Enlace Judío México e Israel – La identidad es uno de los temas más controvertidos en el mundo. ¿Qué hace que nos identifiquemos con un grupo?, ¿cuál es la línea que divide lo que uno identifica en sí mismo y lo que el exterior le dice que es?, y ¿cómo la forma en que los otros nos ven define como nos vemos a nosotros? Son preguntas que uno encuentra constantemente cuando se habla de identidad y al final lo que verdaderamente nos define es la forma en que uno se mira a sí mismo y la forma en que uno se relaciona con el mundo. Sin embargo, los modelos que encontramos fuera de nosotros, en nuestra familia, nuestra comunidad o incluso en ficciones como la televisión y los libros ayudan a fortalecer la forma en que nos vemos a nosotros y el entorno en que crecemos.
En los casos de las ficciones: cuentos, películas, libros, series de televisión estamos hablando de cómo funcionan la identidades a través de formas colectivas. Se nos muestra un retrato de lo que ser judío, chino, mexicano es; esa identidad ficticia que se crea puede ser usada de muchas formas: para provocar en el espectador una reflexión y ayudarlo a cuestionar su propia identidad, para fortalecer dicha identidad de forma colectiva, para retratar ciertos comportamientos comunes de los grupos o ayudar a limar las asperezas entre choques sociales; a veces los estereotipos ayudan en esta última función.
Estamos acostumbrados a pensar en los estereotipos como necesariamente nocivos, y se entiende porque mucho del racismo, antisemitismo y homofobia surge del odio que los mismos fomentan. Sin embargo, hay formas de usar los estereotipos para fomentar la identidad de un grupo y limar asperezas entre otros grupos culturales. Esto es generalmente lo que sucede en los programas televisivos estadounidenses. En ellos vemos cientos de programas que retratan grupos minoritarios y usan los estereotipos para crear comedia con ellos. A diferencia de lo que uno creería en este caso los estereotipos se usan para crear pertenencia al grupo y hacer que el espectador que se identifica se sienta orgulloso de pertenecer a dicho grupo.
También es una forma de limar los conflictos que pueden existir entre grupos, pues desde varias décadas Estados Unidos se ha conformado como un país con gran variedad étnica, y si bien en algunos momentos de su historia ha podido integrar correctamente a su población en muchos casos ha tenido un pasado muy sangriento: historia de bandas luchando entre sí, de opresión policial o discriminación marcaron las décadas de los ochentas y noventas. Mucha gente al encontrarse con esos conflictos rechazó la cultura a la que pertenecía por el deseo encajar en la sociedad. La comedia y la televisión fue la forma que algunos productores encontraron de fortalecer identidades minoritarias y en ese camino el juego de los estereotipos fue bastante significativo y sigue siéndolo hoy en día. En el caso judío los estereotipos ayudaron a crear una especie de identidad y orgullo judío a través de la televisión. Esto funciona siempre y cuando la sociedad que mira el programa tenga consciencia de que la identidad depende de aspectos más profundos que los externos y no trate de identificarse únicamente con el estereotipo; y cuando el programa no usa la broma para denigrar a un grupo. Los siguientes personajes se han vuelto parte de la cultura estadounidense y a través de generar un estereotipo fomentan la identidad judía en programas televisivos y películas.
Estereotipos de la televisión y el cine
La madre judía
Uno de los estereotipos más conocidos en la televisión estadounidense es el de la madre judía. La vemos como un personaje que es demasiado imponente sobre sus hijos ya sea porque no les permite crecer, porque se mete demasiado en su vida privada, especialmente en sus relaciones o porque tiene exigencias irrazonables. Ejemplos modernos de este personaje son Mrs Wolowitz en The Big Bang Theory y Judy Geller en Friend ambas representan los dos extremos del estereotipo.
A Mrs Wollowitz por ejemplo nunca la vemos en pantalla (apareció sólo dos veces en toda la serie) pero la conocemos muy bien porque siempre le está gritando a Howard, y sabemos de lo imponente que es con su hijo a través de los comentarios y las visitas con amigos. Ella es el estereotipo perfecto de la madre que sofoca a su hijo tratando de mantener a éste en la infancia cuando ya es adulto. En cuanto a Judy Geller la mamá de Mónica y Ross es el estereotipo opuesto, es una mujer fría con sus hijos, demandante que constantemente destroza a Mónica con sus comparaciones y exigencias.
La neoyorquina desaliñada
En EUA surgió también la imagen de una mujer desaliñada, ruidosa, un tanto falsa cuya madre sólo piensa en que se case, es un estereotipo que se asoció a la mujer judía neoyorquina. La estrella del mismo es Fran Fine la protagonista de “La Niñera.” Ahí vemos como todo el esplendor de su falta de modales, voz alta y vestimenta extravagante trae alegría a la familia y la serie. Otro personaje parecido es el de Janice la exnovia de Chandler en Friends que ha sido reconocida por los escritores como judía. Tanto Fine como ella comparten la voz aguda y molesta, el vestuario extravagante y la poca sensibilidad social.
El judío jasídico
El judío jasídico ha de ser el personaje judío más retratado en la televisión y el cine estadounidense; como es un grupo muy recluido que se viste de forma muy particular llama inmediatamente la atención. Es un grupo que constantemente es atacado por la crítica y la prensa, en ese sentido se ha creado un estereotipo negativo en donde muy seguido se les representa como retrogradas o machistas, porque generalmente aparecen en series o películas que critican su forma de vida como Unorthodox y Kadosh. Sin embargo, también existen representaciones positivas de este grupo en la televisión al punto que se han creado variedad de personajes basándose en ellos.
El primero es el gángster judío desde Pi el orden del caos hasta Fading Gigolo se retrata a los jasídicos como un grupo tan sólido socialmente que es capaz de producir una pandilla propia en Nueva York. Se les asigna una especie de solidaridad grupal que también es policiaca. Otro ejemplo es el del judío como outcast que no le importa integrarse a la sociedad que lo rodea y se siente orgulloso de sus tradiciones; su atuendo es el que más se destaca.
El solteron neoyorquino acomplejado
Woody Allen fue quien eternizó en el cine la cara de este personaje, pues él mismo suele representarlo. En muchas de sus películas aparece como este neoyorquino judío indeciso que no sabe qué es lo quiere en la vida, miserable, que duda de todo y es incapaz de mantener una sola relación estable. Usualmente es un personaje que aparece a lado de la madre judía que lo ha vuelto así de inseguro. Otros ejemplos son el de Ross Geller y Howard Horowitz.
Yenta, la chismosa
Este es uno de los estereotipos más bellos de la cultura judía porque no salió de la televisión, sino de los libros. La Yenta es una mujer grande, chismosa que se mete en los asuntos de toda la comunidad y va regando los chismes por ahí. Es un personaje de las obras de literatura y los cuentos en idish, fue tan famoso que incluso se incluyo en el lenguaje.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.
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