Enlace Judío México e Israel – Resumen: La elección de la preparatoria adecuada en donde se debe de estudiar conlleva una acción de suma importancia y una trascendencia para toda la vida. La adolescencia en preparatoria es una edad crítica porque el cerebro de los jóvenes aún se encuentra en construcción. Es justamente la edad en la que el cerebro de los jóvenes se termina de formar para que, en el futuro, según su educación pueda resolver problemas, tener pensamiento crítico y tomar decisiones. El equipo que trabaje en una preparatoria debe considerar vincular con cada joven y guiarlo de principio a fin en su proceso educativo. Otro factor fundamental en la educación de los jóvenes durante su preparatoria es formarlos como líderes, ya que es en esta etapa de su vida la que los marcará para poder convertirse en grandes líderes.
Asimismo, este estudio presenta diversas investigaciones de preparatorias en México que han demostrado que la preparatoria está privilegiando el aspecto social al educativo ocasionando un problema en el desarrollo de la vida de los jóvenes y la competitividad de México.
Por lo tanto, elegir una preparatoria con un concepto de personalización y especialización con un enfoque de liderazgo es crítico en el futuro de la vida de los jóvenes en México.
Introducción
Madres y padres de familia, maestras y maestros, líderes educativos y jóvenes en su último año de secundaria en México piensan y evalúan año con año cuál será el mejor programa de preparatoria para las alumnas y alumnos que dos o tres años después ingresarán a la universidad o bien al mercado laboral. Para tomar esta decisión, es importante considerar que la educación es poner al individuo en condiciones tales que pueda labrar en la vida su propio camino, este camino debe de llevarle a ser plenamente persona, desarrollando su máximo potencial para el camino del bien y alejado del sentimiento de inferioridad, sus temores y depresiones (Mansur, 2016).
Dentro de las diversas etapas de la educación, la del adolescente en preparatoria es una edad fundamental porque su cerebro todavía está en construcción, ya que se encuentra destruyendo viejas conexiones neuronales y creando nuevas. Es justamente la edad en la que el cerebro de los jóvenes se termina de formar para que, en el futuro, según su educación pueda resolver problemas, tener pensamiento crítico y tomar decisiones (Feinstein, 2016).
Por lo tanto, sin una buena preparatoria, que les exija esfuerzo y los prepare para su vida, los jóvenes podrían desperdiciar esta crítica etapa y llegar a convertirse en adultos sin rumbo, sin ambiciones y con un futuro incierto.
Propósito Educativo
Cada ser humano es único desde una perspectiva intelectual, afectiva y emocional, es por esto que su proceso de aprendizaje y formación debe de ser individualizado y personalizado. Hasta donde sea posible, el joven debe aprender a desarrollar su competencia genérica clave como lo es, el pensamiento crítico, siendo esta una competencia fundamental para el desarrollo humano y social (García & Botello, 2018).
Por lo tanto, el equipo que trabaje en una preparatoria debe considerar vincular con cada joven y guiarlo de principio a fin en su proceso educativo, considerando todas las perspectivas enumeradas, ayudándolo así a desarrollarse y tener la capacidad de explorar y conocer el mayor número de opciones a las que podrá enfrentarse y lograr así, desarrollar su pensamiento crítico y su capacidad de decisión.
Desde un punto de vista filosófico, el propósito de una preparatoria es cultivar bondad en el joven para que pueda alcanzar la felicidad. Así mismo, desde una visión física y material la preparatoria debe proporcionarle al joven herramientas para resolver sus necesidades de la vida; como el dinero, el poder sociopolítico y la posición, la fama, la salud y el éxito. Finalmente, debe de ayudarlo a conseguir cosas prácticas que le permiten buscar el placer o la felicidad, así como para mantener el valor humano o la dignidad (Lee, 2017).
Una característica importante en la educación de los jóvenes es entender su propio estilo de aprendizaje. Los maestros en preparatoria deben poder lograr capturar la atención de sus alumnos ya que, si no lo hacen, la probabilidad de que aprendan es remota, en el mejor de los casos (Feinstein, 2016). Los estilos de aprendizaje en preparatoria son de suma importancia para el proceso educativo en la actualidad. Es indispensable reconocer que cada joven aprende de manera diferente y esto se debe a que cada uno percibe y procesa la información y los elementos que se le enseñan de manera distinta.
De acuerdo con diversos trabajos de Kolb y McCarthy realizados desde 1979, existen diversos estilos de aprendizaje y cada autor los denomina y describe de manera particular. Sin embargo, ambos concuerdan que existen alumnos que aprenden de manera activa y otros pasiva. De manera más detallada, McCarthy describe que hay jóvenes que perciben experimentando (sintiendo) y otros conceptualizando (pensando), mientras que unos procesan reflexionando (observando) y otros actuando (haciendo) (Cantú-Martínez & Rojas-Márquez, 2018; McCarthy, 1996).
Es por esto, que la preparatoria debe ofrecer un aprendizaje personalizado y adaptado al estilo de aprendizaje de cada alumno y entender sus fortalezas, para lograr alcanzar el éxito y el desarrollo del máximo potencial de cada joven.
Otro factor fundamental en la educación de los jóvenes durante su preparatoria es formarlos como líderes, aprendiendo desde lo esencial que es establecer una visión, la importancia de influir en un equipo de trabajo, la fijación de objetivos y el impacto en los demás. En cuanto a la formación de líderes en preparatoria, una investigación con más de 1,000 jóvenes de preparatoria en Estados Unidos concluyó en que todos menos 5 de los participantes mencionaron su tiempo en la preparatoria como extremadamente influyentes en su desarrollo general como líderes.
Asimismo, comentaron que durante la preparatoria, los participantes se desarrollaron como líderes y ganaron confianza en su capacidad de liderazgo (Komives & Johnson, 2009). Por lo tanto, es importante que los directores y maestros de una preparatoria desarrollen el potencial de liderazgo de sus estudiantes desde un punto de vista personalizado de acuerdo con las competencias de cada joven, su estilo de aprendizaje y liderazgo y no de manera generalizada.
Resultados
El resultado de la preparatoria es ahora un indicador crítico de éxito, no el punto final, en el camino de un joven hacia la construcción de una vida estable y exitosa. Es por ello que la universidad de Georgetown, publicó que en este siglo la preparatoria ha experimentado un crecimiento muy importante del orden de 51% del 2000 al 2014 (Lofgran et al., 2015). El valor que cada persona le procura a su educación preparatoria depende de la visión, expectativas y necesidades de cada individuo y en diversos casos de sus familiares.
Sin embargo, si el talento educativo jugara un papel central en el desarrollo profesional o de la vida de los mexicanos el índice de competitividad del país y la calidad de vida de cada uno de los mexicanos se incrementaría exponencialmente (Espíndola, Heredia & Vásquez, 2019). Sin embargo, existe una brecha entre las escasas competencias académicas que tienen los jóvenes en la preparatoria y las exigencias académico-propedéuticas del plan y programa de estudio (Weiss, 2018).
Es por esto, que la decisión del lugar y la forma en la que cada persona decida cursar sus estudios de nivel preparatoria es crucial en su desarrollo, pero sobre todo podrá determinar de manera importante la calidad de vida que tendrá.
La preparatoria debe de contribuir en crear una comunidad resiliente en los jóvenes, que incluye la enseñanza de las habilidades para su vida y el establecimiento y transmisión de expectativas elevadas para lograr que el joven triunfe en la vida (Martínez-Angoa, 2020). Adicionalmente, diversas investigaciones concluyen que existe una falta de interés generalizada en los jóvenes hacia los estudios de preparatoria, una vez que se encuentran cursándola. Los estudios señalan diversas deficiencias académicas de una parte importante de los estudiantes de los distintos niveles socio económicos, así como la creciente flexibilización de las exigencias por parte de los maestros y los líderes educativos en las escuelas.
Por lo tanto, se sugiere encontrar formas disruptivas para convocar y apasionar a los jóvenes en su propia educación y proponer a los estudiantes formas “menos escolares” y más significativas en términos de vida (Weiss, 2018).
La misión de diversas instituciones educativas privadas preparatorias en México es dotar a los alumnos de capital social, ofrecerles un espacio de distinción social e inculcarles ciertos valores morales en lugar de prepararlos y orientarlos para la vida (Espíndola, Heredia & Vásquez, 2019). Sin embargo, esto se convierte en un problema porque los jóvenes en edad de estudiar preparatoria, al decidir estudiar desarrollan habilidades, actitudes y adquieren conocimientos que aumentan sus posibilidades de emplearse o continuar su preparación académica (Barreto & Álvarez, 2019).
Por lo tanto, si las instituciones educativas que imparten el nivel de preparatoria no se enfocan en desarrollar el máximo potencial de cada joven y se quedan siendo “guarderías para jóvenes” existe la posibilidad de desperdiciar el potencial del cerebro y disolverlo en lugar de aprovechar esa preciosa etapa para que el cerebro del adolescente organice sus conexiones cerebrales y refina sus procesos de pensamiento para lograr ser exitoso y feliz en su vida adulta (Feinstein, 2016).
Recomendaciones
Las escuelas privadas en México son menos receptivas a las exigencias de los padres de lo que el modelo anticipara (Espíndola, Heredia & Vásquez, 2019). En México la tasa de escolarización en preparatoria ha subido en los últimos años llegando a niveles del 70% previo a la pandemia iniciada en 2020 por el COVID-19 y que ha vuelto a reducirse. Sin embargo, estos niveles, inclusive previos a la pandemia que inició en marzo del 2020, son más bajos que en otros países como Argentina que cuenta con el 88% o Brasil con el 76% de escolarización en preparatoria (Weiss, 2018).
Por lo tanto, es fundamental que todos los actores que son parte de la educación como los profesores, líderes educativos, dirigentes, padres, madres y alumnos redoblen esfuerzos y se aseguren de ser parte de un sistema educativo que privilegie el esfuerzo, la personalización educativa y el enfoque a una educación de calidad, sobre todo a nivel preparatoria.
Las motivaciones de los jóvenes para estudiar la preparatoria principalmente son: obtener un certificado para ingresar a la universidad, la posibilidad de encontrar un empleo formal, lograr llegar “a ser alguien” y alcanzar “una mejor calidad de vida” (Weiss, 2018). Asimismo, de acuerdo con una investigación realizada en diversas preparatorias en México, los tres principales factores que persiguen los padres de familia de las preparatorias de prestigio en México son: (a) que sus hijas e hijos adquieran relaciones sociales, (b) un sistema de valores morales y (c) el lograr robustecer su identidad comunitaria.
Todo ello, primeramente, a una preparación educativa (Espíndola, Heredia & Vásquez, 2019). Otro estudio de Barreto y Álvarez (2019) con más de 300 jóvenes en México, demostró que existe una correlación entre el éxito profesional y personal de una persona 10 años después de terminados sus estudios de preparatoria vs. una adecuada orientación vocacional basada en el establecimiento de sus metas y propósitos en la vida. Por lo tanto, la decisión de un joven y en ocasiones de sus padres de qué preparatoria estudiar se vuelve una decisión trascendental y de gran importancia para la vida y futuro de la persona.
Conclusiones
En conclusión, hoy más que nunca se debe apoyar y guiar a los jóvenes a estudiar una preparatoria que los rete y al mismo tiempo los prepare para la vida. Debe asegurarse que se revierte la realidad de una preparatoria con sentido social, como principal función de esta y se debe lograr generar una tendencia a favor de la personalización de la educación y la especialidad de los jóvenes. Nuestro futuro depende de las acciones que hagamos hoy (Ravitch, 2010). Asimismo, alcanzar el sueño educativo está en nuestras manos y como Hegel decía: “Nada grande se ha realizado en el mundo sin pasión”.
Por lo tanto, cada maestra, maestra, líder educativo, padre y madre debe de ser parte del cambio educativo en los jóvenes a nivel preparatoria y lograr obtener el máximo potencial de cada uno de ellos con apoyo de una educación personalizada, especializada, con un enfoque de liderazgo y premiando la cultura del esfuerzo.
Referencias
Barreto T., F.J. y Álvarez B., J. (2019). Las dimensiones de la motivación de logro y su influen-cia en rendimiento académico de estudiantes de preparatoria. Enseñanza e Investigación en Psicología, 1(3), 73-83.
Cantú-Martínez, P., & Rojas-Márquez, J. (2018). Learning Styles: The Experience of the Medical School at the University of Nuevo León, Mexico. Revista Electrónica Educare, 22(2), 1-8. doi.org/10.15359/ree.22-2.3
Espíndola Mata, J., Heredia Rubio, B., & Vásquez Cuevas, M. (2019). El valor de la escolarización en estudiantes de preparatorias de élite de la Ciudad de México. Revista electrónica de investigación educativa, 21.
Feinstein, S. G. (2016). Secretos del cerebro adolescente: Estrategias basadas en investigación para entablar contacto y facilitar la enseñanza de los adolescentes de hoy. Grupo Editorial Patria.
García, B. L., & Botello, A. V. (2018). Relación entre el pensamiento crítico y el desempeño académico en alumnos de escuela preparatoria. Educar, 54(2), 411-427.
Komives, S. R., & Johnson, M. (2009). The role of high school experience in college student leadership development. Educational Considerations, 37(1), 30-39.
Lee, J. (2017). Higher Education and Ethical Value. Retrieved from https://search.proquest.com.ezproxylocal.library.nova.edu/docview/1895980889?accountid=65 79
Lofgran, B. B., Smith, L. K., & Whiting, E. F. (2015). Science self-efficacy and school transitions: Elementary school to middle school, middle school to high school. School Science and Mathematics, 115(7), 366-376.
Mansur, J.C. (2016). De la casa de los niños a la morada del ser: Conocer a la persona a partir del pensamiento de Maria Montessori. Cd. De México, México: Editorial Herder.
Martínez-Angoa, T. (2020). Resiliencia docente: un estudio de caso en una preparatoria universitaria. IE Revista de Investigación Educativa de la REDIECH, 11, 1-20.
McCarthy, B. (1996). About Learning. Amherst, NY: Excel, Inc.
Ravitch, D. (2010). The death and life of the great American school system: How testing and choice are undermining education. New York, NY: Basic Books.
Weiss Horz, E. (2018). Los significados del bachillerato para los jóvenes y la permanencia escolar en México. Sinéctica, (51).
El autor es Doctor en Liderazgo Educativo y Organizacional por Nova Southeastern University. Contacto: [email protected] | 5522722303
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