Enlace Judío México e Israel – Érase una mujer que se sentía judía sentada en una iglesia, otra que se enamoró de una sinagoga, otra más que soñaba con una capilla con niños atrapados en un túnel.
Este Día Internacional de la Mujer, ocho mujeres judías con una trayectoria destacable, principalmente en la lucha por la memoria de su pueblo, ofrecieron una conferencia virtual auspiciada por Tarbut Sefarad y Enlace Judío.
La conferencia virtual “8 de marzo, 8 mujeres. Sus roles, hoy en día, en el mundo judío”, como su nombre lo indica, reunió a ocho mujeres judías destacadas por su trabajo en favor de la cultura, los derechos y la información sobre el mundo judío.
A lo largo de una hora, cada una en 8 minutos, las invitadas hablaron sobre sus trayectorias y logros, su visión sobre la participación de las mujeres en las comunidades e instituciones judías y sobre sus planes a futuro.
La argentina Liliana Benveniste
Es cantante, compositora, profesora de ladino, profesora de informática y analista de sistemas; además es vicepresidente del Centro Cultural Sefarad de Buenos Airea y miembro de la plataforma Herencia, del Centro Sefarad Israel de Madrid, dijo que “cada conmemoración del Día Internacional de la Mujer me insta a reflexionar sobre cómo vamos y en qué es lo que nos falta hacer para ser factores de cambio en nuestros círculos de influencia.”
Agregó que “este es un día en el que nos damos el tiempo para conocer los retos a los que el género femenino se ha enfrentado a lo largo los años y valorar la lucha de tantas mujeres valientes que nos heredaron un mundo más equitativo y menos adverso pero no completamente justo todavía.”
Benveniste dijo que, para ella, el 8 de marzo “es un día para hacer énfasis en la importancia de una búsqueda que aún no termina, y resaltar las injusticias a las que se enfrentan las mujeres y las niñas, y que están muy presentes en nuestra rutina diaria.”
Llamó a estar más conscientes sobre las injusticias que viven las mujeres para transitar hacia una sociedad “más justa y equitativa, que no haga diferencia de género.”
Celebró que, dentro de la corriente reformista, la mujer “prácticamente se ha igualado al desempeño del hombre. Sin embargo, tengo que hacer la salvedad de que no en todas las corrientes del judaísmo es de la misma manera.”
Dijo que es en estas otras corrientes “donde es importante, para mi pensamiento, trabajar en pos del rol de la mujer y de su inserción en aspectos centrales de la vida cotidiana familiar, comunitaria y de autorrealización. Es decir, ser más inclusivos para la mujer de lo que son hoy en día.”
Llamó a las mujeres a “estar comprometidas con la visión judía de la búsqueda continua por un mundo mejor y solidarizarnos con el sufrimiento de los otros (…). No podemos ni debemos estar calladas sino al contrario, debemos levantar la voz en contra del abuso sexual y el maltrato a la mujer en cualquier entorno donde esto se produzca.”
Admitió que “vamos avanzando, y sé que aún tenemos que sacudir a las comunidades y al mundo entero para lograr el cambio de paradigma por el que venimos transitando.”
Para finalizar, Benveniste se dijo esperanzada en que este Día Internacional de la Mujer “sirva para tender puentes hacia otras mujeres con las que compartimos el deseo de un mundo mejor y más justo.”
Genie Milgrom, desde Miami
Por su parte Genie Milgrom, añeja conocida de Enlace Judío, contó, en breve la fascinante historia de su retorno a un judaísmo que le fue arrancado a su familia durante la Inquisición.
“Yo nací católica en Cuba, en el seno de una familia española que por 623 años vivieron, primero como judíos, después como criptojudíos, escondidos y, finalmente, como católicos, en el pueblo de Fermoselle, en España, en la región de Zamora.”
El éxodo de su familia pasó por Portugal, España, Islas Canarias, Cartagena, Costa Rica y Cuba. “Esto fue algo que yo pude aprender porque llegué a hacer mi genealogía maternal hasta encontrar 22 abuelas en una cadena sin interrumpir hasta 1405.”
Para Milgrom, su misión en la vida está muy clara. “Lo que yo considero que es mi rol es traer consciencia al mundo judío de personas como yo. Porque hay muchas personas que se acercan y me ‘me siento judía’… Yo siempre me sentí judía. Me sentía judía sentada en una iglesia, tomando la primera comunión (…). Quizá no poniéndole nombre y apellido —judío— pero me sentía que aquello no era” a lo que pertenecía en realidad.
La activista reconoció que “este regreso a la religión de nuestros ancestros no es nada fácil. Para poder regresar, normalmente, uno pierde a todo el mundo.” Se refirió a los amigos y familiares que le dieron la espalda ante el asombro que les producía la decisión de Milgrom de retomar un judaísmo ya para entonces muy enterrado en su genealogía.
Milgrom, quien ha viajado por todo el mundo dando pláticas y conferencias en congresos nacionales pero también para grupos pequeños, recordó que es “directora de las comunidades emergentes desde Monterrey a Recife, y en estas, solamente en mujeres, tengo 400 y pico que continuamente les estoy enseñando. Les enseño sobre la vida judía cotidiana, los festivos y mucho más.”
Trata de ser “la amiga que yo no tuve en esos momentos tan duros: aconsejar, ayudar, animar. Y lo mejor que puede siempre hacer una mujer por otra mujer es enderezarle la corona sin que la otra mujer sepa que la tenía jorobada.”
También ha dedicado buena parte de su tiempo a recopilar genealogías de judíos víctimas de la Inquisición para que la gente pueda encontrar su origen judío. Ha subido más de 50,000 nombres y entradas a la plataforma JewshGen.
Marion Fischel,un extraño sueño
Una noche, Marion Fischel tuvo un sueño particularmente extraño. Había una vieja iglesia. Ella sabía que se ubicaba en Zamora, España, y dentro de ella, muchos niños yacían atrapados en un túnel.
Por alguna razón, según narró durante su presentación, su sueño la hizo pensar sobre la presencia judía en Zamora, de la que no tenía ninguna idea. Unos meses después dejó Israel, donde había vivido 10 años, y viajó a España. “Comencé a buscar en internet todo el tiempo ‘judíos Zamora’, ‘jews Zamora’. Todo lo que podía buscar. No encontré nada hasta 2013, que un día encontré que iba a haber un congreso sobre la identidad judía o algo de Zamora.”
La periodista, con 20 años de trayectoria en The Jerusalem Post, contó que “no me lo podía creer. Yo había vivido en España en distintas temporadas y para mí España era un sitio totalmente vacío de judíos. Yo, personalmente, no supe que mi familia era judía hasta los 17 años.”
Existen varias coincidencias entre la historia de Genie Milgrom y Marion Fischel. La primera tiene que ver con la infancia y la desconexión de ambas con la cultura y la religión católica que de una u otra forma les había sido impuesta.
Fischel, cuya familia migró en diversas ocasiones, se vio un tiempo en Marbella, “en una escuela alemana en la que también había jesuitas. Teníamos clases de religión con los jesuitas y ahí hablaban de Dios. Y yo siempre decía: ‘yo no puedo creer en Dios, ¡cómo va a ser una persona Dios!’.”
Su escepticismo se confirmó cuando, a los nueve años, leyó un libro de Isadora Duncan en el que la bailarina se declaraba atea. “Entonces yo, a los nueve años, decidí que era atea.” Luego, a los 11 años, leyó a Leon Uris. “Yo, sin saber que era judía, que mi familia era judía, me identificaba muchísimo con los judíos y con el sufrimiento, y estaba muy orgullosa de ellos.”
Muchos años más tarde llegaría la segunda coincidencia. El encuentro con la propia Molgrom, que era conferencista en aquel encuentro al que Fischel había asistido con la curiosidad de saber más sobre la herencia judía de Zamora, el sitio de su vieja iglesia onírica.
A partir de ese encuentro, aseguró Fischel, la periodista decidió abundar sobre la historia de los judíos de Zamora y actualmente prepara un documental sobre ese despertar de la identidad judía de España, que ubica en años recientes.
Lucía Conte, desde Aragón
Otra iglesia jugó un papel importante en el proceso de Lucía Conte, también invitada a la conferencia virtual “8 de marzo, 8 mujeres”, doctora en Historia, catalana y presidente de la Asociación Cultural Tarbut Sefarad, una red de voluntarios judíos y no judíos, comprometidos con la recuperación y la difusión de la cultura sefardí.
Hace 11 o 12 años, “mi lucha se inició, y me cambió la vida completamente”, recordó. Al igual que en el caso de Fischel, una iglesia fue el sitio que propició el vuelco de su vida.
“Yo soy de un pequeño pueblo llamad Híjar, en la provincia de Teruel, en el Aragón profundo, en el que hay una pequeña iglesia —supuestamente iglesia— del siglo XVI que, en ese momento, estaba en muy mal estado de conservación. Estaba apunto de derrumbarse. Pero teníamos, algunas personas, una intuición, por decirlo de algún modo, y algunos sueños también, de que se trataba, en realidad, de una sinagoga medieval.”
Lo dice convencida: “Me enamoré de una sinagoga y, a partir de ahí, me enamoré del judaísmo”. Y aunque su lucha por restaurar la sinagoga enfrentó importantes obstáculos, también consiguió apoyos invaluables.
El descubrimiento de la herencia judía en ese rincón de España llevó a Conte a dar un drástico viraje académico y laboral. “Volví a reinventarme (….) cambiar mis intereses intelectuales, cambiar toda la dirección de mi carrera académica, y enfocarla en la historia y la memoria de los judíos de Aragón.”
Sigue la académica: “Esto me llevó también a estudiar la imprenta hebrea de Híjar y acabé en el Jewish Theological Seminary of America, en Columbia University, en la Biblioteca Nacional de Israel, dando charlas por todo el mundo, buscando una imprenta y una sinagoga.”
Presume el fruto de su esfuerzo con un orgullo más que pertinente en este día en el que, además de repudiar la violencia de género y la inequidad que viven en prácticamente todo el mundo, las mujeres refrendan sus victorias históricas y agradecen las aportaciones de quienes las precedieron:
“Hoy, esa sinagoga se ha demostrado que lo es y que además tiene unos restos patrimoniales únicos en España, un¡as pinturas murales que no tienen otras sinagogas, de momento, que sepamos, en este país.”
La sinagoga “está ya consolidada, parcialmente restaurada y se va a hacer todo un proyecto de recuperación integral para convertirla en algo nuevo.”
Ese proceso de transformación, junto con el documental que se está preparando sobre el impresor judío de Híjar, forman parte de los proyectos en los que participa.
Aprovechando la efeméride, Conte recuerda que su intensión es darle a los proyectos en que participa “una sensibilidad judía y una sensibilidad femenina (…). Lo que me gustaría ver en mi futuro es que pueda aportar impulso a proyectos de recuperación patrimonial (…)”.
A diferencia de sus compañeras del día, más centradas en rescate cultural y de tradiciones, Conte dijo que su labor se centra en el rescate físico del patrimonio pero también en la construcción de narrativas sobre la herencia sefardí.
“A veces estas narrativas tienen un trasfondo ideológico detrás. Unos intereses políticos, económicos, culturales que están impregnándolos, y creo que es importante que esa narrativa, esa forma de encarar profesionalmente lo que se enseña, lo que se explica, lo que nutre los proyectos educativos de los mujeres, por ejemplo, el tipo de actividades que se hacen, a menudo está alejadísimas de la sensibilidad judía.”
Explicó que intenta “que el judaísmo deje de presentarse, en estos proyectos, como una cosa del pasado, que acabó en 1492. Hay que rescatar la memoria de los que se quedaron (…). También hay que hablar de los judíos que vinieron después, que son los grandes ausentes en los proyectos de recuperación patrimonial.”
Se refiere a judíos “no sefardíes pero que por ejemplo, salvaron su vida cruzando el Pirineo cuando escapaban de la Shoá. Falta más investigación, falta más visibilización de estas cosas.”
Finalmente, resaltó la importancia de rescatar la memoria judía de España, no desde la nostalgia, sino desde los valores universales judíos que le dan sentido a esa memoria hoy.
May Samra, desde México
May Samra, directora de Enlace Judío, fue una de las invitadas a participar en la conferencia, transmitida simultáneamente por las redes sociales de ambas instituciones. Durante su intervención, Samra leyó un texto que preparó ex profeso.
Moria Ferrús, desde Cataluña
Sucinta, clara e inspiradora, así fue la intervención de Moria Ferrús, judía catalana, maestra de educación especial en una escuela pública y presidenta de la Nova Escola Catalana. Una institución que, para muchos, podría considerarse subversiva, en el contexto de una comunidad, la sefardí, que sigue operando bajo lógicas patriarcales que niegan a las mujeres una participación activa en asuntos religiosos.
A menudo, a Ferrús le preguntan qué tiene que ver el nombre de su institución con el judaísmo. La respuesta está en la etimología. “Escola-escuela-shcool-shull. Nova Escola Catalana es ‘Nueva sinagoga catalana’”, explica.
La misión de esta sinagoga es escatar la memoria litúrgica de los judíos catalanes. Según explica Ferrús, dentro del mundo sefardí existían diversos ritos, formas de rezar y formas de cantar distintas para los judíos de Cataluña o para los de Andalucía.
La Nova Escola Catalana intenta rescatar esas viejas formas de liturgia sefardí pero con una visión absolutamente reformista: “Una de nuestras innovaciones es crear comunidades sefardíes con una participación activa de las mujeres allá, hasta donde ellas quieran. Si pueden ser 100 por 100 igualitarias, mejor.”
Continúa: “Estamos hablando de un cambio de paradigma dentro del mundo sefardí, liderado por mujeres y liderado por hombres que ayudan a las mujeres a que esto sea realidad.”
Poner a la mujer en el lugar que le corresponde “es un acto de reparación histórica”, remarca Ferrús y agrega:
“Aquella mujer que le salga del alma estudiar, o aquella mujer que le salga del alma cantar, o aquella mujer que le salga del alma dirigir, que pueda hacerlo y que sea un buen modelo para las futuras generaciones.”
Shula Shrem
Pero no solo mujeres formadas en la academia participaron en el encuentro. Shula Shrem, quien se casó muy joven y es madre de cuatro hijos, también fue invitada por las organizadoras a dar su testimonio.
“Hoy, yo festejo a la mujer, pero a esa mujer que lucha, que siente, que trabaja, que se exige como madre, abuela, amiga, esposa pero, sobre todo, a la mujer fuerte ante la adversidad”, dijo una emocionada Serem.
La expresidente de Wizo México dijo que, además de haber dedicado 35 años al trabajo voluntario, ha sido madre y esposa, y reivindicó la importancia de dicha función. “En el voluntariado encontré una carrera”, agregó.
“Soy miembro del Instituto Cultural México Israel y presido en México la maravillosa Fundación Hispanojudía (…) y que nuestra misión principal es el acercamiento de las culturas hispana y judía”, responsable del desarrollo y creación del Museo Hispanojudío. Centro ubicado en Madrid que servirá para dar a conocer a la comunidad española y a los turistas internacionales, la milenaria historia del pueblo judío.”
Como parte de su misión, Shrem intenta enseñar a los jóvenes a trabajar en el voluntariado porque “si no las instituciones y fundaciones tarde o temprano van a desaparecer.”
El encuentro fue moderado por la colombiana Diana Lindarte, investigadora de los dialectos judeoespañoles y cineasta.
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