Israel, Michael explica que “creemos que las promesas que Dios le hizo a Abraham se siguen cumpliendo hoy. Él le dijo ‘si tú me sigues te daré una tierra, los haré una gran nación y, a través de ustedes, todas las familias de la tierra serán bendecidas.’ Y nosotros vemos eso como el significado bíblico del pueblo judío”, dice, y agrega que el trabajo de la Embajada, como organización, es educar a los cristianos para entender eso.

Agrega que “nosotros no los apoyamos: ustedes (los judíos) nos apoyan a nosotros” en el camino a la redención. Por eso, “trabajamos muy duro y lo hacemos porque creemos que apoyar a Israel es lo correcto. Creemos que es una bendición para todo el mundo que Israel esté ahí, como luz de las naciones, y queremos ayudar a Israel a ser esa luz, y eso va a ser una bendición para todos nosotros.”

 

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

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