Enlace Judío México e Israel – El uso de las tecnologías cibernéticas, como ha sucedido con todas las tecnologías a lo largo de la historia, es un arma de dos filos.
Internet nos ha proporcionado una avalancha de posibilidades para educarnos, entretenernos, comunicarnos, cuidar nuestra salud y relacionarnos. Esto nos ha llegado con un precio, en ocasiones muy alto, como son los ataques cibernéticos, con el robo de identidad, clonación de información bancaria y personal, acoso sexual y amenazas a la seguridad personal
Ahora que comienza a ser una instrumento para el placer sexual, por internet viaja una gran cantidad de información personal, alguna de carácter muy íntimo; nombres, preferencias sexuales, listas de parejas, fotos y videos quedan al alcance de la piratería cibernética, con la posibilidad de que quienes usan estos servicios queden expuestos, desde inundarnos con publicidad de temas sexuales, hasta a extorsiones o cosas peores.
Es un hecho que el usar gratuitamente estas tecnologías de la información tiene un precio que hemos aceptado, consistente en la pérdida de buena parte de nuestro privacidad, pero en este caso, ya se trata más de intimidad que de aspectos privados de nuestras vidas.
Por eso se vuelve todavía más importante el cuidar la información que guardamos y que compartimos y cuidar con quién lo hacemos.
Esto no es una suposición. Ya ha habido casos importantes y sonados.
Hace cuatro años, una empresa fabricante de juguetes sexuales fue demandada y obligada judicialmente a indemnizar a usuarios por el uso indebido de información personal íntima que recolectaba de sus clientes sin su conocimiento ni consentimiento.
Esta información incluía, desde nombres y fotos hasta detalles del tipo de juguetes que utilizaban, cuando, cómo y hasta por cuanto tiempo lo hacían.
También existe la posibilidad de que los piratas controlen los juguetes y aplicaciones, pudiendo llegar a causar daños físicos a los usuarios, ya sea, bloqueándolos o enviado comandos no deseados. Esto aumentará conforme aumenten las capacidades y funciones de los artefactos.
Un caso curioso fue el de unos cinturones de castidad para hombres (¿Quién usa una de esas cosas?) que podían ser controlados de forma remota y evitar que los usuarios se los quitaran (¡Se lo merecían!).
Pronto será posible tener sexo con una expareja (con su imagen virtual), o con personas conocidas y hasta con figuras públicas, además de escoger el físico de nuestro sexbot (robot sexual) y personalizar rasgos de su personalidad, como su timidez, simpatía o apetito sexual.
Ya actualizado de acuerdo con nuestras preferencias, será posible mantener conversaciones, realizar actividades conjuntas como con una pareja normal (es decir, humana) y, por supuesto, tener sexo de la manera que se nos antoje.
Pero, además de los cuestionamientos estéticos, sociales y morales, se presentan diversos dilemas legales.
¿Habrá leyes que regulen la operación y disponibilidad de estas tecnologías?
Hace apenas unas semanas, La Escuela de Leyes de la Universidad Flinder´s de Australia del Sur publicó un análisis acerca de la legalidad de fabricar, importar, comercializar y poseer sexbots.
Este estudio toma en cuenta que: “…Cualquier reglamentación legal deberá de hacer un balance entre una multitud de intereses, cuestiones éticas y retos legales ya que existe una posibilidad real de que por medio de esta tecnología se promueva la violencia y despersonalización hacia las mujeres, por lo que es necesario comenzar a atenderlo de inmediato”, aunque aceptan que hay casos en los que la utilización de robots sexuales pueden servir como herramienta para una actividad sexual accesible y satisfactoria, de acuerdo con la opinión de una profesora de Bioética de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington quién apoya el uso de robots sexuales para adultos mayores, personas con discapacidades y quienes padecen de sentimientos de soledad y aislamiento.
Las tres áreas en las que algunos psicólogos encuentran beneficio el uso de robots sexuales son:
- Reducir la ansiedad social
- Solución para personas que quieren tener vida sexual sin tener que recurrir a conocidos o conocidas casuales ni a prostitución y:
- Manejo de la eyaculación prematura
La tecnología avanza muy rápidamente en este terreno, por lo que los legisladores deberán darse prisa y tratar de equilibrar los intereses públicos con los privados ante los retos éticos, regulatorios y legales que se presentan.
El sexo sigue teniendo una parte considerable de tabúes y esto puede representar una tentación para los legisladores de erigirse en autoridades morales e intentar dirigir las preferencias sexuales de las poblaciones.
En la actualidad ya se han presentado situaciones complejas, como lo sucedido en la ciudad de Houston, Texas en 2018 en donde se intentó establecer un burdel ¡de muñecas sexuales!
El Ayuntamiento lo prohibió, sosteniendo que “no estaban regulando con bases morales ni diciéndole a la gente que puede o debe hacer en sus camas, pero que un negocio de ese tipo “degradaba la ciudad”
Conforme estas tecnologías vayan siendo más accesibles, el debate se intensificará. Por extraño que nos parezca, e independientemente de nuestro punto de vista personal, nadie puede asegurar en este momento que los robots sexuales sean benéficos o dañinos. El futuro lo dirá.
Un caso interesante es el hecho de que el Gobierno Federal de Estados Unidos está utilizando los sitios de citas por internet para hacer que la población se vacune.
El mes pasado, el presidente Joe Biden anunció un esfuerzo conjunto entre el equipo a cargo del manejo de la pandemia de COVID-19 y servicios populares de aplicaciones de citas para que la gente vaya a vacunarse.
Un asesor de la pandemia dijo que “la gente que muestra su certificado de vacunación tiene una posibilidad 14% mayor de encontrar pareja”, según el sitio OKCupid.
Ese portal y otros como Tinder, Badoo, Bumble y varios más ofrecen servicios adicionales y bonos a los usuarios que proporcionen pruebas de que están vacunados y les proporcionan información acerca de cómo y dónde vacunarse
ES IMPOSIBLE IMAGINAR UN FUTURO SIN ROBOTS
La idea de máquinas con apariencia de humanos que hagan nuestro trabajo ha existido en nuestras mentes desde hace milenios. El origen de la palabra robot, curiosamente, no se encuentra en el campo de la ciencia, sino en el de la literatura de ciencia-ficción.
Fue el dramaturgo checo Karel Čapek quien la utilizó por primera vez en el año de 1920 y su significado en checo es sencillamente “trabajo duro”
Estos artefactos han sido personajes recurrentes en la literatura y la cinematografía de ficción científica y sus diseñadores se han esforzado por crearlos con los mayores niveles de atractivo estético, tecnológico y, por supuesto, erótico.
Así es que encontramos robots que han sido creados para cumplir diferentes roles de trabajo en películas, desde ayuda en la oficina hasta esclavos sexuales y mercenarios malvados.
¿Qué nos hace creer en estas criaturas lo suficiente como para excitarnos? ¿Qué cualidades se infunden en su fuselaje y se incrustan en sus bytes que los hacen irresistibles?
A continuación, una lista de los robots más sexys de la cinematografía y las películas en las que aparecen:
Cherry 2000
Este robot femenino representado por la actriz Pamela Gidley es el estereotipo de “el sueño de todo hombre”, la esbelta y rubia compañera robot de un empresario, diseñada para satisfacer todos sus caprichos, incluido lavar los platos y tener relaciones sexuales.
Las Fembots, Austin Powers: International Man of Mystery
Estas eran unas hermosas máquinas para matar que disparaban por los pezones con ametralladoras instaladas en sus pechos. Así, el director de la película, de manera cómica incorpora el miedo masculino al peligroso cuerpo femenino.
T-1000, Terminator 2: El Juicio Final
T-1000, el robot personalizado por Robert Patrick no es una personaje agradable, pero resultó muy atractivo a mucha gente que se enamoró de su mirada acerada y ardiente, quien inicialmente da la impresión de ser un oficial de policía atractivo e intenso con un uniforme muy bien ajustado. Pero, como suele ocurrir con los robots, hay más de lo que parece. Esta máquina de matar rápidamente pasa de ser sexy y desnuda en un callejón a un monstruo metálico.
Falsa María, Metrópolis
Falsa María fue el primer robot sexy del cine. La película Metrópolis fue pionera en muchos sentidos. Ahílos robots y la seducción se vincularon por primera vezen la forma femenina. FalsaMaría es el doble mecánico de una trabajadora pobre que trataba de mejorar las condiciones y usa su sexualidad para distorsionar el mensaje real de María y ganar control sobre una turba lujuriosa. María también es un ejemplo del miedo a la sexualidad femenina.
Ava, Ex Machina
Ava de Ex Machina es resultado de un audaz experimento de inteligencia artificial que es capaz de manipular la percepción de Caleb quien llega a persuadirse de que es “humana”.
Ava es más que una cara bonita, definitivamente hay más.
David, Prometeo
Michael Fassbender como David en Prometeo asume un papel muy importante debido a su inteligencia avanzada. David es uno de esos androides que se vuelven indispensables en tiempos de desastre y gran necesidad. Pero también es uno de esos robots que, inexplicablemente, están programados para tener también una boca inteligente y mucho atractivo sexual.
Pris, Blade Runner
Darryl Hannah como Pris en la primera entrega de Blade Runner es uno de los estereotipos de inteligencia artificial predominantes que existen: la trabajadora sexual. Un androide “modelo básico de placer”, lo que a Pris le falta en inteligencia, lo compensa con creces en resistencia física, fuerza y erotismo
Rachel, Blade Runner
Rachel es un modelo nuevo, actualizado, mejor y más refinado que el Pris “básico”. Implantada con recuerdos de un humano, Rachel ni siquiera se da cuenta de que es una replicante y, como tal, es más deseable. ¡Incluso consigue pareja al final! Su imagen es la de una proto-dominatrix.
EL FUTURO YA NO ES LO QUE ERA ANTES
Nos guste o no, la unión de la tecnología y la vida sexual ya no es una fantasía, es una realidad, cada vez más grande. Ignorarla no nos ayudará. Por el contrario, lo mejor que podemos hacer es informarnos para estar preparados y capacitados y tomar las decisiones que más nos convenga, a nosotros y a nuestros descendientes.
Constantemente se publican artículos, estudios y libros relacionados con este tema, tanto a favor como en contra.
Como toda nueva herramienta, bien utilizada ayuda, mal utilizada perjudica. Un cuchillo puede servirnos para cortar comida y alimentarnos, para defendernos o para matar.
La periodista y escritora británica colaboradora de The Guardian, Channel 4 o BBC One, Jenny Kleeman, en su libro Sex Robots & Vegan Meat analiza los avances tecnológicos que cambiarán nuestra vida (y nuestra muerte). Incluso ha entrevistado a la propia Harmony.
Kleeman asegura que este no es un libro sobre tecnología sino una reflexión sobre lo que nos hace humanos.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.
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