Enlace Judío México e Israel- En los reiterados planteamientos sobre las causas y expresiones del relativo atraso económico y social de América Latina en contraste con la positiva evolución de Europa y USA merecen ostensible lugar dos figuras de origen judío y alemán.
JOSEPH HODARA
Más allá de ideas y rumbos sustancialmente desiguales, ambos coinciden en indicar no pocas ausencias y desviaciones en el hacer económico y político de la región. Aludo aquí a Albert O. Hirschman y a André Gunder Frank.
Siguen algunas apreciaciones sobre el primero; tal vez en venideros días aludiré a Franck.
Juzgo que la trayectoria intelectual de Hirschman (1915-2012) es ineludible por varias razones. Formado en los agitados años de la república de Weimar, este intelectual y economista abandonó el país al asumir Hitler el poder en 1933.
En estas circunstancias, el origen judío y el fallecimiento de su padre – un celebrado neurocirujano – empujaron a Albert a recorrer Francia, Italia e Inglaterra con el propósito de enriquecer su formación personal y académica.
Al estallar la guerra civil en España en 1936, Hirschman se unió a las Brigadas Internacionales.
Herido en uno de los combates, resolvió completar estudios en la universidad de Triestre, Italia. Allí tomó contacto con Eugenio Colorni (1909-1944), notable economista judío que había contraído matrimonio con una de sus hermanas.
Aquí alumbró una importante y sólida amistad que tuvo un trágico fin: Colorni fue asesinado por los nazis pocos meses antes del fin de la guerra.
Al paso del tiempo una de las hijas de Hirschman contrajo matrimonio con el hindú Amartya Sen, celebrado economista que más tarde mereció el Nobel.
En libro publicado en Italia en 1945 Hirschman acuñó el término dependencia en páginas que evaluaron las relaciones comerciales de Alemania con el resto de Europa. Con acento e implicaciones radicalmente desiguales, Franck lo adoptó décadas después en sus encendidas consideraciones sobre los desvíos y fracasos del desarrollo latinoamericano.
Hirschman no se limitó a las tareas académicas
Sus secretas actividades en Francia al lado del periodista norteamericano Varian Fry– personaje que aún aguarda el debido reconocimiento- permitieron a no pocos intelectuales europeos eludir a la gestapo y refugiarse en USA. Entre ellos: Chagall, Duchamp, Herbert Mann, Hanna Arendt y Alma Mahler.
Arriesgada actividad de Hirschman que a la fecha apenas ha merecido gratitud y atención.
Poco tiempo después se unió a las fuerzas militares norteamericanas que operaban en África.
Al concluir la guerra Hirschman emigró junto con su esposa a Estados Unidos y empezó a trabajar en la Junta de la Reserva Federal.
Labor que desempeñó breve tiempo. El ascenso del macartismo le indujo a aceptar una misión internacional en Colombia en 1952, un país donde vivirá con su familia durante cuatro años.
Un desarrollo equilibrado en América Latina
En este periodo y lugar Albert estudió procesos y datos en la evolución económica colombiana. El constante peregrinaje por el país le condujo a enhebrar conceptos y paradigmas que enriquecieron las ideas sobre el rezago latinoamericano.
Difundidas y celebradas, le facilitaron insertarse con rapidez en la vida académica norteamericana sin renunciar a múltiples estancias en países latinoamericanos, Brasil y Chile en particular.
En 1958 vio la luz su Estrategia del desarrollo económico. En estas páginas cuestiona la posibilidad y las presuntas virtudes de un desarrollo equilibrado en América Latina en franca oposición a la retórica entonces dominante en no pocos gobiernos y organismos regionales.
Con una prosa singular señala que el estímulo de desbalances intersectoriales – que de hecho existen – tendría efectos positivos en el avance económico de la región cuando y si son manejados con lucidez.
Un planteamiento que desde entonces ha merecido prolija atención por parte de estudiosos del desarrollo latinoamericano. Entre ellos Javier Santiso en las páginas de la revista Cepal (abril 2000).
Desde aquí Hirschman señala sin pausas su escepticismo respecto a los “planes de desarrollo” propiciados por gobiernos latinoamericanos. La ausencia de datos confiables amén de torcidas orientaciones los esterilizarían.
En futuras y eruditas páginas enriqueció sus planteamientos con metáforas – “salida”, “voz”, “lealtad”, “efecto túnel” – que caracterizarían conductas y procesos en las sociedades rezagadas.
Textos que desbordaron fronteras más allá de la economía ortodoxa y que tal vez lo alejaron del premio Nobel que bien merecía.
Reflejan en conjunto un creativo peregrinaje intelectual y el carácter cuasi talmúdico de sus planteamientos.
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