Enlace Judío – Benjamín Netanyahu, que no asistió a la ceremonia estatal anual de conmemoración del asesinato de Yitzhak Rabin, sí se presentó a la Knéset para responder una vez más a las acusaciones en su contra de que jugó un papel en la incitación que condujo al asesinato del ex primer ministro.
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“Desde el podio de la Knéset, un mes antes del asesinato, dije inequívocamente: el fenómeno de llamar a los líderes israelíes ‘asesinos’ y ‘traidores’… está mal, siempre estuvo mal, y lo condenamos todo el tiempo”, recordó Netanyahu.
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“También agregué entonces que lo que debemos hacer todos juntos es enfrentarnos a estos fenómenos y contra cualquier intento de empañar al público aquí sentado con las manchas de ese pequeño y extremo grupo”, continuó. “Esa es la verdad, y cualquier otra mentira que se repita una y otra vez no se convierte en la verdad”.
Netanyahu continuó afirmando que, si bien la retórica política de la izquierda se defiende como legítima y parte de la libertad de expresión, la retórica de la derecha se ha descrito por críticos como “discurso de odio”, “vulgar” y “poco estatal”.
“Ya por 26 años, año tras año, que hay quien usa los días de conmemoración de Yitzhak Rabin para atacar a una gran parte de los israelíes y a quien los representa. Durante todos los años escuché en estos eventos cosas ofensivas y mentirosas sobre la gente que represento y sobre mí personalmente, pero apreté los dientes, me contuve.
“Cumplí con mi deber de estar ahí como primer ministro de conformidad con el protocolo de Estado. Por supuesto que cuando iba preguntaban ‘¿por qué fue?’, y ahora que no soy primer ministro, y que ya no estoy obligado, preguntan ‘¿por qué no fue?'”, expresó, en alusión a su ausencia de la ceremonia previa en el monte Herzl.
Después del discurso de Netanyahu, la legisladora Shirley Pinto de Yamina recurrió a Twitter para duplicar las acusaciones contra Netanyahu, de acuerdo con The Times of Israel. Se refirió a imágenes famosas en 1995 de Netanyahu mirando desde un pórtico en la Plaza Sión de Jerusalén en una protesta masiva contra Rabin. Durante esa manifestación, los manifestantes pidieron la cabeza del primer ministro.
“A veces, parece que nunca salió de ese pórtico. Fue un incitador y sigue siendo un incitador”, escribió Pinto. “Este año también, Netanyahu usó el asesinato de Rabin para explicar que, de hecho, fue él quien fue atacado”.
Pinto escribió más tarde que la gente estaba tomando lo que ella había escrito de forma desproporcionada. “El asesinato no es una cuestión de derecha o izquierda. Netanyahu ha estado incitando contra el primer ministro, contra el ministro del interior y contra este gobierno durante muchos meses”, dijo.
El primer ministro Naftali Bennett también habló en la Knéset y dijo: “Espero que sepamos que no podemos difamar a toda una comunidad si uno de sus miembros… cometió un crimen… No fue la derecha o los religiosos quienes asesinaron a Rabin. Yigal Amir lo asesinó”.
Advirtió que el derramamiento de sangre como el asesinato de Rabin podría llevar a “perder todo lo que amamos, incluido el país”.
En la misma sesión, el canciller israelí Yair Lapid lamentó que “herederos ideológicos” del asesino de Rabin hoy sean legisladores en la Knéset, en alusión a miembros de la oposición, pero celebró que la llegada del gobierno que él y Bennett encabezan ha impedido que lleguen al gobierno.
Durante un evento celebrado también hoy en la Residencia del Presidente de Israel, el nieto de Rabin elogió el cambio de gobierno a principios de este año que sacó a Netanyahu del poder.
“Después de años oscuros de miedo y parálisis [política], Israel ha ganado. Frente a una cultura de tiranía, el pueblo ganó. Esta mañana, 26 años después de esa terrible noche, puedo decir que el período de duelo ha terminado”, dijo Yonatan Ben Artzi.
“El gobierno del pueblo ha triunfado sobre el gobierno de un solo individuo”, continuó. “Es gracias a esta victoria, conseguida 26 años después de aquella noche espantosa, que puedo mirarles a los ojos… y decirles: Se acabó el tiempo de duelo. Aprendamos de nuestro pasado y emprendamos un nuevo camino”.
También argumentó que las divisiones políticas en los últimos años fueron peores que las que precedieron al asesinato de Rabin por parte de Yigal Amir, un extremista judío que se opuso a los Acuerdos de Oslo.
La familia de Rabin ha acusado a Netanyahu de participar en la incitación pública contra Rabin antes de su muerte. Netanyahu ha rechazado regularmente las acusaciones.
“¿El gobierno del pueblo triunfó sobre el gobierno del individuo?”, cuestionó el partido Likud en un comunicado respondiendo a Benartzi. “Es exactamente lo contrario. Es el individuo que defraudó a la nación para robar el poder”. La declaración fue una aparente referencia a Bennett, cuya alianza con una diversa gama de partidos políticos le otorgó el cargo de primer ministro, a pesar de que su partido tenía solo 6 escaños parlamentarios.
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