Enlace Judío México e Israel – Las estaciones del año son distintas en todo el mundo, hay lugares donde los cambios son tan pequeños que incluso pareciera no haber gran diferencia entre el verano y el invierno. Mientras que existen partes donde el clima es tan extremo que la diferencia de grados entre los tiempos fríos y los calientes llega a ser más de ochenta. Por grande o pequeño que sea el cambio estamos acostumbrados a asociar ciertas características del entorno con estaciones particulares; por ejemplo alguna flor que sólo aparece en ese momento, alguna fruta de estación que nos gusta mucho o el ambiente social que el entorno genera.
En mi caso, diciembre es de mis meses favoritos, me gusta mucho el tiempo festivo que trae consigo: los adornos en las calles, las tiendas, el tiempo libre y en familia de las vacaciones y el tono lúdico de los intercambios. Sin embargo, lo que más me gusta es la llegada del invierno, me gusta sentir el clima frío y me encanta que las noches se hagan más largas. Disfruto mucho de la atmósfera melancólica y meditativa que ello genera. Y aunque en mi ciudad natal no exista la nieve y no pueda ver el agua de una fuente congelarse, me gusta pensar que en otras partes del mundo está por darse dicho espectáculo.
Finalmente el invierno trae consigo una variedad de experiencias y significados para quien lo vive y a lo largo de los años se le han ido asignando valores culturales que sobreviven el tiempo; hay cuentos, fábulas y puestas en escena sobre el invierno, celebraciones nacionales y religiosas de distinto índole. Los elementos que lo rodean como la nieve o la noche se convierten en símbolos que nos recuerdan historias y valores culturales. En el caso del judaísmo hay tres elementos naturales del invierno que tienen un significado especial y traen enseñanzas con ellos porque son parte de la historia bíblica. A continuación hablaremos de ello.
La almendra
El almendro en muchos sentidos representa la fe y la esperanza en Israel. Es un árbol de invierno y por lo tanto es uno de los primeros en florecer, generalmente ocurre cerca a la fecha de Tisha B’Av. Se habla mucho de la belleza de este árbol, tanto así que las copas de la Menorá imitaban la forma de su capullo y en la Torá aparece numerosas veces: Es uno de los regalos que los hijos de Jacobo llevan a Egipto cuando piden ayuda por la hambruna que había en la tierra (Gen 43:11). También es el árbol que D-os le hace ver a Jeremías como símbolo de que cumplirá Su promesa. La vara de Aarón también estaba hecha de una rama de almendro; cuando el pueblo pone en duda la autoridad de su sacerdocio, D-os realiza un milagro y la hace florecer para demostrar el origen divino de su cargo y la capacidad de Aarón para desempeñarlo (Números 17:23).
La noche
La noche por su naturaleza misma suele ser asociada con la oscuridad y como tal con aquello que desconocemos, con el misterio. En el caso judío la noche toma significados especiales cuando se le observa en el contraste con el día, pues en toda instancia pareciera implicar el inicio de las cosas. Tras mencionar el cielo y la tierra, la Torá inicia describiendo la oscuridad que rodeaba al mundo; los días de la Creación inician en la noche y el día judío se cuenta de atardecer a atardecer. Es como si la transición temporal de la oscuridad a la luz se remarcará constantemente, como indicando que para conocer el día, conocer la luz debemos primero conocer la noche.
En el contexto judío la noche tiene significados que podrían parecer nocivos, por ejemplo representa el Exilio, el desconocimiento de las cosas, el olvido de Torá en el mundo y a Yaván, la nación enemiga que oprimió a los judíos en tiempos de Janucá. Sin embargo, bajo estos significados la noche también puede tomar connotaciones positivas. El misterio y el desconocimiento (la oscuridad) nos llevan a conocernos a nosotros mismos, el ocultamiento divino existe para que el hombre pueda participar en el mundo y que el misterio impulse sus ansías de conocimiento. Se nos dice que la noche es el mejor momento para estudiar, para rezar y para meditar, porque es un momento que por naturaleza nos empuja hacia nuestro interior; la luz del día nos obliga a estar presentes y disponibles para los demás, mientras que la oscuridad de la noche nos obliga a estar solos y dirigir la mirada hacia adentro.
La nieve
Finalmente la nieve tiene también varios significados, representa pureza, expiación y la Presencia Divina en el mundo. Como la lluvia también es muestra de la bendición de D-os y trae una luz especial en momentos de oscuridad.
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