Una guía sencilla para entender la festividad de Pésaj

Enlace Judío México e Israel – Pésaj es una de las festividades más enigmáticas y místicas de la tradición judía, también es una de las más respetadas; en ella celebramos haber sido liberados de Egipto. Con tantos elementos y significados a veces no es sencillo entender el funcionamiento de la festividad. Esta guía es un resumen muy breve de varios de los elementos que la componen y que son necesarios conocer para entenderla con profundidad.

Importancia del Éxodo

Un elemento que es muy importante considerar cuando hablamos de Pésaj es la centralidad que el Éxodo de Egipto tiene dentro de los rituales, filosofía e idiosincrasia judía. Ese evento dentro de la Torá es considerado como uno de los dos pilares que construyen la fe judía, tan importante como la Creación del mundo. Cada festividad, cada Shabat, cada Kidush, recordamos el Éxodo de Egipto y los meses del calendario se cuentan en base a nisán porque éste fue el mes en que salimos. Pésaj por lo mismo, al recordar y celebrar el Éxodo es una de las festividades más importantes y respetadas del año y desde sus inicios ha sido central para la configuración de la identidad y memoria judía como tal y la unión familiar.

Temas de Pésaj

Hay muchas formas de narrar el Éxodo, algo que es muy interesante de Pésaj mismo es que en sí dentro de la festividad no se narra la historia del Éxodo como tal sino se alude a él, la idea de esto es que sea uno el que estudia de la Torá misma la narración, se pregunte el significado que tiene en su presente y lo narre nuevamente a sus hijos. En el contexto de las tradiciones y los textos que se leen surgen varios temas que consolidan parte de las creencias judías y también se celebran en Pésaj. Algunos son los siguientes.

Configuración del pueblo judío como nación

Antes de aceptar la Torá y antes de salir de Egipto el pueblo judío no era considerado como nación como tal, de hecho hay quien aboga que usar la palabra “judío” para referirse a los hebreos es equivocado y anacrónico porque antes de ser nación no existían los judíos. La santificación de la luna en el mes de nisán, el Éxodo de Egipto y el sacrificio del carnero (el sacrificio de Pésaj) que realizaron los hebreos fueron los primeros primer pasos que dieron para configurarse como nación. Pésaj por lo mismo se convierte en una ocasión dónde la pregunta qué es lo que nos hace ser judíos y por qué mantener las tradiciones a lo largo del tiempo toma una enorme importancia. En los ritos, la cena y el día la idea de que los padres pasan su tradición a los hijos como imagen y símbolo es sumamente importante.

Otra de las preguntas que uno se hace en este día es ¿por qué D-os nos sacó de Egipto? Y ¿cuál es la naturaleza de esa nación? Se habla mucho de como la luna como símil de esa nación que se forma y de la fe que se renueva con cada mes. Se habla mucho de dominar la voluntad individual para aceptar la voluntad divina y que esta determinación fue lo que trajo la libertad en Egipto, lo que fue representado por el sacrificio de Pésaj y lo que genero esencialmente al pueblo judío.

En última instancia todas las preguntas que se plantean en el marco de la festividad son pensadas para que la persona se las haga dentro de su vida y busque sus propias respuestas, ¿qué me hace ser judío?, ¿quiero trasmitir esta tradición a mis hijos?

La libertad y la espiritualidad

Otro de los grandes temas que se discuten en Pésaj es la naturaleza de la libertad. Desde la libertad más básica que es no ser esclavo, poder decidir sobre nuestras propias acciones y sobre nuestro tiempo hasta la libertad que implica aceptar una espiritualidad, dominar los instintos personales y deshacerse de los deseos nocivos, las ataduras y el materialismo. Egipto representa todo lo que nos hace “esclavos” a distintos niveles y parte de las celebraciones de Pésaj incluyen momentos en los que aprendemos a dominar nuestros instintos, cuando se acerca Pésaj uno también toma resoluciones sobre cosas que quiere cambiar en su vida, las cuales le pesan o de las cuales se quiere liberar.

Revelación divina, Redención y fe

Hay una enorme diferencia entre una liberación social y la Redención bíblica como tal. La primera se piensa como efecto del hombre y cuando es justa se asume como que carga consigo cierta santidad; sin embargo es muy distinta a una Redención como lo plantea la Torá, pues esta última representa una liberación social tan perfecta que D-os se revela a través de la historia. De esta naturaleza fue el Éxodo de Egipto, la grandeza no sólo radicó en la configuración del pueblo judío como tal y su libertad, sino que fue la primera vez que D-os se manifestó frente al mundo y quedo plasmado que el D-os que maneja la naturaleza también interviene en los asuntos del hombre y lo hace a través de la bondad y la justicia.

Elementos simbólicos de Pésaj

Tanto en los rituales como en la narración del Éxodo dentro de la Torá hay varios elementos que tienen una carga simbólica muy importante y que se vuelve reiterativa a lo largo de la festividad hablaremos de ellos.

El sacrificio de Pésaj

La festividad toma su nombre gracias a este sacrificio, se refiere a dos eventos históricos que son narrados en la Torá. El primero ocurrió en Egipto fue el sacrificio que hicieron los hebreos en la noche de Pésaj en Egipto. D-os le pide a los hebreos atar a su casa un cabrito durante cuatro días, sacrificarlo, pintar con su sangre los dinteles de la puerta y cenar su carne el 15 de nisán que es Pésaj, las casa que pintaron sus dinteles con sangre fueron salvadas de la muerte durante la última plaga, gracias al sacrificio que hicieron. Según como se lee ese sacrificio en la tradición judía es que se unieron a él todo el que deseaba dominar su voluntad por aceptar la voluntad divina y deseaba unirse a la nueva nación que se iba a formar, según varias fuentes participaron de él personas de distintos grupos y etnias sociales que habían visto la Revelación de D-os y la grandeza de los hebreos.

El segundo evento habla del sacrificio que se hacía todos los años en el Templo antes de que éste fuera destruido. Ambos tienen el mismo significado de sumisión de la voluntad individual por la voluntad divina.

El maror y la matzá

Ambos sacrificios eran comidos por cada individuo con “matzá” y “maror.” La matzá es un pan no leudado preparado especialmente para Pésaj y el maror son hierbas amargas. Hoy en día durante la cena de Pésaj comemos matzá y maror juntos; en los textos y en el seder ambos elementos rituales toman un sin fin de significados. De la matzá se dice que es el pan de nuestra pobreza, el pan de nuestra esclavitud y al mismo tiempo se le compara con el maná y se nos dice que es el pan de la libertad. También se nos dan varias razones a por qué es un pan no leudado: la primera es que fue el pan que cocinaron antes de salir de Egipto y no dio tiempo a que leudará, en ese sentido la explicación es parte de la matzá como símbolo de libertad; y la segunda que era pan que comían como esclavos cuando no tenían tiempo porque estaban bajo la presión de Egipto, de esta manera simbolizando el pan de la opresión.

En cuanto al maror representa “la amargura de Egipto”, la lectura tradicional de esta frase es que representa la amargura de la esclavitud; sin embargo, a lo largo de la Torá se nos muestra a los judíos quejándose de la libertad en el desierto, recordando Egipto y queriendo regresar a la esclavitud, a mi ver el maror también puede representar a amargura de la libertad, la amargura de dejar Egipto.

Las plagas y la apertura del mar

El Éxodo ocurrió en el contexto de las plagas y la partida del mar rojo como tal también aparecen dentro de la festividad de Pésaj en distintos momentos. Ambos eventos se consideran milagros a través de los cuales D-os se manifestó. Representan la unión de la trascendencia y la materia.

El maná

Justo después de Pésaj empezamos a hacer la cuenta del omer, en la que recordamos el milagro del maná. Al primer día tras la salida de Egipto los judíos empezaron a recibir el maná de D-os en el desierto, también representa la unión perfecta entre lo espiritual y lo material, como la relación perfecta entre el hombre y D-os. A veces se compará a la matzá con el maná y como tal hay momentos en el seder y los ritos de Pésaj que se recuerda al maná.

Practicas de Pésaj

Como se ha mencionado con anterioridad Pésaj es una de las festividades más enigmáticas de todas. Los rituales están hechos para fomentar cuestionamientos individuales en la persona más que para ofrecer respuestas abiertas; todo el significado de la festividad se construye tangencialmente y concentra elementos de la historia judía a lo largo del tiempo, no sólo de las épocas del desierto y el Éxodo. Sin embargo sí se pueden señalar ciertos elementos principales:

Limpieza y quema del jametz

La principal mitzvá (mandato) de Pésaj es la prohibición de comer lo que se llama jametz (pan leudado). Hay cinco granos que se usan para hacer pan y aparecen en la Torá (cebada, avena, espalta, trigo y centeno) todos estos y productos derivados de los mismos están prohibidos durante la semana de Pésaj; no se pueden comer y no se puede tener posesión de ellos. Antes de que llegue Pésaj se realiza una limpieza extensiva en la que uno revisa los rincones de su casa para asegurarse que no haya pedazos de jametz (alimentos prohibidos) dentro de su casa. La noche previa a Pesaj se realiza un ritual donde el jefe de familia busca los últimos pedazos de jametz y éstos se queman a la mañana siguiente; a esto se le conoce como la quema del jametz. También se hace una declaración donde uno reconoce haberse deshecho de todo el jametz que estaba en su posesión y declara que el que haya quedado en su posesión ya no lo considera suyo, a lo cual se conoce como que la persona anuló el jametz .

Al igual que la matzá el jametz a lo largo del tiempo va tomando un significado simbólico, se le asocia con la la tentación o con la materialidad. Mientras que la quema y la limpieza del mismo llegan a representar una limpieza interior; el privarse de pan leudado toda la semana se convierte en un reto espiritual e individual, al cual uno también le puede asignar muchos significados. Cabe mencionar que las analogías del jametz con elementos espirituales no provienen de la Torá escrita a diferencia de la matzá que sí aparece en varios fragmentos tanto de la Torá como la Hagadá, y el Talmud.

Jol Hamoed

Los primeros y los últimos dos días de la semana de Pésaj son sagrados (Yom Tovim) no se realiza ninguna de las actividades prohibidas y se realiza un Kidush (rezo con vino) para santificar el día. Los días intermedios no tienen el mismo nivel de santidad pero igual se separan de días seculares; hay ciertas actividades como escribir, lavar ropa o transacciones monetarias importantes que no se realizan en estas épocas.

Se nos dice que los últimos días de la semana los cuales también son santificados recuerdan el milagro del mar que se abrió y dejó pasar a los judíos.

Obligaciones básicas de la cena

La práctica más importante de todo Pésaj es la cena y el seder que se realiza en la en las primeras dos noches de la festividad. En ella se recuerda el Éxodo de Egipto a través de una serie de rituales ordenados (seder) que nos obligan a volver a vivir el Éxodo como tal. Se lee la Hagadá que es un texto que toma fragmentos de la Torá, el Talmud y el Tanaj y que concentra el sentido de la festividad. Al ser un texto referencial y no narrativo la Hagadá es uno de los textos más enigmáticos que el judaísmo tiene y como tal es fácil perderse en él. Aún así se sigue leyendo y discutiendo todos los años en la mayoría de las casas judías.

Para quien tiene una emergencia y no puede realmente participar de la totalidad de la cena se discuten que existen tres obligaciones básicas de la Torá con la cual toda persona que las realiza cumple con el mínimo de lo que la halajá (ley religiosa judía) pide. Se señalan también como las tres obligaciones básicas para entender a fondo lo que la misma Hagadá y el seder encierran. Éstas son Kidush, Pésaj, Matzá y Maror.

Aquel que en su noche santifica el día con vino, come matzá y maror pensando en los significados que ambos tienen y recuerda el sacrificio de Pésaj cumple con la obligación más básica de lo que se pide en Pésaj. Eso quiere decir que estos tres símbolos, son los más importantes de la festividad y los que llevan la guía para entenderla. El dominio de la voluntad personal (el sacrificio de Pésaj), la felicidad y la amargura en la libertad (maror y matzá).

El seder y la Hagadá

Como hemos mencionado varias veces, la cena de las primeras dos noches y los rituales que se realizan en ella constituyen el centro de lo que practicamos en Pésaj. Lo que se intenta es que en esa noche vivamos en nuestro presente y a través de la Torá la libertad y liberación que los hebreos experimentaron en Egipto. A la serie de rituales ordenados se le llama “seder” y al texto que se lee a la par de los rituales se le llama Hagadá, en realidad no pueden separarse tan claramente, pues los rituales se hacen mientras se lee la Hagadá y ésta misma señala las acciones que debemos ir realizando conforme avanzamos en el texto. Los siguientes son algunos de los elementos más conocidos que los componen.

Las cuatro copas de vino y las cuatro fases de libertad en la persona

Un número que se repite a lo largo de la Hagadá y el seder el el número cuatro, se habla de cuatro hijos, se hacen cuatro preguntas básicas, se mencionan cuatro frases de libertad y se toman cuatro copas de vino. Se le han dado muchas interpretaciones al significado del número cuatro y a la razón de por que las tomamos. En la Hagadá también aparecen escritas las cuatro frases que la Torá usa cuando habla del Éxodo de Egipto y la Redención.

Una de las explicaciones más famosas es la que une el significado de estas frases con el rito de las copas de vino y se nos dice que cada una representa cuatro niveles de libertad o cuatro cambios que la persona hace en su vida para realmente ser libre. Por ejemplo la primer frase y la primer copa se refieren a la libertad que adquirimos cuando no somos esclavos de nadie, la libertad de poder usar nuestro tiempo y la última copa se refiere a la libertad de tener un dominio sobre nuestro, nuestros deseos y no depender de la materialidad.

Las preguntas

Una de las tradiciones más conocidas de toda la festividad son las cuatro preguntas que el menor de la familia canta. En ellas se pregunta qué hace distinta esta noche a las demás noches, por qué comemos hierbas amargas, por qué nos reclinamos y por qué sumergimos algunos vegetales en agua salada. Realmente las preguntas son metafóricas pueden tener un sin número de respuestas, tan así que en toda la Hagadá no se responden; el ritual se hace también para resaltar la importancia de la duda en la construcción de la fe y de la espiritualidad. Hay muchos símbolos que muestran a la duda y a la búsqueda como el centro de la festividad.

Los cuatro hijos

En la Hagadá también se nos muestra un fragmento donde se habla de cuatro tipos distintos de hijos que se presentan al seder de Pésaj y las distintas preguntas y comentarios que hacen. Cada uno representa formas distintas de acercarse a la Torá y de relacionarse con la tradición, con cada uno también el texto enseña formas de acercarte a tus hijos.

Aficomán

Otro elemento donde la búsqueda es central es el aficomán. Al inicio de la cena el padre de familia o quien lleva el ritual esconde un pedazo pequeño de matzá en una bolsa o servilleta y encarga a los niños buscarlo, a éste pedacito se le llama aficomán y el niño que lo encuentre se lleva un premio. Al final de la cena todos comen del aficomán y está prohibido comer más en la noche después de este pedazo de matzá. Su significado es variado, pero se resalta el carácter de búsqueda del mismo y se habla de que es la plenitud o la espiritualidad que se encuentra cuando uno busca sus propias respuestas.

Matzá y maror

A lo largo de la cena la matzá y el maror se comen varias veces, su significado es variado pues aparecen a lo largo de toda la Hagadá y de forma un tanto enigmática.

Las plagas y Dayenu

En toda la Hagadá se mencionan varias veces la apertura del mar y las plagas y se dicute el significado de las mismas, sin embargo hay dos momentos muy significativos en el seder; en el primero se toma con el meñique un poco de vino y al recordar las plagas se colocan gotas de vino sobre una servilleta como si fuera una forma de expiarlas y el segundo es un fragmento que se lee o se canta, en el que agradecemos habar sido salvados. El segundo se llama Dayenu y recordamos todos los eventos del Éxodo diciendo que agradecemos a D-os por cada un de ellos y que pudieron no haber ocurrido.

Fragmentos

En la Hagadá se leen fragmentos que a veces no parecerían estar conectados directamente con Pésaj, por ejemplo leemos de los patriarcas, de Labán y Jacobo, de un maestro del Talmud que no era tan respetado por sus alumnos y D-os hizo para él un milagro y fragmentos del Cantar de los cantares. Aunque no sea evidente todos esos eventos terminan conectandose cuando se analiza la relazión del individuo con D-os y es una forma de marcar que las enseñanzas que el Éxodo trae a nuestros días siguen siendo presentes hoy y han estado a lo largo de toda la historia judía.

Canciones

Otro elemento sumamente importante son las canciones que se cantan al concluir la cena casi todas giran en torno a recordar la presencia de D-os en los asuntos humanos. La más famosa de todas es Jad Gadya, cuenta la historia de un cabrito que es comprado por unas monedas de plata y a través de lo que le ocurre se van conectando en la historia varios personajes que cambian de fortuna.

La bandeja

En el centro de la mesa se coloca una bandeja con siete elementos simbólicos como un huevo cocido un pedazo de carne, un poco de las hierbas amargas, sal agua y demás. Cada uno de los elementos recuerdan parte del seder y tienen un significado cabalístico relacionado con la festividad.

Halel

Al terminar la cena se lee un pedazo del Halel, es un rezo que se hace para celebrar milagros revelados, finalmente el Éxodo de Egipto estuvo rodeado de milagros.

Eliahu HaNavi

Después de recoger la mesa se deja una copa para Eliahu HaNavi (el profeta Elías) que anuncia la llegada del Mesías y el inicio de la Redención.

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Aranza Gleason: Aranza Gleason se define a sí misma como una judía en el exilio. Nació con una raíz dividida como sus poetas favoritos; busca y ama al judaísmo, pero como a los personajes que lee, éste, también se le escapa de las manos. Estudió Lengua y Literatura Inglesa en la UNAM y ha trabajado en Enlace Judío desde el 2017. Le gusta leer, viajar y experimentar el mundo de forma libre.