Enlace Judío México e Israel – Este domingo domingo en la tarde se celebra Tu B’Shvat (el 15 de Shvat) lo que se considera en el judaísmo “el año nuevo de los árboles.” El día servía para llevar las cuentas de los productos agrícolas, por ejemplo, en base a esta fecha se contaba la edad del árbol y como tal se cumplían las leyes que atañen esta característica, como los tres años que se debe dejar reposar el árbol antes de tomar su fruto. También en base a esta fecha se pagaban los impuestos de terumot y maaserot, que la Torá ordena tomar de los campos y se consideraba para ser las cuentas del sacrificio de las primicias (bikurim), entre otras halajot relevantes.
Sin embargo, más allá de las implicaciones legales que hoy no necesariamente se aplican la fecha también cae en un momento muy especial del año y ha adquirido diversos significados a lo largo del tiempo. Justo se celebra en el momento que los árboles empiezan a salir de su estado durmiente y los árboles de invierno como el almendro florecen. Se ve como el primer anuncio de la primavera, a la mitad del invierno antes de que ésta llegué con toda su fuerza. Representa la fe, la redención y la expresión de D-os en la naturaleza; es un momento para acercarnos al mundo creado y celebrar su belleza y una forma de prepararnos antes de la llegada de Pésaj.
Con el tiempo distintos grupos judíos han tenido su propia forma de celebrarlo y han surgido tradiciones que rodean la festividad. La más importante es el seder tradicional de los cabalistas en el que se comen distintos tipos de frutas y nueces, se hacen berajot y se leen pasajes del Zohar, el Tanaj y la Torá. En cuanto a Israel, es un día muy importante que se aprovecha para crear consciencia ambiental y reforestar, la gran mayoría de las personas ayudan plantando árboles ese día. También se suele recordar la comparación que la Torá hace sobre el hombre como árbol del campo y hay quienes el plantar un árbol lo vuelven una tradición familiar, antes incluso se acostumbraba que con el nacimiento de un bebe, el Tu B’Shvat siguiente los padres plantaran el árbol de cuya madera se construiría la jupá con la que se fuera a casar. Para entender mejor el significado de la celebración hablamos sobre los distintos conceptos que suelen mencionarse en esta fecha y los eventos con la que se le compará. Esperamos les guste.
Tu B’Shvat y la Redención
En países donde hay un cambio estacional marcado los árboles entran en estado durmiente durante el invierno, a veces antes, dependiendo de las condiciones climáticas del lugar. Esto quiere decir que el árbol tira sus hojas para ahorrar energía, llena de minerales salados el tronco y las ramas para protegerlos de la congelación interna y concentra la savia en las raíces. Cuando la savia vuelve a subir al tronco se considera que el árbol ha salido del estado durmiente y se aproxima su florecimiento; esto ocurre poco antes de la primavera en que el clima es más cálido y los días más largos por lo cual el árbol no corre riesgo de partirse por congelación y puede hacer fotosíntesis nuevamente. El momento en que los árboles salen de su estado durmiente es distinto en cada parte del mundo, en Israel este evento ocurre cercano a Tu B’Shvat y el florecimiento del almendro ocurre poco después. También la primavera llega un poco antes que en comparasión con otros lugares del hemisferio norte. Tu B’Shvat guarda una relación con los tres eventos que usan como metáfora de la Redención y la fe.
Preparación para Pésaj
Antes de que el pueblo judío fuera liberado tuvieron que pasar por un proceso en el cual cuestionaran el sistema moral egipcio del que estaban rodeados; tuvieron que abandonar la perspectiva material que construía el sistema moral de los egipcios, construirse para tener la autoestima de dejar de ser esclavos y reconocer nuevamente la espiritualidad que con el tiempo lentamente fueron abandonando. Las plagas fueron de gran importancia para llevar a cabo ese proceso. Las tres parashiot (porciones de Torá) que se leen antes de Tu B’Shvat (Vaera, Bo y B’shlaj) describen el proceso de redención que el pueblo judío tuvo en el desierto.
Muchos rabinos comparan el proceso redentor que se lee en esos fragmentos con el momento del ciclo judío en el que nos encontramos al celebrar Tu B’Shvat. Finalmente Tu B’Shvat es el primer anuncio que se da a la llegada de la primavera, y en el judaísmo la primavera siempre va a estar relacionada con el mes de nisán, Pésaj y el Éxodo judío. Para muchos rabinos Tu B’Shvat es el primer llamado de que debemos empezar a prepararnos para Pésaj, trabajar en nuestro interior para en dos meses realmente encontrar la Redención.
Por eso también se hacen muchas comparaciones con la savia que recorre lentamente los troncos de los árboles, se nos dice que estamos en estado durmiente y Tu B’Shvat nos invita a despertar; también se habla de la energía espiritual que surge en estos días, que está guardada dentro de nosotros y podemos hacer crecer, como el árbol hace que la savia fluya nuevamente por su tronco.
El almendro y la fe
Uno de los símbolos de Tu B’Shvat es el almendro y éste representa la fe, se nos dice que las varas de Moisés y Aaron estaban hechas con la madera de un almendro. En la Torá se nos narra una historia muy bella donde se demuestra la autoridad de Aaron como Sumo sacerdote, algunas opiniones dicen que el evento ocurrió en Tu B’Shvat.
En la parashá de Koraj (Números 17:17-25 ) se narra como D-os hace un milagro frente al pueblo y hace florecer la vara de Aarón frente a los ojos de toda la congregación, lo cual regresa la confianza de ellos en Aarón. Los eventos suceden de la siguiente manera: Koraj cuestiona la autoridad de Aarón, al consultar a Moisés se decide hacer un concurso entre los otros líderes del pueblo. Cada tribu escoge a su jefe y se colocan las varas de cada uno de ellos en el centro de la tienda, se dejan durante la noche. Al día siguiente la vara de Aarón había florecido y tenía almendros a su alrededor. D-os hizo este milagro para demostrar al pueblo que Aarón era la mejor opción.
Se destaca el carácter natural del milagro y se nos dice que en realidad los almendros muestran la profundidad de la espiritualidad de Aarón. Rab Moshé Fanstein señala que D-os deja las flores para que los judíos del desierto entiendan que es el trabajo de Aarón lo que le ha dado la posición que tiene y no sólo disfruta de las frutas, sino que construyo por sí mismo ese camino. Se habla de que debemos ver de esa forma las mitzvot (mandatos) como que para obtener sus frutos debemos primero cuidar de ellas.
Aparte de este evento en la Torá el almendro también representa la fe por ser la primer planta que anuncia el retroceso del invierno y la próxima llegada de la primavera.
D-os y el mundo
Tu B’Shvat también se usa como un día propio para hablar de cómo D-os se manifiesta en la naturaleza. Para el judaísmo el mundo que nos rodea es expresión de la Presencia Divina y es una de las vías que D-os da al hombre para acercarse a una relación con Él. Eso lo vemos con las parashiot de Adán y de Noé donde el mundo natural refleja el estado de la relación entre el hombre y D-os. Además también se considera que la tierra de Israel es un reflejo de la relación que existe entre D-os y el pueblo judío. Cada año la lluvia y la abundancia reflejan que el pueblo judío ha mejorado el carácter moral que lo conforma, mientras que la escasez y la sequía es muestra que el pueblo necesita hacer teshuvá (corregir el camino) y acercarse a D-os.
Estas ideas se fundamentan en la idea primordial que que D-os es quién crea y maneja la vida y lo hace para guiar al ser humano en su camino a la espiritualidad. Eso implica también que la razón de la existencia material es espiritual y que la existencia de cada cosa tiene un sentido último en este mundo y no es irrelevante como tal, no hay una materialidad como tal o más bien la materialidad se ve como la manifestación física, la expresión, de una espiritualidad más profunda.
El hombre como un árbol del campo
Finalmente en Tu B’Shvat también se aprovecha la ocasión para hablar de las similitudes que existen entre el hombre y un árbol. Se habla de la comparación que la Torá hace al llamarle al hombre “un árbol del campo,” (Det 20:19) de la importancia que hay en mantener un balance entre el arraigo a la tradición y la expresión de la individualidad, de las mitzvot (mandatos de D-os) y las midot (cualidades morales de la persona) como raíces o frutas de un árbol.
Hay una historia muy bella del Talmud que se cuenta en Tu B’Shvat sobre un anciano que estaba plantando una higuera el emperador del lugar pasó a su lado y pregunto por qué plantaba el árbol si claramente no vería sus frutos. El hombre contestó que él había nacido en un mundo rebosante de bienes que sus ancestros habían construido para él, aunque no pudiera disfrutar del árbol, sus hijos sí lo harían después. Es una metáfora sobre la tradición y el trabajo espiritual; éste último si hace de forma sincera, nunca es en vano.
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