El escándalo Abramovich hará más difícil la obtención de nacionalidad portuguesa por origen sefardí. Tres consejos de Simón Galico

Enlace Judío México e Israel – A raíz del escándalo suscitado por la concesión de nacionalidad al potentado ruso Roman Abramovich, uno de los oligarcas más ligados a Vladimir Putin, el gobierno portugués ha impulsado reformas que harán más difícil la obtención de la nacionalidad a los descendientes de sefardíes expulsados de la Península Ibérica.

El 11 de marzo, el rabino que certificó el origen sefardí del oligarca ruso Roman Abramovich fue detenido en Portugal. Días después, el gobierno de dicho país anunció modificaciones a la ley que concede la nacionalidad a personas de dicho origen.

Para entender mejor lo que está pasando, Enlace Judío conversó con Simón Galico, abogado especialista en gestión de nacionalidades europeas, que ha tramitado con éxito un gran número de solicitudes legítimas, al tiempo que ha alertado sobre prácticas abusivas e incluso fraudulentas que han llevado al endurecimiento de las normas relativas en España y, ahora, en Portugal.

“A diferencia de España, en Portugal no se abrió otro camino más que ir a través de alguna de las comunidades judías en Portugal” para obtener un certificado que ayudara al solicitante a recibir la nacionalidad de ese país”, narra Galico para establecer el contexto de lo que bien se podría denominar un escándalo internacional, y que sobrevino tras las presiones recibidas por Portugal y otros países en los que el magnate ruso, cercano a Vladimir Putin, tiene intereses.

Para tramitar la nacionalidad portuguesa por origen sefardí, es necesario contar con un certificado expedido por las comunidades judías de Oporto o de Lisboa. Sin embargo, cada una de estas tiene requisitos diferentes.

Mientras la comunidad de Oporto solamente certificaba la condición de sefardíes a quienes lograran demostrar su pertenencia a alguna comunidad judía, o bien, su judaísmo, mediante documentos como certificados de boda o de bar mitzvá, la de Lisboa únicamente requería probar, mediante evidencias genealógicas, que el interesado era descendiente de judíos expulsados de la Península Ibérica durante la Inquisición.

“Es decir, la comunidad judía de Lisboa se enfocaba solamente en probar la parte sefardí, independientemente si eres judío o no eres judío (…). En 1492, muchos judíos sefardíes se tuvieron que convertir al catolicismo y hoy en día ya no practican el judaísmo.”

Labor titánica

La comunidad judía de Oporto realizó lo que Galico denomina “una labor titánica”, al establecer “una mesa de genealogía de expertos que analicen caso por caso. Y en el caso de encontrar esta ascendencia, pues asumir la responsabilidad de certificarlo. Es decir, estaban asumiendo una responsabilidad enorme con el gobierno de Portugal para certificar fehacientemente que alguien era o no era sefardí.”

Miles de solicitudes fueron procesadas y miles más se encuentran en trámites ante el gobierno portugués. Sin embargo, los recientes acontecimientos ponen en peligro las aspiraciones de quienes no hayan realizado su trámite todavía.

El escándalo Roman Abramovich 

“No es de dominio público qué documentos presentó Roman Abramovich en su solicitud” de nacionalidad portuguesa. Lo que se sabe es que Daniel Litvak, el rabino que lo certificó, fue detenido y luego puesto en libertad, aunque continúa bajo proceso, con acusaciones que van desde el tráfico de influencias y corrupción hasta asociación delictuosa y lavado de dinero.”

La detención de Litvak ocurrió después de que opositores de Vladimir Putin denunciaran supuestos actos de corrupción que habrían llevado a las autoridades portuguesas a otorgarle la nacionalidad al empresario ruso, dueño del club de futbol Chelsea.

Aunque Abramovich es judío, sus apellidos no son sefardíes sino ashkenazim. ¿Cómo pudo probar su ascendencia sefardí entonces?

“Posiblemente —no estoy diciendo que sea así— Roman Abramovich tenga un octavo apellido que puede ser Cohen, que puede ser Levy. O sea, esto simplemente lo sabrá quien analizó la ascendencia y la genealogía de Roman Abramovich, que vio que a lo mejor en algún momento de la historia, algunos parientes (de Abramovich) salieron de España, de Portugal…”

Aunque no es frecuente, este tipo de casos sí cuenta con antecedentes. “Recordemos que las comunidades judías mantienen el judaísmo a través de los matrimonios con la misma religión y entonces bueno, esa posibilidad yo no la la descarto, es decir, posiblemente algunos abuelos o bisabuelos o tatarabuelos de Roman sean sefardíes.”

Según Galico, aunque los judíos ashkenazim de Europa del Este no tenían gran relación con los sefardíes, “yo, como un experto en esta materia, he visto clientes que sus primeros dos apellidos son ashkenazim pero resulta que una abuela o una bisabuela era completa y claramente sefardí.

Aunque la investigación sigue en curso y no se ha probado que Abramovich haya sobornado a las autoridades o a la Comunidad Judía de Oporto para obtener su certificado, esta ha decidido dejar de colaborar con el gobierno otorgando dichos certificados.

“Esto lo hicieron hace la semana pasada, hace unos días y fueron muy claros en el correo diciendo que ellos lo dejan de hacer. Que todos los que habían iniciado el procedimiento y habían avanzado van a concluir, que si hay alguna modificación por algún error en el certificado lo van a corregir, pero que a partir de ese momento, no continuarán con solicitudes nuevas.”

Una doble mancha

La decisión de la comunidad de Oporto viene acompañada de lo que Galico considera un escenario “triste”, “porque ha habido un escándalo, y yo creo que fue innecesario. Es decir, creo que esta investigación se podría haber hecho a puerta cerrada, sin tanta prensa y sin tanto ruido.”

Pero el escenario geopolítico jugó un papel importante en el devenir de los sucesos. “Desafortunadamente, con la guerra de Ucrania, los rusos oligarcas —y Roman Abramovich es un oligarca ruso—, de pronto estaban ahí, en el foco de atención de todos y de alguna forma se formó una tormenta perfecta para la comunidad judía Oporto.”

El escándalo, opina Galico, mancha el arduo trabajo que hasta la fecha ha desempeñado la Comunidad Judía de Oporto, así como la propia ley, cuyo espíritu reivindicativo ofrecía a los descendientes de los expulsados la posibilidad de encontrar una suerte de justicia transgeneracional a la que, ahora, será más difícil de acceder.

El impacto será bajo

“Ahora, hablando específicamente de la parte práctica, en la parte concreta, en los procesos de la nacionalidad, tengo que ser sincero: la mayoría de las personas de la comunidad judía sefardí, por lo menos en México, Perú y Argentina, que es donde tengo la mayoría de mis clientes, ya habían hecho estos trámites, es decir, ya tenían o ya tienen la nacionalidad española, y ya estaban muy avanzados en los procedimientos de la nacionalidad portuguesa, por lo que el impacto va a ser bajo.”

Sin embargo, el despacho de Galico se verá imposibilitado, en el futuro, de realizar trámites a través de la Comunidad Judía de Oporto, por lo que solo quedará la de Lisboa como una posibilidad para obtener la certificación que la ley portuguesa exige.

Aunque la ley de nacionalidad portuguesa por origen sefardí, a diferencia de la española, no tiene una fecha de caducidad, las nuevas restricciones impuestas por el gobierno, que exigen que el solicitante demuestre un vínculo con Portugal, harán más difícil para muchos la obtención de la nacionalidad.

En España, la situación ya se había complicado. “Antes de que esto sucediera, mucha gente fue rechazada en España por no haber presentado correctamente la solicitud. Estoy hablando en números escandalosos, es decir, 20 mil, 30 mil expedientes que a día de hoy han sido denegados.”

La falta de escrúpulos de algunos despachos y gestores ha propiciado esa avalancha de solicitudes denegadas.

“Afortunadamente mi despacho no ha tenido ningún caso vulnerado, pero ha habido algunos despachos que han tenido miles o decenas de miles de expedientes denegados.”

Muchos de esos solicitantes están buscando la nacionalidad portuguesa, lo que llevó a las autoridades de este país a buscar candados legales para lidiar con el creciente número de solicitudes.

Modifican la Ley de Nacionalidad

“Hace poco tiempo, hubo un cambio de partido político (en el poder) en Portugal y finalmente, este escándalo de Abramovich, de la comunidad judía de Oporto, suscitó un evento la semana pasada. Ahora, ya no a nivel comunidad, (sino) a nivel gobierno, el gobierno de Portugal, que aprobó una ley que modifica la actual Ley de sefardíes para nacionalidades, y eso sí es un tema que va a afectar a todos los procedimientos que estén en curso y a todos los procedimientos nuevos de nacionalidad.”

Se espera que en un par de semanas entren en vigor las modificaciones a la ley. El equipo de Galico se encuentra analizando el proyecto aprobado para entender todas sus implicaciones.

“Lo que está claro (…) es que el Gobierno de Portugal, a partir de la entrada en vigor de la nueva normativa (…), va a solicitar que haya un vínculo con Portugal, y este vínculo con Portugal puede convertirse en un problema para muchas personas que están solicitando la nacionalidad.”

Aunque no está claro en qué consiste dicho vínculo, Galico prevé que los aspirantes deban poseer propiedades, negocios o familia en Portugal para poder solicitar la nacionalidad. Ante dicha situación, su despacho trabaja contrarreloj para iniciar los trámites de sus clientes antes de que la ley entre en vigor.

Tres consejos

A quienes han iniciado sus trámites para la obtención de la nacionalidad portuguesa, Galico les recomienda

1- Revisar el estatus de los mismos, “hablar con sus gestores y preguntar en qué van. Y los gestores y los despachos tienen que ser muy transparentes y decir exactamente el punto en el que va cada trámite.”

Deben tener en cuenta, además, que “la Comunidad Judía de Lisboa, que hoy en día ya es la única comunidad que certifica la condición sefardí, está con un retraso importante. Es decir, se tarda 12 meses en hacer las revisiones de los expedientes, y que es normal que estos trámites tarden, pero mi primer consejo es revisar en qué parte está sus procedimientos.”

2- El segundo consejo del experto es “exigir a sus despachos que, o bien se presenten (los trámites) con esta agilidad que se requiere, o que se protejan sus intereses para cuando cambie la normativa.”

Según Galico, hay indicios de que la Comunidad Judía de Lisboa también endurecerá los requisitos para certificar el origen sefardí de los solicitantes. Por lo que ofrece un tercer consejo a quienes tienen la intención de realizar el trámite.

3- “Háganlo ya, es decir, empiecen ya, porque posiblemente en un par de meses, aunque quieran, ya no será posible. Sé que suena como un poco de marketing (pero) no hay ganas de que empiecen ya porque hay que hacer negocio. No digo que empiecen conmigo (…). Háganlo con otros despachos. Existen varios despachos que tienen bastante prestigio, pero empiecen ya.”

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

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