Las canciones más importantes de Shabat, su historia y significado

Jewish father blesses daughter by table set for Shabbat meal

Enlace Judío México e Israel – El Shabat hasta la fecha es una de las tradiciones más practicadas por los judíos en el mundo, ya sea que prendan las velas o hagan el Kidush en la noche sigue siendo un símbolo de amor, unidad y plenitud para las familias judías. Se haga por agradecimiento a Dios y en recuerdo de la Creación, por el placer de honrar una tradición antigua y el valor que le da al tiempo en familia o por el gusto de dedicar un día entero al autoconocimiento y la conexión espiritual, Shabat es una de las tradiciones que a lo largo de los milenios nunca se ha dejado de celebrar y se sigue enriquecido con el tiempo. De las tradiciones más comunes en esta festividad son las canciones de Shabat, suelen recordarnos la profundidad del día y estar compuestas por fragmentos del Tanaj. Tres de estas canciones son sumamente importantes, han sido incluidas en la liturgia y aceptadas como tradición en casi todas las casas judías. Se cantan en la noche del viernes y provienen de la tradición cabalística, son las que presentamos a continuación.

Leja Dodi. Ven mi amada

En la noche del viernes, antes del rezo de Arbit (el servicio de la noche) se recitan salmos y alabanzas para recibir el Shabat; a este recibimiento se le llama Cabalat Shabat y es una tradición que lleva varios siglos practicándose. Una de las partes más importantes de la liturgia es la canción de “Leja Dodi” ésta es un himno compuesto por Shlomo HaLevi Alkabetz, fue de los cabalistas más grandes que Tzfat tuvo en el siglo XVI.

La canción le habla tanto al pueblo judío como al Shabat mismo. Con el estribillo llamamos al pueblo judío, a través del nombre de “la amada de Dios” a celebrar el Shabat, mientras que al cantar la última estrofa nos volteamos al Oeste inclinamos la cabeza y le hablamos directamente al Shabat pidiéndole que venga y sea bienvenida. Ambas actitudes parten de una tradición tan antigua como el Talmud que los cabalistas retomaron. En el Talmud se nos menciona que rabí Janina se paraba viendo al Oeste diciendo “Vengan vamos a recibir la Reina Shabat,” mientras que rabí Yanai solía ponerse vestimentas finas para recibir el Shabat y al aterdercer decía “¡Ven O Novia!”, ambos versos aparecen en la canción pues aluden a ese pasaje. Esta tradición fue retomada por los cabalistas que solían salir a los campos para recibir al Shabat en conjunto y hacer cantos, Alkebatz al ecribir el himno se basa en ambas tradiciones y logró adornarlas con una increíble profundidad en su letra.

El estribillo que se repite entre cada estrofa habla le pide a “la amada” acercarse a recibir el Shabat; quién es está amada tiene más de una respuesta. Usualmente se interpreta como que es el pueblo de Israel, y que el poema hace alusión al Cantar de los Cantares en el que el pueblo es referido como la amada de Dios. La frase también alude a distintos midrashim (relatos de la tradición oral) en los que se nos menciona que el pueblo judío se casó con el Shabat y el Shabat es su novia, bajo esta luz puede ser Dios mismo quien nos llama a recibir el Shabat y cumplir con el compromiso que hicimos con él.

Otra interpretación nos dice que “la amada” es la Shejiná (La Presencia femenina y divina de Dios en la Tierra) y le estamos pidiendo que baje al mundo y nos acompañe en el recibimiento del Shabat, le estamos pidiendo que llegué la plenitud a la Tierra en este día.

En cuanto al resto de las nueve estrofas están cargadas de significado cada una y nos recuerdan distintos aspectos del Shabat. La primera nos habla de cómo fue enunciado el Shabat al pueblo judío “Shamor” (cuidar) “Ve Zajor” (recordar) dichos juntos en una sola palabra, mostrando que “recordar” y “cuidar” están unidos, recordando también la Unicidad de Dios. La segunda estrofa por su lado nos recuerda que el Shabat fue pensado por Dios antes del tiempo, pero pronunciado como la última creación. Habla de la santidad y la importancia del Shabat como guía de todo lo creado, como la fuerza creadora detrás de lo material. Muy ligeramente también hace alusión al Shabat mesiánico, al descanso del mundo, cuando todo lo material refleje la gloria de Dios.

En las siguientes estrofas la imagen del Shabat mesiánico es explorada a longitud. Nos hablan de la reconstrucción de Jerusalén, la Redención del Mesías y el restablecimiento del Templo. Se nos menciona la Luz de Dios que brillará a todas las naciones y las lágrimas de sufrimiento enterradas en los valles convirtiéndose en júbilo. Lo hace usando imágenes tomadas del Tanaj, especialmente de los profetas.

Al recordar la época mesiánica el himno nos impulsa a mejorarnos; nos recuerda que el placer del Shabat es un reflejo del placer que llegará con el tiempo del Mesías, al mismo tiempo que nos recuerda que será a través de nuestro comportamiento que ese momento llegue. Se nos invita a “sacudir el polvo” y “redimir el alma” al mismo tiempo que nos enseña la belleza de ese reto y el futuro prometedor que se presenta frente a nosotros. Es una canción que llena de esperanza y paz a quien la canta.

Letra y canción

Shalom Aleijem. Ángeles de paz

Otra de las canciones más importantes de Shabat es la de Shalom Aleijem en ella saludamos a los ángeles que nos acompañan durante el Shabat y pedimos que nos traigan paz, plenitud y alegría. Se canta en la mesa del Shabat antes de empezar a hacer el Kidush de la cena del Viernes (el rezo con vino que hace recordando el Shabat).

El autor de la canción es desconocido se sabe que fue compuesta en Tzfat en el siglo XVI aunque el registro más antigua de la misma date de 1641 en un compendio de rezos para Shabat de Praga. La canción hace alusión a dos historias del Talmud, la primera nos dice que al salir del templo dos ángeles acompañan a la persona a su casa uno es un ángel “bueno” y otro es un ángel “malo”. Cuando las cosas están arregladas, bien puestas: las velas prendidas, la comida preparada, el ángel “bueno” bendice pidiendo que el siguiente Shabat sea igual y su compañero se ve obligado a decir Amén. Mientras que si uno no se preparó debidamente para Shabat, las cosas no están puestas con cuidado y el caos abunda el ángel “malo” pide que el siguiente Shabat sea igual y obliga a su compañero a decir amén.

Esta historia es interpretada de dos maneras: la primera es que el ángel “bueno” y el ángel “malo” son instintos dentro de la misma persona que fortalecen su libre albedrío. Por ejemplo, cuando las cosas están desordenadas es más difícil ordenarlas para el siguiente Shabat, mientras que por su lado si están ordenadas es más fácil mantener esa disciplina durante la siguiente semana. La segunda interpretación nos dice que cada mitzvá (mandato divino) genera dos ángeles, el poder de cumplir con ella o el poder de rechazarla y fallar en cumplir con el mandato; uno nos incrimina y otro nos celebra frente a la corte divina.

La segunda historia nos dice que cuando los sabios se reunían a estudiar los secretos de la Torá los ángeles se reunían a su mesa para escuchar; se nos dice que cada Shabat es una especie de Revelación y así como los ángeles bajaban a la mesa de los sabios, hoy bajan a nuestra mesa para disfrutar de la santidad del Shabat. Bajo esta visión la canción saluda a esos ángeles y les pide que se despidan pues en la mesa de Shabat sólo deben estar la familia y Dios.

La canción consta de cuatro estrofas que se repiten tres veces cada una. En la primera saludamos a los ángeles, les deseamos paz y recordamos que son enviados y mensajeros de Dios. En la segunda y la tercera les pedimos que su llegada sea de paz y nos bendigan con paz. Mientras que en la cuarta les pedimos que se retiren. Es importante resaltar que la palabra “shalem” (paz) en hebreo tiene dos significados, la paz que surge de que no haya disputas, que la gente se relacione con alegría y civilidad y la segunda es la paz de la plenitud de llegar a un estado de bienestar total en que nos sentimos completos. Para el Shabat pedimos los dos tipos de paz, que haya paz en nuestras casas, con nuestras familias y que podamos vivir plenitud espiritual a través de la observancia del Shabat.

Letra y canción

Eshet Jail. Una mujer de valor

De todas las canciones que hemos mencionado ésta es la más antigua, pues es un fragmento de los Proverbios (31:10 – 31) que se canta en Shabat antes de la cena del viernes. El poema acróstico que consta de 22 versos cada uno inicia con una letra del alfabeto hebreo y narra las virtudes de la mujer virtuosa “Eshet Jail.” Empezó a ser usada como canción de Shabat por los cabalistas en el siglo XVI especialmente los alumnos de Rab Isaac Luria (el Arizal). Sin embargo, el poema ha sido ampliamente discutido en la tradición judía, pues aparecen fragmentos de éste en textos pretalmúdicos, en la Guemará y en los midrashim; incluso existen compilaciones enteras (Midreshei Eshet Jail) que discuten el poema.

El poema habla sobre una mujer casi perfecta que teje la ropa de su familia con lana roja, planta un viñedo, abre su mano a quien más lo necesita y siempre tiene palabras de sabiduría en su boca. La pregunta principal al discutir el texto es a quién se refiere el poema cuando habla de la Eshet Jail “la mujer virtuosa.” Las interpretaciones son numerosas, pues el poema funciona con alegorías que son recurrentes en el Tanaj.

Al cantarla en Shabat los cabalistas le daban dos connotaciones distintas. En la primera hablaban del Shabat y la Shejiná (Presencia Divina) en conjunto, mostrándonos como cada uno de los regalos que tenemos a lo largo de la seman en realidad llegan en a través del Shabat y en preparación para el mismo. Así mismo esos regalos y el Shabat son expresiones de la Shejiná en el mundo. Por otro lado gracias a ellos se hizo costumbre cantarle la canción a la dueña de casa apreciando el trabajo que hizo para preparar el Shabat, se dice que el Arizal incluso solía besar las manos de su madre al cantar la canción. En cierta forma era una manera de intuir que la mujer que celebra Shabat y lo prepara trae al mundo a la Shejiná.

Por otro lado también se nos dice que la canción representa a la nación judía, el pacto que tiene con Dios y la historia que ha tenido siguiendo las mitzvot (los mandatos). Se canta en Shabat porque es el día que mayor cercanía tenemos con Dios y por eso recordamos nuestro deber.

Varias interpretaciones nos hablan de que la Eshet Jail se refiere a mujeres particulares del Tanaj. Una nos dice que el poema fue compuesto por Abraham antes que Shlomo y el poema se transmitió oralmente hasta que éste último lo recopilo y en realidad la Eshet Jail es Sará. Otros nos dicen que es Batshevá la madre de Shlomo, o que en realidad los versos se refieren a todas las mujeres virtuosas que aparecen en el Tanaj desde la esposa de Noé hasta Elisheva. Finalmente una las interpretaciones más bellas nos dice que la Eshet Jail en realidad es la mujer judía, desde la mujer que en Egipto evitó que mataran a sus hijos en el río hasta la que hoy prende velas en su casa y junto con las demás ayuda a que el mundo se desarrolle en el tiempo y llegué a su redención.

También hay quienes nos dicen que es la Torá, el alma o la encarnación de la sabiduría. Finalmente cualquiera que sea la interpretación a la “Eshet Jail” se le asigna un rol de guía espiritual en el mundo, como si fuera ella la que lleva las bendiciones de Dios al mundo. Es muy probable que el poema represente todos los significados juntos y lo cantamos en Shabat porque es el día en que gozamos de la plenitud, el encuentro con Dios y las bendiciones que el mundo espiritual dotan a la materia.

Letra y canción

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Aranza Gleason: Aranza Gleason se define a sí misma como una judía en el exilio. Nació con una raíz dividida como sus poetas favoritos; busca y ama al judaísmo, pero como a los personajes que lee, éste, también se le escapa de las manos. Estudió Lengua y Literatura Inglesa en la UNAM y ha trabajado en Enlace Judío desde el 2017. Le gusta leer, viajar y experimentar el mundo de forma libre.