Peligro nuclear latente en la guerra Rusia-Ucrania: advierten expertos de la UNAM | Reportaje Exclusivo

Enlace Judío México e Israel- En la noche del 3 de marzo las tropas rusas atacaron la planta nuclear de Zaporiyia, en Ucrania, lo cual dejó un incendio en un edificio administrativo, pero también el miedo en la población, e incluso incertidumbre para los mismos científicos de todo el mundo.

La entrevista completa a Alejandro Frank, Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2004.

 

Y aunque no se sabe el alcance que pudo haber tenido este ataque, la gente de otros países se estremeció, como por ejemplo en Eslovaquia —de acuerdo con una investigación hecha por Enlace Judío— donde las personas salieron a las farmacias en búsqueda de pastillas de yodo, las cuales hacen que la tiroides se llene de este elemento y evite que absorba el proveniente de los desechos de material radioactivo.

Al día siguiente del ataque, la televisora eslovaca TA3 comunicaba lo siguiente:

“Tenemos un sistema de alerta, si ocurre un evento de radiación, una sirena sonará durante dos minutos en un tono constante, en cuyo caso se deben tomar medidas, por lo que es necesario esconderse, preferiblemente en un refugio”, señaló la presidenta de la Autoridad Reguladora Nuclear de Eslovaquia. “No funcionan áreas sobre el suelo, y es necesario sellar a fondo todo lo que sea posible.”

Así, las tropas rusas tomaron el control de esta planta nuclear, la más grande de Europa. Y a pesar de que en un par de días la gente se calmó, el ataque en Zaporiyia pudo haber causado una tragedia nuclear, no mayor que la de Chernóbil, pero sí como sucedió en Fukushima, donde hubo una dispersión de desechos radioactivos pequeños, pero en distancias muy grandes que alcanzó a otros países, así informó Julio Herrera, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de las UNAM.

El investigador, en entrevista para Enlace Judío, aseguró que a pesar de que estos materiales radioactivos no son del todo nocivos, sí podría provocar un acontecimiento como el de Fukushima, “lo que es grave”, ya que a la fecha sigue en vías de solución, indicó Herrera.

 

Zaporiyia, “un Fukushima” en plena guerra

Hay que recordar que, tras el terremoto en Fukushima, en 2011, que destruyó la planta nuclear de la ciudad, se presentó un incrementó de radiación en la comida, el agua, y los océanos cercanos del área expuesta,  y aunque a la fecha no se han reportado muertes relacionadas a esta exposición radioactiva, más de 100 mil personas fueron evacuadas como medida preventiva, según la Asociación Mundial Nuclear.

Además, al día de hoy los reactores no han podido ser desmantelados porque el nivel de radioactividad es muy alto. Y se debe mantener un sistema de enfriamiento continuo con agua en contacto con los núcleos que se han fundido; pero esto hace que el agua tenga que ser filtrada y almacenada, lo que ya ha creado un problema de almacenamiento. Y que probablemente, los recursos en la tierra no puedan soportar otro desastre igual y en situación de guerra.

“Ese es uno de los principales problemas: ya se ha almacenado una gran cantidad de agua radioactiva”, dice Herrera. Y aunque se espera que decaiga la radiación con el tiempo, al grado de que sea seguro soltarla y que no sea dañina, esto tomará más tiempo y recursos.

Ciertamente hay un peligro en Zaporiyia, porque está en una circunstancia de guerra”, señaló Alejandro Frank, coordinador del Centro de la Complejidad de la UNAM, y quien fuera director del Instituto de Ciencias Nucleares de la misma universidad.  “Los rusos no creo que quieran provocar un evento radioactivo, porque no solo perjudicaría a Ucrania, sino a ellos mismos, porque son los más cercanos con Europa occidental. Sin embargo, es una muestra de poder y control por parte del ejército ruso.

“(…) Por fortuna, (de los seis reactores en Zaporiyia), al momento del ataque algunos estaban en mantenimiento, y otros tenían una energía baja… Estos han perdido potencia eléctrica. Por suerte para el mundo, sí se pueden controlar y apagar los reactores. Pero el mayor peligro es el mantenimiento de los residuos radioactivos”, dijo en entrevista para Enlace Judío.

 

Otro Fukushima… pero insostenible

Aunque al inicio la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) enfatizó que los ataques habían sucedido lejos de los reactores, las imágenes de seguridad respaldaron lo que informaban el regulador nuclear de Ucrania, que el ataque había sido concretado en otros tres lugares más: el edificio del reactor uno, el transformador del reactor seis, y la plataforma de combustible usado, que se utiliza para almacenar deshechos nucleares, según un artículo publicado en NPR.

En el mismo texto, Edwin Lyman, director de Seguridad del Poder Nuclear de la Union of Concerned Scientists, señaló que “este video es inquietante. Si bien los tipos de reactores utilizados en la planta son mucho más seguros que el que explotó en Chernóbil en 1986, el ataque ruso podría haber provocado una fusión similar a la que afectó a la planta de energía nuclear Fukushima Daiichi de Japón en 2011.”

Al día de hoy lo que se sabe es que los ataques no cesan, ya que este miércoles el ejército ruso comenzó a atacar por primera vez la ciudad de Zaporiyia, según un reporte de la CNN. Además, medios internacionales informaron que el ejército ruso hizo estallar municiones cerca del centro de entrenamiento y el reactor de la unidad uno, y los científicos ucranianos aún operan las plantas, pero bajo una fuerte presión psicológica por parte de las fuerzas rusas ocupantes.

De acuerdo con Herrera, quien está enfocado en problemas en energía nuclear, el que suceda “otro Fukushima” causaría un problema, pero especialmente por falta de recursos, ya que lo que sucedió en Japón, a pesar de que el tsunami provocó efectos parecidos a los de una guerra, al destruir la planta y sus alrededores, este se produjo “en tiempos de paz y se ha ido resolviendo.

“(Sin embargo), si eso ocurriera en tiempos de guerra, sería muy diferente. No se tendrían los recursos que se tuvieron en Fukushima para palear el accidente. Una vez resuelto los problemas del tsunami, las medidas de seguridad de la planta pudieron restablecerse, y se controló la situación. Esto probablemente no sería posible en una situación de guerra prolongada. Provocaría una mayor dispersión de desechos radioactivos. Restringiría la contención del accidente… se tendría un problema más grande que en Fukushima”, advirtió.

 

El “secuestro” en Chernóbil

Las plantas nucleares fueron un objetivo inicial de Rusia, ya que al iniciar la invasión a Ucrania, uno de los lugares que controlaron primero los rusos fue Chernóbil, que se encuentra cerca de la frontera con Bielorrusia, país aliado del Kremlin.

El 24 de febrero pasado, unas horas después de que iniciara la invasión se dio a conocer que Rusia tenía ya control de la planta nuclear. Pero consigo, a los cerca de 2 mil 400 trabajadores que se encontraban dentro.

Tres semanas después los medios de la BBC y La Tercera informaron que la situación en la que se encontraban los trabajadores era difícil, tanto psicológica como físicamente.

De acuerdo con los medios, debido a que el ejército ruso no garantizaba la seguridad de las personas al salir, y de quienes llegaran, los trabajadores se limitaron a quedarse a vivir ahí “secuestrados”, en un trabajo sin descanso debido a que no había cambios.

Dos semanas después, aún no había señales de que fueran a salir. Como no sabían por cuánto estarían ahí, los trabajadores se limitaron a comer una comida al día: una dieta de pan, avena y alimentos enlatados.

“Desde el 23 de febrero, los técnicos y el personal de apoyo de Chernóbil han estado trabajando sin parar”, y que ya alcanzan casi las 500 horas de trabajo, “durmiendo en sillas frente a la maquinaria que emite un pitido y en montones de ropa junto a las estaciones de trabajo”, describió La tercera.

 

El peligro en Chernóbil resurge

Chernóbil fue el escenario de una tragedia nuclear en 1986, cuando el reactor número cuatro de la central nuclear estalló y derritió. Lo que a la fecha, según cálculos publicados en National Geographic, actualmente la exposición a la radiación ha provocado cáncer entre la población expuesta, lo que se podría haber cobrado a la fecha más de 4 mil vidas.

A pesar de que desde ese entonces el reactor se ha mantenido apagado, aún se conserva como un lugar de almacenamiento de desechos nucleares, lo que inquieta a científicos, debido a que podrían ser usados de forma nociva.

Por otro lado, medios internacionales señalaron la semana pasada que hay un temor a una posible fuga de radiación, debido a que se habían cortado las líneas de energía de la planta por los enfrentamientos, lo que haría difícil enfriar los estanques con residuos nucleares. Y de calentarse, provocaría la liberación de sustancias radioactivas en el medio ambiente, o como lo han llamado “una nube radioactiva” que pudiera ser transportada por el aire a otras regiones de Europa.

 

Nube radioactiva, poco probable

No obstante, “los niveles de radiación no han sobrepasado los límites. Además, no ha habido fugas radioactivas”, cuenta Benjamín Leal, coordinador de la Unidad de Irradiación y Seguridad Radiológica del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.

“El tener una nube radioactiva significa que rompe toda la estructura del reactor, cosa que no puede suceder. Esto porque el reactor no está contenido en un edificio primario de contención. Así mismo, los reactores actuales ya cuentan con medidas de seguridad para evitar que, en el caso de un accidente nuclear, se libere material radiológico en el ambiente”, dijo el investigador para Enlace Judío.

Entretanto, días después se inició la restauración de la energía. Sin embargo, el lunes pasado nuevamente Ucrania acusó al ejército ruso de haber cortado la electricidad antes de que esta pudiera ser restablecida por completo.

El académico de la UNAM señaló que desconectar los reactores afecta al país porque se queda sin energía. Pero no implica un peligro radiológico para la población que esté cerca, y tampoco significa que volverá a explotar, dado que es un reactor apagado.

“Si los dos países aceptan una negociación fuera de territorio para ver las condiciones (de los reactores), no tendríamos que ver una nube radioactiva, porque no se ha atacado directamente al edificio del reactor”, dijo.

Por otro lado, Alejandro Frank, quien obtuviera el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2004, explicó que, aunque no hay un peligro real de que haya un accidente nuclear, es importante considerar que hay una gran cantidad de material radioactivo en Chernóbil. Y en conjunto con los otros tres reactores, hace que Ucrania sea uno de los países con mayor energía nuclear del mundo.

“El propio reactor que se fundió en 1986 contiene una enorme cantidad de radioactividad peligrosa. Por ejemplo, si ahí cayeran unas bombas o mísiles habría un absoluto desastre. Yo no vería un peligro inmediato de un desastre nuclear en Chernóbil. Pero con respecto a los otros tres reactores a ver qué pasa, porque está el peligro latente de que (los rusos) puedan fallar sus ataques” y con ello dañarlos, dijo.

 

El objetivo de los rusos

Los tres investigadores de la UNAM concordaron en que es poco probable que Rusia quiera crear una catástrofe nuclear por su cercanía con Ucrania. No obstante, no hay nada seguro, y tampoco pueden tener certeza de que no vayan a utilizar la energía nuclear en la guerra.

De acuerdo con Frank, el objetivo de Vladimir Putin es controlar los cuatro centros de reactores activos en Ucrania. El más grande ya está tomado, el de Zaporiyia.

De acuerdo con el Foro de la Energía Nuclear Española, Ucrania ocupó el séptimo lugar en el mundo en la producción de electricidad nuclear en 2020, lo que aporta más de 50 por ciento de la electricidad consumida en todo el país. De ahí la importancia que tienen las plantas nucleares para dicho país.

“Hay otros tres reactores que posiblemente quieran tomar, y esto causará cortes energéticos, que provocará problemas de alimentación, comunicación, aunado a los bombardeos. Es un desastre humano terrible. Supongo que los rusos intentarán hacer lo mismo que ya hicieron con los reactores tomados… Ya veremos qué pasa con ellos. Probablemente no quieran golpearlos directamente, porque saldrían perjudicados, la gente alrededor y el ejército ruso.

“Seguramente su excusa será la de evitar que se use el material radioactivo en su contra. Aunque esa es el arma favorita de Putin en contra de sus enemigos. Como el Polonio, un material sumamente radioactivo que se sabe que lo ha utilizado antes, incluyendo a su más reciente adversario político, (Alexander) Litvinenko, y que sobrevivió a un ataque con Polonio”, acusó.

Asimismo, agregó que no considera que los rusos vayan a permitir que continue esta situación de falta de potecnia eléctrica para los sistemas de enfriamiento.

“Yo creo que ellos mismos van a controlar el asunto. Espero… Ahora, la racionalidad no es lo que caracteriza a las guerras. Así que no lo podemos garantizar; pero por el momento han sustituido la falta de potencia eléctrica con diesel”, dijo.

 

Un peligro nuclear latente a la OTAN

Tres días después de iniciada la guerra, Vladimir Putin ordenó que se activara la fuerza nuclear rusa, lo que creó la peligrosa posibilidad del uso de armas nucleares en el conflicto.

Estas declaraciones se dieron días después de que amenazara a cualquier país que se “interpusiera” en su camino o “crear amenazas en contra suya” a abstenerse. Lo que podría detener a EE.UU. y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a tomar parte en favor de Ucrania.

“El colmo fue esta amenaza de Putin de usar armas nucleares. Desde hace 60 años que no había una crisis nuclear de este tipo, desde 1962. En la crisis de misiles en Cuba. Y el hecho de que Putin lo haya sugerido es terrible, pero es su manera de desalentar a cualquiera de los países de Europa, EE.UU., Canadá, la OTAN, de participar directamente en la guerra. Es un chantaje.

No está claro si Putin ha llegado a este nivel de locura para utilizar armas nucleares, porque significaría su propia destrucción. (Porque) si él usa un arma nuclear, evidentemente va a recibir una respuesta.

El investigador explicó que se debe mantener la calma en cuanto a la posibilidad de un desastre nuclear. Sin embargo, aunque Zaporiyia y Chernóbil estén “bajo control”, a él le preocupa más ahora el destino de los otros tres reactores que no haun disparo mal direccionadon sido tomados por los rusos, los cuales podrían sufrir un ataque o accidente debido, por , por ejemplo, que pudiera causar una catástrofe nuclear.

“La razón por la que la OTAN no ha intervenido —dijo Frank— es por esta amenaza nuclear. Si no jugara un papel la cuestión atómica, la OTAN ya hubiera intervenido. Pero está también el peligro de que a Putin no lo paren” y concrete su amenaza.

 

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©️EnlaceJudío

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