Mauricio Aliskevicius/ Conflicto “palestino” (II)

Close Up of a Merged Israeli-Palestinian Flag

Enlace Judío – Comencemos aclarando que circula por el mundo mucha literatura sobre un inexistente conflicto palestino-israelí. Existe una diferencia de fronteras entre Israel y los palestinos, que no se puede definir porque los palestinos (sus líderes) no aceptan la existencia del Estado de Israel, por lo que no se sientan a negociar sino que utilizan el terrorismo y la diplomacia para sus fines. La prueba evidente es que no aceptaron antes de 1947, no aceptaron lo que la ONU les adjudicó en ese año, no aceptan ninguna de las ofertas hechas posteriormente.

MAURICIO ALISKEVICIUS

El conflicto palestino comenzó en 1967 a partir de que un egipcio llamado Yaser Arafat mencionó en un discurso a un “pueblo palestino”. Hasta ese día el mundo entero entendía que la llamada Palestina era el sitio donde debían enviar al pueblo judío de la diáspora.

En eso todos estaban de acuerdo, se veía en las pintadas callejeras que decían claramente “judíos a Palestina”.

Hubo dos excepciones. Stalin quería enviar a los judíos a Birobidzhan, porque nadie soportaba su clima y él necesitaba población para enfrentar un eventual avance de China a esa zona. Los nazis querían enviar a los judíos al otro mundo y lograron hacerlo con un tercio de este pueblo.

El pueblo árabe musulmán, que hasta ese discurso de 1967 nunca se autodenominó palestino –y nunca pidió un país hasta 1948- ahora está dividido en varias zonas y en diferentes corrientes tanto políticas como religiosas.

Cerca de dos millones de esos árabes son ciudadanos israelíes. Viven en Israel, gozan de todos los derechos de ciudadanos, ejercen todo tipo de oficios y profesiones, visten a su modo sin que haya ninguna ley que les exija ropaje diferente a los no musulmanes, y tienen total libertad de profesar su religión por lo que hay entre ellos musulmanes, cristianos, drusos y también laicos. Se los encuentra en todas partes, jóvenes en las universidades, mayores que son jueces, abogados, diputados, médicos, etc.

Otro grupo con un número cercano a dos millones vive en la zona de Cisjordania, conocida anteriormente como Judea y Samaria. Tienen su propio gobierno, su policía, sus leyes, y están gobernados al día de hoy por Mahmoud Abbas y la Autoridad Nacional Palestina. No podemos decir que estén muy bien económicamente porque existe mucha corrupción y la mayor parte del dinero que reciben del exterior se volatiliza entre la elite dominante y los esfuerzos bélicos contra Israel, pese a que muchos miles de ellos trabajan en Israel aunque viven en Cisjordania.

Un tercer grupo de también aproximadamente dos millones vive en Gaza. Son todos musulmanes, no existe en esa zona ni un solo habitante de otra religión, salvo algún prisionero que capturaron y mantienen en su poder o simplemente los matan. Están gobernados desde el año 2007 por el Hamás, una organización catalogada como terrorista por gran parte del mundo, que tomó el poder en forma violenta expulsando a la Autoridad Palestina que los gobernaba hasta esa fecha. En esa zona no existe libertad ni democracia, se gobierna con mano de hierro, y peor aún que en Cisjordania, los dineros que recaudan del exterior se dividen entre los bolsillos de los gobernantes y la compra y fabricación de armas y túneles para sembrar el terror en la población israelí.

Un cuarto grupo, cuyo número es difícil de fijar, corresponde a los llamados “exiliados” o “refugiados”, que en realidad no deberían ser más que unos miles, pero que como excepción a la regla incluyen a millones que están diseminados en campamentos de refugiados en países árabes (Siria, Líbano), y lugares en la diáspora como Jordania, los países del Golfo Pérsico, Chile, Paraguay, y la frontera de Brasil con Uruguay.

De este último grupo se diferencian los que viven en países sudamericanos porque se consideran ciudadanos, y los que trabajan en países árabes donde se consideran ciudadanos de segunda y no gozan de las libertades que tienen los otros.

Queremos hacer notar las paradojas de esta situación:

  • Quienes viven en países sudamericanos olvidaron que sus familias están allí porque siendo cristianos o por razones políticas o económicas, huyeron de Medio Oriente por culpa de los árabes musulmanes de la zona, y mayormente antes de la existencia de Israel.
  • Muchos de quienes viven en Cisjordania trabajan en Israel, utilizan los servicios médicos de Israel y otras ventajas.
  • Los habitantes de Gaza antes del golpe de estado del Hamás vivían en su mayoría trabajando en las granjas agrícolas israelíes de la frontera, y otros en establecimientos de judíos dentro de la propia Gaza. Cuando en el año 2006 el gobierno israelí sacó a la fuerza a todos los judíos de Gaza –muchas familias llevaban siglos viviendo allí- en vez de utilizar esos establecimientos para progresar económicamente, los destrozaron y plantaron allí bases para bombardear con misiles a Israel. Además los gazatíes siguen utilizando los servicios médicos de Israel, especialmente las familias de los principales jefes del Hamás.
  • Existe una matanza constante entre los distintos grupos palestinos. Hamás y la AP son enemigos declarados, al punto de que Hamás asesinó a todos los que pudo en Gaza que pertenecían a la AP y de esa forma le arrebató el gobierno de Gaza a Mahmoud Abbas. Existen fotos y videos de miembros de Hamás tirando de las azoteas a empleados de la Autoridad Palestina.
  • De acuerdo a las leyes internacionales, el carácter de refugiado no es heredable.

Pero la ONU no obedece sus propias leyes en el caso de los palestinos, por lo que es la única nación donde los refugiados se multiplican en lugar de disminuir. La disminución es lógica, tanto por fallecimiento como porque los refugiados deben ser absorbidos por los países donde habitan.

Y la última paradoja, más para reír que para tomar en serio, es la actitud de Mahmoud Abbas y sus compinches –incluido el famoso trío de legisladoras norteamericanas del Partido Demócrata- que declaran que Jesús era palestino. Cuando Jesús vivió no existía ningún sitio en el mundo que se llamara Palestina, ese nombre fue impuesto por los romanos un siglo después de la muerte de Jesús. Menos aún puede decirse que Jesús era musulmán, porque la religión islámica nació seis siglos después de Jesús.  Tampoco pudo ser árabe, porque los árabes nacieron en Arabia, en la zona del Golfo Pérsico, y Jesús nació en Nazaret, a aproximadamente 1,000 kilómetros de distancia.

Mencionamos el problema mayor de hoy: un gobierno fanáticamente islámico en Irán utiliza todas estas situaciones para sus intereses, que no son las del pueblo iraní sino solamente los intereses de sus gobernantes. Despreciando las necesidades vitales del pueblo iraní malgasta su dinero en fortalecer ejércitos y grupos terroristas para conquistar el mundo no islámico. Mientras el pueblo persa carece de elementos como el agua potable y la electricidad, se utiliza todo el dinero en armamento tanto para el ejército persa como para el Hezbolá, Hamás, Yihad Islámica y otros.

Los europeos poco a poco –last but not least– se van dando cuenta que el peligro no es solo de Israel. Los americanos de las tres Américas creen todavía que están lejos de la tormenta, y gobernantes incautos siguen pensando que los ayatolas cumplen sus promesas, olvidando que está escrito en el Corán que pueden mentir o incumplir cualquier promesa tal como lo hizo Mahoma en su oportunidad. Se olvidaron de los atentados como el de las torres gemelas, y los de Buenos Aires, y no quieren ver que el Hezbolá tiene todo un ejército preparándose en Sudamérica, desde Venezuela hacia el sur.

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

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