La bendición de Isaac: ¿Cómo conservar la riqueza?

Enlace Judío México e Israel / Rab David Silverberg – Parashat Toldot cuenta la famosa historia de las bendiciones que Itzjak deseaba conferir a su hijo mayor, Eisav, pero que al final fueron concedidas a Yaakov, quien, a instancias de su madre, se presentó ante Itzjak disfrazado de Eisav. Esta famosa bendición comienza con las palabras: “Ve-yitein lekha ha-Elokim mi-tal ha-shamayim u-mi-shmanei ha-aretz’ – “Dios te concederá del rocío de los cielos y de la grasa de la tierra” (27:28).

El Midrash (Bereishit Rabba 66), observando que esta bendición comienza con la conjunción “ve-” (“y”), explica que Itzjak se refiere aquí a algo más que a una sola bendición. Entre las interpretaciones que ofrece el Midrash está “yitein lekha berakhot ve-yitein lekha kivsheihem” – Dios debe conceder bendiciones, además de “kivsheihem”. El significado preciso de este término no está claro. Rav Menachem Kasher, en Torah Sheleima (nota 116), cita a quienes explican que “kivsheihem” significa “conquista”, refiriéndose así a la toma de posesión de la Tierra de Israel. Según esta interpretación del Midrash, Itzjak deseaba a su hijo no sólo que fuera bendecido con la prosperidad, sino que disfrutara de la prosperidad específicamente en la tierra prometida a sus descendientes. Otros, como señala Rav Kasher, explican esta palabra para referirse a las casas de almacenamiento. La gran bendición de un excedente de alimentos sólo es beneficiosa si se puede almacenar adecuadamente, por lo que Itzjak mencionó en su bendición no sólo una abundancia de productos, sino también la capacidad de contenerlos para que estén protegidos y disponibles para su uso a largo plazo. Esta interpretación del comentario del Midrash trae a la mente el primer verso de birkat kohanim (la bendición sacerdotal) – “El Señor te bendecirá y te protegerá” (Bamidbar 6:24), que el Midrash Tanjuma (citado por Rashi) explica como una bendición de riqueza que sería protegida y no se perdería.

Rav Menachem Bentzion Saks, en su Menachem Tziyon, ofrece una explicación diferente, sugiriendo que “kivsheihem” se refiere al control sobre las posesiones de uno, en lugar de ser controlado por las posesiones. La prosperidad material corre el riesgo de consumir a la persona, causando mucha más ansiedad y dolor que la que experimentaría si tuviera menos posesiones. Como advierte la Mishna en Pirkei Avot (2:7), “Marbeh nekhasim marbeh de’aga” – “Quien tiene muchas posesiones tiene muchas preocupaciones”. Del mismo modo, el Rey Shlomo, en el Sefer Kohelet (6:1-2), lamenta el fenómeno por el cual una persona adquiere grandes cantidades de riqueza “ve-lo yashlitenu ha-Elokim le’ekhol mimenu” – “pero Dios no le concede el control sobre ella para participar en ella”. Rashi explica que esto se refiere a aquellos que acumulan riqueza pero no pueden disfrutarla debido a su constante ansiedad e incesante búsqueda de más. Tienen riqueza, pero no tienen control sobre su riqueza, ya que están bajo el control de sus posesiones, que exigen su constante atención y trabajo duro. El Midrash entendió que la bendición de Itzjak a su hijo significaba que sería bendecido no sólo con prosperidad material, sino también con “control” sobre su riqueza, que la riqueza sería una fuente de alegría y satisfacción, y no de estrés y angustia sin fin.

Fuente: Torat Har Etzion

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Sefora: Séfora es una mujer adulta con corazón de niña, cree fuertemente en que el único sentido del hombre es ético y como tal tiene una misión en la vida. Quiere recuperar una tradición perdida y agradece a Dios todos los días haber nacido como mujer. Le gustaría llegar a ser excelente ama de casa un día. Recuerda que la raíz de su nombre es hebrea (Tzipora) y quiere decir pájaro, símbolo de la libertad; para ella, el bien más preciado. Ve en el judaísmo una fuente de vida muy valiosa y se acerca a rabinos, escritores y personajes judíos para interpretar su mundo. Busca traducir palabras bellas para que más personas puedan encontrase en este mar.