Enlace Judío México e Israel – Desde tiempo inmemorables estamos acostumbrados a asociar la dulzura con el amor y la alegría y desde una edad temprana los niños buscan llenar sus bocas de todo tipo de dulces y postres. No estoy diciendo que sea lo más sano del mundo, pero es un gusto innato que se comparte a lo largo de varias culturas, el dulce para muchos es sinónimo de placer y por eso distintas civilizaciones han creado una cultura culinaria alrededor de los dulces y los postres. La judía no es la excepción, desde la jalva (una especie de mazapán hecha a base de tajini) hasta la babka (postre tradicional de la comida ashkenazí) en la cocina judía han existido una gran variedad de postres y dulces y al igual que en todas las culturas hay momentos especiales del año en que se comen y se reparten. A continuación hablamos de ciertas tradiciones que incluyen los dulces.
El estudio de Torá y los dulces
Por una razón u otra desde épocas talmudicas se ha asociado al dulce con el estudio de Torá y es tradición llenar de dulces a los niños y adultos en las distintas etapas de su vida que el estudio de Torá está presente. Por ejemplo, las primeras letras del hebreo se estudian con miel, en Shavuot o Pesaj los padres reparten almendras a sus hijos como premios del estudio que los niños realizaron para la festividad y en Israel cuando un abrej (estudioso de Torá) termina de aprender su primer tratado se hace una pequeña fiesta y sus compañeros le regalan un pastel. En sí se asocia la dulzura de la Torá con el sabor de la miel y el dulce.
Pasar a la bimá
Otra tradición relativamente nueva y más popular en Estados Unidos que en México es bañar en dulces a un hombre en ocasiones especiales cuando ha participado de la lectura pública de la Torá. Por ejemplo cuando un niño cumple edad de bar mitzvá (trece años, la edad que en un niño se hace responsable de su espiritualidad) y ha leído la haftará que le corresponde se acostumbra que se avienten dulces a donde se encuentra. Se hace lo mismo en el Aufruf (una ceremonia especial que se hace el Shabat previo a la boda) con el novio que estar por casarse, después de decir las bendiciones sobre la Torá hay quienes acostumbran aventar dulces. En ambas ocasiones el dulce es una forma de marcar el momento como un buen principio y desearle a la persona que su camino sea amable y alegre.
Festividades judías y dulces
Hay ciertas festividades en las que se cocinan dulces o postres especiales y en las que éstos se vuelven parte importante de las costumbres que caracterizan la festividad.
Janucá Guelt
Una de las tradiciones más conocidas de Janucá es el Janucá Guelt (el dinero de Janucá), éstas son monedas de chocolate que se reparten a los niños en Janucá. Suele hacerse a través de juegos con el sevivón (una perinola típica de Janucá). La tradición nace en el siglo XVII en Polonia; se le asignan dos orígenes distintos: Al parecer era costumbre de Janucá dar a los maestros de Torá regalos y pagos por enseñar a los niños a lo largo del año, se acostumbraba que fuera el niño quien llevaba el regalo y los padres le daban una propina por el trabajo. Otra versión dice que era un pago que se le daba directamente al niño por el estudio de Torá que había realizado a lo largo del año. En cualquiera de los casos el Janucá Guelt hoy en día es una tradición muy común que alegra el día, nos recuerda los milagros y nuevamente ayuda a hacer la asociación del estudio de Torá con la dulzura.
Purim y los Hamenstaschen
Simjat Torá
Una de las celebraciones más alegres que tiene el judaísmo se llama Simjat Torá (la alegría de la Torá) en ella celebramos haber completado un ciclo de lecturas publicas de la Torá. Es tradición que los hombres carguen la Torá y canten con ella mientras celebran. También es común que mientras ocurren los bailes se avienten dulces a la zona en que éstos se realizan o que se repartan los mismos entre los niños que asisten al templo.
Días especiales
Finalmente hay festividades en las que no necesariamente se reparten dulces, pero que por costumbre y el deseo de la gente de darle un honor especial al día, o porque la festividad tiene restricciones o particularidades culinarias específicas ha sido necesario desarrollar postres especiales y característicos de estos días. Dos ejemplos de ello son Rosh Hashaná y Pesaj.
En Rosh Hashaná se acostumbra a comer cosas con miel en esperanza a tener un año dulce, como tal se han desarrollado postres especiales que lleven pasas, dátiles, manzanas o miel. Ejemplos de éstos son el Lekaj, un pastel esponjoso de canela y miel, los ruguelaj, unos cuernos pequeños de media luna rellenos de nuez o chocolate que se comen en Rosh Hashaná porque recuerdan el shofar (cuerno de carnero) y distintos tipos de pasteles de manzana.
En cuanto a Pesaj está prohibido comer levadura y cualquier producto hecho con harina que no sea matzá (pan no leudado) o derivado de la matza, por lo cual la gran mayoría de los pasteles y postres comunes quedan descartados. Eso ha llevado a que existan postres especiales de Pesaj que usen distintos tipos de ingredientes. Los más comunes son bolitas de coco horneadas o rollos de almendra y chabacano dulce.
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