Enlace Judío México e Israel – “El Papa Pio XII salvó a 15 mil judíos durante el periodo del Holocausto”, es lo que afirman recientes investigaciones de los documentos que el Vaticano sacó a la luz en 2020. Sin embargo, de acuerdo con Elio Masferrer, investigador y antropólogo de las religiones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), aunque haya ayudado de cierta forma a algunos judíos, la responsabilidad total del Holocausto recae en diversos grupos sociales, no solo de los nazis, y entre ellos: la misma Iglesia Católica.
Durante años se ha mantenido el debate de lo que hizo y lo que no hizo el Papa Pio XII durante el periodo de 1938 y 1945, que fue cuando llevaron a los judíos a campos de concentración nazi, y que al final cobró la vida de más de seis millones de judíos.
Aunque, según Masferrer, estos campos de concentración no fueron inaugurados por judíos, sino por comunistas soviéticos con quienes la Iglesia Católica tenía ya una disputa porque consideraba que “sus principios eran contrarios e incluso contradictorios a la doctrina católica… como el ateísmo o la abolición de la propiedad privada”, cuenta Martha Pacheco, historiadora de la UNAM.
Y aunque la Iglesia Católica sabía sobre las deportaciones a los campos de concentración, no dijo nada, ya que creía fielmente que a quienes llevarían allá iban a ser solamente comunistas; pero los nazis los ocuparon como “chivos expiatorios” para matar a los judíos, lo cual era su plan desde un inicio, contó Masferrer.
Una disputa histórica contra los judíos
Elio Masferrer (1946) es un etnohistoriador argentino especializado en la antropología de sociedades complejas, específicamente en la relación entre religión y política y sistemas religiosos contemporáneos. Y en entrevista para Enlace Judío, en contexto del aniversario 77 de la memoria de las víctimas del Holocausto, relató que el desenlace de este suceso fue producto de una tensión que la sociedad ha tenido en contra de los judíos fundada a inicios de esta era, desde la época de Cristo.
Y que, a lo largo de los años, a través de diferentes eventos como el Concilio de Trento y la Misa Tridentina, han creado un antisemitismo en la población, lo cual, tras muchos años hizo que la gente desaprobara a los judíos, al impulsar injurias hacia ellos y a su conversión al catolicismo, todo esto “elementos que se pueden tomar en cuenta para (entender) el antisemitismo y el Holocausto” sucedido en la Segunda Guerra Mundial, dijo.
“El nazismo es visto con cierta suspicacia por ciertas iglesias cristianas, porque de alguna manera tenía un proyecto religioso que reivindicaba un conjunto de tradiciones precristianas de la cultura germánica… Alemania termina subordinándose al nazismo y se firma un concordato entre la Santa Sede (El Vaticano) y el gobierno del tercer Reich, entre 1933 y 1934, donde la Iglesia Católica asume el programa de reivindicaciones germanófilas del Reich”.
“Si uno lee con cuidado el concordato, (dice que) el Papa se subordina a designar obispos de habla alemana en las regiones germánicas y en otros países (no germánicos). Es decir, hay una articulación. Pero es con relación con la Iglesia Alemana, porque con la de otros estados es otra dinámica”, comentó.
“Pero hay zonas donde hay un antisemitismo muy fuerte y el clero católico impulsa el antisemitismo —agregó. En este momento hay señalamiento, históricamente verificados, que cierta población polaca y ucraniana participó en “pogromos” (linchamiento multitudinario, espontáneo o premeditado, hacia un grupo particular) y la masacre de judíos, en contexto del ascenso del nazismo. Aunque ellos toman la iniciativa.”
La colaboración del clero al nazismo
Aunque se habla del rechazo del nazismo y al Holocausto hoy en día, la realidad —señaló el investigador— es que durante la Segunda Guerra Mundial países como Croacia y la antigua Yugoslavia colaboraron con la masacre de judíos, así como gran parte de la policía francesa. A tal punto que cuando concluyó el conflicto bélico “100 obispos católicos fueron acusados de colaboracionismo con los nazis.
“Y ahí entra a negociar Giuseppe, que después sería Juan XXIII, y consigue que solo sean enjuiciados tres obispos por colaborar con los nazis, porque él era el nuncio en Francia después de la liberación. Ahora, la pregunta del millón es si esos obispos, ¿actuaban por consignas propias de la conferencia del episcopado o por orden del Papa?”, cuestionó.
Por otro lado, el también investigador de Escuela Nacional de Antropología e Historia, explicó que en América Latina, en la mayoría de las iglesias, había obispos que eran pronazis y antisemitas. Y en varios casos los criminales de guerra huyeron a América Latina: Bolivia, Paraguay, Argentina, Chile, Brazil, “y llegaron con pasaportes del Vaticano. Entonces ¿quién da la orden de darle pasaportes del Vaticano a esos tipos? Pio XII.
“Él es muy ambiguo. Para entender a la Iglesia Católica hay que entender la ambigüedad de sus características. Por un lado, pueden decir que haya salvado a 15 mil judíos, no lo discuto. Sin embargo, simultáneamente no les dijo a los otros nada. Y al mismo tiempo está protegiendo a los criminales de guerra.”
Estas acciones van desde “el arzobispo de Colonia, Alemania, que es fascista, u otros que salen a bendecir en parte los custodios de los campos de concentración, que no eran alemanes, eran cristianos croatas y ucranianos, peores que los nazis…
“Por un lado, protege, por otro lado, se hace “guaje”. Dicen que le envía una carta a Roosevelt, avisándole que parece ser que está fea la cosa. Todo es cierto. Pero de ahí a ponerlo como a Gilberto Bosques que se la juega al rentar dos castillos en Marsella para dar visas en plena Segunda Guerra Mundial, no solo para los judíos, pero también para los republicanos españoles… (Por ello) pensar que Pío XII se va a manejar en blanco y negro, ya eso es una ingenuidad.”
Solo unos judíos, los afortunados
La revista Smithsonian Magazine señaló en 2020 que quienes apoyan al Papa ponderan que la Iglesia Católica salvó a miles de judíos al esconderlos en iglesias y monasterios a lo largo de Italia, así como en el mismo Vaticano, y los acólitos argumentan que su inacción y su silencio le permitió que estas acciones secretas continuaran.
Aunque —cuenta Masferrer— los únicos judíos que fueron beneficiados por la ayuda de la Iglesia son quienes vivían en Roma por su relación históricas de cientos de años.
“Musolini se retrasa hasta 1944 en hacer el programa antisemita de Hitler con respecto a otras partes de la alianza: Alemania, Hungría, Finlandia, etc. Entonces ¿el Papa se refiere a que rescató a los judíos que estaban en los antiguos pontificios (Roma), donde había un tipo de relación de influencia, no con el Papa, sino con el obispo de Roma? Por ello, la pregunta para entender estos documentos es ¿cómo salva a los judíos, como obispo de Roma o como Papa?
Las respuestas de Elio Masferrer
¿Los 15 mil judíos que rescataron pertenecían a un solo sector de la población?
Pertenecían a cierto segmento cultural donde la Iglesia Católica no estaba de acuerdo con el nazismo. El asunto es que el nazismo es una propuesta religiosa que no es cristiana. Se basa en ciertas tradiciones precristianas de la cultura germánica. Entonces hay un grupo de cristianos católicos y luteranos que saben perfectamente que el nazismo es otra cosa, que no es una forma de cristianismo. Pero esto no significa que no haya cristianos que participen activamente en el nazismo.
¿Cómo es que la Iglesia Católica colabora con los nazis en contra de los judíos?
Hay todo un discurso de una conspiración judeo-masónica y protestantes contra los católicos. Hay aparatos ideológicos dentro de la Iglesia Católica que sirven de estructura para el nazismo. No toda la Iglesia es nazi, tampoco podemos generalizar. Lo que debemos entender es que son estructuras muy complejas donde puede haber actores que actúan por cuenta propia, pero que tiene cierto aval institucional.
Este aval lo tienen los que participan en la persecución, como los que, en un momento dado, con toda la generosidad esconden a niños judíos en un convento. Yo creo que es muy peligroso absolver o condenar a Pio XII. Juega un papel muy ambiguo en el que se crea una cobertura donde puede haber gente que rescata judíos y gente que los masacra.
¿Esta comunidad de judíos que fueron rescatados eran solo de Roma?
Lo que pasa es que los judíos italianos están en Roma desde antes del cristianismo. El imperio romano toma Palestina esta zona y lleva judíos como prisioneros. Entonces la colectividad judía en el sentido estricto está desde el año 70 A.C. La cultura romana y parte importante de la cultura italiana tienen relación con la cultura judía desde antes de la aparición del cristianismo.
Y de alguna manera, en los Estados Pontificios, que es la zona donde el Papa ejercía un poder temporal había un trato, en el cual los judíos, aunque tenían menos derechos, pero había formas de convivencia bastante racionales, por decirlo amablemente. Muchos italianos no estaban de acuerdo con la matanza de los judíos aunque eran católicos, porque tienen siglos de convivir con los judíos. Por eso Mussolini se retrasa de sacar las leyes raciales. Al final, a Mussolini le va muy mal; se le va deteriorando la situación, y entonces aprueba las leyes raciales. Pero era en 1944; la guerra comenzó en el 39’.
Se dice que el Papa mandaba cartas a EEUU para decirles lo que sucedía
La Iglesia Católica puede hacer con la mano izquierda unas cosas, y con la derecha otra. Por un lado, puede enviarle una carta a Roosevelt para limpiarse las manos, y por otro lado si viene Hitler, le dice ‘Sí, Don Adolfo’. Le dice que sí a todos. Ese es el problema: de alguna manera está en Roma, en territorio controlado por los alemanes, tampoco se podía poner de pechito. Pero cuál es el testimonio profético: ¿es un burócrata o un enviado divino? ¿Se la juega?
¿Qué considera que debió haber hecho Pio XII?
No lo sé, pero pudo haber hecho algo más. Porque estar involucrado en salvar a 15 mil judíos es bueno, pero los nazis se masacraron a seis millones. Y muchos de ellos fueron llevados a los campos, cargados en los trenes por católicos. Y usaron armas que habían sido bendecidas por obispos católicos.
Y tenían capellanes (miembros del clero, que sirven a una institución fuera de una parroquia o misión) en el ejército alemán que estaban colaborando con los nazis. ¿Qué decían esos capellanes católicos a las tropas? Hay otra pregunta: ¿Había capellanes católicos en las tropas que custodiaban los campos de concentración? Porque en los campos había de todo, no solo eran judíos, también estaban los comunistas, socialistas, gitanos, testigos de Jehová, discapacitados, personas con enfermedades mentales, homosexuales.
Toda esta teoría de limpieza étnica del nazismo, es también social y religiosa. Entonces, ¿ahí qué hizo el Papa? ¿Dijo algo? Por un lado, está claro que no les gustaba, porque era reivindicar tradiciones precristianas, pero por otro lado tampoco se mete a ‘patadas con Sansón’.
¿Cree que pudo haberse involucrado más?
La pregunta viene de antes. Cuando Hitler y la extrema derecha lanzan la ideología del nazismo, a principios de los años 30’, ¿qué hace la Iglesia Católica, las potencias occidentales contra el nazismo? No hacen nada. Porque ellos estaban convencidos de que Hitler se iba a lanzar contra los comunistas. Entonces ellos dijeron: ‘Bueno, comunismo ateo, ahí les mandamos a estos tipos’.
Pero se equivocaron…
¡Claro! Deja (la Iglesia Católica) que Franco y los alzados contra la segunda república española se masacre a los republicanos españoles. Porque Hitler dice: ‘Voy a ir contra los comunistas.’ Y después negocia con Stalin y se ocupa toda Europa y le declara la guerra a Inglaterra.
¿Por qué los católicos conservadores no van contra Hitler? Porque piensan que van a ayudar a liquidar a los comunistas. Y con el discurso comunista se van con la finta. ¿Qué hace Hitler? ¿Con quién inaugura los campos de concentración Hitler? No es con los judíos, es con los comunistas. Luego sigue con los socialistas y después del 38’, tras La Noche de los Cristales Rotos, ahí comienza contra los judíos.
¿Pero el plan inicial era contra los comunistas o los judíos?
Contra los comunistas. Cuando quema el Reichstag, él mismo acusa a los comunistas y los manda a los campos de concentración. Y el Papa y las potencias occidentales, en función de ir contra los comunistas, le dan alas a Hitler. Pero el problema es que el Papa no habló al comienzo del nazismo. Se callaron. El asunto está cuando los nazis invaden Polonia. Pero (era tarde), tendrían que haberlo dicho antes.
¿Pero el objetivo real fueron los judíos?
De eso no había ninguna duda. Porque en Mi Lucha (Mein Kampf, en su idioma original), Hitler dice que el problema de Alemania son los judíos. Construye el concepto de chivo expiatorio en este libro, que es un texto que lo redacta mientras está en la cárcel en 1925, donde fija muy claro su programa. Pero probablemente lo ven como un libelo antisemita, pero no como un plan de acción política.
La gente, quizás con mucha ingenuidad política (no lo creyó), pero no son ningunos recién nacidos. Creyeron que ‘Bueno, este tipo tiene algunas ideas, pero el asunto es que va a ir contra los soviéticos. Y el enemigo de mi enemigo es mi amigo’. Y parten de esa lógica. El texto de Mi lucha no lo toman como un plan de trabajo, sino como un discurso que se echa “este cuate”. No ponderan la peligrosidad del nazismo.
Estos grupos sociales ya estaban en contra de los judíos. ¿El nazismo solo fue una oportunidad para actuar?
Ahí está el problema de la Misa Tridentina, que dice: ‘Se llama a la conversión de los pérfidos judíos.’ La Misa Tridentina, ahora llamada Misa Latina, quiere poner grupos de conservadores católicos. Y en una parte denigra a los judíos. Y los acusó de deicidas, de haber matado a Cristo. Entonces ¿hasta qué punto la Iglesia está construyendo un imaginario antisemita en la población?
Ahí está la responsabilidad social, no solo de Pío XII, sino de la Institución, de construir una mentalidad antisemita. Que se inventan el delito de deicidio (referencia al acto de matar a un Dios o divinidad), según el cual todos los judíos y sus descendientes serían responsables de la muerte de Jesús de Nazaret, que era un Dios. Imagínate al tipo que mata a un Dios, ¿cómo le haces?
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¿Un aliado o un enemigo?
De acuerdo con un artículo publicado en Times en 2018, en los años 30’, la noticia principal de los EEUU era la Gran Depresión, pero los estadounidenses sabían lo que sucedía también en Europa respecto a la matanza de judíos, ya que los medios lo publicaron. Solo que intentan excusar al país al decir que la administración de Roosevelt tomó la decisión de entrar a la guerra después para enfocar sus fuerzas en vencer a los nazis, dejando en una menor prioridad a las víctimas del Holocausto.
Asimismo, el conocimiento del nazismo en la población del país era evidente, ya que investigaciones del proyecto “Historia Desplegada”, iniciativa del Museo Memorial del Holocausto, en Washington, reveló que en 1933 “hubo una gran manifestación en el Madison Square Garden con 20 mil asistentes, en protesta de la persecución de los judíos en Alemania. Lo triste es que, a pesar de toda la publicidad, el Holocausto de todas formas sucedió”, opinó Sandi Auerbach, para el Washington Post.
Para Masferrer, lo que sucedió con EEUU es que dentro de su gobierno había una fuerza nazi que pudo haber influido en las decisiones del gobierno, pero por las acciones de los japoneses, fue que se levantaron contra los nazis finalmente.
“Tardaron mucho tiempo en entrar a la guerra, hasta 1941. El partido nazi alemán en los EEUU era una fuerza. Los dos países donde hubo meetings muy importantes de respaldo a Hitler fue en Argentina y en EEUU. Llenaron el Madison Square Garden, porque el 25 por ciento de los migrantes europeos de los EEUU eran alemanes. Entonces había entre esos alemanes, igual que en México y en Argentina, gente que simpatizaba con el nazismo.
“Los americanos tienen nazis adentro. Y no apoyaron a Hitler gracias a los japoneses que les bombardearon Pearl Harbor. Si no no sé qué hubieran hecho”, concluyó.
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